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Entre enero y abril el índice de precios al consumidor registró un alza de 86,4%

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El índice nacional de precios al consumidor que mide el Banco Central de Venezuela, junto con el Instituto Nacional de Estadística, se ubicó en 18,7% al cierre de abril, informó de manera extraoficial una fuente cercana al instituto emisor. La inflación acumulada,  entre enero y abril de este año, presentó un incremento de 86,4%, promedio; mientras que la anualizada –en los últimos 12 meses– alcanzó 397,4%.

La fuente agregó que el precio de los vegetales se ha ido incrementando notablemente en los últimos cuatro meses, y las encuestadoras, que utilizan las cifras del BCV y del INE, han registrado una caída en el consumo de algunos productos como carne, pollo y pescado.

La ola inflacionaria no se detiene. Organismos como el Fondo Monetario Internacional calcula que para el cierre del año estará en 720%; otras firmas tienen cifras más conservadoras, pero no menos alarmantes, como Barclays Capital, la cual prevé que los precios podrían registrar un alza promedio anual de 218%.
En general, los pronósticos para Venezuela no son positivos tomando en cuenta la caída de los precios del petróleo y de la producción de crudo.

En su más reciente informe la firma británica señala que según datos suministrados por el gobierno venezolano a la Organización de Países Exportadores de Petróleo, se ha producido un descenso de 25.000 barriles diarios de crudo, para situarse en una producción de 2,49 millones de barriles por día. “En los últimos 12 meses la caída de la producción llega a 227.000 barriles diarios”.

Barclays Capital advierte que en el escenario más optimista, si los acuerdos con los contratistas e inversionistas de Pdvsa contribuyen con la recuperación de la producción, la disminución de la producción podría ser de 150.000 barriles diarios, promedio, para finales de este año. Sin embargo, si la situación continúa sin cambios la reducción en el bombeo de  crudo puede ser de 230.000 barriles diarios.

La firma indica que el descenso de la producción parece ser similar a la de las exportaciones petroleras. Se refiere a los datos publicados por Petrologistics, que rastrea los barcos petroleros alrededor del mundo, la cual muestra que las exportaciones de crudo de Venezuela se ubicaron en 2,15 millones de barriles diarios en marzo pasado. La cifra representa una caída de 249.000 barriles diarios. Las exportaciones netas tuvieron una disminución mucho menor de 213.000 barriles.

Igualmente refleja que las importaciones de crudo también bajaron. “Estos números son consistentes con las importaciones de Venezuela reportadas por Estados Unidos, China y la India, que son los compradores más grandes del petróleo venezolano”, dice el informe de Barclays Capital.

 

En riesgo el envío de comida de Nicaragua a Venezuela

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El Gobierno de Nicaragua está preocupado porque los pagos por parte de Venezuela a través de diversos mecanismos de financiamiento para el suministro de alimentos en 2015, no han sido liquidados o no alcanzan para diciembre, por lo que advierten que el envío de leche, carne, azúcar y otros rubros a los puertos venezolanos corre el riesgo de no materializarse en lo que resta de mes, revela un documento oficial.

Con un llamado “urgente a buscar soluciones” se despide el ministro de Petróleo y Minas de Nicaragua, Francisco “Chico” López en una carta enviada el 6 de noviembre de 2015, a altos funcionarios del Gobierno venezolano, entre ellos los vicepresidentes del Gabinete económico y la gerencia de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), en la que presenta un panorama de la situación y demanda celeridad por el desembolso de un total de 180 millones de dólares que los nicaragüenses han tenido que financiar para cumplir con pedidos.

El ministro advierte a sus pares venezolanos que por más dinero que se obtenga de partidas presupuestarias alternas de PDVSA “no habrían fondos para el envío de comida” en el resto de diciembre. Le recuerda a Caracas que tiene deudas por un total de 66.9 millones de dólares por venta de café, azúcar y otros insumos, y que debía haberse saldado a través de diversos mecanismos.

López le presenta al ministro y vicepresidente de Seguridad y Soberanía Alimentaria, Carlos Osorio, una evaluación de los suministros de alimentos acordados de enero a diciembre 2015 con Nicaragua, que ascienden a 446.300 millones de dólares, y es precisamente la empresa Alba Alimentos de Nicaragua (Albalinisa), vinculada a la familia del presidente de ese país, Daniel Ortega, la principal exportadora de comida a puertos venezolanos.

En 2014 Venezuela importó de Nicaragua bienes por 317.9 millones de dólares, la mayoría alimentos, según el Instituto Nacional de Estadísticas venezolano (INE).

Albalinisa es la encargada de administrar el mecanismo de compensación creado en el marco de Petrocaribe por el cual Nicaragua puede pagar una parte de su deuda petrolera en especies, sobre todo, alimentos. De allí que ahora, en medio de la crisis de producción alimentaria en Venezuela, las partidas no estén alcanzando.

Los 446.3 millones de dólares contratados por la Corporación Venezolana de Comercio Exterior (Corpovex) corresponden a la venta de carne, leche, café, azúcar, caraotas, novillos, vaquillas y aceites refinados, dice el texto, alimentos que desde hace tiempo Venezuela tiene que importar de países aliados políticamente como Nicaragua, Argentina, Brasil y Bolivia.

Hasta el 31 de octubre, de los 391 millones programados por facturar se ejecutaron 328.4 millones (84%), y el resto, 62.9 millones (16%) no pudieron ser facturados. Para noviembre y diciembre, según los contratos entre Caracas y Managua, se programaron facturar 54.9 millones, dice la carta.

Las compras de comida desde Venezuela a la Nicaragua de Ortega cayeron estos últimos meses, pero no las deudas y la preocupación ante un posible impago. Así, entre noviembre y diciembre, según contrato con PDVSA, se programó 59.300 millones de dólares.

 

 

Vea el trabajo completo en Diario Las Américas

El gobierno es un mastodonte desesperado por Ricardo Ríos

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El PSUV mostró lo que será su campaña electoral: abusos con los recursos del estado para  disminuir la talla de su derrota, buscando  dividir a la Alternativa Democrática y promover la abstención. Una estrategia irresponsable que obvia el agotamiento de las instituciones que ocasiona.

El INE recalculó las migraciones, alterando las bases electorales, para quitar diputados en los circuitos opositores  poniéndolos a los suyos, siendo emblemático pasar un diputado del circuito Baruta-El Hatillo a la región del Tuy donde aspira  Jaua. La perversión fue tal que usaron a la CGR para inhabilitar a MCM, candidata de consenso de la MUD en Baruta,  con un argumento baladí claramente ilegal. No fue la única inhabilitación usada en la maniobra divisionista, pero si la más sonada.

El CNE esperó el fin de las primarias para cambiar  lo de la representación por género.  Le impidió a Marea Socialista y a Vente Venezuela legalizarse como partidos. A la Marea  para impedir la fuga de votos de los  defraudados por  Nicolás, pero con lazos afectivos con el “proyecto original”, porque   “el legado” naufragó en una charca de ineptitud y corrupción.  Con Vente,  ya la persecución oficial contra lo que se relacione con MCM está más en el campo de la psiquiatría que de la política. Triste  papel de promotor de la participación el que juega el CNE;  máxime cuando avala la regresiva decisión de que los diputados al Parlatino no fuesen electos directamente.

La Sala Electoral del TSJ es un instrumento de división e intervención de partidos, en sintonía con el CNE, robándole las tarjetas y cambiando arbitrariamente sus direcciones nacionales a los partidos  MEP, Podemos, MIN y COPEI.

El agrupamiento electoral fuera de la llamada polarización es contaminado por el intervencionismo estatal, vista la evolución de los documentos recientes de COPEI. En menos de 24 horas pasaron de apoyar a la tarjeta única a denostar de la MUD, “descubriendo”  fallas que estaban dispuestos a callar si se hubiese caído en la celada de aceptarlos en las planchas unitarias. Esto es más que suficiente para blindar con realidad la decisión de extrañarlos de la maqueta; pero, si le faltaran guindas a la torta verde, el presidente de la AN, en su ejercicio semanal de insultos por VTV, perdió la compostura al ver que con esa versión de COPEI no habría alianza posible, mostrando su frustración por la fallida maniobra.

Están desesperados por la crisis económica  y una caída vertiginosa en las encuestas como jamás habían conocido, buscan frenar con represión y triquiñuelas  las consecuencias de su atroz gestión.

Vemos a la MUD actuando con serenidad y firmeza, avanzando hacia la meta de ganar las parlamentarias. Como MCM colaboró a resolver la crisis de su sustitución, nos dice que la fuerza de la política unitaria está más allá de la MUD , que es ya una política nacional del país que desea un cambio. Vienen nuevos ataques, el gobierno es un mastodonte torpe con muchos recursos económicos, que los van a usar así dejen al país en la ruina. Vamos bien.

 

 

@rricardorios1

El Nacional Ago 02, 2015 | Actualizado hace 9 años
La inflación de julio alcanzó 12,8%

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El Índice Nacional de Precios al Consumidor se aceleró 12,8% en julio, la más alta registrada por el Banco Central de Venezuela desde abril de 1989, cuando cerró 13,5%, según confirmó a El Nacional una fuente extraoficial cercana al ente emisor.

Esa aceleración en los precios significa que los precios acumulan un incremento de 89,6% entre diciembre de 2014 y julio de 2015, para una inflación anualizada de 139%.

La información forma parte de los datos originales primarios recogidos por los departamentos de estadística del BCV y del Instituto Nacional de Estadística, y que son entregados cada mes los días 29. Los resultados se basan en las encuestas que realizan mes a mes las dos organismos y que están diseñadas bajo modelos de recolección de datos supervisados y revisados por personal técnico.

Dentro del directorio del ente emisor, la directora Sohail Hernández Parra tiene a su cargo la responsabilidad de revisar la cifra –junto con el equipo de estadística– y realizar los “cambios” que considere pertinentes. La idea es matizar el impacto que pueda tener la cifra promedio que queda registrada, aun cuando no se dé a conocer al público de manera oficial, según explicó la fuente extraoficial.

Es así como mes a mes en los últimos tiempos se les da un peso mayor dentro de las ponderaciones de los rubros que se miden a los bienes regulados y a los alimentos no elaborados, que son los que presentan menos aceleraciones mensuales, señaló la fuente.

La aceleración inflacionaria es tan alta que firmas internacionales y nacionales están revisando sus previsiones para el cierre de 2015 y en algunos casos ubican la cifra en 220% para el cierre del año.

Canasta básica alimentaria subió  Bs. 7.329 en junio

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La aceleración en el precio de los alimentos alcanzó un nuevo récord el mes pasado. Solo en junio la canasta alimentaria aumentó 7.329,30 bolívares (29%) para totalizar 32.023,51 bolívares, según el Centro de Documentación de Análisis de la Federación Venezolana de Maestros.

Los 58 productos que integran la cesta han aumentado 167,8% en un año, en junio de 2014 la cesta se ubicó en 11.956,76 bolívares. En ese entonces se necesitaban menos de tres salarios mínimos (4.251,4 vigentes en ese momento) para cubrirla. El mes pasado debían gastarse 4,7 salarios mínimos (6.746,97 antes del incremento de julio) para poder comprar los alimentos.

El Cendas afirma que el alza de junio es producto del incremento de 8 de los 10 rubros que integran la canasta, entre ellos los granos, que subieron 80,5%; las carnes y sus preparados que aumentaron 53,7%;  las frutas y hortalizas, con un repunte de 32,2%, y raíces, tubérculos y otros que costaron 22,2% más.
Aunque el Banco Central de Venezuela y el Instituto Nacional de Estadística no publican desde noviembre de 2014 el Índice Nacional de Precios al Consumidor y la Canasta Alimentaria Normativa, el repunte que reporta el Cendas coincide con las quejas de los consumidores, que afirman que cada vez que visitan supermercados, fruterías y carnicerías encuentran etiquetas con precios más elevados, incluso de bienes regulados.

El economista  y profesor universitario Domingo Sifontes reiteró que el incremento de los alimentos se debe, entre otras cosas, al mantenimiento del control cambiario y del de precios, vigentes desde hace más de 12 años, que han afectado la producción de las empresas.

Agregó que el aumento de la liquidez por parte del BCV también ha incidido en el alza de los precios: hay más dinero en la calle en la búsqueda de menos productos que se hacen más valiosos.

«Esto que estamos viviendo es producto de los desequilibrios económicos y lo que más preocupa es que el gobierno no tiene intención de revertirlo. Aunque no hay cifras oficiales, podemos afirmar que este año va a cerrar con una inflación de tres dígitos. No hay manera de que esto no ocurra, será el año con mayor inflación desde que se calcula el INPC», dijo.

El Gobierno escondió las cifras económicas debajo de la alfombra

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@robertodeniz

La crisis económica estalló y el Gobierno escondió las cifras. Lo que comenzó en 2013 de forma parcial con algunos indicadores macroeconómicos, se convirtió en una práctica generalizada. Silenciar el deterioro económico se ha tornado en una política de Estado.

“Ya las cifras ni siquiera se publican, eso es un error político, la gente no va a creer”, se quejó Jorge Giordani, ex ministro de Planificación y mentor económico de Hugo Chávez, en la entrevista que concedió recientemente al portal aporrea.org.

“Escondimos el sofá, eso es un error político (…) Si es mala (la cifra), hay que explicarla, ahora no sabemos, se rompieron los termómetros”, criticó el ex ministro de Planificación.

Ese silencio en materia económica involucra al Banco Central  de Venezuela (BCV) y al Instituto Nacional de Estadísticas (INE). El BCV, por ejemplo, parece haber guardado bajo llave la data sobre la escasez, la inflación o el Producto Interno Bruto (PIB), entre algunos de los indicadores más relevantes. En el caso del (INE) el mutismo está relacionado, especialmente, con las cifras de la pobreza.

“Hay indicadores que tienen un retraso importante y no se publican porque los resultados son malos”, opina Anabella Abadi, economista y analista en ODH Grupo Consultor.

Los retrasos en el BCV varían. El índice de escasez no se publica desde enero de 2014. «El índice de escasez lo debe tener el Gobierno, no es un índice político. Nosotros le estamos suministrando al Ejecutivo la información correspondiente. No queremos que los índices se conviertan en índices políticos que favorezcan a unos y perjudiquen a otros», argumentó Nelson Merentes, presidente del BCV, en marzo del año pasado.

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Esa ha sido la única explicación oficial para justificar el incumplimiento en la divulgación de las estadísticas. El último dato disponible del PIB corresponde al tercer trimestre del año pasado, ya que el BCV mantiene en reserva la publicación del comportamiento de la economía del cuarto trimestre de 2014 y del primer trimestre de este año.

De la inflación el último dato oficial corresponde a diciembre del año pasado. En otras palabras, el BCV no ha reportado el comportamiento de los precios durante el primer semestre de este año, omitiendo incluso, las disposiciones legales contenidas en una resolución conjunta del BCV y el INE de 2008. Según el artículo 4 de esa norma, el «Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) será divulgado mensualmente, dentro de los primeros diez (10) días de cada mes».

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La Constitución de la República también le fija al BCV responsabilidades en ese sentido. El artículo 319 establece que ese organismo «rendirá informes periódicos sobre el comportamiento de las variables macroeconómicas del país y sobre los demás asuntos que se le soliciten e incluirá los análisis que permitan su evaluación».

Desde Econométrica consideran que no revelar el comportamiento de la inflación genera un efecto aún más negativo en las expectativas de la población, ya que  “ha generado el perfecto caldo de cultivo para que comiencen a circular todo tipo de afirmaciones sobre el comportamiento de los precios”, según se lee en un reporte que la consultora envió recientemente a sus clientes.

“Los agentes venezolanos han sido privados de una información vital y esta ilegal decisión solo responde a intereses políticos; ese interés es ocultar el notable incremento de la inflación que ha ocurrido en los últimos meses”, sostiene Econométrica.

El INE, por su parte, no divulga los indicadores de pobreza, medida por ingresos, desde el año pasado. La última cifra correspondiente a ese indicador es la de 2013. En el desempleo también hay un rezago, ya que la última cifra publicada es de enero de 2015.

Sin termómetro, pero con fiebre

El ocultamiento de las cifras no ha frenado el deterioro económico. La población lo constata cuando hace largas colas, al ver los anaqueles vacíos, al pagar más por los productos y al comprobar cómo su salario rinde cada vez menos. “Es una decisión para tratar de tapar la crisis, pero la realidad no se puede tapar porque los venezolanos la viven a diario”, resume Anabella Abadi.

Las mediciones que realizan consultoras nacionales e internacionales sobre el tema de la inflación señalan que los precios siguen acelerándose y están muy por encima del 68,5%, la inflación registrada en 2014. Todas las proyecciones coinciden en que al cierre de 2015 Venezuela tendrá la inflación más alta de su historia económica, por encima del 106% de 1996. Sobre el comportamiento de la economía, las estimaciones conservadoras apuntan a una contracción que oscilará entre 4% y 5% este año.

Los cálculos privados sobre el problema del desabastecimiento tampoco son alentadores. Según Datanálisis, la escasez de alimentos básicos registrada en Caracas en mayo fue de 60,7%. Eso se traduce en que la población no consigue cotidianamente en los anaqueles el 61% de los productos que está buscando.

Para Abadi la no publicación de las cifras oficiales está relacionada con el discurso de la “guerra económica”. Así en la medida que no se publiquen los datos que confirman la crisis, las autoridades pueden mantener ese argumento intentando endosar la responsabilidad de lo que ocurre a otros actores.

Considera que existen “varias recetas” para que Venezuela pueda superar las dificultades económicas, pero todas parten de la “transparencia” en la data oficial y en el reconocimiento de los problemas. “Publicar las cifras no debe ser una demanda. Para empezar a ganar la confianza de los inversionistas nacionales e internacionales tiene que haber transparencia en las cifras”, afirma la economista.

Más de medio millón de familias dejaron de comprar en Mercal

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Los establecimientos de Mercal, donde se comercializan alimentos a bajos precios por el subsidio del gobierno, ya no son tan visitados por las familias venezolanas que se han estado desplazando a otro tipo de comercios, públicos y privados, para adquirir productos de la cesta básica.

La Encuesta de Seguimiento al Consumo de Alimentos del Instituto Nacional de Estadística, correspondiente al primer semestre de 2014 y publicada recientemente en su página web, muestra que entre enero y junio de 2013 e igual período de 2014, 558.231 familias dejaron de comprar en Mercal.

En los primeros seis meses de 2013 de un total de 7,18 millones de familias consultadas, 3,37 millones (44,76%) dijo haber comprado por lo menos una vez en Mercal. Pero en el primer semestre de 2014 la cifra descendió: solo 2,81 millones de hogares visitaron Mercal. Es decir, que la red abarcó a 38,49% del total consultado que en ese período fueron 7,3 millones.

La disminución de los clientes en Mercal ha sido constante en los últimos años. Si se comparan las cifras del primer semestre de 2014 con las del período en 2012 se observa que 916.353 familias dejaron de comprar en los establecimientos. En ese momento la red cubría a 52% del total de los entrevistados.

La encuesta del INE, que separa a los consumidores por estrato social, detalla que el descenso en las visitas a Mercal se dio en las familias de todas las posiciones económicas. Los primeros seis meses de 2013 acudieron a las bodegas públicas 558.988 familias del estrato V, los de menos recursos; mientras que en el primer semestre de 2014 la cifra bajó a 424.151 familias.

La consulta también indica que en los primeros seis meses de 2014 aumentaron los hogares encuestados que compraron carnes, huevos, cereales y grasas visibles en los automercados y supermercados que los que adquirieron esos productos en Mercal.

Entre enero y junio del año pasado 3,2 millones de familias compraron arroz en supermercados y 1,3 millones en Mercal. En el caso de la carne de res 1,3 millones de familias fueron a supermercados y 634.000 a Mercal. 2,2 millones compraron aceite en supermercados y 1,66 millones en Mercal.

La leche en polvo completa fue uno de los pocos productos que más compraron en Mercal: 1,35 millones de hogares, a diferencia de los 1,09 millones de familias que la compraron en supermercados.

Pero el número de clientes no fue lo único que cayó en los establecimientos de Mercal el año pasado, también se redujo en más de 50% la cantidad de puntos de venta activos.

Según la Memoria y Cuenta del Ministerio de Alimentación, el año pasado del total de 14.657 comercios (directos e indirectos) de la red Mercal, 6.725 estuvieron activos y 7.932 inactivos. Una situación similar ocurrió con la red Pdval, de 2.057 puntos de venta solo 470 estuvieron activos.

La red de abastos Bicentenario, integrada por 50 establecimientos, sí tuvo activos todos los locales en 2014, según el ministerio.

May 13, 2015 | Actualizado hace 9 años
El rapto de la estadística por Francisco Ibarra Bravo

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Como en la escultura de Giambologna hay tres figuras. La primera es la mujer raptada, tratando se zafarse de los brazos de su captor. La segunda el romano que se la lleva, y tercero el sabino vencido en el suelo. En Venezuela se viene dando desde hace mucho tiempo un rapto continuado.

Este rapto es la continuación de un proceso que se inició en 1999 que consiste en utilizar todas las instituciones del Estado para favorecer a quienes gobiernan. La degeneración institucional le permitió al gobierno hacerse con el control de dos instituciones que por ley deberían ser autónomas. Estas dos instituciones son el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Instituto Nacional de Estadística (INE). Ambos organismos son los responsables de producir y publicar las estadísticas nacionales, entre ellas las estadísticas económicas.

Tanto el INE como el BCV han sido utilizados de forma ilegal para malear las estadísticas nacionales para favorecer el discurso oficial. Además, el BCV opera hoy como la caja chica de PDVSA y el fisco en violación flagrante de las leyes. No conforme con este triste papel al que han puesto a jugar al BCV y el INE, dese hace algunos años el Gobierno ha presionado a estos organismos para que limiten y retrasen la publicación de estadísticas económicas, a la que por ley todos los venezolanos tenemos derecho.

Cuando la manipulación de las cifras ya no es suficiente para ocultar el desastre económico, se ha hecho necesario que Nelson Merentes y su combo rapten las estadísticas del país. Ya ni siquiera es un secuestro, el Gobierno no tiene interés alguno en entregar las estadísticas a sus verdaderos dueños: los ciudadanos. El Gobierno mediante su ministerio de asuntos monetarios, otrora llamado BCV, privatiza información pública tan valiosa como la inflación y cuentas nacionales. Esta información es vital para la planificación estratégica de los agentes económicos; que ahora se ven en la necesidad de pagar por obtener información que debería ser pública. El directorio del BCV es por lo tanto responsable de apropiación indebida de un bien público. La información estadística no solo debe ser pública sino oportuna.

Las estadísticas, maleadas en muchos casos, se siguen calculando. El Estado dedica recursos importantes para la recolección y procesamiento de estas cifras. La crisis económica no ha impedido a los organismos poder llevar a cabo su deber. Los ciudadanos con nuestros impuestos, incluida la inflación, estamos sufragando los costos de poder contar un sistema de estadísticas nacionales. Pese a asumir los costos no se nos está entregando la información.

El rapto de la estadística por el Gobierno y sus agentes en diferentes organismos públicos es un acto ilegal y que destruye la rendición de cuentas a la que debe estar sujeto todo gobierno democrático. La opacidad del Gobierno a todo nivel contrasta con el proyecto ofrecido de democracia participativa y protagónica. Hoy los venezolanos somos menos ciudadanos de lo que éramos en 1998. El Gobierno no rinde cuentas y privatiza información que debería ser pública. Esperemos que esto no se salde como aquel rapto, cuando quienes perpetraron el atropello al final terminaron saliéndose con la suya.