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Excusas

Solicitud de excusas tipo AMLO, por Elías Pino Iturrieta

ESCOJO A CHÁVEZ Y A LOS CHAVISTAS para que me ofrezcan disculpas. No por lo que han hecho con Venezuela en la actualidad, que no es asunto para llevar a cabo actos de pública contrición, sino para pagar cárcel perpetua y severa. Hablo, por ejemplo, de la proposición que nos han hecho de Simón Bolívar como paradigma impoluto de cualidades cívicas y como guía de la actualidad. Miran el pasado según su capricho o, mucho peor, cual jueces inflexibles al estilo del mexicano AMLO. Como ese señor ha causado sensación al pedir al rey de España que se rasgue las vestiduras por lo que hicieron los monarcas, sus antecesores, cuando conquistaron México, puedo yo imitarlo, entre chanzas y veras, al pedir a los pontífices del chavismo que hagan lo propio con el personaje que escogieron como brújula.

No se trata de nada descomedido ni insólito, si consideramos que lo acaba de hacer desde su tribuna y sobre sus asuntos un estadista aclamado por el pueblo que levanta la voz contra tres siglos de negocios yertos como si no hubieran pasado, o como si los mismos mexicanos no los hubieran conducido en hora oportuna al cementerio. Pues sucede lo mismo con los arciprestes chavistas de nuestros días, empeñados en asegurar que el pasado solo pasa cuando a ellos les dé la gana, no solo para encontrar en su seno la palpitante compañía de un líder liberado de las ataduras del tiempo, sino también los torvos protagonistas que se han negado a abandonar la escena. Por historiador y por entrometido, yo debo ser uno de tales sujetos, un villano de ese ayer que ellos han convertido en hoy y quizá en mañana, si nos atenemos a la lista de resurrecciones y defunciones y a la nómina de ángeles y réprobos que elaboran en la casa del partido para que se trasladen después a la calle como si formaran parte del noticiario del día.

Esos juegos inverosímiles con el almanaque; ese entrar y salir del Panteón Nacional, como si fuera el botiquín de la esquina, a hablar con sus habitantes o a insultarlos, inaugurado por el “comandante eterno” y continuado por sus sucesores; pero también las ganas de imitar a AMLO en su requerimiento ante el monarca de lo que fue un imperio en cuya formación no se ahorraron crueldades, me lleva a proponer a los resucitadores nacionales que se disculpen por la idea que han materializado de convertir al Libertador en deidad viva y vivificante. Como ellos son sus hijos, según han proclamado sin recato, o sus albaceas, de acuerdo con lo que han afirmado en documentos públicos y en carteles de propaganda que nadie se ha atrevido a discutir, se me ocurre que deben ser los destinatarios naturales de las excusas que me animo a exigir al estilo charrasqueado de Andrés Manuel.

Para no alejarme del modelo del presidente mexicano, debo tocar en primer lugar el asunto de la crueldad, aplicada sin contemplaciones por el héroe hacia los hombres de su tiempo mediante la proclamación de un holocausto. Hablo, funcionarios, profesores, locutores, escribidores y acólitos del chavismo, de la Proclama de Guerra a Muerte expedida por Bolívar en 1813, debido a cuya ejecución sucedió un crimen contra personas inocentes sobre el cual nadie se ha detenido con ojos dolorosos, y en torno al que no se han atrevido a dar explicación, ni siquiera somera. No pido que expliquen el acto, faena realmente empinada desde la sede de la catequesis, sino que simplemente se disculpen por el horror cometido por el fundador del linaje del que se ufanan en el papel de herederos y custodios. Y, como a la oportunidad la pintan calva, aprovecho para que incluyan en el repertorio de las exculpaciones la tirria que el Padre les tenía a los pardos, a esos colores ineptos para la democracia que podían controlarse con senados hereditarios y presidencias vitalicias. Por último, si no es mucho pedir, pienso que deben dispensarse también porque el numen rebajó el escalafón de Caracas al poner Bogotá como capital de una república inorgánica que bautizó con el nombre de Colón, olvidando los desastres que trajo el descubridor a las tierras encontradas en 1492 y entregadas a los españoles por el papa Francisco de turno.

Pero, como estoy traspasando los linderos del disparate para caer en la parcela de la herejía, como abandono los espacios de la cordura para caer en pecado mortal, suplico a los destinatarios, y al público en general, que traten la solicitud con la comprensiva conducta exhibida por los políticos de izquierda ante la petición del presidente de México a Felipe VI, para que se avergüence de los Reyes Católicos y del Sacro Emperador.

 

@eliaspino

El Nacional 

Todo se derrumba por Marianella Salazar

derrumbe

 

Nicolás Maduro prendió la mecha haciendo un llamado a la rebelión. En efecto, lo que se ha vivido en solo dos días de esta semana, en Caracas y algunas ciudades del interior, es la rebelión de un pueblo indignado con un régimen incapaz de implementar planes de contingencia ante las grandes calamidades públicas, que cayeron de un solo golpe como producto de años y años de improvisación, falta de inversión y mantenimiento. Lo que más indigna es que no haya sido por falta de recursos, pues la renta petrolera dio tanto que Don Regalón –Hugo Chávez– se dio el lujo de repartir combustible en el corazón del imperio “mesmo”, como hizo en los barrios neoyorquinos de Harlem.

El petróleo sirvió para financiar una entelequia llamada socialismo del siglo XXI, exportarla por América Latina y sembrarla en España con Podemos (un pase de factura por la humillación del “¿Por qué no te callas?” sufrida por el galáctico). No les bastó el despilfarro y la corrupción, causantes de tanta miseria y destrucción, ahora nos meten la mano en los bolsillos con el aumento de la gasolina para sacar más recursos, medio llenar las saqueadas arcas públicas, continuar con la rapiña y seguir mandando gasolina gratis a Cuba. Una bofetada a cada uno de los venezolanos que sufren la escasez y la inflación, tan alta, que una latica de atún cuesta más que un día de trabajo.

 

Enfriar al país

Siguen los embustes con el fenómeno El Niño y el Guri, que sirven de excusas para justificar la falta de energía termoeléctrica. Claro que la sequía impacta fuertemente, pero la demanda es de 137.000 megavatios hora y Guri solo produce 37.000, los otros 100.000 tienen que ser generados por los termoeléctricos ¡que no tenemos!, ¿por qué?, por los funcionarios corruptos que se aprovecharon de la crisis eléctrica haciendo negocios con los “bolichicos” de Derwick Associates. Por eso, el lunes se desconectaron en Caracas las subestaciones eléctricas ubicadas en Tarzilandia y El Rosal, que mantuvieron sin luz 80% del municipio Chacao y seguirán desconectándose muchas más subestaciones en la capital.

Venezuela tiene bastante tiempo con la oscurana, si el año es muy seco y se apaga Guri, será muy crítico, medio país estará sin luz y habrá grandes racionamientos en ciertos sectores. El gobierno tomará medidas muchas más drásticas para sobrevivir y pasar la penumbra, aunque sea hasta el invierno cuando lleguen las lluvias. Estudian enfriar el país para bajar el consumo –en muchas estados ya son habituales los cortes prolongados de energía eléctrica–, aplicarán horarios escalonados, decretarán días libres entre semana. Lo intentarán todo con tal de que no se apague Caracas; desde el punto de vista estratégico y por razones de seguridad la situación sería inmanejable, con un impacto político muy fuerte, que no es otro que la salida.

 

La caída

El país arde por los cuatro costados, brotan manifestaciones y protestas por falta de agua, luz, alimentos, medicamentos. Hay saqueos e intentos de saqueo. Toman las vías públicas, desde Petare hasta Upata, desde Catia La Mar a San Juan de Los Morros. El lunes Caracas fue un caos, los residentes de La Urbina, Terrazas del Ávila y El Marqués no pudieron conciliar el sueño por la plomazón, las detonaciones de bombas lacrimógenas, perdigonazos, sirenas, cacerolazos y gritos que se escuchaban en los alrededores de Makro, La Urbina. En Altamira quemaron un vehículo frente al Banco del Libro. Se reportaron decenas de arrestos, la represión tiene un costo político muy alto. Estamos en el preámbulo de la caída. La improvisación y el caos es la impronta final en la deriva paroxística del régimen.

 

@AliasMalula

El Nacional

¡Excusas que matan! por Antonio José Monagas

VenezuelaBandera

 

Dicen que “desde que se inventaron la excusas, nadie queda mal” O que “nadie quiere ser culpable”. Pero cuando las realidades son diferentes del contexto en donde busca plantarse la excusa, entonces nadie podría quedar bien parado. Sobre todo, porque las excusas, en tanto que pretextos o evasivas, nunca podrán construirse a partir de razones dirigidas a derrumbar verdades sólidas por cuanto sólo pueden utilizarse para escapar de obligaciones o responsabilidades, justificar omisiones o adulterar situaciones. Todo ello, circunstancialmente. Así sucede en cualquiera de los planos o terrenos de la vida. Ni siquiera la política, se salva de ello. Más, por ser el ámbito donde, generalmente, los esfuerzos por resolver un problema, se convierten en nuevos problemas.

Cuando quienes gobiernan realidades, además complicadas por esencia, desconocen las dificultades en que se ven atrapadas las distintas situaciones que se ubican bajo su presunta responsabilidad, no sólo es porque el envilecimiento padecido ha reducido sus capacidades a la mínima expresión política. También porque con sus “cuentos de camino”, buscan falseados motivos para asombrar a ilusos e ingenuos con medidas cuyos absurdos contenidos terminan sólo garantizando más desintegración, mayor inmoralidad y peor compostura. O porque buscan algún subterfugio que les haga quedar bien sin siquiera imaginar que la situación hará voltearle lo planeado.

Quienes así se empeñan en gobernar, es porque ni proyecto consistente de gobierno tienen, ni tampoco noción de las vías a surcar ante las contingencias por las que deberán transitar. Quienes de ese modo gobiernan, se valen de vulgares improvisaciones para enarbolarlas como decisiones a tomar, sin posibilidad alguna de alcanzar los cometidos trazados. Por eso, los resultados siempre lucen contrapuestos a lo que se ha maquinado.

Este tipo de problema, ha tronchado expectativas de gobernantes que, equivocada o alevosamente, han creído que el gobierno está hecho para amasar riquezas y brindar placer a quienes gobiernan. Es precisamente, el problema que define el comportamiento de los actuales gobernantes venezolanos. Habida cuenta, que su manoseado socialismo del cual solapada e hipócritamente se ufanan, será el cadalso de su pervertida revolución. Aunque algunos analistas políticos, han especulado que éste pudiera ser el escenario que mayormente coincidiría con lo que sería el ocaso del oficialismo. Por supuesto, luego de observar que el gobierno está jugándose “su final” empleando estrategias ampulosas mediante fútiles excusas que si bien pueden favorecerlo en su afán de conservar el poder por unos instantes más, también pudieran resultarle absolutamente contraproducente no sólo por intentar reincidirle la gestión que, legítima y necesariamente, adelanta el Parlamento Nacional mediante evasivas de baja calaña. Asimismo, por comprometer al resto de los poderes públicos a traicionar mandatos y disposiciones constitucionales que fracturan la institucionalidad de la cual forman parte fundamental.

Apelar a excusas para sortear dificultades propias de procesos que la política arrastra en medio de la cruda incertidumbre dentro de la cual lidia con contradicciones, confusiones y reiteraciones, genera mayor desasosiego y graves tribulaciones. Ejemplo de tan patéticas condiciones, es el que Venezuela, desvergonzadamente, exhibe ante el resto del mundo. Un país que en otrora fue referencia en materia de desarrollo económico y de praxis política, hoy pasó a ocupar los últimos lugares en indicadores de transparencia y movilidad en rubros que atañen a la gerencia pública y administración de gobierno. Pero al mismo tiempo, escaló primeros lugares en indicadores relacionados con razones que hablan de efectos tan impúdicos como la corrupción, la inflación y el desempleo. Tan crítica ha sido la decadencia y depauperación nacional, que el informe anual de la agencia Bloomberg, explica por qué “Venezuela lidera el ranking de las economías más miserables del mundo, entre un total de 63 países”.

Y aún así, el régimen continúa inventando excusas para justificar sus embadurnadas cometidas. Igualmente, para argumentar el silencio cómplice ante las estrafalarias equivocaciones y actos de descarada impunidad perpetrados por altos funcionarios y prosélitos de distintas jerarquías y conexiones indistintamente de momentos de franca y seria crisis de Estado. A riesgo de perderse en una senda sin retorno, el gobierno central sigue empeñado en culpar a quienes nunca han tenido algún tipo de relación o vecindad con aparatos o procedimientos gubernamentales. Pero el sólo hecho de acusar al contrario, ha llegado a convertirse, inevitablemente, en la vía para inventar calumniosas y corrosivas excusas. Pero no meras excusas. Aún peor, son ¡excusas que matan!.

 

@ajmonagas

¿Excusas? VP de la soberanía alimentaria Revisando niveles de recepción de productos hemos encontrado situaciones normales para una fecha como hoy

Carlos Osorio

 

El vicepresidente de la soberanía alimentaria, Carlos Osorio, consideró que la recepción de productos, que se ha evidenciado en los primeros días de enero, es normal.

«Revisando niveles de recepción de productos hemos encontrado situaciones normales para una fecha como hoy, venimos saliendo de un período decembrino», dijo.

El presidente de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicio (Ansa), Luis Rodríguez, aseguró que la ausencia de productos en algunos anaqueles se debe a que los proveedores se van de vacaciones en diciembre y el inventario que poseen es adquirido con anticipación para el último mes del año y los primeros días de enero.

«Revisando niveles de recepción de productos hemos encontrado situaciones normales para una fecha como hoy, venimos saliendo de un período decembrino», dijo el vicepresidente de la soberanía alimentaria

«No contábamos con el aumento en las ventas a finales de diciembre, cosa que hizo que nuestros anaqueles a principio de esta semana aparecieran vacíos. Eso es muy normal, ha ocurrido en años anteriores», aseguró y añadió que algunos productos escasos se podrán encontrar a lo largo de 10 o 12 días cuando comiencen a reintegrarse los proveedores.

Rodríguez se refirió a la toma de fotografías a los estantes vacíos, sobre lo cual expresó que en todos los supermercados a escala mundial está prohibido esta actividad por una política de competencia: «Hay una política de no tomar fotos, por que cada quien tiene su manera de manejar sus anaqueles, como acomodarlos, para que la competencia no se copie».

¿Será que se lo cree? ¿Entonces esto es una tradición de Día de Reyes?

con información de El Nacional

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Votos, mentiras y excusas por Elías Pino Iturrieta

Socialistaunido

 

Los resultados de las elecciones internas del PSUV, el pasado domingo, han destacado un rasgo predominante del chavismo: la necesidad de mentir, la existencia de una especie de perentoria misión de engañar a la sociedad. El chavismo lleva quince años en un reiterado ejercicio de patrañas, que sus afirmaciones sobre su fracasado evento electoral ponen de bulto.

No es fácil el ocultamiento de lo que pasa ante la vista de todos. Ni inventar lo que no pasa. No se puede cambiar una realidad que ha discurrido sin disfraz entre los hombres que caminan por las calles en un día de asueto, o tienen tiempo de sobra para escuchar los comentarios de los vecinos sobre las vicisitudes de la calle. Fue lo que ocurrió el domingo anterior ante el desarrollo del proceso anunciado por el PSUV para la escogencia de delegados. La gente salió a sus ocios, o simplemente se asomó por la ventana, para constatar el fracaso de lo que se anunció como un capítulo esencial de democracia interna. No hubo tal capítulo y, por lo tanto, tampoco se advirtió la existencia de un avance de democratización pregonado con bombos y platillos. ¿Por qué? Porque nadie lo vio, pese a que se trataba de un evento público; porque no se formaron aglomeraciones en los centros electorales, porque el anuncio no se materializó ante la vigilancia de la comunidad convertida en reportera de su cotidianidad.

Sin embargo, los voceros del gobierno y del PSUV llegaron a una conclusión distinta: la diana sonó en la madrugada para que los acólitos saltaran presurosos de la cama, como en los tiempos entusiastas del comandante eterno; las colas fueron gigantescas, como las de Mercal y Daka; la gente se peleaba por votar, como si persiguiera un frasco de detergente; reinó la alegría, en medio de un proceso festivo y prometedor. Tales fueron las afirmaciones de los voceros del oficialismo, para tapar con un dedo el Sahara de la ausencia de militantes. Más todavía: el presidente Maduro, en eufórica intervención, llegó a asegurar que acababa de ocurrir un hecho histórico que cambiaría la trayectoria de los partidos y de la política en general.

No estamos ante un asunto novedoso porque, como se afirmó al principio, la mentira y la tergiversación de la realidad son consustanciales al chavismo, pero el tamaño de la patraña pone de relieve el empeño de hacerle fraude a la opinión pública. Aun frente al desmentido abrumador de un hecho que jamás sucedió, pese a que no se puede ocultar ante nadie la descomunal ausencia de votantes, tan brutal que ni siquiera la pudo inventar un canal tan embustero como VTV, han pretendido la mutación de la ausencia en presencia, del desgano en entusiasmo y de la decadencia en apogeo. Se ha inventado un fenómeno concreto, se ha fabricado de la nada, con la ayuda de los medios de comunicación que dependen del erario o que son sus desvergonzados colaboradores.

Y no faltó la explicación risible sobre la inexistente comparsa, capaz de conceder mayor relieve a la indecente propagación de una falsedad. Hubo votantes de sobra, afirmó uno de los voceros más calificados del PSUV, tantos que no vamos a detallar el número por motivos estratégicos. No conviene que nos vean tan fuertes, quiso decir. Es preferible pasar agachados, se atrevió a sugerir. La estrategia aconseja modestia, también asomó. Una excusa tan hilarante, tan carente de asidero, no exhibe la fortaleza de una organización política sino una evidente decadencia. También patentiza la debilidad de los argumentos que fabrican en unos laboratorios lampiños de ideas.

Pero, como la realidad no admite manipulaciones tan groseras, ni explicaciones distinguidas por una flojera que no debe permitirse un gobierno que respete a la ciudadanía y se respete a sí mismo, debemos pensar en una conducta de displicencia frente al pueblo, en un desprecio del parecer ajeno, capaz de permitir la reafirmación de un divorcio frente a los asuntos relativos al bien común que se incrementa sin solución de continuidad. Gracias a pormenores como el que se ha comentado, se agiganta un rasgo de gélida indiferencia, o de descomunal prepotencia, que permanecerá mientras sigan en el gobierno quienes lo encarnan.

 

@eliaspino

El Nacional