Marianella Salazar, autor en Runrun

Marianella Salazar Marianella Salazar

Una propuesta indecorosa, por Marianella Salazar

EL USURPADOR TIRA LA PARADA en “las oposiciones” a ver quién la agarra y cae en el juego de participar en unas elecciones legislativas, como ya lo hizo en mayo de 2018 Henri Falcón, en la farsa electoral donde sirvió de esquirol para darle viso de legalidad a una reelección presidencial en la que 80% de la población demostró su repulsa unánime.

Los resultados de esa patraña, convocada por la ilegítima  asamblea nacional constituyente fueron desconocidos por la comunidad internacional, que de forma determinante reconocen al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, como presidente interino de Venezuela.

En su intento desesperado de disolver al único poder legítimo en Venezuela lanza esa propuesta indecorosa de hacer elecciones legislativas. Maduro se comporta como lo que es, un dictadorzuelo que hace mal uso del poder, que persigue, secuestra, encarcela, tortura, logra que se asilen en embajadas o abandonen el país a más de 30 diputados, entre ellos, el primer vicepresidente del Parlamento, Edgar Zambrano, quien  se negó a  bajarse de su automóvil para ser detenido y de forma brutal fue arrastrado en una grúa hasta su sitio de reclusión. Así el usurpador le demuestra al mundo que es capaz de ejecutar cualquier acto de barbarie.

En su intento por aislar y aniquilar a Juan Guaidó -que se mantiene como la esperanza de todos los venezolanos y la única oportunidad de cambiar ésta trágica historia-, pretende recortarle su mandato y se «bypassea» la Constitución al intentar adelantar las elecciones legislativas con el concurso de un tramposo Consejo Nacional Electoral, que fue capaz, entre otras muchas tropelías, de arrebatarle descaradamente la Gobernación del estado Bolívar al dirigente político Andrés Velásquez.

El régimen viene desconociendo al Poder Legislativo (no podemos olvidar cómo impidieron la incorporación de los diputados electos y proclamados por el estado Amazonas), irrespeta la inmunidad parlamentaria, para eso cuenta con el auxilio de un Tribunal Supremo de Justicia en manos de un ex presidiario que autoriza enjuiciar a los diputados sin la aprobación de la Asamblea Nacional, que tiene en exclusividad esa competencia. Además de las atrocidades judiciales, los diputados están siendo víctimas -incluso en sus residencias- de actos de repudio por parte de grupos paramilitares conocidos como colectivos, unos facinerosos cargados de odio que son capaces de los actos más abominables y viles. También se les impide el acceso a la sede del Capitolio, como lo hacen con la prensa y los empleados de la Asamblea, a quienes se les niega el paso con prácticas rocambolescas, como las supuestas desactivación de bombas, con la toma por parte de contingentes de la GNB, o con la violencia verbal o física de sus colectivos.

Es toda una odisea, sortear esos desafueros para sesionar en la cámara, como lo hicieron ayer los  valientes diputados, encabezados por su presidente Juan Guaidó, para  rechazar el fraude electoral del 20 de mayo  de 2018 que ha provocado la crisis política, social y económica más devastadora y sin precedentes en la historia del país.

El intento de usurpar el Poder Legislativo empeora la situación del tambaleante dictador, le ocasiona un alto costo político que solo refuerza el clamor de su salida inmediata. En cualquier tipo de negociación su desalojo del poder es la única opción para salvar al país de la debacle que ha producido. Maduro y sus secuaces, cada vez más crueles y erráticos  no dejan otra alternativa que el cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.

 

@AliasMalula

Una larga agonía, por Marianella Salazar

NO ENTIENDO A DETRACTORES en la oposición que están empeñados en demostrar las debilidades de la ruta trazada por el presidente Juan Guaidó para lograr el cese de la usurpación. Juegan a su fracaso, que es el de la mayoría de los venezolanos. En vez de apoyarlo, le facilitan el trabajo al régimen que viene jugando a su desgaste.

La temida policía política del Sebin y su director, el general Manuel Cristopher Figuera, estaba apoyando el cambio promovido por el presidente de la Asamblea Nacional y liberó nada menos que a Leopoldo López. Ese si fue el verdadero golpe del cual Maduro no se ha podido recuperar,

Cristopher Figuera fue el alto oficial que sustituyó en ese cuerpo de inteligencia a Gustavo Gónzález López, destituido por un grave e inexplicable incidente, registrado en octubre del año pasado, cuando Maduro pudo perder la vida al ser interceptada y tiroteada por funcionarios del Sebin la caravana presidencial.

Maduro  demuestra que está sin margen para maniobrar y le devuelve a  Diosdado Cabello el control del Sebin, al reenganchar al último hombre en quien alguien con verdadero sentido común pudiera confiar, Gustavo González López, sobre todo después de aquel oscuro suceso o ¿atentado?

Hubo un quiebre el 30 de abril, no solo en el Sebin, los cambios en la FAES y la PNB lo demuestran. El DGCIM también está bajo sospecha. La debilidad de Maduro saltó a la vista al quedarse en su búnker del Fuerte Tiuna, mientras Cabello desde Miraflores capitalizaba el espacio abandonado por su inquilino. Maduro no confía ni en su sombra y se muestra errático, el develamiento  hecho por el asesor de Seguridad de Estados Unidos, John Bolton, al afirmar que se retractaron los hombres con los que estaban negociando la transición política –el ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López; el director de Inteligencia Militar, Iván Hernández Dala; y el presidente del  Tribunal Supremo de Justicia, Maikel Moreno– no lo dejan dormir. Los ansiolíticos lo tienen loco. Visita guarniciones para tratar de conectar con la tropa, dan lástima esos soldados expuestos a convertirse en carne de cañón en caso de una acción militar extranjera, y por ser humillados y degradados al punto de arrodillarse ante el tirano, como lo hicieron el pasado 2 de mayo durante la vergonzosa parada militar en el Patio de las Academias en Fuerte Tiuna. Aquella lamentable escena recuerda los excesos del llamado “carnicero de Uganda”, el cruel dictador africano Idi Amín Dada.

Maduro es percibido en el mundo como un dictador cuyo régimen se derrumba. Si el 30 de abril hubo un error de cálculo en la estrategia trazada por Guaidó, el usurpador lo que ha recibido son unos días más en su larga agonía.

 

@AliasMalula

El Nacional 

Una larga oscurana, por Marianella Salazar

UN PAÍS DEVASTADO QUE SE HA QUEDADO a oscuras, con la gente enclaustrada en sus casas, los comercios cerrados, las calles desoladas, la vialidad sin congestionamiento, esa es la aterradora imagen que ofreció el primer día de la semana  que siguió al asueto de los días santos, no solo Caracas sino el resto del país. El caso del Zulia es el más trágico, familias enteras durmiendo a la intemperie porque no aguantan las altas temperaturas dentro de sus viviendas, además de no tener luz ni refrigeración para los alimentos, están sin agua, sin teléfonos móviles y por supuesto, sin Internet. Un verdadero infierno.

Después del primer apagón y los saqueos auspiciados por el gobernador del Zulia, el estado se quedó paralizado y  la población deprimida, agotada física y mentalmente. Nuestros hermanos zulianos viven una situación infrahumana, son verdaderos sobrevivientes del genocidio planificado contra ellos, especialmente con saña, condenados a la supervivencia y eso explica por qué no se han rebelado, porque si reniegan de esas condiciones de vida y culpan al régimen por eso no logran salir de ese círculo perverso.

Ni los zulianos ni el resto de los venezolanos merecemos vivir así y no hay esperanza de normalizar el fluido eléctrico: a juzgar por los planes de racionamiento y los horarios especiales que reducen la jornada laboral y escolar suponemos que está muy lejos el adiós definitivo a los apagones que nos amargan la vida a todos, menos a los enchufados y a los generalotes que tienen aseguradas sus plantas eléctricas como premio a la lealtad del usurpador. Mientras tanto, en cadena nacional, el ilegítimo Nicolás Maduro, como no tiene nada para hacerle frente a esta contingencia, recomienda al resto de la población abastecerse con velas, linternas y tener radio de pilas para torturarnos con las emisoras oficiales y comunales –Radio Nacional de Venezuela, Miraflores, Tiuna, entre otras– que no pierden minuto para la propaganda gubernamental y el adoctrinamiento político. Escuchar esas emisoras, que durante un apagón son las únicas que mantienen su señal, es un verdadero suplicio.

Somos el fiel reflejo de Cuba antes de que Hugo Chávez, “Don Regalón”, comenzara a desmantelar –en 2007– las plantas de autoarrancado diésel que garantizaban suministro constante cuando se sobrecargaba el sistema nacional para donárselas a Nicaragua y a los dictadores castristas.

Estamos frente a una emergencia difícil de superar por la incapacidad manifiesta de un régimen corrupto que no le interesa el bienestar de los demás. Solo les importa no ser desalojados del poder, para seguir robando, que es la verdadera intención de la usurpación, aunque no la única. El régimen está absolutamente minado por la corrupción, son tan desalmados y descarados que en este mismo momento mantienen a millones de usuarios con graves fallas en el servicio ABA de Internet sobre banda ancha de la Cantv, gracias a los equipos de minería que han conectado a Internet para fabricar criptomonedas que –según fuentes de la compañía estatal– han instalado en la Cancillería y en la Vicepresidencia y que requieren alto consumo de banda ancha. Un jugoso negocio –¿de quién o de quiénes?– que resulta obsceno al ser sustraído en perjuicio de los usuarios que pagamos el servicio. Esa sería la causa de las graves fallas en ABA, por la que sufrimos incomunicación de ese servicio y que exigiría, cuando cese la usurpación, una exhaustiva investigación y penalización, sin posibilidad de amnistía.

No podemos mantenernos silenciosos, ni  resignarnos, ni cansarnos de marchar, eso sí, sin falsas expectativas porque no podemos perder la oportunidad de exigir nuestros derechos y libertades.

 

@AliasMalula

El Nacional

POR MÁS IMPACIENTES QUE ESTEMOS, tenemos que entender que el  cese de la usurpación que dará paso a un gobierno de transición es un proceso largo y complejo.

Los que  permanecemos en Venezuela sentimos que vivimos los capítulos finales de una pesadilla con más de 20 años. Capítulos  que se prolongan y agobian. Aunque sea un lugar común, hay que repetirlo: nadie dijo que iba a ser fácil. Estamos lidiando con una dictadura que se sostiene en el crimen organizado, el narcotráfico y el terrorismo. Por eso  el ciudadano común, ahogado por problemas básicos e irresolutos a los que cualquier ser humano tiene derecho –alimentación, servicios básicos como el agua, la luz, la salud y la seguridad– está clamando por una ayuda militar extranjera, que no es viable si la Asamblea Nacional no le pone la estocada final a la agonía y aprueba el 187.11 constitucional.

La gente ha demostrado que no se deja paralizar por el miedo, lo constatamos el sábado pasado en Caracas cuando el pueblo se volcó a la calle aclamando a Juan Guaidó, apoyando su cruzada por la libertad.

La gran convocatoria de Guaidó puso a los usurpadores nerviosos. A pesar de campañas sucias y operaciones psicológicas para alimentar el desaliento, el presidente interino se muestra más fuerte que nunca. Las acciones de la espuria asamblea nacional constituyente  para encarcelarlo resultaron inútiles, porque incrementó un abrumador sentimiento de solidaridad hacia el depositante de la esperanza colectiva.

El régimen está en fase terminal, las sanciones económicas de Estados Unidos lo tienen haciendo malabarismos, por eso Maduro suplicó el sábado un diálogo con la oposición y lo hizo con desesperación, se trata de otra patraña que cuenta con el auxilio de gobiernos cómplices, como el de Uruguay y del trasnochado presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que así como sale a exigirle al rey de España que pida perdón por los abusos de la Conquista hace más de 500 años, se ofrece como mediador “confiable” para establecer un diálogo en Venezuela, que solo impediría la salida de los dictadorzuelos. Sentar a Guaidó en una mesa de diálogo que la mayoría repudia lo liquidaría.

Pero Juan Guaidó no pisó el peine y afirmó que “el único diálogo es la salida de Maduro”. Así que la ruta trazada para el cese de la usurpación cuenta con el apoyo que podamos dar en la calle, por supuesto que esa presión no es suficiente para echarlos del poder, está más que demostrado que no saldrán por las buenas, que ellos están dispuestos a morir con las botas puestas, atrincherados en las guaridas del Fuerte Tiuna. Por eso es necesaria y urgente la cooperación de la comunidad internacional y una ayuda militar para salvar al país y reconstruirlo.

A la Asamblea Nacional le corresponde cumplir el mandato constitucional del artículo 187, numeral 11 para liberarnos del mismo destino  que ha tenido Cuba, con una dictadura a perpetuidad. Quienes solo han producido ilusiones fallidas, ruina, odios y violencia saben que su salida no se hará con el auxilio de unas hermanitas de la caridad sacadas de un convento.

El canciller Arreaza acaba de revelar cuáles son sus métodos al expresar que son “expertos en operaciones de guerrilla”, de esa forma burlarán las sanciones estadounidenses a los cargueros que transportan el petróleo que los gobiernos de Chávez y Maduro regalan a Cuba, no para sacar al pueblo cubano de sus grandes privaciones sino para lucrar a la alta nomenclatura comunista que lo comercializa.

No podemos tirar la toalla, el régimen apuesta precisamente al desgaste de Guaidó. La única arma de los ciudadanos es nuestra voz y la protesta. El que se cansa pierde.

 

@AliasMalula

El Nacional 

Agujero negro, por Marianella Salazar

DESDE EL PASADO 7 DE MARZO, cuando ocurrió el megaapagón en todo el país hasta el día de hoy, cuando continúan los indeseables cortes diarios que durante horas dejan a los ciudadanos en las tinieblas, a merced del hampa,  totalmente incomunicados, sin el servicio del Metro y con escaso servicio de transporte, paralizados, desabastecidos de agua, con  miedo al vandalismo y a las desproporcionadas acciones represivas desatadas por la FAES y los colectivos violentos, que disparan a mansalva contra manifestantes que protestan por la falta de servicios públicos en zonas populares, no podemos sino concluir que se ha implementado un plan siniestro, probado durante años en Cuba para desgastar física y psicológicamente a la población para someterla.

Se trata de una plan de operaciones psicológicas que desde el punto de vista de inteligencia militar se ha creado para producir desgaste en la población. Una de las recomendaciones que el difunto Hugo Chávez siguió al pie de la letra de su mentor, Fidel Castro, fue  la de mantener al pueblo con miedo y principalmente con hambre, por eso expropió y destruyó el aparato productivo con el fin de alcanzar el control absoluto. Su heredero político, el usurpador Nicolás Maduro, ha tenido que sortear las calamidades provocadas por la crisis eléctrica que se viene arrastrando desde el año 2010, cuando Chávez declaró una emergencia  eléctrica producida por una sequía que hizo descender el agua a niveles críticos en la represa del Guri y aplicó un drástico racionamiento que pudo ocasionar una rebelión popular similar al Caracazo, cosa que no ocurrió gracias a la  inmediata intervención de Fidel Castro, que le envió al padre y cerebro de la Inteligencia cubana, comandante Ramiro Valdés –alias Charquito de Sangre–,  para comandar las acciones si intentaban sacarlo del  poder con la excusa de la crisis de electricidad.

La situación hoy es mucho más grave para la estabilidad del régimen usurpador, el país se le va de las manos y para colmo hay una comunidad internacional que mayoritariamente desconoce su legitimidad y reconoce como presidente interino a Juan Guaidó, por eso tenemos nuevamente la presencia en el país de Ramiro Valdés, convertido en el verdadero jefe de las redes de inteligencia en Venezuela.

La Fuerza Armada ha  venido convalidando la entrega de la soberanía a la dictadura cubana, con el agravante hoy de la inquietante presencia militar rusa. Se calcula que casi 400 rusos pertenecientes a operaciones especiales están en el país. El pasado 23 de marzo arribaron dos aviones militares con 99 hombres a bordo por la rampa 4 del aeropuerto internacional de Maiquetía. A ellos se suman unos 52 hombres que habrían llegado –según fuentes de inteligencia– el miércoles 27 de marzo a bordo de un submarino clase Kilo de la Armada rusa.

El “agujero negro”, conocido así por su habilidad para desaparecer silenciosamente –según Wikipedia–, iba a  atracar en el puerto de Guanta en el estado Anzoátegui, pero se desvió a última hora hacia la Estación Principal de Guardacosta, Alférez de Fragata Fernando Díaz, en Puerto Ordaz, estado Bolívar, debido a la alerta lanzada por el diputado Andrés Velásquez en su cuenta de Twitter. Otros 230 rusos expertos en artillería antiaérea y toma de instalaciones físicas habrían llegado hace un mes, 100 de ellos distribuidos en la seguridad del usurpador Nicolás Maduro (50) y el resto para la seguridad de Diosdado Cabello y del ministro de Finanzas, Simón Zerpa.

La injerencia rusa es motivo de alarma y una amenaza para la  paz en la región. El cese de la usurpación depende ahora de las dos grandes potencias. ¡Qué Dios nos agarre confesados!

 

@AliasMalula

El Nacional

Capítulos finales, por Marianella Salazar

NADIE DEBERÍA DUDAR DE QUE estamos viviendo los últimos capítulos de la dictadura de Nicolás Maduro Moros. Su desalojo es un hecho inédito pero cierto, se asemeja a la caída de otros dictadores que por aferrarse al poder terminaron presos o muertos, como es el caso de Alberto Fujimori  que actualmente cumple una larga condena en el Perú y posiblemente muera muy enfermo en prisión;  del panameño Manuel Noriega, capturado por los norteamericanos y llevado a una cárcel estadounidense acusado y juzgado por narcotráfico; del yugoslavo Slódoban Milósevic, entregado a la Corte Penal Internacional de La Haya; o del megalómeno Muammar Gadafi, muy bien recibido en Venezuela por su par venezolano, el difunto Hugo Chávez Frías, pero finalmente derrocado y arrastrado en la calle por una multitud, en el sur de su país, adonde huyó y encontró la muerte, tiroteado sin misericordia mientras pedía clemencia, poniendo fin así a más de cuatro décadas de cruel tiranía.

Deberían preguntarse quién podrá contener la ira y el odio acumulado durante años de sufrimientos, con tantos muertos debido a la falta de medicinas y de tratamientos médicos, por el hambre, la insalubridad y la miseria que convirtieron al país en solo escombros y ruinas. Quizás sea la razón para la reciente huida hacia Colombia del general Carlos Rotondaro, ex presidente de los Seguros Sociales, quien hace denuncias graves sobre la corrupción y las muertes de enfermos de diálisis, en lo que sin duda tiene sus responsabilidades. Pretende salvar su pellejo con la Ley de amnistía y el reconocimiento  de  Juan Guaidó como presidente interino. La tienen bombita para que negocien su salida y escojan un destino como España, donde algunos ya tienen propiedades, dinero -mal habido-  y hasta parte de sus familias, pero están aferrados en sus guaridas, con el apoyo de narcomilitares leales, los paramilitares de los colectivos, bandas delincuenciales que gozan de impunidad, los centenares de cubanos del G2 (la semana pasada llegó al país un equipo multidisciplinario integrado por unos 500 cubanos, especialistas eléctricos y expertos en disuasión de manifestaciones), de sus aliados de la guerrilla colombiana y de los descarados colaboracionistas, que dicen ser de oposición, pero hacen un admirable servicio de bomberos en comparsa con negociadores extranjeros, como el español Rodríguez Zapatero, que intenta darle los últimos respiros, boca a boca, a la dictadura.

En el espectro político han reaparecido los fantasmas del diálogo y las negociaciones, a pesar de que un abrumador 88,9% del país  quiere que se “vayan ya” del poder y no están dispuestos a apoyar diálogo ni negociación alguna, como lo  señala la encuestadora Meganálisis en su último sondeo. No hay que creer en cuentos de camino de otras encuestadoras, que están saliendo al paso para hacer creer que hay un porcentaje importante de la población que quiere negociar. Aquí la única negociación posible es la salida inmediata de Maduro y de sus secuaces.

 

@AliasMalula

El Nacional

El guáramo de Guaidó, por Marianella Salazar

EN ESTOS 20 AÑOS DE BRUTAL depredación y represión perpetrada por un régimen afincado en el apoyo de la dictadura castrista y por un Alto Mando Militar envilecido, que incumple su misión constitucional y continúa enriqueciéndose en actividades ilícitas –desde el narcotráfico que comandan con los terroristas de las FARC y el ELN, el contrabando de gasolina, la explotación del oro, hasta el negocio con los alimentos importados para someter a un pueblo hambriento–, y a costa de ser repudiados por siempre, todos esos verde olivas reconocidos como grandes corruptos se hicieron chavistas cuando Hugo Chávez los puso a gobernar para que no lo derrocaran y se convirtieron en Ejército de ocupación de su gobierno y del de su heredero político, el usurpador Nicolás Maduro. Un ejército que solo ha significado corruptelas, ineficiencia, fracaso, represión y violación de los derechos humanos. Representan si acaso 10 % de la Fuerza Armada, pero  ejercen un control férreo sobre el resto de la institución. Por eso y hasta ahora no se ha logrado el quiebre esperado en la Fuerza Armada para que apoyen el cese de la usurpación y el resto de la cartilla dictada por Juan Guaidó, que se dará con o sin el concurso de ellos. Es cuestión de tiempo. Cada día empeora la situación para el Alto Mando, arrastrado ante los cubanos del G-2 que lo controla en el Fuerte Tiuna; pierden la oportunidad de  salvar su pellejo y no habrá Ley de amnistía que los libere de los juicios en cortes penales internacionales y de las rejas.

El momento de las definiciones es ahora, cuando la dictadura se encuentra arrinconada por una voluntad inquebrantable en toda la sociedad de echarlos del poder, el país dijo: ¡Ya basta!. La población está movilizada para apoyar al actual presidente de la Asamblea Nacional en su recuperación de la democracia. La oportunidad de hacerlo la tuvieron también los anteriores presidentes de la AN, pero les faltó el guáramo de Juan Guaidó, un líder con inteligencia y coraje  para asumir responsabilidades, desafíos y los retos que se le atraviesen. Y lo que es más resaltante, cumple con lo prometido, sin estridencias, sin la inútil verborrea de sus predecesores, con la serenidad que produce tener una estrategia planificada y con el buen manejo del factor sorpresa.

No se trata de un fenómeno sino de cualidades y virtudes que escasean en el ejercicio de la política venezolana. Guaidó es valiente, arriesga su seguridad y su vida, sale del país por los caminos verdes, obligado por una prohibición de salida dictada por el club de ex presidarios y malandros del TSJ y regresa, después de una gira triunfal por países latinoamericanos, donde fue recibido con los honores de un jefe de Estado y lo hace por la puerta grande, por  la entrada principal, el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía y con el sello de bienvenido en su pasaporte.

Los bocazas mafiosos de la más alta nomenclatura, que anunciaron su detención se quedaron con los ojos claros y sin vista, y sin capacidad de respuesta. Guaidó tiene la mesa servida y la cooperación de la comunidad internacional para lograr el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres. Desde su proclamación  el 23 de enero, en menos de mes y medio, hemos avanzado mucho, la mayoría de los gobiernos  de la Unión Europea  y del continente, a excepción de Cuba, Nicaragua, Bolivia y los burdeles del Caribe donde atesoran el botín de los jerarcas del régimen, establecieron relaciones diplomáticas con el gobierno interino de Juan Guaidó. No queda la menor duda  que una coalición internacional actuará, como lo han hecho a través de la historia cuando los pueblos son sometidos y oprimidos por regímenes tan oprobiosos como el de Maduro.

 

@AliasMalula

El Nacional 

Papel histórico de Trump, por Marianella Salazar

TAL COMO VAN LAS COSAS, la revolución bolivariana y su deplorable legado serán recordados en las series de televisión para mostrar que la culpa de su fracaso recae no solo en la traición comunista, en su ideología incompatible con la modernización y las mafias del narcotráfico; será muy fácil constatar que la gran utopía del comunismo encerró una horrible pesadilla que desembocó en una catástrofe que afecta y desestabiliza a toda la región con la diáspora venezolana, integrada mayoritariamente por pobres de solemnidad esparcidos por todos los países del mundo que huyen despavoridos por la miseria y las enfermedades.

Los gobiernos de Chávez y Maduro han sido especialistas en azuzar ese dopado consanguíneo barato que les ha proporcionado un consuelo doméstico instantáneo con esa plaga de turistas revolucionarios, como los de la era soviética, que invariablemente están listos para asistir a cualquier aquelarre siempre y cuando tengan los viáticos y gastos pagados; son los nostálgicos del totalitarismo, enemigos de las libertades, que en cada foro posible se enmascaran, la arman en nombre de los pueblos del mundo, para cuya representación no los ha elegido nadie, y arremeten contra el imperialismo norteamericano. Bajo el lema “Somos Venezuela por la democracia y la paz” se montó este lunes en la Cancillería un tinglado para que Maduro, una vez más, denunciara una persecución ideológica: “O nos subordinamos al imperialismo o seremos perseguidos hasta la desaparición”.

El antiamericanismo visceral es un prejuicio soporífero que, como todo dogma, impide el entendimiento de la realidad, resulta ridículo el mensaje desesperado que a través de un video hizo Maduro pidiendo el apoyo del pueblo de Estados Unidos, rememorando el fantasma de la guerra de Vietnam, que podría replicarse en Venezuela si es desalojado del poder, aunque sea un clamor de casi 90% de la población.

Los estadounidenses no son tontos ni carentes de capacidad crítica, saben que este impresentable es un dictador que ha sumido en la miseria a los venezolanos, que su régimen, además de tener casi 1.000 presos políticos, a los que aplican torturas, está acusado de cargos por narcotráfico y por auspiciar el terrorismo internacional; que se merece las sanciones dictadas por la administración de Donald Trump y cualquier acción para deponerlo y mandarlo directo a la cárcel de Guantánamo, como prometió el asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, es poco para que pague todo el sufrimiento de un pueblo que en veinte años ha visto a sus hijos morir de hambre o a manos de la violencia, incluido al escuadrón de la muerte del FAES –Fuerza de Acciones Especiales de la Policía Bolivariana–, que no solo asesina delincuentes, sino a quienes protesten contra el gobierno en zonas populares donde el chavismo-madurismo perdió el apoyo popular.

Cada cual cumple su papel histórico, y así, en la actual crisis que sufre Venezuela, si Estados Unidos, con su determinación, logra que los venezolanos recuperemos de una vez por todas la democracia, a través de unas elecciones verdaderamente limpias, no podremos sino agradecerle la visión de futuro y el valor que tuvo.

 

@AliasMalula

El Nacional