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El femicidio de Jennifer Carolina Vieira

Hace 11 años una noticia conmocionó al país y al mundo del deporte nacional: el famoso boxeador Edwin “El Inca” Valero se había colgado con sus pantalones en su celda de una estación de policía en Valencia, estado Carabobo, durante la madrugada del 19 de abril de 2010. 

Pero hubo un hecho que, aunque mencionado por medios de comunicación, casi pasó por debajo de la mesa luego del suicidio: el deportista había asesinado a su esposa Jennifer Carolina Vieira Finol y fue ese feminicidio lo que lo llevó a prisión.

La cobertura de lo sucedido y el debate público se centró en recordar la vida y logros de la figura del homicida y no en el femicidio de la mujer que era su esposa. 

Aquí una serie de eventos que daban indicios de la violencia contra la mujer por parte de El Inca Valero

 

Wilmer Flores, director el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en el año 2010, le dijo a los periodistas en una rueda de prensa que a las 5:30 de la mañana, Valero bajó a la recepción del Hotel Intercontinental de Valencia, donde se hospedaba junto a su esposa, y le confesó al personal de la recepción que había matado a Jennifer Carolina Vieira Finol de 24 años.

Cuando los guardias llegaron a la habitación en el hotel Intercontinental, ubicado en el norte de la ciudad de Valencia, encontraron el cuerpo de Jennifer. Según reseñó la prensa local, presentaba tres heridas de arma blanca.

Valero fue recluido en la Comandancia General de la Policía de Carabobo. “Ahora sí que me fregué. Ya no podré volver a ver a mi hija”, dijo Valero desde prisión, según declaraciones publicadas por el diario El Nacional. La pareja tenía un hijo de 7 años de edad y una niña de 5 años.

Situaciones reseñadas por la prensa en años previos a 2010 indicaban que Vieira vivió junto al boxeador en un matrimonio constantemente marcado por la violencia doméstica. Incluso, Valero había sido señalado de golpear a su madre y a su hermana.

Durante un incidente, Valero hirió a Jennifer de un tiro en una pierna mientras se encontraba en estado de ebriedad en 2009. 

En marzo de 2010, Jennifer Carolina fue trasladada al Hospital Universitario de Los Andes por tener dos costillas fracturadas, una de ellas perforándole un pulmón. Aunque ella había manifestado que se había lesionado tras caerse del techo cuando había subido a revisar el tanque de casa, el personal de salud que la atendió se dio cuenta que había sido maltratada físicamente por su esposo. La abogada del deportista, Milda Mora, había negado esa acusación. La doctora Indira Briceño había escrito en su cuenta de Twitter: Boxeador Edwin Valero golpeó salvajemente a su esposa, ocasionándole neumotórax bilateral y múltiples hematomas. Médico denunciaremos al mismo ante fiscales del Ministerio Público». 

Días después del incidente, Valero llegó al centro de salud pidiendo ver a su esposa y sostuvo una pelea con una pelea con la doctora y una enfermera del hospital. 

El 28 de marzo, el abogado Heriberto Antonio Peña, a cargo del tribunal de funciones de Mérida, consideró que el boxeador había violado la Ley sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Ordenó medida de aprehensión en situación de flagrancia. Asimismo, el juez decidió que Valero no se le podía acercar, perseguir o acosar a Jennifer. Al igual que pidió protección para las trabajadoras de salud que habían sido afectadas. 

Por decisión del tribunal, Valero estuvo en rehabilitación en el Hospital San Juan de Dios. Ahí estuvo hasta el 5 de abril y fue trasladado a la policía de Mérida. Jennifer no presentó cargos. La jefa de prensa de Valero, Hilmar Rojas, dijo a la agencia Reuters que el deportista había quedado en libertad bajo fianza el 8 de abril de 2010. Tenía presentación cada 90 días en el tribunal.

 

¿Qué dijeron algunos allegados al caso?

 

«Yo le pedí a las autoridades que no lo dejaran salir. Necesitaba mucha ayuda. Estaba muy mal de la cabeza, fuera de si, pero lo dejaron salir. Fueron muy permisivos con él y por eso ahora estamos en medio de esta tragedia», dijo José Castillo, mánager del boxeador. 

“(La muerte de Valero) Es una pérdida enorme para Venezuela y sobre todo para sus hijos. No entiendo por qué no lo estaban vigilando”, dijo Rojas a Reuters, cuestionando la actuación de las autoridades.

«Tenía custodia policial para evitar cualquier cosa, y evadió a los funcionarios policiales. Les dijo que iba un momentico hasta el pueblo (El Vigía), que ya venía y se perdió, no se supo de él hasta ayer en la madrugada que se supo que él había matado a la esposa», dijo Mora en una entrevista con la AP.

“Los familiares revelaron que Valero fue el responsable de un intento de homicidio contra Jennifer el 15 de abril de 2009, cuando le hizo un disparo», dijo el abogado Juan Luis Corona que conoció varios de estos incidentes.

Jennifer había intentado suicidarse en una oportunidad, mientras vivían en un apartamento en Caracas. «La familia dice ahora que Jennifer Viera no aguantó más la presión por ser víctima de la violencia e intentó suicidarse», dijo el abogado Corona.

Cincuenta organizaciones femeninas y de derechos humanos denunciaron en una declaración que «la sociedad venezolana y sus instituciones presenciaron indolentes cómo esta mujer (Vieira) era víctima de una espiral de violencia» y fue «dejada en manos del agresor, vulnerable y sola». El documento resaltó que los órganos del Estado «no hicieron más que mirar a otro lado» y «esto los hace responsables por omisión de este crimen». 

El 29 de abril de 2010, grupo feministas realizaron una manifestación frente al Tribunal Supremo de Justicia para rechazar los feminicidios tras lo ocurrido con Jennifer. «¡Esto tiene que parar!», dijeron a coro organizaciones independientes y las que se identificaban con el chavismo.

“Fue un hecho histórico lograr dejar de lado nuestras profundas diferencias políticas para unirnos en el deseo de frenar el feminicidio en el país, empezando por la investigación y castigo a sus responsables», dijo Indhira Libertad Rodríguez del colectivo «Efes y Emes por ahora» y de la red «La Araña Feminista». Expresó que durante tres semanas, televisión, prensa y radio locales debatieron en torno a este caso, como con el resto de asesinatos de mujeres: «De forma sensacionalista, morbosa y amarillista… Se los llama ‘crímenes pasionales’ y se convierte al agresor en víctima, eximiéndolo de responsabilidad».

Indignadas por el sesgo que tomó el homicidio, las feministas coincidieron en que la muerte de Jennifer se hubiera podido evitar. Demandaron enérgicamente que las y los funcionarios involucrados —a nivel de omisión y de ineficiente acción— sean investigados y sancionados. Entregaron un documento público al TSJ en respuesta a las actuaciones indebidas de los entes de justicia.

«Quiero hablar desde la lágrima que me cruza el alma como un lanzazo, desde hace días, por Jennifer Carolina y Edwin ‘el Inca’ Valero: vaya, primero que nada, el testimonio de mi total solidaridad para sus familias’, dijo Hugo Chávez en su columna semanal. El fallecido presidente dijo que velaría por el cuidado de los niños que había tenido la pareja. 

 

¿Qué pasó con los hijos de Vieira y Valero? 

 

Tras lo ocurrido, el fallecido presidente Chávez dijo que velaría por el cuidado de los niños que había tenido la pareja.

En un reportaje publicado por el diario Panorama de Maracaibo en el año 2012, la tutora y abuela de los niños, Sorani Finol, solicitó a las autoridades que la ayudaran a conocer la información sobre la herencia de Valero y Vieira y la nacionalización de la más pequeña de los hijos, quién había nacido en Estados Unidos. Funcionarios de la Procuraduría General de la República fueron hasta la vivienda de Finol, asegurando que los ayudarían con la atención psicológica y agilizar los trámites de la herencia. 

En un reportaje de Diario República publicado en 2015, señalaron que los niños pasaron a ser tutelados en 2014 por Eloísa Vivas, abuela paterna, luego de que Finol no pudiera continuar con su manutención. Los infantes no habían recibido ni una moneda de la herencia de sus padres. “Nunca llegaron las ayudas que el Gobierno nacional ofreció para ellos. Mis nietos han pasado necesidades, no hemos tenido ni con qué vestirlos. Ni siquiera les dieron la atención psicológica que tanto requirieron. Los dos primeros años de no tener a sus papás, ambos lloraban sin consuelo. Se ahogaban y aunque les preguntábamos si algo les dolía no lo expresaban. Eso me partía el alma”, dijo Vivas. 

 

Datos de la violencia contra la mujer en Venezuela

 

El estudio realizado por el Observatorio Venezolano de los Derechos Humanos de las Mujeres con ocasión de la elaboración del informe alternativo 2010 reveló que, en el año 2009, la impunidad por violencia contra las mujeres fue de 96%. 

En el primer trimestre de 2021 han sido registrados 58 casos de femicidios en Venezuela, según la organización Utopix. “Durante el año 2021 al incluir los casos del mes de Marzo la media es de 1 femicidio cada 37 horas”.

El Centro de Justicia y Paz (Cepaz) afirma que los niños, niñas y adolescentes son víctimas colaterales de los femicidios que se cometen contra mujeres madres. Según cifras de la organización, en el primer cuatrimestre del año 2020, 21 niños y niñas quedaron huérfanos y en el segundo cuatrimestre 10 niños y niñas quedaron huérfanos. Es decir, desde enero hasta junio de 2020 al menos 31 niños y niñas quedaron huérfanos como consecuencia de un femicidio. En siete casos, el infante habría presenciado el femicidio de su madre. 

Según datos publicados por Monitor de Víctimas en 2020, los femicidios en Caracas han aumentado 46% en los últimos tres años. De estos casos, 80% fueron perpetrados por conocidos (cónyuges, familiares o amigos). Asimismo, entre 2017 y 2019 quedaron huérfanos 48 niños a causa de femicidios. Para Abel Saraiba, psicólogo y psicoanalista, coordinador del Programa Creciendo Sin Violencia de Cecodap, la muerte de la madre de un niño es una experiencia que puede ser catalogada como traumática, teniendo presente que la sociedad venezolana es matricentrada. “Es decir, es una sociedad en donde la madre ocupa un lugar fundamental dentro de la crianza, en la gestión de los afectos y en un conjunto de procesos vitales para un niño y, en consecuencia, el hecho de que ella sea asesinada genera un efecto de orfandad muy grande”.

Película El Inca Valero vuelve a las salas de cine este 16 de junio

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Luego de seis meses de pelea contra la censura El Inca podrá ser exhibida libremente en las salas de cine del país a partir de este viernes, 16 de junio. Tras la orden del juez Salvador Mata García, la cinta fue sacada de las salas de cine, dejando al público sin la posibilidad de escoger y atentando en contra de la libertad de expresión. La medida del juez respondió a un amparo constitucional introducido por los familiares de Valero, alegando que con la proyección de la película se atentaría contra su honor y vida privada.

A finales del mes de mayo, se declaró “Con Lugar” el recurso de apelación contra la censura de este largometraje lo que significa que El Inca puede exhibirse libremente en el territorio nacional.

Previo a su regreso este fin de semana a las carteleras de cines de Caracas, Valencia y Barquisimeto, están contempladas dos funciones especiales para los estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Central de Venezuela el próximo jueves 15 y viernes 16, respectivamente.    

A través de las cuentas de Facebook, Instagram y Twitter @Palospanasprod, y usando la etiqueta #ElIncaFilm, los espectadores podrán seguir el recorrido que hará la película por los cines del país, así como conocer más detalles del tras cámaras de esta cinta independiente producida por Pa’ los panas producciones.

 

*Con información de Nota de Prensa

Película El Inca podría volver a las salas de cine si se editan algunas escenas

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Ignacio Castillo Cottin y Nathalie Sar-Shalom, director y productora de la película «El Inca», rechazaron la sentencia dictada por el juez Salvador Mata García, en la que condiciona el levantamiento de la censura a la supresión y edición de algunas escenas de la película.

La sentencia se dictó después de realizar una audiencia constitucional en la que se debía determinar si la película infringía los derechos constitucionales al honor, vida privada, intimidad propia, imagen, confidencialidad y reputación de los hijos de Edwin Valero, en el marco de un amparo constitucional introducido por sus familiares.

«A lo largo de la audiencia se escucharon los alegatos de la parte accionante en donde más allá de expresar su disgusto con la existencia de la película y corroborar su necesidad de participar en el
desarrollo del proyecto, no hubo exposición de cómo las escenas de la película infringen
los derechos constitucionales denunciados», reseña una nota de prensa enviada por los realizadores del filme.

Por su parte, la defensa del Director y Productora «lograron demostrar que no hubo violación al honor, intimidad y privacidad de la familia Valero, toda vez que se trató de una película de ficción basada en hechos reales que fueron ampliamente difundidos por la prensa mundial. Incluso, constan en autos entrevistas y declaraciones de toda la familia Valero (incluyendo de los niños) a decenas de medios de comunicación, donde exponen sus versiones y reconocen los hechos públicos y notorios en que se vio envuelto este atleta venezolano», señala el texto.

Asimismo, los realizadores aseguran que este nuevo fallo»ratifica la medida de censura previa, a pesar de que ello está expresamente prohibido en la Constitución de Venezuela y los tratados internacionales en materia de Derechos Humanos. Se viola, además, la libertad de expresión y creación, pretendiendo monopolizar las historias que narran y ven los venezolanos, privando el sano debate de las ideas e imponiendo una única versión de los hechos. Según esta decisión, los jueces pueden modificar obras artísticas a su antojo; un nefasto precedente para los creadores, guionistas y escritores del país».

Informaron que en los próximos días esta decisión será apelada a través de los mecanismos legales que
corresponden y se seguirá trabajando para devolver «El Inca» a las salas de cine en Venezuela.