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Benjamin Netanyahu

Este lunes 9 de diciembre, Julio Borges, comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores, designado por el máximo representante de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, se reunió con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu para denunciar los vínculos que dice tiene el régimen de Nicolás Maduro con el grupo terrorista Hezbollah.

El también dirigente del partido político Primero Justicia advirtió al funcionario israelí la amenaza que representa para el hemisferio el gobierno de Maduro y el régimen cubano.

 

“El régimen de Maduro tiene vínculos con organizaciones terroristas como Hezbollah, esto es una grave amenaza para la paz y seguridad de los gobiernos. Debemos prender las alarmas sobre el peligro que está detrás de esto”, afirmó Borges.

 

El representante de la política exterior del gobierno de Juan Guaidó también destacó que existe una alianza de Maduro y Cuba para acabar con valores como la democracia. “Maduro y el régimen de Cuba quieren acabar con la democracia de la región, están propiciando la desestabilización de los países de la región”, sostuvo, según lo expuesto en una nota de prensa.

El político venezolano manifestó que el objetivo de su viaje a Israel es advertir al gobierno de esa nación que existe un enemigo común y ese enemigo es la violencia. En este sentido, resaltó la necesidad de unir fuerzas para lograr el restablecimiento de la democracia en Venezuela.

En su paso por Israel, se tiene previsto que Borges asista a una conferencia de la organización de aliados de Israel para alertar sobre el amparo que a su juicio da Nicolás Maduro al terrorismo internacional.

Redacción Runrun.es Mar 18, 2015 | Actualizado hace 9 años
Israel tras las elecciones

 

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Por: Rafael Bardají

 

Que Israel es una democracia como otra cualquiera no hay más que verlo en las elecciones de ayer: los encuestados mienten y los encuestadores se equivocan, y mucho. En una de las campañas más sucias de la historia de Israel no ha habido encuesta que diera vencedor al partido de Benjamin Netanyahu. Es más, los exit polls ofrecían anoche un panorama de empate técnico entre el Likud, la derecha, y el llamado Campo Sionista, la izquierda laborista. Pero no ha sido así y Netanyahu ha logrado la mayor de sus victorias, superando los 21 escaños que se pronosticaban y alcanzando los 30. La izquierda de Herzog y Livni se queda como se esperaba en los 24 escaños. El centro no se hunde y la lista árabe unida logra colocarse como tercer partido con más escaños, 14.

Ahora comienza el sodoku de formar gobierno tan típico del sistema político israelí, siempre polarizado y fragmentado. Sólo que en esta ocasión el primer ministro Netanyahu no lo tiene tan complicado. Puede optar por una coalición con un componente secular ( 65 escaños , cuatro más de los 61 necesarios) o religioso (67 escaños).

Con toda probabilidad, y tras su fulgurante entrada en el panorama político, Kahlon, líder de Kulanu, pase a ocupar una cartera económica- finanzas- . Si Lapid también está en la coalición, la política social del nuevo gobierno cobrará más importancia y podrá dar satisfacción a muchos de los israelíes que consideran que la carestía de la vida es su principal problema. Es de esperar una nueva ola de privatizaciones y un mayor impulso a la economía si cabe.

En materia de seguridad no hay que esperar muchos cambios: atentos a lo que pase con el programa nuclear iraní pero en la medida en que es previsible que las negociaciones tengan que ser prolongadas, cabe pensar en un compás de espera sin decisiones dramáticas por parte de Jerusalén más allá de la denuncia verbal de los riesgos de un Irán en expansión y al borde de ser aceptado como potencia atómica.

En el terreno palestino, tampoco nada nuevo: el mundo criticará la intransigencia del nuevo gobierno y los palestinos caminarán en su sendero unilateral de reconocimiento virtual, poco efectivo sobre el terreno. Es posible que tanto Hamas como Fatah se sientan tentados por escalar la violencia en la creencia de que un nuevo gobierno de la derecha no contará con los apoyos internacionales como para llevar a cabo una ofensiva contra ellos.

En fin, en el flanco de las relaciones con los Estados Unidos, si el presidente Obama fuera alguien pragmático, debería darse cuenta de que tiene que lidiar con un país que ha renovado su confianza en la derecha y en Benjamin Netanyahu. Y que aunque a él no le guste personalmente, Israel es el mejor aliado que tiene en la zona. Pero si Obama sigue como hasta ahora, renovará la presión para doblegar al gobierno israelí en cuestiones difícilmente asumibles, como la división de Jerusalén o la vuelta a las fronteras de 1967. La situación novedosa ahora es que mientras Obama se va en año y medio, el ejecutivo israelí tiene cuatro por delante.

Netanyahu logra victoria electoral en Israel

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TEL AVIV, Israel (AP) — El gobernante partido Likud del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, logró una rotunda victoria en las elecciones del país según el recuento final del miércoles en una impactante remontada tras una ajustada carrera que había puesto en peligro su ya largo liderazgo.

Con casi todos los votos escrutados, el Likud parecía haber obtenido 30 de los 120 escaños del parlamento, una posición cómoda para construir un gobierno de coalición con sus aliados nacionalistas, religiosos y judíos ultra ortodoxos. Ese gobierno probablemente enfrentaría a Israel con la comunidad internacional en la cuestión de un posible estado palestino y seguiría chocando con la Casa Blanca por sus políticas de línea dura.

Las elecciones estaban ampliamente consideradas como un referendo sobre Netanyahu, que ha gobernado el país durante los últimos seis años. Sondeos recientes de opinión indicaban que estaba en problemas y atribuían una ligera ventaja al líder opositor Isaac Herzog, de la Unión Sionista. Los sondeos de salida habían reflejado un empate, pero cuando los resultados empezaron a llegar el miércoles por la mañana, el Likud dio un salto hacia delante. La Unión Sionista terminó con apenas 24 escaños.

Dados los resultados finales, está casi asegurado que el presidente israelí, Reuven Rivlin, que ocupa un cargo sobre todo ceremonial, encargue a Netanyahu que forme un gobierno. El actual primer ministro dijo que espera hacerlo pronto, en dos o tres semanas.

«Contra todos los pronósticos, logramos una gran victoria para el Likud», dijo Netanyahu a sus seguidores en la sede de campaña. «Estoy orgulloso del pueblo de Israel, que en este momento de verdad supieron cómo distinguir entre lo que es importante y lo que es periférico, e insistir en lo que es importante».

Netanyahu centró su campaña en cuestiones de seguridad, mientras que sus rivales prometieron abordar el creciente coste de la vida en el país y acusaron al mandatario de estar desconectado del día a día de la gente de a pie.

Es probable que trate de cambiar esa imagen incorporando a su gobierno a Moshe Kahlon, líder del partido en ascenso Kulanu, que se hizo con 10 escaños y centró casi toda su campaña en asuntos de economía cotidiana. Se espera que se convierta en el siguiente ministro de Finanzas.

Una coalición de cuatro facciones con apoyo sobre todo entre los árabes israelíes se convirtió en el 3er partido del país con 14 escaños y le dio a la minoría árabe una posición significativa en el parlamento por primera vez.

Apenas unos días después de que las encuestas le mostraran como favorito, Herzog reconoció la derrota el miércoles y llamó a su rival para felicitarle por la victoria. Indicó que no se aliaría con Netanyahu y dijo que prefería liderar la oposición.

«Creo que en este momento lo que Israel necesita más que nada es otra voz, una voz que ofrezca una alternativa y una voz que diga la verdad», señaló en declaraciones a la prensa ante su casa.

El regreso al poder de Netanyahu para un cuarto mandato augura problemas para los esfuerzos de paz en Oriente Medio y podría agravar las tensiones con Estados Unidos.

El mandatario ya tenía una complicada relación con el presidente Barack Obama antes de dar un gran giro a la derecha en los últimos días de campaña, cuando expresó opiniones de línea dura y contrarias a la postura de la comunidad internacional.

Así, en un llamativo cambio de política, se opuso a la creación de un estado palestino, un objetivo clave de la política de la Casa Blanca y la comunidad internacional. También prometió expandir la construcción en zonas judías del este de Jerusalén, la zona de la ciudad reclamada por los palestinos como su capital.

Es probable que los palestinos, hartos de años de estancamiento en sus negociaciones con el líder israelí, sigan adelante con sus intentos por presentar cargos de crímenes de guerra contra Israel ante la Corte Penal Internacional. También podrían producirse nuevos brotes de violencia.

Netanyahu enfureció a la Casa Blanca este mes cuando ofreció un discurso en el Congreso de Estados Unidos criticando el incipiente acuerdo nuclear con Irán. El discurso fue organizado por líderes republicanos y no coordinado con la Casa Blanca con antelación.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca Josh Earnest dijo que Obama tiene confianza en que los fuertes lazos entre ambos países se mantengan mucho más allá de las elecciones, ganara quien ganara.

Durante la campaña, Netanyahu se presentó como el único político capaz de abordar los numerosos desafíos de seguridad del país.

Avi Degani, presidente del instituto estadístico Geocartography, que había previsto una victoria clara de Likud, dijo que al final la experiencia del mandatario se había impuesto.

«Había una situación en la que mucha gente quería reemplazarle, pero no había nadie por el que quisieran reemplazarle».

Rivlin se reunirá ahora con los 10 partidos que lograron escaños y escuchará sus recomendaciones sobre quién debería intentar formar el próximo gobierno. Después, el presidente encargará al candidato destacado, casi con seguridad Netanyahu, que forme una coalición que forme una mayoría en el parlamento. Netanyahu parece tener 67 parlamentarios favorables que se sumaría a un gobierno de derechas, pero aún podría dar una sorpresa y tratar de ganarse también a sus viejos rivales de centro.

 

 

 

Netanyahu: Israel no cederá territorio a palestinos

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JERUSALÉN (AP) — Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí, dijo el domingo que su país no cederá territorio debido a la situación actual de Medio Oriente, con lo que pareció desestimar la creación de un Estado palestino.

Los comentarios de Netanyahu, emitidos en el contexto de su búsqueda de simpatías entre los electores de línea dura de cara a las elecciones de la próxima semana, dan la espalda a un objetivo de la comunidad internacional y son un mal augurio para futuras pláticas de paz en caso de que sea relecto.

«El primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que cualquier territorio evacuado caería en manos del extremismo islamista y organizaciones terroristas apoyadas por Irán. Por tanto, no habrá concesiones ni retiros. Es simplemente irrelevante», señala un comunicado de su partido, el Likud.

El vocero del partido, Elie Bennett, dijo que el discurso emblemático de Netanyahu de 2009, en el que apoyó la idea de crear un estado palestino vecino de Israel, «no es relevante» en la realidad actual.

La comunidad internacional ha presionado desde hace tiempo para que se cree un Estado palestino en territorios arrebatados por Israel en la Guerra de los Seis Días de 1967. En 1993, Israel y los palestinos firmaron un acuerdo preliminar que llevaría al fin del conflicto.

Desde entonces se han llevado a cabo numerosas negociaciones y la ruptura de las conversaciones más reciente ocurrió el año pasado.

Un funcionario palestino, Saeb Erekat, dijo que Netanyahu está utilizando el conflicto regional como excusa.

«Netanyahu reveló su cara real hoy», dijo Erekat. «Desde 1993 ha trabajado duro por la destrucción de una alternativa de paz y la solución de la existencia de dos estados».

No hubo reacción inmediata de Estados Unidos y el vocero de Netanyahu se negó a hacer comentarios.

 

Presidente israelí rechaza invitación para reunirse con Obama en Washington

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El presidente de Israel, Reuven Rivlin, declinó una invitación para reunirse con el presidente de EE UU, Barack Obama, durante la actual visita que realiza a Nueva York, informan hoy medios israelíes.

Según éstos, la Casa Blanca se dirigió a destacados funcionarios israelíes y asesores de Rivlin el sábado pasado para estudiar la posibilidad de que se celebrara un encuentro entre ambos presidentes, oferta que el dirigente israelí declinó.

La Presidencia israelí, no obstante, no abunda en los detalles que han llevado a que no tenga lugar finalmente el encuentro y en un escueto comunicado oficial difundido anoche señalaba que ambos líderes tenían dificultades en cuadrar la agenda.

«En los últimos días ha habido contactos entre las partes relevantes de Israel y EE UU que han analizado la posibilidad de una reunión entre el presidente Obama y el presidente Rivlin durante su visita a Nueva York para comparecer en las conmemoraciones del (Día Internacional del) Holocausto en Naciones Unidas», se indica en la nota.

«En este punto, se ha acordado que no se celebre la reunión durante su visita debido a dificultades (para coordinar) las agendas de ambos líderes y que el encuentro se celebre en otra fecha», se añade.

Los medios israelíes revelan que la Presidencia israelí había informado a principios de diciembre al embajador en EE UU de la visita de Rivlin, información había sido transmitida a la Casa Blanca.

Una destacada fuente oficial israelí que cita hoy el diario «Haaretz», precisó que en un principio Rivlin no deseaba forzar el encuentro con Obama, pero que aceptaría de buen grado viajar a Washington si era invitado por la Casa Blanca.

El viceportavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Alistair Baskey, confirmó que Rivlin había sondeado en diciembre la posibilidad de un encuentro como parte de su visita a Nueva York y que se habían producido contactos entre los despachos de ambos presidentes sobre esa cuestión en las últimas semanas.

Washington no sugirió una fecha concreta para el encuentro, pero el pasado sábado los contactos se retomaron y la Casa Blanca sugirió a Rivlin que viajara a la capital estadounidense hacia finales de semana, después de que Obama regresara de la India y Arabia Saudí.

Rivlin declinó la oferta y sus asesores explicaron a sus homólogos norteamericanos que el presidente israelí tenía previsto regresar a su país antes de que Obama retornara a Washington.

Los medios locales se hacen eco de que más allá del desajuste de agendas, la decisión del jefe del Estado israelí pudo haberse visto afectada por la tensión originada por la reciente invitación republicana al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para que pronuncie un discurso sobre Irán ante el Congreso de EEUU.

La invitación y su aceptación por parte del premier israelí, sin que fuera coordinada, como rige el protocolo, con la Casa Blanca, ha causado malestar en la Administración Obama.

Analistas locales apuntan que pese a los altibajos en las relaciones entre Netanyahu y Obama, EE UU consideró la invitación a Rivlin como una manera de expresar la alianza estratégica que comparten ambos países y un gesto con el pueblo israelí.

Por su parte, Rivlin, según los medios, no deseaba que su eventual encuentro con Obama fuera interpretado como una afrenta política por ninguna de las dos partes.