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Arturo Uslar Pietri

 

“¿Qué personalidad podía tener un hombre como Betancourt  para ir de su Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI/ Barranquilla/1931), a ORVE (1936), PND (1937) y finalmente fundar AD (1941).? Del marxismo-leninismo, al socialismo de corazón liberal y a la democracia…”

Don Rómulo Betancourt fue un estadista visionario. Genuino conocedor de la realidad política venezolana y continental que supo deslizarse por las rendijas de la historia, entre caudillos y dictadores para ser el actor político más importante de nuestra era republicana. Arturo Uslar Pietri por su parte dejó de lado la política para convertirse en un sabio liberal. Del exilio [golpe a Medina] a profesor de Columbia University. Su lealtad con la literatura y ancestros caucásicos (germano), le impidieron ceder a las exigencias de una transición tórrida de taitas a marxistas, socialistas y demócratas. Mucha conjura y emulsión leninista-militar donde Uslar, era un aliens…

Queremos ilustrar el carácter e intelecto que debe intitular quien pretenda la difícil pero realizable empresa de rescatar la democracia en Venezuela. Debe estudiar quien fue, qué y cómo lo hizo el “Napoleón de Guatire”, Rómulo Betancourt (El-Morrocoy Azul/1945), a la par de repasar el pensamiento del hombre nacido de Rumualda a Manduca, Don Arturo Uslar Pietri. Personalidades donde duermen todas las respuestas a cómo salir de nuestra anudada tragedia.

Rómulo fue un hombre sagaz-autoritario por necesidad-al modo de Páez, Guzmán Blanco o Gómez. No por casualidad Herrera Luque lo coronó como uno de los cuatro ases de la bajara. Esa regia persuasión-seductora, no la ganó siendo bibliotecario. A los 20 años luchó contra Gómez y a su caída fue expulsado por López Contreras, quien decretó la Ley de Orden Público que prohibió el recién creado Partido Democrático Nacional (PDN/1936).  Va a Costa Rica y regresa para fundar AD (1941), derrocar a Medina (primer soldado de la democracia) y asumir la Junta de Gobierno de 1945 con Pérez Jiménez y Chalbaud de cada lado. En 1948 apoya a Rómulo Gallegos, primer presidente electo por sufragio universal y directo (80%). Tras el derrocamiento de Gallegos, cabalga [Betancourt] entre Cuba, EEUU, Colombia y Chile, para volver y hacerse del poder en 1.959 (elecciones libres), después del golpe a Pérez Jiménez (23/1/58).  Comenzaba el gobierno más complejo de la historia contemporánea de Venezuela.

Betancourt derrotó la izquierda radical parida por Fidel Castro, en quien jamás confió. Gobernó de 1.959 a 1.964 bajo pacto de unidad con Copei, URD, la Iglesia, gremios y sindicatos (Pacto de Punto Fijo). Construyó  más de 4000 Kms de viabilidad, saneó la deuda dejada por Pérez Jiménez, creó más de 3000 escuelas, 300  liceos  y universidades (Plan Educación Plena de Prieto Figueroa). La matrícula escolar pasó de 850 mil alumnos (en 1958) a 1.6 millones en 1963. Más del 90 % de la población estudiantil asistía a clases. Terminó el puente Gral. Rafael Urdaneta o sobre el lago; el puente colgante sobre el Orinoco o de Angostura, el Parque del Este; el Teleférico de Mérida, la represa del Guri y el Hipódromo la Rinconada. La economía creció un 6.9 %, ajustó salarios un 10% para detener el déficit fiscal; promulgó la Ley del BCV, lideró la creación de la OPEP (Juan Pablo Pérez Alfonzo); más la CVG (Leopoldo Sucre) y la CVP.  Después de un gobierno exitoso, probo, de autoridad y consenso, marcha del poder sin retorno. Nobleza paga.

Arturo Uslar Pietri marcó distancia con las ideologías socialdemócratas, marxistas y socialcristianas en Venezuela. Fue un hombre por y para la educación. De visión corporativa, liberal e industriosa. Un crítico incansable del clientelismo petro-benefactor. La historia le dio la razón…Sus posturas principistas ante el gendarme le restaron pegada política, por lo que su reposo fueron sus libros y escrituras…El rescate país pasa por adoptar esos ideales liberales y seculares. Crear una sociedad educada y emprendedora desde la cual “el minotauro” devorador oro negro, no sea más que un invitado esposado. Uslar fue profético: ¿Hasta cuándo podrá durar este festín? El día que disminuya o decaiga [auge petrolero] habrá sonado para Venezuela el momento de una de las más pavorosas catástrofes económicas y sociales” Y el vaticinio se hizo realdad…y muerte.

Betancourt armó un gabinete de coalición de intelectuales y connotados profesionales como, Mariano Picón Salas, Rafael Pizani, Juan Pablo Pérez Alfonzo, Luis B. Prieto Figueroa, Arnoldo Gabaldón, Ramón J. Velásquez, CAP, Octavio Lepage, Mayorbe, Raúl Leoni, Leopoldo Sucre, entre otros. Eso fue Betancourt. Hombre elástico. De pensamiento abierto y sibilino. ¿Qué personalidad podía tener este líder para ir de su Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI/ Barranquilla/1931), a ORVE (1936), PND y finalmente fundar AD (1941). Del marxismo-leninismo al socialismo de corazón liberal y a la democracia. De izquierda a derecha; de lo militar a lo secular, de lo autoritario a la justicia y paz social. Un talante aglutinador infatigable. ¿Existen hombres como ellos? Están a la vista. Pero no los queremos ver en medio de intemperancias.

En el mitin inaugural de AD (Nuevo Circo/1941), Betancourt sentenció: “¿Es que somos colectivamente una nación de dementes o de serviles crónicos, obligados a estar siempre conducidos por el cayado de unos cuantos tutores, cuando vemos a todos los pueblos de la tierra dándose sus propios Gobiernos?” Una memoria imborrable que esta ahí. Honrémosla…

@ovierablanco

Cementerio del Este: la vecindad de Arturo Uslar Pietri y Heyker Vásquez

Parcela 22 del Cementerio del Este

UN HOMBRE CON BOTAS DE HULE, chaleco, lentes de seguridad y casco corta la grama con una podadora; otro vierte agua sobre las tumbas, con una manguera. Ambos son parte del verde y apacible paisaje del Cementerio del Este en La Guairita, municipio El Hatillo, al Sureste de Caracas. Temprano en la mañana ningún carro transita por las accidentadas veredas y un trío de personas ataviadas con ropas blanco y negro conversa frente a la capilla velatoria principal.

Es una escena de recogimiento diametralmente opuesta a la convulsión vivida el pasado miércoles 17 de enero, cuando miembros del colectivo Tres Raíces y de las Fuerzas de Acciones Especiales de la Policía Nacional Bolivariana, enterraron a su compañero Heyker Vásquez. Tampoco se asemeja al revuelo, cuatro días después, por la militarización del camposanto debido al sepelio del policía rebelde Óscar Pérez y dos de sus compañeros: Abraham Agostini y José Alejandro Díaz Pimentel.

La necrópolis es la última morada de personajes venezolanos emblemáticos como los expresidentes Rafael Caldera, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, así como del cantautor Simón Díaz, la periodista Sofía Imber, el narrador Marco Antonio “Musiu” Lacavalerie, el músico Hugo Blanco o el intelectual Arturo Uslar Pietri, entre otros.

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Desde 1960 y con 170 hectáreas, el Cementerio Metropolitano Monumental y el Cementerio del Este Promociones y Ventas, además de la Funeraria Monumental (propiedades del Grupo Kaufman), han ofrecido la alternativa a los venezolanos de enterrar a sus deudos en un paraje apacible y alejado de la ruidosa ciudad. Concebido para la familia de clase media y alta, el lugar sigue en renovación y actualmente se construye una ampliación de 8 capillas velatorias nuevas, una cafetería y 430 puestos de estacionamiento.

El precio de una parcela particular en La Guairita ronda los 30 millones de bolívares. Un funeral, dependiendo del tiempo de duración (de 6 a 24 horas) y de si es inhumación o cremación, oscila entre los Bs. 14 y los 37 millones.

Las parcelas 22, 28 y 42

Sitio de descanso eterno de expresidentes e intelectuales, también es el hogar definitivo de figuras como la de Vásquez, quien según la cuenta de tuiter @DignidadMP, manejada por fuentes del Ministerio Público vinculadas a la Fiscal General en el exilio, Luisa Ortega Díaz, posee seis investigaciones: cinco por homicidio y una por extorsión.

El día del entierro de Vásquez, más temprano en la mañana, una ráfaga de tiros despertó a los vecinos del 23 de Enero. Las detonaciones anunciaban la partida del cortejo fúnebre y la activación de otros miembros de colectivos de la popular parroquia de la que Vásquez era vecino y líder. El homenaje causó un embotellamiento en la autopista Francisco Fajardo sentido Oeste-Este y quedó registrado en las redes sociales. Más tarde, la imagen de individuos portando pasamontañas, chalecos y fusiles en la fosa donde fue enterrado el cuerpo sin vida de Vásquez dio la vuelta al mundo.

Empleados del cementerio dicen que no es la primera vez que La Guairita es anfitriona de estos peculiares honores. Visitantes al camposanto han denunciado que han quedado atrapados en medio de rituales como el “Coliseo”, que hacen motorizados para homenajear a los fallecidos, mientras beben, fuman y muestran sus armas en la puerta del camposanto. Otros, con peor fortuna, han sido víctimas de robos dentro del lugar.

“No es nuevo ver a gente armada aquí. En la parcela 22, que es la nueva, ya han enterrado a malandros. La otra vez casi me golpean porque no supe darle a un muchacho la información que me estaban pidiendo”, dijo el hombre que regaba la grama con la manguera. “Ese día del entierro del colectivo vi cómo llegaron todos en moto con armas. Afortunadamente no pasó nada, pero si me di cuenta de que la gente estaba tensa; uno no puede hacer nada, sino dejar que ellos hagan su cosa”, agregó.

En la parcela 22, la más reciente inaugurada en el Cementerio del Este y ubicada en la parte baja del lugar, están también enterrados cuerpos de víctimas de la violencia: policías y civiles. “No es que a los malandros los entierren acá, es que esta es la más nueva y aquí se mezclan todos, el del colectivo (Heyker Vásquez) está en la parcela 28 y, Óscar Pérez ,en la 42”, dijo otro empleado del camposanto, quien prefirió no revelar su identidad.

El trabajador aseguró que ha presenciado varias escenas similares a la del sepelio de Vásquez, quien también empleaba el nombre de Adriun Ugarte, alter ego que develó el Ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol, en la alocución posterior a la masacre de El Junquito. “Ellos enterraron a su colectivo y se fueron. No es la primera vez que sucede, aquí ya hemos visto a gente que viene con armas; a veces son policías, echan tiros al aire, algunos son de salva, bueno eso es lo que dicen”.

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“El cementerio no se puede negar”
Lea también: Colectivo Tres Raíces: «Ha muerto el león más feroz del 23 de Enero»

Una de la señoras que ofrece café y agua en las capillas centrales de La Guairita, quien también optó por el anonimato, aseguró que mientras los restos mortales de Vásquez eran sepultados, el tiempo se detuvo. “Por supuesto que uno se asusta y también la gente que está aquí, pero cómo hace el cementerio, no se pueden negar, porque además esa es la misma gente del gobierno”.

Otra trabajadora salió al paso y aseveró que, el fin de semana del entierro de Óscar Pérez y dos de sus compañeros, el paso estuvo restringido incluso para los empleados. “Ellos trajeron los cadáveres a la morgue que está debajo de la capilla memorial; allí al lado nosotros tenemos nuestros cuarto de reposo y no nos dejaron bajar, eso estaba lleno de Guardias Nacionales y señores del Sebin. Yo estaba dejando mi guardia y no pude salir, tuve que esperar a que todo terminara”.

Pese a que el equipo de Runrun.es buscó, en persona y por teléfono, la reacción de voceros del departamento de Asesoría Legal del Cementerio del Este, nunca se recibió respuesta.

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Prohibido portar armas

La presidenta de la Comisión de Política Interior de la Asamblea Nacional y Vicepresidente del Comité de Derechos Humanos Parlamentarios, Delsa Solórzano, enfatizó que el porte de armas de fuego es exclusivo para funcionarios del Estado.

“El artículo 277 del Código Penal es muy claro y dice que el porte, la detentación u ocultamiento de armas se castigará con pena de prisión de tres a cinco años”, dijo.

También se refirió a la Ley para el Desarme y Control de Armas y Municiones, que a su juicio, no ha dado resultados. “Para muestra, allí están los últimos estudios: somos el país más violento del hemisferio, estamos por encima de Nicaragua y El Salvador, que ya es bastante decir”.

Según Solórzano, espectáculos en los que se exhiben armamento, como el acaecido en La Guairita, son el reflejo de una sociedad corroída por la violencia. “Nos acostumbramos a vivir en medio del dolor y la muerte. Se ha banalizado la violencia y eso se refleja en situaciones como esta”.

Hizo hincapié en que toda la ceremonia de despedida del líder de colectivo Tres Raíces fue una violación a los Derechos Fundamentales del ciudadano. “Portar un arma, y mucho más accionarla, es un delito. Entonces, estos señores que se andan paseando por la ciudad, ¿a quién le rinden cuentas?”.

Apuntó que cualquier persona puede enterrar a su ser querido en donde le plazca, siempre y cuando cumpla con los parámetros establecidos en la Ley para la Prestación del Servicio Funerario y Cementerios. “Mientras a este señor, del que por cierto nunca tuvimos acceso al acta de defunción, le rindieron honores, a la familia de Oscar Pérez le negaron el derecho a que los actos fúnebres hubiesen sido oficiados bajo la religión evangélica cristiana que profesaba. Tuvieron que ser presididos por un sacerdote católico, porque fue lo que ellos consiguieron”.

 

¿País posible? por Antonio José Monagas

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Todo proyecto político que por sus pretensiones de moldear realidades admirables luzca interesante, es objeto de ineludible estudio por la historia de los pueblos. La Biblia, es precisamente, la mejor muestra de propuestas político-ideológicas que, además de destacar hechos de hermosa trascendencia, revela orientaciones que, a modo de líneas de conducta, documenta las doctrinas que guían al cristiano en su vida apegada a los atributos y carácter de Dios.

No obstante, las realidades dan cuenta de situaciones que, en su esencia, se apartan de los trazados o dictados de moralidad y civismo, ciudadanía y buen gobierno, que siempre ponen de manifiesto proyectos de vida y de gobierno que ofrecen instituciones y organizaciones de naturaleza político-social. Es decir, organizaciones que anuncian su presencia mediante llamados a la paz, a la reconciliación y a la unión en nombre de valores y principios relacionados con el desarrollo de las naciones. Desde los que tocan al ser humano en sus sentimientos, expectativas y emociones, hasta los que exaltan el conocimiento como mecanismo de ascenso social y progreso económico.

Mucho se ha hablado de “la universidad posible”, de “la ciudad posible” y hasta del “amor posible”. Sobre todo, en tiempos electorales donde la palabra se convierte en manoseado argumento para disfrazar presunciones e intenciones de ganar el espacio necesario y suficiente que tienda a garantizar vías de superación en todos los ámbitos de la vida. Pero también, se ha exaltado la situación que compromete la idea de alcanzar el “país posible”. El país casi perfecto. Pero más allá de lo que apunta la posibilidad de lograr el objetivo anhelado, las realidades se topan con una perfecta maraña que encubre todo lo factible de lo cual se vale el individuo para excusarse ante lo pronunciado. O peor aún, ante lo escrito y publicado en forma de normas, proposiciones, planes o pautas de comportamiento cívico o de ordenamiento jurídico-institucional.

Las constituciones, de países revueltos por confundidas realidades, sirven para magnificar propósitos que se vuelven razones de subrayada complicación. En el ámbito de la retórica, previo a su aplicación, permite disociar de su texto cualquier connotación que traduzca todo lo opuesto a lo que, en principio, estableció su naturaleza político-etimológica. O sea, la letra constitucional se convierte en una “melcocha” que permite solapar ideas y trastocar principios. De manera que, en la coyuntura o entre gatos y medianoche, transforman la norma en una versión trampeada, en un diseño contrahecho y contradicho ante lo que inicialmente se tenía pensado o establecido. En consecuencia, se arma un mazacote jurídico capaz de torcer la más pundonorosa Constitución. Es decir, se preparan de antemano el mayor número de nudos que asfixian la noción y praxis de lo que denota el concepto de “Estado democrático y social de Derecho y de Justicia”.

Es el caso Venezuela, analizado desde las implicaciones que derivan del doloso manejo de la actual Constitución de Venezuela. Aunque dicho problema adquiere graves ribetes que terminaron embrollando la situación de crisis nacional. Y es que sin mediar efecto alguno, el alto gobierno se valió de un Tribunal de Justicia subordinado a los designios que ordena el interés político-partidista a instancia de lo que han definido las circunstancias. Circunstancias éstas, sopesadas por las reacciones de una Venezuela que comulga ideales democráticos y de libertad. O sea, una Venezuela libre.

Cuando se ha pensado en la posibilidad de reconstruir un país acorde con el esfuerzo de venezolanos que rindieron sus vidas a las luchas dirigidas a la reivindicación de derechos y libertades, o infundidas por el valeroso atrevimiento de precursores y libertadores por independizar al país del yugo que oprimía su autonomía y soberanía, la idea se transforma en una necesidad indeleble e ineludible. En una necesidad que debe considerarse cual proceso de educación ciudadana que configure un patrón de conducta cívico, moral y ética que no sólo comprenda valores políticos como inspiradores y motivadores de vida social, política y económica. También, que disponga de un conocimiento necesario de historia a partir del cual pueda consolidarse una base firme. Una base sólida que articule prácticas cognitivas dirigidas a cimentar ventajas que conduzcan al país a distinguirse y destacarse en términos de rangos de productividad y competitividad hacia adentro y hacia afuera del ámbito geopolítico, económico e industrial.

La idea brillantemente encaminada por el periodista Cesar Miguel Rondón, desde su matutino programa radial proyectado a todo el país, ha tocado el meollo de cuanto recoge la necesaria intención de dar o discutir el “País Posible”. Aunque conceptualmente. Sin embargo, cada corolario deja ver la hondura que envuelve al tema, tanto como su amplitud en virtud de las variables que determinan la hoja de ruta para resolver y aplicar tan necesario proyecto nacional. Más, cuando la idea de transformarse en un proyecto de Estado, mediante un juego de políticas públicas de permanente revisión y adecuación, se vea asociada al sueño y anhelo de cada venezolano. Cual es la de reconstruir a Venezuela. Particularmente, desde perspectivas que fueron líneas de pensamiento en hombres como Andrés Bello, Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Simón Rodríguez. O en Jacinto Convit, Humberto Fernández Morán, Arturo Uslar Pietri, Arístides Calvani. Alberto Adriani, Jesús María Bianco, Manuel Caballero, Rómulo Gallegos, Pedro Rincón Gutiérrez, entre otros. Todos, eximios militantes de la educación, la cultura o las ciencias.

Alcanzar el “país posible” que bien es propio y plausible construir, ha sido antagónico con ese país caracterizado por el facilismo consustanciado con el deseo de riqueza fácil. Condiciones éstas que no han permitido la generación de un proceso sostenido en el tiempo respecto de las transformaciones que comprometen allanar la vía para llegar al “país posible” y necesario. Alejado de tan honrados propósitos, no puede esconderse la verdad de ver cómo Venezuela se sumió en un lodazal de dejadez. Muchos de sus habitantes se sintieron más cómodos vivir conformándose con dádivas gubernamentales, que vivir con el esfuerzo de su trabajo. Tan volteada conducta, llevó a apoyar un gobierno al cual se le hizo bastante asequible, provocar situaciones de improductividad e inequidad a cambio de compensar al venezolano con migajas de moralidad, decencia y respeto. Así el país se desequilibró política y socialmente. Ello significó un dramático retroceso histórico que conjugó contradicciones y desviadas vocaciones que culminaron en un golpe de Estado a la ciudadanía, a la dignidad del venezolano y a su idiosincrasia o naturaleza civilista. Así que frente a estas amenazas, pareciera de suma complicación y a merced del largo plazo, acordar nuevas pautas de conducta que inciten a lograr un ¿país posible?

Laureano Márquez P. May 19, 2016 | Actualizado hace 8 años
Uslar, por Laureano Márquez

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Cuando era joven, de izquierda y estudiante universitario, no me gustaba Uslar porque era de derecha. No me interesaba mucho qué pensaba ni las cosas que proponía, porque  para mí estaba condenado a priori. Mi orientación: izquierda buena y derecha mala, calzaba  bien como brújula de mis convicciones políticas. Fidel Castro era bueno y Pinochet malo, era sencillo. Los fusilados del primero merecían morir por contrarrevolucionarios, los del segundo constituían una muestra de barbarie.Así opera la conciencia cuando uno es radical, cuando prefiere etiquetar el mundo en vez de pensarlo. En la medida en que voy envejeciendo (o derechizándome más, dirán los hombres de mazos),  me he dado cuenta de que el esquema no funciona, de que el mundo no es tan cuadriculado, de que matar está mal en cualquier caso y de que un régimen que no ha hecho elecciones en 60 años no puede llamarse democrático, tampoco –necesariamente- uno que hace 20 en 17 años, porque entendí que democracia es una forma de coexistir y  que medir a la gente por su inteligencia, sensatez y sentido común, resulta más útil que el esquema derecha-izquierda. Razón tenía Platón cuando decía: “hijo mío, eres joven: el paso del tiempo te hará cambiar de opinión sobre muchos puntos y te hará pensar lo contrario de lo que piensas ahora” .

    Ahora pienso que Uslar es una de las mentes más brillantes y uno de los venezolanos más comprometidos con el país que hemos tenido en  nuestra historia.  Esta semana se cumplieron 110 años de su natalicio, que pasan por debajo de la mesa en un país que no tiene la costumbre de honrar a sus héroes civiles, ni a la inteligencia y cultura que produce.  La presencia del petróleo en nuestro devenir como nación fue una obsesión para él. El rentismo alegre y la idea de riqueza fácil que se nos instaló en el ADN colectivo le angustiaban profundamente. Suya es la famosa frase de “sembrar el petróleo”, también la expresión “realismo mágico” usada para referirse a la literatura latinoamericana cuando muestra lo absurdo como común (así como nos pasa en la vida real, pues). Era predilecto de los humoristas por su manera de hablar que expresaba su angustia. La imitación que de él realizaba el gran Cayito Aponte con su parodia “Volar es Humano” dirigida a sus “amigos inservibles” (por “Valores Humanos” y “amigos invisibles”, que era la forma como Uslar saludaba a la teleaudiencia) es memorable.

   Vivió una vida modesta, decente, rodeada de libros y de cultura, siempre alertando sobre los riesgos que el devenir político del país contemplaba en términos de falta de compromiso, honestidad, inteligencia y verdadero amor por Venezuela. Nunca prestamos mucha atención a los llamados “profetas del desastre” y de tanto correr la arruga llegamos a la debacle económica, política y moral que este nefasto tiempo nos legará trágicamente como herencia y que constituye –probablemente- el más grave riesgo que ha afrontado la existencia de la República desde su nacimiento.

  En su libro “Educar para Venezuela”  dice: “Todo hombre que piense con seriedad que el mundo tiene que progresar… tiene que admitir que el gran instrumento de cambio y de progreso del hombre es el saber, no es el puño, no es el grito, no es el golpe, no es el arma, es la cabeza”. De allí su inquietud por la (mala) suerte de nuestras universidades: “en la Universidad venezolana se está decidiendo el destino de Venezuela … Con una universidad de segunda clase no puede hacerse un país de primera clase”.

   Ahora que ya no soy tan joven,  no etiqueto a las personas, admiro el conjunto de una vida cuyas acciones fueron  guiadas  por el amor al país y la inteligencia, dos de las virtudes más estimables en un ser humano. Pienso que si Venezuela ha producido a gente como Arturo Uslar Pietri, este es un país extraordinario en el que más temprano que tarde renacerán los sueños que movieron a su generación, quizá la más lúcida que ha conocido Venezuela, a edificar la república civil que tanto anhelamos en esta aciaga hora.

@laureanomar

Uslar Pietri y Maduro por José Toro Hardy

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Recientemente pudimos escuchar al presidente Maduro presentar las medidas que  tanto tiempo habíamos aguardado. Me vinieron a la memoria las enseñanzas de Arturo Uslar Pietri. Quizá mi mente divagaba, incapaz de concentrarse en un mensaje que duró casi cinco horas.
El 14 de julio de 1936 el diario caraqueño Ahora publicaba un artículo titulado «Sembrar el petróleo» del escritor y político.
Uslar Pietri -según me dijo un amigo oficialista- se había simplemente anticipando al pensamiento del presidente Maduro. Planteaba en aquel entonces el intelectual que había que redireccionar los recursos provenientes de la renta petrolera hacia el impulso del sector no petrolero de la economía.
Tanto Uslar como Maduro rechazan el rentismo petrolero. Veamos como lo expresaba  Uslar Pietri:  «Que en lugar de ser el petróleo una maldición que haya de convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales». Eso ni más ni menos son  -en la confundida mente del chavismo- los 13 motores de Maduro destinados a combatir el rentismo petrolero, que por cierto se exacerbó y alcanzó su máxima expresión durante los últimos 17 años.
La expresión misma de «sembrar» indica que don Arturo manejaba un paralelismo figurado con la agricultura. Quizá es la misma idea que ocupaba la mente del presidente cuando anuncia que el 3er motor más importante dentro de sus medidas es la «agricultura urbana» que en sus palabras  «va a permitir el desarrollo productivo de la nación».
No creo sin embargo que Uslar se hubiese imaginado nunca que lo producido en  una superficie que pudiera oscilar entre 4 y 6 millones de hectáreas (antes productivas en manos del sector privado y  hoy abandonadas después de haber pasado por las horcas caudinas de la revolución), pudiera ser sustituido sembrando cebollín, pimentón y tomates en los balcones.
La idea de la «agricultura urbana» es producto del ingenio cubano. A raíz del colapso de la URSS en 1991,  la isla caribeña se queda sin el apoyo de los soviéticos y por tanto sin tractores,  fertilizantes, insecticidas y otros insumos. En lugar de liberar la iniciativa de los ciudadanos, el gobierno les redujo la ingesta de 1.800 calorías diarias a 1.600.  El resultado no se hizo esperar. Comenzaron a surgir enfermedades. Cerca de 50.000 cubanos perdieron la vista.  Fidel Castro lo achacó a una guerra biológica de la CIA (versión cubana de la guerra económica). Sin embargo la verdadera causa era mucho más insidiosa. Los cubanos  estaban desnutridos y la razón de  aquella ceguera pronto fue descubierta por la FAO.  Se trataba de una «neuropatía óptica» por avitaminosis.
Cuba había caído en el llamado «período especial». El PIB de la isla se contrajo en un 36% entre 1990 y 1993.  Los cubanos, que no podían ser propietarios de las tierras, se lanzan a cultivar lo que fuese en cualquier espacio a su disposición. Ese es el mismo concepto «tecnológico» que los asesores cubanos le venden hoy al gobierno venezolano.
¿No sería más efectivo devolverle las tierras expropiadas a sus propietarios y darles los incentivos necesarios para que vuelvan a producir? ¿No sería más conveniente llamar a los dueños de Agroisleña  que con tanto éxito contribuían al desarrollo del sector agrícola venezolano?  ¿No deberían desmontarse tantos controles? ¿No deberían devolverse las agroindustrias (y todas las demás)? ¿No debería establecerse un tipo de cambio único? ¿No deberían estimularse las inversiones y abrir la economía? ¿No debería devolvérsele la autonomía al Banco Central? ¿No deberíamos entender que si asfixiamos la oferta, la demanda siempre estará insatisfecha?  ¿No deberían aplicarse medidas de austeridad en el gasto improductivo del gobierno? ¿No llegó la hora de cambiar el modelo?
Me aterra pensar que la ceguera dogmática de los revolucionarios nos precipite en un «período especial» y que padezcamos las mismas privaciones que sufrieron los cubanos. No estamos lejos. Nos enfrentamos ya a una crisis humanitaria y  a unos niveles de escasez inconcebibles y crecientes. La falta de medicinas es dramática. La libreta de racionamiento cubana ya está presente de manera mucho más perversa y tecnológica mediante captahuellas, programas instalados en las cajas de los supermercados, terminales de cédulas y todo sometido a un fuerte racionamiento. Las colas hablan.
En medio de tanta escasez padecemos una inflación feroz, la más alta del mundo. Por cierto, la mayoría de las medidas anunciadas por el presidente Maduro en su «concisa» intervención resultan altamente inflacionarias y antagónicas con el más elemental conocimiento económico.  Buscan resolver el problema fiscal del gobierno sacrificando a los venezolanos. Por eso el gobierno necesitaba el Decreto de Emergencia Económica. Por eso los venezolanos necesitamos otro gobierno.

@josetorohady

 petoha@gmail.com