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La política de lo absurdo, por Antonio José Monagas

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El escenario que sirve al ejercicio de la política venezolana, es lo más parecido a cualquier acto que dramatice alguna obra propia del teatro de lo absurdo. Si bien tan aventurada situación resulta del mayor interés del campo de estudio de la ciencia política, no luce del mismo modo para el devenir del venezolano común. Particularmente, del venezolano cuyo ámbito social y económico en el cual suscribe su desempeño y sujeta sus esperanzas, enrarece desmedida y progresivamente.

 

Pudiera también decirse que este contexto en el cual se hace política, tiene cierta analogía con aquella parte de la matemática para la cual algunas ecuaciones son indiscutibles para algunos de los valores de las variables implicadas en sus respectivos desarrollos. Estas ecuaciones llamadas condicionales, dan cuenta de que no todas las variables satisfacen las exigencias del análisis en cuestión lo cual pone de manifiesto la desigualdad que, por igual, afecta el horizonte de resolución y capacidad de valoración que experimenta la política. De manera que, así como la matemática recurre a condiciones que posibilitan zanjar dificultades que obstaculizan rutas de salida a problemas teóricos, la política también acude a disposiciones que buscan allanar las complicaciones que naturalmente son, muchas veces, lugares habituales de sus propias realidades.

 

El problema que experimenta hoy la política venezolana, va más allá de la explicación comparativa arriba referida. De entrada, hay que dar cuenta que la praxis política supera cualquier trazado de postulados formulados por la teoría política contemporánea. Para decirlo de alguna forma, la política es la política. Aunque suena algo contradictorio, este aforismo evidencia el carácter dinámico de la política. Es un poco para expresar que la política se comporta desmedida en cuanto a lo que sus causales pueden motivar. O que desde ellos, pueden organizarse, planificarse o encauzarse.

 

La situación de confusión y aventura que enmarañó a Venezuela como consecuencia del “libre albedrío” que en los últimos días signó las decisiones que han propendido a enfocar y enfilar la dinámica política nacional, bien sea la política gubernativa o la política que guía el desenvolvimiento de la oposición organizada desde los partidos políticos reunidos en la MUD, hizo crisis. Una crisis que descompuso la estructura organizacional que venía reconfigurándose como resultado del proceso político-electoral que determinó el contundente arribo de la oposición democrática a la Asamblea Nacional el 5-D de 2015.

 

Tan serio conflicto, puso al descubierto un aforismo que explaya el devenir político en cualquier circunstancia. Pero al mismo tiempo, lo evidencian ciertos parajes por los cuales se pasea la teoría política. Y es que, cuando los eventos se comportan azarosamente, “la política no tiene idea hacia dónde debe apuntar sus baterías”. En otras palabras, la praxis política es, muchas veces, imprevista, impensada o aleatoria. Esto hace ver que la política sólo ha servido para truncar aviesamente propósitos que, en un principio, se pronunciaron, tal como lo asintió José Martí, para “ir levantando hasta la justicia la humanidad injusta; para conciliar la fiera egoísta con el ángel generoso; para favorecer y armonizar los intereses para el bien general con miras a la virtud”.

 

Las realidades han mostrado que “en política sólo triunfa quien pone la vela donde sopla el aire; jamás quien pretende que sople el aire donde pone la vela”. Esta sentencia, procedente del pensamiento del poeta español Antonio Machado, cabe como síntesis del infortunio político que hizo crisis en Venezuela y que esta disertación intenta transcribir.

 

De hecho, todo parte del precario sentido de “unidad política” que ha pretendido arrogarse la coalición de partidos que han configurado la MUD. Quizás, inspirado en aquellos principios que tendieron a modelar sociedades que buscaron apegarse al socialismo utópico y posteriormente a la ideología anarquista, y que decía: de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades. Ese pudo ser el criterio que sirvió de guión al desenvolvimiento de las decisiones tomadas. O quizás, lo que exacerbó la conducta de quienes jugaron populistamente al dictamen pautado el 16-J cuando fue votado el rechazo y desconocimiento al proceso fraudulento de convocatoria a una Constituyente de manera inconstitucional.

 

Imbuido en las arbitrariedades de la tiranía que hoy domina al país político y económico, los dirigentes políticos que participaron en las elecciones a gobernadores fueron víctimas anunciadas y prejuzgadas por los desafueros del régimen. Sólo que a sabiendas de lo que advertía el tormentoso horizonte, decidieron inmolarse en medio de un escenario donde la humillación fue protagonista del avasallamiento urdido desde las alturas del poder político.

 

Sólo queda por verse, hasta dónde se anegará el país de basura luego de haberse avisado las consecuencias mediatas e inmediatas que ensombrecerían la vida del país. Pero también, luego de haberse asentido el nivel de conflictos que, en lo sucesivo, acentuará la asfixiante crisis de la economía y de la sociedad en su conjunto que duramente se resiste. Por tanto, no hay duda para demostrar ante los cuatro vientos que, como nunca, Venezuela está sufriendo los efectos de todo lo que encubre la política de lo absurdo.

 

@ajmonagas

Venezuela y el teatro del absurdo por Juan Carlos Varela

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La semana pasada y como todas las semanas pasadas desde hace más de quince años, nuestros gobernantes hicieron gala de su estrategia política comunicacional, hablaron de golpe, autogolpe, contragolpe, imperio, lacayos, paz, amor, ternura, confusión, guerra, movimientos militares, la ley habilitante antiimperialista, el imperio ruso, el cubano, y demás absurdos. El domingo, me tocó pasar  temprano por la Avenida Bolívar y presenciar cómo llegaban autobuses con gente ataviada de uniforme militar (por cierto, lucían muy incómodos para la guerra y de seguro a quienes los portaban les daría mucha pena ensuciarlos).

Todo ello me recordó cuando en bachillerato en el Colegio Fray Luis de León (ese que queda en el corazón de las Fuerzas Armadas, me refiero a la Avenida porsia) mis amigos y yo presentamos la obra del Teatro del Absurdo de Eugene Ionesco.

La verdad, confieso que no entiendo nada de lo que está ocurriendo en Venezuela, un país extranjero aplica una sanción a unas personas con nombre y apellido en ese país extranjero y la respuesta del gobierno es hacer una marcha en la Avenida Bolívar y redactar una Ley Habilitante que no aplica a ese gobierno extranjero. Es algo tan absurdo, como que el marido le pegue una paliza a la mujer y ella para vengarse del marido le empiece a pegar a sus hijos. Absurdo, absurdo y absurdo.

El siguiente extracto lo tomé de Wikipedia (la enciclopedia libre…es decir socialista) y explica lo que es el teatro del absurdo. Necesitaba una explicación a lo que pasa en Venezuela. Vamos a ver:

«El Teatro del absurdo abarca un conjunto de obras escritas por ciertos dramaturgos estadounidenses y europeos durante las décadas de 1940, 1950 y 1960 y, en general, el que surgió a partir de la obra de aquellos. Se caracteriza por tramas que parecen carecer de significado, diálogos repetitivos y falta de secuencia dramática que a menudo crean una atmósfera onírica. El teatro del absurdo tiene fuertes rasgos existencialistas y cuestiona la sociedad y al hombre. A través del humor y la mitificación escondían una actitud muy exigente hacia su arte. La incoherencia, el disparate y lo ilógico son también rasgos muy representativos de estas obras comunes.

Muchos ven el Teatro del absurdo como unas obras sin explicaciones lógicas y sin sentido. Se resalta la incongruencia entre el pensamiento y los hechos, así como la incoherencia entre las ideologías y los actos. Los personajes tienen un gran obstáculo para expresarse y comunicarse entre ellos mismos constantemente. En las obras, definitivamente el decorado y las escenografías (al igual con los objetos y los accesorios utilizados) juegan un papel muy importante como contraste con el contenido de las mismas, porque presentan imaginariamente la realidad de los mensajes que se pretenden llevar. Se presenta todo en un marco de un mundo vacío y con objetos muy pesados que terminan dominando a los personajes. Toca temas muy importantes, relacionados, por ejemplo, con cuán susceptible se encontraba la civilización después de una gran batalla como lo fue la guerra mundial. Se percibe a través de sus personajes la desorganización que existía hasta en la manera de comunicarse unos a otros, donde muchas veces no había un punto de acuerdo entre todas las partes, pero sí un abuso de poder, donde los ricos y poderosos atropellaban a los más débiles y a los que menos posibilidades tenían para sobrevivir ante tanto caos y confusión. Lo interesante del Teatro del Absurdo es que no da las respuestas que esperamos, o las que creemos que vamos a esperar, sino que nos deja a nosotros la interpretación y el análisis de cada una de sus obras. El término absurdo proviene del uso de la misma palabra por los pensadores existencialistas como Albert Camus y Jean-Paul Sartre.

En El rinoceronte de Ionesco (1960) se muestra la ansiosa preocupación acerca del esparcimiento de las inhumanas tendencias totalitarias mostrando a la población de una ciudad transformándose en salvajes paquidermos».

¿Yo ya entendí lo que pasa en nuestro país y tú?

 

@J3CV
www.actualidadlaboral.com.ve

El Universal 

Feb 04, 2015 | Actualizado hace 9 años
Sísifo comprando comida por Andrés Volpe

Sísifo

 

No hay sino un problema filosófico realmente serio: el suicidio

Albert Camus.

De esta manera comienza el ensayo “el mito de Sísifo” de Albert Camus y quizás así terminen reflexionado los que han visto el absurdo. ¿Qué queda en el mundo después de haberlo despojado de todos sus romanticismos? ¿Cuáles son los dos hechos ciertos que encierran nuestro presente, sino el haber nacido y la certeza de la muerte? Removiendo el salto filosófico hacia Dios o hacia algún concepto abstracto que provea una explicación de las cosas, ¿dónde queda el hombre frente al mundo? La razón duerme cuando Dios habla.

La imposibilidad de dar respuestas a la realidad desnuda, cruel y aburrida es confrontarse con el absurdo, porque allí es hasta donde la razón llega como instrumento; el mundo es irreductible a la razón y, al ser consciente de ello, el hombre se constituye en tragedia. ¿Cómo puede explicarse la persona que se acostumbra a realizar una cola para adquirir alimentos que le deben estar garantizados? ¿Cómo puede explicarse que esta persona asalte físicamente a otra por un pollo, cuando antes venían conversando sobre las miserias compartidas? ¿Cómo puede explicarse que la realidad de esta persona se haya reducido a realizar una cola de horas, para repetirla una y otra vez al pasar los días? ¿Cómo puede el hombre entender que la vida se reduzca a la realización de tareas inútiles para garantizarse la sobrevivencia?, y digo inútiles, porque realizar la cola día tras día solo atiende a las necesidades inmediatas, pero no soluciona la causa del problema; es decir, la repetición de la tarea inútil perpetúa el estado de las cosas en el tiempo sin buscar una solución ¿Cómo puede, entonces, trazar la persona algún concepto de propósito en la vida? Existen varias maneras de suicidarse y, definitivamente, subyugarse a una vida de repetición infinita de tareas miserables es una de las más trágicas.

La mitología griega tiene una figura para esta condición humana y bien supo ilustrarla con Sísifo; de la misma manera, Camus exprime el mito para ilustrar su concepto de filosofía del absurdo. Sísifo fue condenado por los dioses griegos a subir una piedra a la cima de una montaña. No obstante, la roca vuelve a la posición inicial cada vez que Sísifo cumple con su cometido. Este acto se repite hasta la eternidad. ¿No es la condición de Sísifo absurda? ¿Para qué vive Sísifo, sino para cumplir una condena? Lo mismo sería decir que Sísifo ha muerto. Camus trata de encontrar el razonamiento de Sísifo y su sumisión al realizar la tarea una y otra vez, para llegar a sus propias conclusiones. No obstante, ¿qué está pensando Sísifo? ¿Por qué no negarse a proseguir con este acto? Sobre todo, de tener consciencia de lo absurdo, ¿por qué Sísifo no se rebela? Camus dice que Sísifo, a través de un proceso de aceptación y de entendimiento de su destino, debe verse como un ser feliz; pero, ¿cómo podríamos nosotros aceptar que la gente que es forzada a hacer colas es feliz? Más todavía cuando ello conllevaría a proponer que el hombre puede ser feliz desprovisto de su libertad. ¿Podrían los hombres ser felices viviendo en esclavitud? Conocer las profundidades de uno mismo nos permite conocer las profundidades de la humanidad, por lo que puede decirse que si un hombre no es capaz de vivir una vida plena en esclavitud, ningún hombre puede ser feliz en ella.

El absurdo se hace insoportable cuando la vida es desprovista de toda libertad ¿Dónde está la libertad en hacer una cola día tras día para no morir de hambre? ¿Qué plenitud puede encontrarse en cumplir, día tras día, la condena que otros nos han impuesto arbitrariamente? Aunque en la realidad que se vive, no sería absurdo encontrar en la esquina a Sísifo comprando comida.

 

@andresvolpe

Laureano Márquez P. Dic 11, 2014 | Actualizado hace 9 años
Absurdidades por Laureano Márquez

Diarios

 

El absurdo se ha instalado de tal manera en nuestro quehacer colectivo como nación que ya lo que asombra es encontrar espacios de sensatez. El poder está más desnudo que nunca en su arbitrariedad. Todo anda tan de cabeza que, cuando uno ve algo bien hecho, como la ampliación de la autopista Francisco Fajardo en Caracas, surge el temor de que acusen de conspiración a los que realizan las obras, porque, sin darse cuenta quizá, causan mucho daño al gobierno: demuestran que las cosas pueden hacerse bien y eso hace más notoria —subraya, como quien dice— la incompetencia nacional.

Examinemos las noticias de la semana que termina:

* Desde la Fiscalía nos dicen que la inhabilitación de Leopoldo López se venció, pero se renueva automáticamente porque “un período finaliza y otro está comenzando” y así como existen los ciclos de la vida, también tenemos los de la inhabilitación. En otras palabras, en un país en el que un pasaporte —que es una cosa tan cotidiana— es tan difícil de renovar, la inhabilitación de un ciudadano por sus opiniones políticas no tiene vencimiento.

* A María Corina Machado la citan por preparar un magnicidio junto con Gustavo Tarre. Entra a la Fiscalía por magnicidio y sale imputada por conspiración. Se pregunta uno si hay un bombo lleno de papeletas con acusaciones al azar para los opositores y una mano inocente las va sacando.

* A Capriles lo van a investigar porque ha viajado al exterior. Lo investigan los mismos que se niegan, no digamos a indagar, sino a medio preguntar, por no dejar, por qué se usan los aviones de PDVSA para viajes privados de los familiares de funcionarios (vale recordar que una de las banderas usadas para criticar la corrupción que aquí había era la de las famosas “colitas de PDVSA”). ¿Ustedes se imaginan el escándalo que se habría armado en el país si encuentran a la niñera de Capriles con una pistola?

* Desde el alto gobierno señalan que los Estados Unidos corre peligro de una Hecatombe + IVA por una forma de extracción de petróleo que mientan fracking. Y dice uno: si nuestro propósito es acabar con el imperio, ¿qué hacemos nosotros previniéndoles acerca de que les viene un terremoto, en vez de callarnos la boquita y dejar que se hundan definitivamente?

* El gobierno anuncia que juega al rebote de los precios del petróleo para que lleguen al precio “justo”, que está sobre los 100 dólares por barril. Simultáneamente, anuncia una exhaustiva fiscalización de EPK para garantizar “precios justos” en sus ventas. Parece que la cotización de la justicia está peor que la del petróleo en Venezuela.

* “Las puertas de todos los recintos penitenciarios del país están abiertas para ‘saciar la curiosidad’, para informar de los logros en materia carcelaria”. Nada que agregar, su señoría.

* Los conductores de la economía explican que, con la caída de los ingresos a poco menos de la mitad, no habrá reducción en el gasto público. Suponemos que al frente de las finanzas pondrán a Nuestra Señora de Coromoto.

En el contexto que hemos dibujado, nos visita el gran Maradona para asistir a un acto público con el presidente y nos lanza esta perla, antes de dormir el discurso: “Maduro está haciendo una presidencia fenomenal. A mí me gusta”… ¡Pibe: venite a vivir acá!

Eso es to… eso es to… eso es todo, amigos.

 

@laureanomar