“La carne de cura es provocativa pero dañina”

FUE ESA UNA FRASE DEL DICTADOR ARGENTINO Juan Domingo Perón cuando en el año 1955 procedieron sus seguidores a atacar a la Iglesia que condenaba sus actos contra el pueblo. Ante la escalada contra iglesias, sacerdotes y obispos fue él mismo quien trató de bajarle esa intensidad a los ataques ante las denuncias del Papa Pio XII. Su frase quedó marcada en la Argentina de esos años y de nuevo la pronunciaron los argentinos cuando las dictaduras de Jorge Rafael Videla, Roberto Eduardo Viola, Leopoldo Fortunato Galtieri y Reynaldo Benito Bignone. Por lo general la Iglesia ha estado al lado de los mas sufridos y por ello los ataques y persecuciones en su contra a través de los tiempos. Cuando Chávez hubo los primeros ataques pero fueron mas de propaganda tras el golpe en su contra de 2002. El hecho de haber llorado arrodillado ante Monseñor Baltazar Porras pidiendo por su vida lo indispuso contra las autoridades de la Conferencia Episcopal.
Bajo este gobierno de Nicolás Maduro la Iglesia venezolana y sus obispos también han sido blanco de ataques verbales en las cadenas repetitivas e insulsas de Nicolás. La relación del régimen con el Vaticano ha sido una especie de montaña rusa, con sus altos y sus bajos, especialmente con el papa Francisco a quien ha buscado en varias oportunidades tratando de que avale su gestión y el falso diálogo con la oposición. La última llamada a Francisco para que lo recibiera fue rechazada por la Santa Sede que está mejor informada que antes gracias a la estrecha relación de amistad y confianza que SS Francisco tiene con dos miembros de la Iglesia venezolana: Baltazar Cardenal Porras y Luis Ugalde, SJ, ex rector de la UCAB. Esas amistades vienen desde cuando Porras estuvo al frente de la CELAM junto a Bergoglio y cuando Ugalde era su colega al dirigir la Pontificia Universidad Católica de Argentina.
Ante la situación que hoy vive Venezuela, Monseñor Mario Moronta, Obispo de San Cristóbal, envió un mensaje por las redes a todos los sacerdotes de la Iglesia Católica apoyándolos y denunciando el acoso y los ataques del gobierno de Maduro a través de gobernadores, alcaldes, policías y grupos del PSUV en varias ciudades del país.
El obispo menciona a la Diócesis tachirense en un mensaje como su Pastor. Alerta de acciones del régimen contra diversas instancias eclesiásticas y sus sacerdotes. Menciona que recientemente en Maturín por ordenes de “quien sabe quien” fue asediada la catedral estando repleta de feligreses, el obispo y sacerdotes. Fueron rodeados por militares y colectivos. Allí mismo en la capital monaguense el general responsable de la ZODI amenaza con llevarse presos a los sacerdotes que participen y animen las marchas de todo el país.
En Maracaibo, ayer domingo, hemos visto como entraron a la Iglesia de Nuestra Señora de la Guadalupe golpeando a los sacerdotes y a la vez cometiendo una serie de destrozos.
A la madre del padre Salcedo le invadieron su casa, afortunadamente nada que lamentar desde el punto de vista de su salud física, pero fue sometida y gracias a que pudo gritar la socorrieron los vecinos. Lo único que se robaron fue la computadora del Padre José Ramón Salcedo.
Les indico tres cosas: La primera es que debemos estar muy atentos, cuidarnos, protegernos los unos a los otros y ante cualquier circunstancia que suceda comunicarla de inmediato.
Segundo, no solamente nosotros, sino también toda nuestra gente, nuestros catequistas, nuestras religiosas, nuestros seminaristas deben estar pendientes ante lo que pueda suceder. Y que una u otra manera pueda constituir una agresión o sencillamente una amenaza. En tercer lugar, desde el punto de vista de la fraternidad, estar pendientes los unos de los otros.
Quiero ratificar que no solo estoy pendiente sino presto a hacer todo lo que sea necesario para defender no solo a los presbíteros y seminaristas sino a todo el pueblo de Dios.
De manera especial quiero hacerle sentir a ustedes sacerdotes que cuentan con el apoyo, el afecto, la oración del Obispo. Si es importante que estemos pendientes, que nos comuniquemos. Es preferible pecar a lo mejor de fastidiosos si es necesario, pero si sucede o hay alguna situación que consideremos necesaria de avisar avisémoslo.
Es muy probable, y eso ya lo habíamos hablado en varias reuniones del Presbiterio, del Consejo Presbiteral y otras oportunidades, que puedan surgir personas, grupos o decisiones de aquellas personas que no están de acuerdo con nuestra actitud. Y por último, recordar algo que en los últimos documentos de la Conferencia Episcopal hemos hecho sentir: “nosotros no estamos al lado de ninguna opción política, sino que tenemos que estar al lado del pueblo que mas sufre, el pueblo al cual pertenecemos, que no nos dé vergüenza decirlo, que estamos al lado de ese pueblo-pueblo al cual pertenecemos y esta sufriendo tanto y que lo estamos acompañando. No olvidemos que este momento también es para intensificar nuestra oración, nuestro testimonio, nuestra buena conducta, y que podamos hacer sentir a la gente que cuentan con nosotros. A todos Ustedes sacerdotes sepan que cuentan con su obispo. Que Dios nos bendiga y unidos en la oración”.
PD: Adjunto mensaje del Obispo Moronta a su feligresía