Al menos 20 rescatistas de Las Tejerías están diagnosticados con histoplasmosis - Runrun
Al menos 20 rescatistas de Las Tejerías están diagnosticados con histoplasmosis
Advierten que existe un subregistro de micosis pulmonares a nivel nacional en las víctimas y en el personal de apoyo humanitario en las zonas donde hubo aludes torrenciales 
El Instituto de Medicina Tropical de la UCV estima que existe un aumento de pacientes con micosis cercano al 2933,33% entre 2017 y 2022
SOSTelemedicina y la Sociedad Venezolana de Infectología estiman que la emergencia humanitaria compleja hace de Venezuela más vulnerable en el ámbito médico frente a desastres socioambientales y al cambio climático 

 

El 5 de diciembre del 2022, el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Central de Venezuela (IMT – UCV) detectó 20 casos de histoplasmosis, una infección pulmonar causada por un hongo, en un grupo de rescatistas que atendieron el alud torrencial de Las Tejerías, en el estado Aragua, el pasado mes de octubre. 

Los casos se remiten a un grupo de voluntarios de la ONG Rotary que viven en Distrito Capital y prestaron sus servicios en Las Tejerías entre el 14 y el 16 de octubre. 

La histoplasmosis es una enfermedad infecciosa causada por la inhalación de esporas de un hongo llamado Histoplasma capsulatum. La distribución del patógeno fúngico se encuentra en toda Venezuela en forma de moho en la tierra y en los excrementos de murciélagos y de aves de corral o que viven en cuevas, como el Guácharo (Steatornis caripensis). 

«Pudimos detectar el brote por los antecedentes epidemiológicos de la histoplasmosis: las personas inhalan el aire de la zona del desastre sin mucha protección. Las esporas se diseminan por el movimiento de tierra y entran al sistema respiratorio», detalló el doctor Freddy Salazar, miembro de la sección de micología médica del IMT – UCV y profesor de microbiología en la UCV. 

«El primer paciente de ese grupo presentó fiebre alta y dificultades para respirar al tercer día de visitar la zona del desastre», agregó Salazar. «No tenía una mejora clínica para entonces. Se descartaron otras causas infecciosas relacionadas a los deslaves y movimientos de agua como la salmonelosis (o salmonella). No fue hasta darle fármacos antimicóticos que se pudo bajar el cuadro febril presente por más de 7 días que no respondía a antibióticos». 

Secuelas de un deslave

Los médicos del laboratorio de micología médica del instituto advierten que existe un brote de histoplasmosis que, hasta ahora, lleva un subregistro en las víctimas, los rescatistas y cualquier persona que estuvo en la zona del desastre.

«Existe una correlación directa entre la infección de histoplasmosis aguda y los desastres socioambientales como el alud torrencial que ocurrió en Las Tejerías hace 3 meses», explicó la doctora Sofía Mata, directora del laboratorio de micología médica del IMT – UCV. 

La doctora Mata advirtió que las personas que estuvieron presente o viven cerca de donde ocurrieron los aludes torrenciales de 2022 en los estados Aragua, Anzoátegui y el Distrito Capital tienen el mayor riesgo de contraer la enfermedad. 

«El movimiento de la tierra disemina y volatiliza las esporas del hongo en el aire, la gente lo inhala y se infecta. En el pasado hemos visto un aumento discreto de 158 casos de pacientes con histoplasmosis que venían del desastre de Vargas en 1999. No hay duda que, con estos casos  confirmados en los rescatistas, existen otras personas con histoplasmosis que no han sido atendidas», dijo. 

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la histoplasmosis no se contagia de persona a persona. La infección del hongo ocurre cuando el paciente inhala el aire con esporas de Histoplasma capsulatum que ya estaban presente en el ambiente. 

La histoplasmosis puede estar escondida, el paciente puede ser asintomático. La OMS cataloga a las personas inmunosuprimidas —pacientes con VIH-SIDA, pacientes oncológicos, que tuvieron un cuadro de Covid prolongado o similares— como las poblaciones con mayor riesgo a contagiarse de la enfermedad. 

«En toda América está presente el hongo que causa la enfermedad, pero esta patología no se detecta mucho porque requiere varios análisis para descartar otras infecciones, hay pocos especialistas y el tratamiento es largo», agregó. 

Histoplasmosis: una enfermedad desatendida

Para la doctora Rommie Merino, odontóloga especialista en micología médica y miembro del IMT – UCV, la histoplasmosis es una de las enfermedades micóticas más comunes en Venezuela, así como una con mayores subregistros a nivel nacional. 

«Desde el 2015 todas las enfermedades micóticas, especialmente la histoplasmosis, son consideradas como enfermedades desatendidas por los organismos internacionales. Es una enfermedad difícil de atender, desde que el paciente no sospecha que está infectado hasta lo costoso del tratamiento», expresó Merino. 

La histoplasmosis puede estar presente en un paciente y no presentar síntomas por años. La especialista del IMT – UCV especifica que una persona puede estar infectada con histoplasmosis, pero el hongo queda «encapsulado» en el sistema respiratorio como mecanismo de defensa del sistema inmunitario del paciente, lo que puede complicar la detección temprana y el tratamiento oportuno de la enfermedad. 

«En Venezuela se pueden ver casos de infecciones fúngicas en gente que va a expediciones de cuevas.  La histoplasmosis es más común de lo que parece, en la década de 1960 se diagnosticó el primer caso en el país, y los brotes siguen presentes. Pero el subregistro epidemiológico es considerable, tanto a nivel nacional como mundial», dijo la odontóloga y médica especialista. 

Una de las razones del subregistro es la poca cantidad de profesionales y centros especializados en el país. De acuerdo con los doctores Salazar y Merino, las universidades son los principales centros de investigación y detección de las micosis en Venezuela. Se estima que hay menos de 25 médicos micólogos a nivel nacional. 

En la región central del país, los centros de micología médica más cercanos para detectar la enfermedad son el Instituto de Medicina Tropical de la UCV, El Instituto Nacional de Higiene y el Hospital Vargas de Caracas. Todos estos centros están a 72 kilómetros de distancia de Las Tejerías. 

El Instituto de Medicina Tropical de la UCV estableció de forma preliminar que existe un aumento de pacientes con infecciones micóticas: de 12 casos en todo el 2017 a 364 casos de distintas micosis desde enero hasta el 12 de diciembre del 2022. Eso equivale a un aumento cercano al 2933,33% de pacientes con infecciones fúngicas en los últimos 6 años, donde 2021 y 2022 mantienen los registros parciales más altos (con 186 y 364 casos respectivamente). 

«A diferencia de otras enfermedades catalogadas como desatendidas, como el dengue o la tuberculosis, la histoplasmosis y las enfermedades micóticas no son de registro obligatorio en los boletines epidemiológicos. Los especialistas en Venezuela no tienen cómo acceder a los datos más allá de contactarse entre ellos y contrastar la información», dijo Merino.

Micosis silentes entre las emergencias

Primavera Alvarado, doctora especialista en micología médica y coordinadora del Laboratorio de Micología del Instituto de Biomedicina «Dr. Jacinto Convit» de la UCV y del laboratorio de biomedicina del Hospital Vargas de Caracas, especificó que el historial clínico de los rescatistas de Rotary que fueron a Las Tejerías mostró que las personas presentes en la zona del desastre no tenían la suficiente prevención a nivel de salud pública.

«Los hongos están en el ambiente, pero estos brotes salen con mayor ahínco cuando hay emergencias: cuando hay una endemia o pandemia, que existe una población inmunosuprimida más alta,  o cuando hay un desastre socioambiental, como los deslaves que remueven la tierra con el hongo», explicó Alvarado. «En el Hospital Vargas tenemos cerca de 33% de aumento de pacientes de histoplasmosis con covid-19. Eso también lo vimos con la pandemia del SIDA en la década de 1980». 

Para los especialistas, los principales síntomas de la histoplasmosis aguda pueden pasar desapercibidos tanto para el paciente como para el médico no especializado: fiebre alta por más de 5 días, ataques de asma o dificultad para respirar (parecidos a ataques asmáticos cuando no tienen un historial con el asma), dolor en el pecho, fatiga, escalofríos, tos seca o no productiva, entre otras. También el paciente puede estar infectado y no dar ningún síntoma. 

«Ese panorama dificulta la detección temprana de las micosis, porque los síntomas pueden indicar cualquier otra infección pulmonar hasta que se hacen los análisis de serología o de bioanálisis del esputo del paciente», advirtió Alvarado. 

«En el caso de los 20 rescatistas de Rotary y de otros 19 bomberos, que en este momento estamos analizando, admitieron que fueron a la zona del desastre sin mascarillas, o con mascarillas quirúrgicas en el mejor de los casos. Esto indica una desprotección. En esos casos las personas deben llevar puesto como mínimo una mascarilla tipo N95», dijo. 

La coordinadora del Laboratorio del Hospital Vargas de Caracas dijo que existe un subregistro muy alto de enfermedades micóticas en el interior del país debido a la emergencia humanitaria compleja que atraviesa Venezuela y a la pérdida de especialistas en micología médica para detectar y analizar el panorama epidemiológico. 

«Y eso solo es la punta del iceberg. El tratamiento de la histoplasmosis es largo, de mínimo 6 meses de medicamentos, de fármacos que los pacientes a veces no pueden costear por sus ingresos bajos y el alto costo de los activos», agregó.

Los 20 rescatistas fueron diagnosticados en la fase aguda de la enfermedad, cuando existen mayores facilidades del tratamiento. Como la mayoría de las infecciones, si la histoplasmosis no es detectada y tratada a tiempo, aumenta la mortalidad en los pacientes altamente vulnerables, como las personas mayores de 55 años y las personas inmunosuprimidas.

Los miembros del IMT – UCV recomiendan que todas las personas que estuvieron en los desastres de Las Tejerías, El Castaño, Valle Verde (Puerto La Cruz) u otro movimiento de tierra se examinen en un centro especializado. 

OMS: 19 hongos de infección alta

Pese al subregistro, Venezuela no es el único país con un aumento en los pacientes con infecciones micóticas. La OMS estableció que hay una tendencia mundial en el aumento de los casos de distintos patógenos fúngicos debido a la resistencia de los hongos a los fármacos antimicóticos actuales, el aumento de tratamientos que suprimen el sistema inmune y el cambio climático. 

La OMS publicó en octubre del 2022 una lista de 19 patógenos fúngicos infecciosos más preocupantes para la salud pública global. Cada año, estos patógenos provocan aproximadamente 1,5 millones de muertes en el mundo, tanto como la tuberculosis y más que la malaria. En Venezuela se encuentran todas esas especies de hongos. 

«En el país existen 3 micosis profundas bien marcadas: la histoplasmosis, la paracoccidioides y la coccidioidomicosis. Esas micosis profundas están en la lista de la OMS. La histoplasmosis está en la categoría de prioridad alta  y Venezuela está altamente expuesta y vulnerable a ella. Las otras dos están en la categoría de prioridad media. La coccidioidomicosis tiene una incidencia mayor en la región de Lara – Falcón – Yaracuy», explicó Alvarado. 

En una videoconferencia de la ONG SOSTelemedicina y la Sociedad Venezolana de Infectología, los doctores Luis Echezuría y Mariano Fernández advirtieron que la emergencia humanitaria compleja, y la degradación del sistema sanitario producto de ese contexto, hace de Venezuela un país más vulnerable frente a desastres socioambientales y al cambio climático en términos de atención médica oportuna y protocolos de protección. 

«Si bien no hay que ser en extremo alarmistas, sí debemos tomar consciencia de que no todas las infecciones respiratorias en los panoramas de desastres, y en general, son tuberculosis. Se debe aumentar la conciencia frente a estos patógenos para prevenir mejor los futuros brotes. En Caracas, por lo menos, seguimos diagnosticando. Mientras más detecciones e información haya, mejor podemos adaptarnos a los futuros brotes», opinó la doctora Alvarado.