3×3 | La nueva diplomacia entre Colombia y Venezuela dependerá más de Petro que de Maduro - Runrun
3×3 | La nueva diplomacia entre Colombia y Venezuela dependerá más de Petro que de Maduro
Las cancillerías de Venezuela y Colombia afirmaron designar embajadores para fortalecer sus relaciones bilaterales después del 7 de agosto
Consideran que el proceso de paz interna de Colombia y su negociación con el ELN afectará a la seguridad de la frontera
Giovanna De Michele: «Solo un flujo comercial próspero podría garantizar la verdadera reactivación (económica y legal) de la zona»

Poco después de ganar las elecciones presidenciales de Colombia, Gustavo Petro anunció su interés en abrir relaciones diplomáticas directas con el gabinete de Nicolás Maduro.

Desde 22 de junio de 2022, Petro mostró en sus redes sociales sus propuestas para «restablecer» la frontera: conversaciones directas con Maduro, promesas de industrializar a la ciudad de Cúcuta para mejorar la economía de la zona y la designación de Álvaro Leyva Durán como ministro de Relaciones Exteriores y Paz y a Iván Velásquez Gómez como ministro de defensa de Colombia. 

La diplomacia entre Venezuela y Colombia se quebró cuando el gobierno de Iván Duque apoyó la proclamación de Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela. En 2019 Maduro anunció una ruptura con Colombia al expulsar a sus embajadores. 

Gustavo Petro asumió formalmente la presidencia de Colombia el 7 de agosto del 2022. Tanto la cancillería colombiana como la venezolana afirmaron designar embajadores para fortalecer sus relaciones bilaterales luego de la proclamación de Petro como mandatario. 

El plan para restablecer las relaciones diplomáticas con Maduro enfrenta la regularización migratoria y los grupos armados irregulares o guerrilleros. Según la ONU, los 2.219 kilómetros de frontera terrestre recibe un mínimo diario de 2.000 migrantes venezolanos desde el año2021 y más de 3.300 venezolanos desplazados durante el primer trimestre del 2022 por los enfrentamientos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). 

La internacionalista Giovanna De Michele explicó que «la dinámica de esta nueva relación diplomática y migratoria dependerá en su mayoría de las acciones de seguridad interna de Colombia, antes que las afinidades ideológicas». 

Para César Niño, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de La Salle y experto en seguridad y defensa, la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela es una respuesta «pragmática, que pasa por la racionalidad de los Estados y va más allá de las ideologías de los gobernantes de turnos». 

Por su parte, Mirna Yonis, integrante del equipo directivo del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (COVRI), aseveró que «este movimiento de lógica se gesta en la necesidades de ambas sociedades y el deterioro diplomático prolongado entre ambos países tan cercanos».

Frente a este panorama, Runrun.es contactó a tres expertos para explicar esta nueva etapa que enfrentará la diplomacia sudamericana. 

¿Qué puede perder Colombia (y Venezuela) tanto a nivel diplomático como interno con esta nueva relación bilateral?

Giovanna De Michele: «Si vemos la situación como entes diplomáticos, como Estados, creo que ambos podrían tener una relación ganar-ganar. Venezuela podría recuperar unos espacios perdidos en el ámbito comercial».

«No descartaría la probabilidad de que Washington aproveche la cercanía ideológica entre Petro y Maduro para tratar de forzar un proceso de negociación. Esto es debido a la importancia que tiene Colombia desde el punto de vista estratégico para Estados Unidos». 

«Si alguien tiene algo que perder en este restablecimiento de relaciones diplomáticas sería la oposición venezolana representada por el liderazgo de Juan Guaidó, porque dejarían de tener la representación que tenían en territorio colombiano y en su política internacional». 

César Niño: «No habría una pérdida en términos concretos. Los movimientos pragmáticos suponen un cálculo racional de toma de decisiones que pasa la dimensión estratégica y que van por encima de la dimensión particular, ideológica o individual».  

«Seguramente la pérdida, si lo vemos en términos de costo-beneficio, sería un desgaste político interno en Colombia frente a los debates y la polarización. La oposición colombiana tendría la tesis de que la reapertura de la frontera y el diálogo signifique para ellos un apoyo al gabinete de Maduro. Podrían atravesar una turbulencia ideológica frente a los opositores de ambos gobiernos».

Mirna Yonis: «Más que decir qué se puede perder, se puede decir qué se espera cambiar. Todavía no hay una acción concreta o camino para restablecer las relaciones consulares y diplomáticas. Hay muchos anuncios, pero todo necesita unos protocolos, eso no sale de un día para otro. La reunión de los cancilleres es un paso para ello».   

«El gobierno de Petro debe sincerar sus intenciones para dinamizar las acciones humanitarias por el tema migratorio y por la embajada de Estados Unidos de Venezuela, que está en territorio colombiano. Algunos podrían decir que ello abonaría a la relación entre EEUU. Yo veo eso muy difícil. El gobierno interino de Juan Guaidó no tiene suficiente músculo político en estos momentos para ganar más cosas, solo logrará conversaciones y diálogos». 

Más allá de los beneficios económicos, ¿qué cambios puede traer el retorno del paso migratorio legal en la frontera colombovenezolana?

Giovanna De Michele: «Espero que una de los efectos inmediatos sea la disminución de las mafias que se encargan del tráfico de personas a través de las «trochas». También se espera que la reactivación comercial y legal en la frontera disminuya el contrabando de mercancías. Hay muchas necesidades económicas y sociales venezolanas que se satisfarán con la apertura de zona fronteriza. Solo un flujo comercial próspero podría garantizar la verdadera reactivación de la zona». 

César Niño: «Me atrevería a decir que, independientemente de la reapertura de la frontera, los movimientos y grupos armados irregulares que están en la zona seguirán existiendo. Pero, seguramente, el compromiso de los lazos diplomáticos hará mucho más efectivo el control estatal sobre estos territorios».

«Una gran característica que Colombia ha presentado en los últimos años es el abandono de sus fronteras y la ausencia estatal en los territorios. Colombia suele ser más territorio que Estado. Esto significaría que la excusa de volver a las relaciones bilaterales podría motivar, e incluso obligar, al Estado colombiano a tener una presencia efectiva que ha sido alejada por diferentes circunstancias. Habrá mayor legitimidad del Estado para hacer presencia en esos territorios». 

Mirna Yonis: «Las acciones apuntan hacia un paso migratorio legal, al menos. Pero insisto que el aparato decisional de Colombia no es el único que influye en eso, también está la red de cooperación internacional para atender el tema migratorio. Allí, entonces, el tema migratorio se utilizará como una arista que rebotará en la parte política y diplomática de ambos países, sobre todo en Colombia. No será fácil resolver o atender el tema migratorio venezolano». 

¿Qué se puede esperar a nivel de seguridad militar de esta relación entre Petro y el gabinete de Maduro? 

Giovanna De Michele: «Gustavo Petro dijo que iba a mantener los beneficios que se les han otorgado a los migrantes venezolanos en Colombia (que se ejecutaron con el gobierno de Duque). Pero, la agenda en materia de seguridad y migración dependerá de la seguridad interna en Colombia». 

«Ya las alas disidentes de las FARC y del ELN manifestaron su disposición de tener un proceso de diálogo con Petro. Ese intercambio, de lograrse, podría significar el despeje de grupos irregulares que están operando en territorio venezolano».

«También habrá que esperar cómo se va a manejar la administración de Maduro. Durante los últimos años ha sido muy cómodo para Maduro responsabilizar al gobierno colombiano por todo acto irregular e ilícito que pasaba en la frontera. Hay que ver cómo actuará la administración madurista de producirse alguna escaramuza, si van a seguir responsabilizando al gobierno colombiano o a quienes representarán la nueva oposición en Colombia». 

César Niño: «Posiblemente se abra un canal de diálogo entre los altos mandos militares de ambos países. Esto supone, más allá de toda lógica ideológica, una interacción más fluida para enfrentar algunas amenazas compartidas y comunes, sobre todo en el tema fronterizo». 

«La frontera entre Colombia y Venezuela es una de las más porosas del mundo, no se puede escalonar para cerrarse o abrirse». 

«Los beneficios en seguridad y defensa tendrán que ver con un entendimiento y un flujo de comunicación entre los tomadores de decisión de seguridad nacional. También la migración podría tomar una situación más «regular», un poco más condescendiente frente a los fenómenos que tienen que ver con las situaciones humanitarias. Seguramente habría una participación más activa de ambos Estados en el tratamiento del derecho a proteger y en materia de los Derechos Humanos». 

Mirna Yonis: «Hay que esperar al menos los primeros días de gobierno de Petro para ver si da una declaración externa más allá de lo que le exige la política interna colombiana. La designación de los cancilleres y ministros de seguridad y de defensa apuntan a la base política de Petro, pero no se traduce, todavía, a un conflicto interno en la estructura militar colombiana que algunos expertos prevén».

«Por lo tanto, esa relación de Petro y Maduro no pasará de primeras desde el punto de vista personal, sino del cuadro político interno colombiano. Creo que Petro, más allá de su plataforma amplia, sabe que también debe tener una relativa calma en sus primeros días para poder implementar algunas políticas. Pero el tema migratorio es una «papa caliente» que requiere de acciones rápidas. Aún así, Colombia debe atender sus asuntos internos relacionados con su estabilidad socioeconómica, de salud pública y su relación militar con Estados Unidos».

«Quizás este sea el punto más álgido en la relación entre Colombia y Venezuela».