Estafadores de bata blanca se aprovechan de la crisis - Runrun
Estafadores de bata blanca se aprovechan de la crisis
Más de 20 usurpadores de la medicina, odontología y veterinaria han sido aprehendidos en el territorio nacional en los últimos cinco meses 
Las especialidades más plagiadas son ginecología, anestesiología y neurología
Alertan que delincuentes incurren en estas prácticas por la oportunidad de lucrarse con divisas y por las bajas penas que estipula la ley para dichas irregularidades 

@franzambranor

 A finales del mes de abril de este año, el Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas (Cicpc) detuvo en el sector El Castaño de La Victoria en el estado Aragua a José Daniel López, de 38 años, por usurpar funciones como ginecólogo y perjudicar al menos a 25 mujeres

El director del Cicpc, Douglas Rico, informó que López colocaba cortes de sondas urinarias y palillos de chupetas como implantes anticonceptivos, realizaba ecos transvaginales, efectuaba consultas y daba récipes a sus pacientes. 

Según las autoridades, López falsificó su título en medicina y logró así trabajar en varios centros médicos en la entidad aragüeña. 

El fiscal general designado por la extinta asamblea nacional constituyente, Tarek William Saab, dijo a través de su cuenta de Twitter que López será juzgado por los delitos de ejercicio ilegal de la medicina, usurpación de funciones médicas y aborto sufrido. 

El pasado 2 de mayo, Saab alertaba sobre la «gran cantidad de casos de falsos profesionales de la salud practicando la medicina ilegalmente«, así como casos de negligencia médica que habían provocado «graves secuelas».

De acuerdo con datos suministrados por la Federación Médica Venezolana, en los últimos cinco meses han sido detenidos al menos 20 supuestos profesionales de la salud

Las especialidades más plagiadas son ginecología, anestesiología, neurología, odontología y hasta veterinaria en varios estados del país, que abarcan desde los llanos hasta los andes, pasando por centro y occidente.

Jaime Lorenzo, presidente de Médicos Unidos por Venezuela, sostuvo que abusar de la necesidad de un ser humano es uno de los peores delitos que puede existir. 

“Engañar a una persona que tenga un desespero por un problema de salud es un delito y más en tiempos tan difíciles como estos”.

Lorenzo indicó que generalmente este tipo de delincuentes aparecen cuando hay una crisis económica y se aprovechan de la necesidad de la gente. 

El criminólogo Luis Izquiel aseveró que la poca supervisión que hay para el ejercicio profesional por parte del Estado y los colegios correspondientes hacen que proliferen este tipo de delitos.

“Estas personas saben que son delitos menores y que probablemente no terminen pagando cárcel a menos que le causen un perjuicio grave o maten a alguna persona”, indicó. 

El artículo 121 de la Ley de Ejercicio de la Medicina dice que “serán castigados con una pena de 18 meses a cinco años las personas que, sin cumplir los requisitos establecidos, forjen total o parcialmente títulos profesionales de medicina o suplanten a personas legalmente autorizadas para ejercer dicha profesión y ofrezcan o presten servicios de atención médica”. 

Por su parte, el artículo 62 de la Ley de Ejercicio de Odontología prevé una multa o arresto proporcional y “las autoridades competentes procederán a decomisar con destino al Fisco Nacional los aparatos e instrumentos existentes en el consultorio o lugar cualquiera donde la persona incurra en la infracción”.

Ahora cobran en divisas

Izquiel indicó que ahora con la dolarización de facto en el país, los delincuentes ven en esta práctica una oportunidad para exprimir económicamente a las personas que requieren un servicio de salud.

“Son profesiones que podrían ser altamente rentables por su cobro en divisas”, advirtió. 

Solo en diciembre de 2021 fueron detenidos cuatro supuestos cirujanos, dos internistas y un neurólogo y en enero de este año fue aprehendido un sujeto identificado como Orlando Cibrian, imputado no solo por hacerse pasar por odontólogo, sino por abusar sexualmente de sus pacientes en el estado Portuguesa.

Algunas de estas prácticas se prestan para la informalidad, como lo sucedido con el falso ortodoncista José Daniel Azuaje, quien colocaba frenillos con pegamento rudimentario e hilo de colores bajo un toldo a la intemperie en pleno centro de Maturín.

Lorenzo sostuvo que los controles para detectar a impostores existen, pero que los delincuentes han puesto en práctica mecanismos sofisticados de falsificación que a veces hacen difícil su verificación.                                                        

“Viendo que pueden aprovecharse económicamente de la situación, el delincuente se ha vuelto más hábil”.

Lorenzo expresó que la mayoría de estas personas, “ejercen” fuera de clínicas y hospitales.  

“Para ingresar a un hospital, el profesional tiene que presentar documentos”, recalcó. 

El presidente de Médicos Unidos por Venezuela instó a quienes se vean perjudicados por una situación de estas a denunciar ante los organismos competentes. 

“Invitamos a la gente a ingresar a la página del Ministerio de Salud y, con el número de cédula de identidad del profesional, pueden ver si está inscrito en la institución. Hechos así no pueden pasar por debajo de la mesa porque al final no solo perjudica al paciente sino también a los médicos del país que tratan de hacer algo en beneficio de la gente”.

¿Qué se necesita para ejercer la profesión médica en Venezuela?

Según el artículo 4 de la la Ley de Ejercicio de Medicina, estos son los requisitos:

 

  • Poseer el Título de Doctor o Doctora en Ciencias Médicas, Médico Cirujano, Médica Cirujana, Médico Integral Comunitario o Médica Integral, Comunitaria, expedido por una universidad venezolana de acuerdo con las leyes que rigen la materia”.
  • Inscribir el Título correspondiente en un Registro Principal, de conformidad con la ley.
  • Estar inscrito en el Colegio de Médicos u otra organización médico-gremial.
  • Cumplir las demás disposiciones contenidas al efecto en esta Ley y su Reglamento”, aspectos que se establecen en el Capítulo II del Ejercicio de la Profesión, en su Artículo 4.