Los milagros en México - Runrun
Luis Oliveros Sep 17, 2021 | Actualizado hace 1 día
Los milagros en México
No habrá una mejor Venezuela sin instituciones. Pero negociar algo así, ante un gobierno que se ha desarrollado en base a esa destrucción institucional, no tiene mucho sentido

 

@luisoliveros13

Aunque algunos aún esperan por la gloriosa llegada de los Marines por el puerto de La Guaira, la sensatez siempre invitó a pensar que el camino a destrabar la crisis política venezolana estaba en una negociación –dialogo entre la oposición y el gobierno de Maduro. Eso hoy está ocurriendo y aunque va a un ritmo muy lento, si lo comparamos con los enormes problemas sociales que sufre el país, parece que el resultado (por el bien de los venezolanos) puede ser distinto a los procesos de negociaciones anteriores (y ojalá sea así).

Ahora bien, una cosa es que ocurran resultados diferentes y otra muy distinta es que esperemos milagros. Algunos han planteado que en las negociaciones en México se ponga sobre la mesa la recuperación institucional del país. Un BCV independiente, una industria petrolera que no se vea influenciada por decisiones políticas del gobierno, un sistema de justicia “justo”, etc., son elementos que deben estar sobre la mesa.

Es muy probable que, ante esas peticiones, el gobierno se levante de la mesa. Esas cosas son fundamentales de lograr, pero hay que poner los pies sobre la tierra.

Con la mesa de negociación en México se abre una muy interesante oportunidad para destrabar el conflicto político venezolano; pero para poder sacarle el mayor provecho, debemos pensar en objetivos alcanzables y que vayan sembrando las bases para acuerdos posteriores. Libertad de presos políticos, devolución de los partidos políticos a sus verdaderos líderes, respeto a las mínimas condiciones electorales, son objetivos más cónsonos con el inicio de una negociación política.

Debemos tenerlo muy claro, no habrá una mejor Venezuela sin instituciones de calidad; pero negociar algo así, ante un gobierno que no solo no cree en ellas, sino que se ha desarrollado y funcionado en base a esa destrucción institucional, no tiene mucho sentido. Prácticamente es perder el tiempo y la oportunidad. Por ejemplo, sin el financiamiento monetario, la gestión fiscal del gobierno se vería afectada y con ello su capacidad de tener poder; por lo tanto, no van a querer negociar tener un BCV independiente y que cumpla la Constitución.

Un punto interesante a negociar debería ser el acceso a los famosos $ 5000 millones que el FMI le asignó a Venezuela pero que el país no puede utilizar, porque en el fondo no hay consenso sobre quién es el gobierno en nuestro país. Ponerse de acuerdo sobre el manejo de ese dinero, llevando una propuesta conjunta al FMI, podría ser una excelente forma de materializar estas negociaciones y que los venezolanos perciban que están obteniendo frutos de ellas. También aprobar proyectos para la mejora del sistema eléctrico, algunos paralizados por la crisis política, pudiera ser otra forma de generar buenas noticias.    

El país implora un cambio en la crisis política, porque sencillamente la economía lo necesita. Por más dolarización y pragmatismo del gobierno, esta economía tiene demasiados problemas para pretender que, porque en 2021 o en el 2022 tengamos crecimiento económico, eso es el inicio de una expansión sostenible y robusta. El destrabar el conflicto político es una necesidad, por el bien de los venezolanos.

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