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Lo que la educación debe aprender de la pandemia

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones educativas para la adopción (ahora de manera forzosa) del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Acá, algunas lecciones que aprender de la pandemia.

@phronimos

Poco más de 20 años han pasado desde que Internet inició su invasión en todos los ámbitos del saber humano. Universidades y escuelas -en menor medida- se han aprovechado de la “democratizacióń” de la información. Esta abarca desde los viejos repositorios en línea hasta los millones de exabytes que ahora constituyen la nueva “Biblioteca de Alejandría”. 

Más que la cantidad de información, lo verdaderamente nuevo es el número creciente de actores en la producción de contenidos. Ya no tenemos problemas de escasez, sino de criterios de selección de la información.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han hecho omnipresente la interacción social. La posibilidad de mantener vías de comunicación más allá del aula de clases es quizá una de las ventajas más significativas (y menos aprovechada) de esta revolución digital.

Ahora bien, diferenciemos dos momentos distintos de esta pandemia: una primera etapa, que es la emergencia de culminar períodos académicos, terminar cursos y cerrar ciclos abiertos antes del confinamiento; hasta allí el uso de tecnologías como “salvavidas” funciona relativamente bien y permite, efectivamente, cerrar estos ciclos.

Pero sabemos que esta situación de subnormalidad puede llevar mucho más tiempo. Entonces resulta crucial que las instituciones se preparen  para iniciar “nuevos ciclos” donde la presencia física será nula o escasa.

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

Cada institución, cada nivel educativo y cada país tiene una realidad particular para afrontar esto, sin embargo, existen algunas recomendaciones generales que facilitarían este proceso.

La oferta de recursos y actividades deben comprender:

Herramientas síncronas y asíncronas 

Ya que la socialización que se da presencialmente en el aula debe ser relevada por actividades donde los estudiantes puedan interactuar digitalmente no solo con los profesores, sino además entre ellos. Y esto solo es posible a través de actividades síncronas.

Replantear los métodos

Como segunda recomendación, las instituciones y sus profesores deben replantear las metodologías convencionales. Esto no solo se trata de hacer en línea lo que se hacía en el aula, sino de reconsiderar estrategias para mantener la atención de los estudiantes y seleccionar, según cada situación, el conjunto de herramientas digitales para lograr los objetivos planteados.

La enseñanza en línea debe ser entendida más como una evolución que como una simple sustitución de la educación presencial.

Comunidad docente

Las instituciones no solo deben enfocarse en sus estudiantes. Los profesores requieren adiestramiento, motivaciones, y consensuar (con sus pares) estrategias que faciliten la adaptación a nuevos entornos. Un buen profesor presencial no necesariamente es un buen profesor en línea.

El espacio de aprendizaje

Un cuarto elemento es la adecuación de espacios para estos nuevos escenarios. Así como las aulas de clases se diseñaron para ciertas dinámicas, el desarrollo de una asignatura o de un curso completo no es algo que se pueda hacer acostado en la cama leyendo desde el teléfono.

Si estamos de acuerdo en que el confinamiento y la presencialidad condicionada llevará algo de tiempo, es necesario que alumnos y profesores adecuen espacios para el desarrollo de las actividades. Una buena pantalla, conexión estable a internet, cámara, micrófono y audio para las videollamadas, así como un dispositivo (tableta o teléfono) para la instalación de las aplicaciones requeridas en cada situación, entre otras.

Un horario definido

Ya por último, se requiere establecer horarios para cumplir con las obligaciones establecidas. Importante que, dentro de la rutina de cada quien, se fije un tiempo para atender estas actividades con la menor distracción posible.

Estas recomendaciones suponen un escenario ideal donde algunas cosas básicas están presupuestas. El caso de Venezuela, de sus servicios básicos, y de todas las precariedades acentuadas en estas circunstancias, obviamente traería una serie de consideraciones adicionales que habría que tratar de manera independiente.

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones educativas para la adopción (ahora de manera forzosa) del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Acá, algunas lecciones que aprender de la pandemia.

@phronimos

Poco más de 20 años han pasado desde que Internet inició su invasión en todos los ámbitos del saber humano. Universidades y escuelas -en menor medida- se han aprovechado de la “democratizacióń” de la información. Esta abarca desde los viejos repositorios en línea hasta los millones de exabytes que ahora constituyen la nueva “Biblioteca de Alejandría”. 

Más que la cantidad de información, lo verdaderamente nuevo es el número creciente de actores en la producción de contenidos. Ya no tenemos problemas de escasez, sino de criterios de selección de la información.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han hecho omnipresente la interacción social. La posibilidad de mantener vías de comunicación más allá del aula de clases es quizá una de las ventajas más significativas (y menos aprovechada) de esta revolución digital.

Ahora bien, diferenciemos dos momentos distintos de esta pandemia: una primera etapa, que es la emergencia de culminar períodos académicos, terminar cursos y cerrar ciclos abiertos antes del confinamiento; hasta allí el uso de tecnologías como “salvavidas” funciona relativamente bien y permite, efectivamente, cerrar estos ciclos.

Pero sabemos que esta situación de subnormalidad puede llevar mucho más tiempo. Entonces resulta crucial que las instituciones se preparen  para iniciar “nuevos ciclos” donde la presencia física será nula o escasa.

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

Cada institución, cada nivel educativo y cada país tiene una realidad particular para afrontar esto, sin embargo, existen algunas recomendaciones generales que facilitarían este proceso.

La oferta de recursos y actividades deben comprender:

Herramientas síncronas y asíncronas 

Ya que la socialización que se da presencialmente en el aula debe ser relevada por actividades donde los estudiantes puedan interactuar digitalmente no solo con los profesores, sino además entre ellos. Y esto solo es posible a través de actividades síncronas.

Replantear los métodos

Como segunda recomendación, las instituciones y sus profesores deben replantear las metodologías convencionales. Esto no solo se trata de hacer en línea lo que se hacía en el aula, sino de reconsiderar estrategias para mantener la atención de los estudiantes y seleccionar, según cada situación, el conjunto de herramientas digitales para lograr los objetivos planteados.

La enseñanza en línea debe ser entendida más como una evolución que como una simple sustitución de la educación presencial.

Comunidad docente

Las instituciones no solo deben enfocarse en sus estudiantes. Los profesores requieren adiestramiento, motivaciones, y consensuar (con sus pares) estrategias que faciliten la adaptación a nuevos entornos. Un buen profesor presencial no necesariamente es un buen profesor en línea.

El espacio de aprendizaje

Un cuarto elemento es la adecuación de espacios para estos nuevos escenarios. Así como las aulas de clases se diseñaron para ciertas dinámicas, el desarrollo de una asignatura o de un curso completo no es algo que se pueda hacer acostado en la cama leyendo desde el teléfono.

Si estamos de acuerdo en que el confinamiento y la presencialidad condicionada llevará algo de tiempo, es necesario que alumnos y profesores adecuen espacios para el desarrollo de las actividades. Una buena pantalla, conexión estable a internet, cámara, micrófono y audio para las videollamadas, así como un dispositivo (tableta o teléfono) para la instalación de las aplicaciones requeridas en cada situación, entre otras.

Un horario definido

Ya por último, se requiere establecer horarios para cumplir con las obligaciones establecidas. Importante que, dentro de la rutina de cada quien, se fije un tiempo para atender estas actividades con la menor distracción posible.

Estas recomendaciones suponen un escenario ideal donde algunas cosas básicas están presupuestas. El caso de Venezuela, de sus servicios básicos, y de todas las precariedades acentuadas en estas circunstancias, obviamente traería una serie de consideraciones adicionales que habría que tratar de manera independiente.

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

 

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

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Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones educativas para la adopción (ahora de manera forzosa) del uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Acá, algunas lecciones que aprender de la pandemia.

@phronimos

Poco más de 20 años han pasado desde que Internet inició su invasión en todos los ámbitos del saber humano. Universidades y escuelas -en menor medida- se han aprovechado de la “democratizacióń” de la información. Esta abarca desde los viejos repositorios en línea hasta los millones de exabytes que ahora constituyen la nueva “Biblioteca de Alejandría”. 

Más que la cantidad de información, lo verdaderamente nuevo es el número creciente de actores en la producción de contenidos. Ya no tenemos problemas de escasez, sino de criterios de selección de la información.

Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han hecho omnipresente la interacción social. La posibilidad de mantener vías de comunicación más allá del aula de clases es quizá una de las ventajas más significativas (y menos aprovechada) de esta revolución digital.

Ahora bien, diferenciemos dos momentos distintos de esta pandemia: una primera etapa, que es la emergencia de culminar períodos académicos, terminar cursos y cerrar ciclos abiertos antes del confinamiento; hasta allí el uso de tecnologías como “salvavidas” funciona relativamente bien y permite, efectivamente, cerrar estos ciclos.

Pero sabemos que esta situación de subnormalidad puede llevar mucho más tiempo. Entonces resulta crucial que las instituciones se preparen  para iniciar “nuevos ciclos” donde la presencia física será nula o escasa.

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

Cada institución, cada nivel educativo y cada país tiene una realidad particular para afrontar esto, sin embargo, existen algunas recomendaciones generales que facilitarían este proceso.

La oferta de recursos y actividades deben comprender:

Herramientas síncronas y asíncronas 

Ya que la socialización que se da presencialmente en el aula debe ser relevada por actividades donde los estudiantes puedan interactuar digitalmente no solo con los profesores, sino además entre ellos. Y esto solo es posible a través de actividades síncronas.

Replantear los métodos

Como segunda recomendación, las instituciones y sus profesores deben replantear las metodologías convencionales. Esto no solo se trata de hacer en línea lo que se hacía en el aula, sino de reconsiderar estrategias para mantener la atención de los estudiantes y seleccionar, según cada situación, el conjunto de herramientas digitales para lograr los objetivos planteados.

La enseñanza en línea debe ser entendida más como una evolución que como una simple sustitución de la educación presencial.

Comunidad docente

Las instituciones no solo deben enfocarse en sus estudiantes. Los profesores requieren adiestramiento, motivaciones, y consensuar (con sus pares) estrategias que faciliten la adaptación a nuevos entornos. Un buen profesor presencial no necesariamente es un buen profesor en línea.

El espacio de aprendizaje

Un cuarto elemento es la adecuación de espacios para estos nuevos escenarios. Así como las aulas de clases se diseñaron para ciertas dinámicas, el desarrollo de una asignatura o de un curso completo no es algo que se pueda hacer acostado en la cama leyendo desde el teléfono.

Si estamos de acuerdo en que el confinamiento y la presencialidad condicionada llevará algo de tiempo, es necesario que alumnos y profesores adecuen espacios para el desarrollo de las actividades. Una buena pantalla, conexión estable a internet, cámara, micrófono y audio para las videollamadas, así como un dispositivo (tableta o teléfono) para la instalación de las aplicaciones requeridas en cada situación, entre otras.

Un horario definido

Ya por último, se requiere establecer horarios para cumplir con las obligaciones establecidas. Importante que, dentro de la rutina de cada quien, se fije un tiempo para atender estas actividades con la menor distracción posible.

Estas recomendaciones suponen un escenario ideal donde algunas cosas básicas están presupuestas. El caso de Venezuela, de sus servicios básicos, y de todas las precariedades acentuadas en estas circunstancias, obviamente traería una serie de consideraciones adicionales que habría que tratar de manera independiente.

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Universidades y estudiantes no están preparados para modalidad de «educación a distancia»

Semanas de encierro y la modificación de nuestras rutinas diarias sirven de catalizador en instituciones…

 

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Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.