La geopolítica de los Juegos Olímpicos por Luis DE LION
La geopolítica de los Juegos Olímpicos por Luis DE LION

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La idea que tuvo en 1894 el barón Pierre de Coubertin, ha hecho que hoy los juegos olímpicos sigan siendo el principal evento deportivo mundial.

 

Un acontecimiento de tal amplitud, tiene a su vez, una importancia política principal.

 

Con los juegos olímpicos de Río 2016, el Brasil de Lula y Dilma, esperaba instalarse sólidamente sobre la escena internacional. Pero la muy grave crisis económica, política y social, producto de las vagabunderías de los dos últimos presidentes brasileños, conformaron un escenario muy distinto al que conoció el COI en el año 2009.

 

Algunos comentaristas políticos brasileños, evocan la posibilidad, de separar lo político de lo deportivo.

 

Sin duda, algo imposible. No lo digo yo, lo dice la historia de los juegos olímpicos modernos.

 

Cuando el COI le atribuyó en 1936 a la Alemania nazi los juegos de Berlín, se le estaba permitiendo a Hitler utilizar los juegos para su propia propaganda. 89 medallas mediante para las juventudes hitlerianas, pero el gran vencedor, fue el atleta negro estadounidense Jesse Owens. Hazaña que echó por tierra la teoría nazi de la pretendida superioridad de la raza aria.

 

La segunda guerra mundial provocó la anulación de los juegos de Tokio en 1940 y los de Londres en 1944.

 

Mientras crecía la tensión política mundial, Australia en 1956 fue sede de los juegos en donde el atleta húngaro Ervin Zador, resultó herido en un partido de water-polo contra la URSS. A finales de ese mismo año, la URSS invadía Hungría.

 

En 1964 en los juegos de Tokio, el recuerdo de la segunda guerra mundial estaba muy presente. El atleta, Yoshinori Sakai, nacido el día del ataque atómico en Hiroshima, fue el encargado de encender la llama olímpica en la ceremonia de inauguración.

 

En un gesto icónico, en los juegos de México 1968, los atletas estadounidenses Tommie Smith y John Carlos, efectuaron el famoso saludo del “power to the people” de las Panteras Negras y símbolo del Black Power.

 

En 1972, el riesgo terrorista se hacía presente. Así fue el nefasto septiembre negro de los juegos de Munich, cuando un comando palestino mató a 11 miembros de la delegación israelí.

 

En 1980, fue el turno de Moscú, de organizar los olímpicos. Pero el presidente Jimmy Carter convenció a 50 países de boicotear dichos juegos en protesta contra la intervención soviética en Afganistán en 1979. Venezuela y Cuba, no siguieron la consigna de Washington.

 

En 1984 en Los Angeles le tocó a los Estados Unidos organizar unos juegos olímpicos y como era de esperarse 15 países del bloque soviético boicotearon dichos juegos.

 

En 1996, los juegos volvían a los Estados Unidos y lamentablemente volvía la sangre. En Atlanta, un atentado provocó la muerte de dos personas y dejó 111 heridos. Eric Rudolph, militante de una secta cristiana de extrema derecha fue el autor del ataque y hoy está pagando cadena perpetua.

 

@LDeLION