La encerrona socialista por @LDeLION - Runrun
Luis De Lión Jul 10, 2016 | Actualizado hace 8 años
La encerrona socialista por @LDeLION

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Nunca antes el movimiento unido opositor, en la Venezuela bajo administración castrochavista, había tenido un número tan grande de votos, como los que alcanzó el pasado 6 de diciembre.

Sin embargo, la corriente ideológica y política, que más daño le ha hecho a la democracia y al desarrollo venezolano, sigue estando omnipresente.

El dogma socialista que tiene a Venezuela al borde de la desaparición, conforma un escenario tan espantoso, que ahora, solo se debate entre la izquierda chavista y la izquierda post-chavista. Un lodazal en el que no se distingue entre hijos y nietos de Fidel Castro.

Casi 60 años más tarde, enorme desengaño mediante, esa misma izquierda se niega a hacer un balance profundo de su historia y de su identidad. Desabastecida de ideas, justo en el momento en que paradójicamente le sobran los espacios. El futuro pareciera asustarle, no se hallan en una escena, sin guerrillas, sin guerra fría y buscan fantasmas en el liberalismo.

No tienen respuesta a la interrogante en cuanto a la capacidad de ofrecer alternativas modernas a los desafíos de la modernidad.

Del lado opositor, la izquierda, sigue ciega ante la evolución de la relación de fuerzas políticas. Es el legado, del  pensamiento de la izquierda vernácula, su paralizante falta de sentido de los tiempos históricos.

Unico consuelo, para lo socialistas venezolanos, el hecho que casi ninguna izquierda en el mundo sobresale por su realismo. El necesario aggiornamento es algo que no ha llegado prácticamente a ningún movimiento socialista en el mundo, muy a pesar que, ya hayan transcurrido 27 años de la caída del muro de Berlín.

En el caso venezolano, el arcaísmo, de la izquierda se impuso en todos los ámbitos de la vida nacional y  las consecuencias son evidentes.

El socialismo en Venezuela, es un movimiento, que no inspira, ni agita ideas. Pareciera que la orden es prohibido pensar, toda ilusión es antirreglamentaria, el derecho de soñar ha sido abolido. La dictadura del pensamiento de izquierda así lo quiso. Pero no había que hacerse ilusiones con una izquierda que dio sus primeros pasos en la guerrilla, que le entregó su adolescencia a Fidel Castro y en el colmo de la futilidad de su propia madurez llevó a Chávez en hombros al poder.

Casi dos décadas más tarde, ante la escogencia de los últimos oradores que han pasado por el estrado de la Asamblea Nacional, quedó demostrado que la izquierda venezolana unida, la chavista y la postchavista, es pura nostalgia y nada de realismo. El sectarismo los paralizó y la arrogancia ideológica los embriagó.

Se sigue prefiriendo mirar por el espejo retrovisor, antes que, aliarse con el realismo para preparar el futuro político. Ese inmovilismo, como modo de pensar, lo impuso el marxismo y el castrismo. Los pensadores de lado y lado.

Una encerrona socialista, en el peor momento. Justo cuando es imperativo conducir la lucha en función de una segunda independencia nacional.