Por qué no se debe aprobar la Emergencia Económica por Alexander Guerrero
Por qué no se debe aprobar la Emergencia Económica por Alexander Guerrero

nicmadurom

 

El Presidente Maduro convocó a una Guerra contra un mundo invisible que quería destruir su revolución y de paso a Venezuela. Olvidaba Maduro que no era como Mambrú cuando se fue a la guerra, la cual ganó, pero engañando a los franceses que había muerto, la historia de Mambrú se fue a la guerra se hizo célebre. Mambrú de todos modos regresó pobre a Inglaterra.

El Presidente y su gobierno cometieron una cadena interminable de errores básicos en la utilización masiva de mecanismos de intervención en la economía como los controles de precios y de cambio, y la legislación económica donde producir bienes y servicios está penalizado por leyes que han creado fuertes restricciones la inversión nacional y extranjera. Los controles sobre la economía son los causantes de los grandes problemas que hoy enfrentamos los venezolanos para poder adquirir los tres golpes del día; y cuyo efecto se conocen, el impacto negativo sobre la oferta nacional e importada de bienes de consumo masivo, Chávez a quien mandinga se llevó en diciembre, le dejó, en ejercicio el conocido síndrome de los déficits gemelos.

El primer déficit, el de la crisis fiscal, el colosal déficit fiscal de 38% del PIB a fines del 2015, generado por una súper expansión del gasto público sin disponer de los recursos para financiarlo, las expropiaciones, nacionalización, y creación de empresas inútiles que nunca despegaron, es decir, expropió una buena cantidad de empresas en marcha del sector privado y cargó al gobierno de obligaciones financieras deudas, gastos y una burocracia como moscas le cayó encima a esas empresas y colapsaron, así se redujo la oferta nacional. De la ruina de empresas del Estado destacan Corpoelec, CVG, y PDVSA.

Veamos solo un ejemplo con la “Arepa” La harina de maíz pre-cocida, de un sector industrial donde el Estado se adueñó del 50% de su capacidad expropiando, nacionalizando y comprando. La burocracia ñangara y el hampa gobernante en poder de esas empresas públicas acabaron con el capital, sacándolas de producción llevándolas a la quiebra. Esa desgracia la encontramos en café, azúcar, chocolate, aceites, carne, leche, y muchos rubros de consumo masivo, producidos por empresas expropiadas, nacionalizadas. La oferta nacional de esos rubros nacionales era normal y las importaciones complementaban esa oferta local; la intervención violenta del Estado – Gobierno, así como sus socios mercaderes de la corrupción, monopolizaron las importaciones y hoy constituyen el 70% de la oferta, la cual no satisface la demanda nacional; escasez, colas y racionamiento es consecuencia de todo este fraude interventor del gobierno en la economía desplazando al sector privado.

PDVSA como principal importador de esos rubros alimenticios ha creado una costosa corrupción a nivel de las compras en Mercosur, Centroamérica, China, pero también a nivel de distribución, En general, tanto el derroche como la corrupción, en la fuente y destino de esas importaciones acumulan cuentas por pagar en los niveles superiores a 5000 millones de dólares. A ello agréguele, las colosales pérdidas ocasionadas en la distribución de bienes importados por el gobierno y empresas del Estado (PDVSA entre ellas). Recuérdese que el Estado monopoliza las escasas divisas y demanda el 64% de las reservas disponibles.

Se suma el crecimiento del déficit fiscal insostenible, el derroche, el gasto público sin orientación de racionalidad económica y sobre todo la politización que transforma en serviles al Estado y a la revolución a millones de venezolanos humildes a los cuales se les incluía en programas sociales los cuales en realidad eran estipendios por obediencia política, un derroche de recursos y un régimen asistencial politizado que derrocho recursos y no “sano la enfermedad básica de la pobreza. Hoy Venezuela tiene más pobres que hace 17 años, la línea de pobreza cruza el 68% 20% mayor que en 1998.

El segundo déficit que le  dejo Chávez fue el déficit en la balanza de pagos, sobre la economía y a 100$ el barril, tuvo otro shock negativo con la caída de la producción de petróleo de PDVSA y sus socios, comenzó a escasear la liquidez internacional,-divisas- y caer el nivel de las reservas internacionales, al mismo tiempo que el control de cambio le creaba una enorme distorsión de precios, aprovechado por el propio Estado quien, al momento demandaba más del 60% de las reservas internacionales del BCV.

A este déficit en balanza de pagos se unen los convenios que deprimieron el ingreso petrolero, comenzando por el convenio de Compra Venta con China,(Acuerdo Chino-venezolano) un acuerdo comercial que hipotecaba el petróleo a ser vendido en proporciones estrambóticas a China, pero los proventos de esa exportación requieren ser consumidos en China. Un vulgar trueque. Detrás de ese acuerdo está la jauría de burócratas corruptos de ministerios y empresas públicas asociados mercaderes del gobierno que se lucraban con las importaciones de bienes desde China.

El otro convenio petrolero el de Petrocaribe, socios políticos que podían pagar el petróleo con leche, ajo, cebolla, caraotas y casabe, etc., PDVSA no recibiría un solo dólar de ese convenio. Y finalmente el otro convenio,  con Cuba, la entrega de cien mil barriles diarios más una ración de dólares que sobrepasaban los 1200 millones de dólares anuales, en efectivo a cambio de intervención grosera en las Fuerza Armada, política interna, entrenamiento de policías y esbirros para la represión que hoy mantiene en la cárcel más de una centenar de presos políticos, y los estipendios a los para médicos que trabajaban como médicos, no siéndolos, y que finalmente una gran mayoría termino fugándose hacia USA, etc.

Y el tercer gran error fue mantener el control de cambio que si bien le daba la oportunidad de mantener el control sobre lo que quedaba del sector privado nacional y extranjero, la enorme distorsión de precios del control de cambio generó una demanda por divisas que drenó las reservas internacionales que ya venían cayendo por el déficit fiscal y los fraudes comerciales petroleros mencionados arriba, además por la descapitalización de PDVSA por la caída de la inversión lo cual se registraba en la caída de la producción en cerca de un millón de barriles por día desde 2005.

La demanda de divisas en un 60% era distribuida a empresas públicas y de mercaderes asociados al gran esquema de derroche de la corrupción en CADIVI, dejando al sector productivo privado las colas para comprar divisas al gobierno, quien monopolizaba sus tenencia y distribución y con ello dar paso a la caída de la oferta nacional que contiene una importante parte de insumos provenientes del mercado mundial. Así cayeron las reservas internacionales al nivel actual de 1500 millones que no compran dos meses de importaciones. Ahora se puede ver que el cruce de esos dos déficits nos trae, hiperinflación, escasez, racionamiento, colas, todo un típico y clásico círculo vicioso producido por los causales enumerados arriba de los déficits mellizos. Para los efectos, el gobierno redujo el sector privado al 25% del PIB con una caída de las importaciones al 35%, con la diferencia concentrada en empresas públicas, y en las roscas que controlaban la venta de divisas por CADIVI y ahora con CENCOEX.

Todos esos mediocres historiales de la involución económica venezolana, se basó en la disminución del sector privado, ahora los venezolanos todos pagan esa costosa factura quien ha reducido su producto per cápita a la tercera parte en apenas 6 años, a unos 4800 Millones de dólares -por cabeza- de 12500 Millones en 2009. Ello explica en solo números el enorme crecimiento de la pobreza, lo cual muestra el fracaso del modelo, el socialismo, nada que la historia no haya mostrado con clara evidencia.

Como llegamos al Decreto de Emergencia Económica.

  1. En plena guerra, y aunque el gobierno de Maduro se ha ejercido en medio de una cruel violencia desencadenada por el propio Presidente, actuando no solo como “komissar” de un devastador proceso político, uno tiene que recordar el comienzo de su guerra, aquella noche que bajo un mandato inédito y no común para un gobernante ordenó saqueo a una gran tienda de electrodomésticos, mandato que se regó por el todo el país, un saqueo general liderado por sus colectivos de la violencia.
  2. Su guerra fue general además de armas y represión se armó de una forzada legislada habilitación de leyes con la cual decretó extremar todos los controles sobre la economía y las libertades económicas, de precios justos, control total sobre importaciones y exportaciones, control; sobre las ganancias, control de inventarios, militarización de todo el sistema económico. ¡Ahora viene por el queso que en la mesa se quedó!
  3. Todo ese esquema represivo exacerbó la hiperinflación, fenómeno que emerge de la monetización masiva del déficit fiscal, generado por si mismo con acelerado proceso de estatizar la economía para que dependiera del gasto público al mismo tiempo que el ingreso fiscal se venía abajo, primero con la caída de la producción de petróleo por descapitalización de PDVSA que nos dejó en crisis de balanza de pagos en 2012, y posteriormente pro caída de los precios.
  4. Todo ello genera una epidémica escasez de todo bien de primera necesidad, pero también los de segunda, tercera y cuarta, los precios revientan y con ellos el dólar paralelo marca la ruta de una hiperinflación. La violenta represión económica envuelta en leyes, decretos y discrecionalidad del gobierno la completa el cuadro de escasez y racionamiento, con una economía militarizada que provocó una contracción económica que entre 2014 y 2015 acumula una contracción del PIB en 18% y una caída récord del per cápita a la tercera parte del ingreso del 2011.
  5. La presión no queda solo en lo económico, se extiende a reprimir la protesta popular, en forma de vandalismo de grupos de antisociales o colectivos milicianos mercenarios cuya acción conjunta reprimió sangrientamente comandado por la Guardia Nacional Bolivariana, una fuerza militar que convergió en uso represivo de la fuerza, la tortura y la humillación simulando los movimientos paramilitares de Hitler (SS), Rohm (SA camisas pardas) y Mussolini (camisas negras). por las fuerzas militares y colectivos proveniente del hampa y armados por el propio gobierno, lo cual eventualmente debería discutir la nueva AN para acceder al castigo de quienes.

Gobierno extremó controles: escasez, hiperinflación y severa contracción económica, sus consecuencias

Ello se conjugaba con los controles de la economía y el hambre que ya apareció en las familias más humildes, y que podemos medir sin dificultad en la escasez, racionamiento e hiperinflación, la primera alcanzo el 71% a finales del 2014. La respuesta popular se fue de la calle, pero finalmente se expresó en la derrota que el gobierno sufriría en las elecciones parlamentarias, voto que se lee claramente a un rechazo del gobierno, deslegitimado por su propia represión, pero también por su ineficiencia y carencia de inteligencia y sindéresis para gobernar, el modo, de ingobernabilidad y violencia que Maduro promovió lo asesto una derrota terminal.

El cuadro represivo sobre la economía venia de un hecho simple que la opinión pública se enredó porque el embrujo de los dólares creo una curiosa expectativa en la opinión pública calificada que aseguraba que el gobierno disponía de activos externos suficientes para satisfacer la demanda y el crecimiento.

El gobierno sin dólares y muchos bolívares: hiperinflación.

En tres años se vendieron 4500 millones de dólares en oro monetario. Para pagar la deuda; al igual que reducir las importaciones -2015- a apenas 8400 millones en este año -niveles per cápita los más bajos de la historia económica contemporánea, para complementar el pago por 10.000 MM USD en deuda consolidada y documentada (bonos).

La respuesta a la falsa premisa de un “gobierno no buchón” como lo afirmaban los bancos de inversión, dio la impresión que bancos no se leyeron los estados financieros de PDVSA o cumplían deseos de su vasta clientela de tenedores de bonos venezolanos que entran y sale de la lista fatídica de un default.

El otro elemento que no están siendo leído adecuadamente por la opinión publica eran las cuentas del BCV que trataban de esconder la cantidad de dinero base que se imprimía y digitalizaba para monetizar el enorme déficit fiscal que ya remonta para finales de 2015 a 37 % del PIB y que nos anuncia que la hiperinflación del 2016, se doblara en menos tiempo de lo que muchos estiman.

La vorágine hiperinflacionaria no ha podido ser controlada por la escasez y ni el racionamiento por una sencilla razón; la hiperinflación venezolana viene acompañada de escasez del 61 % de los bienes, que ha sido aprovechado por grupos paramilitares del gobierno, en su base política -bachaqueros-, para vender libremente en las calles lo que el gobierno surte bajo precios regulados, pero con racionamiento en los mercados tanto populares como de las clases medias bajas hacia arriba.

El efecto trinquete de los controles: emergencia humanitaria

Maduro extremó los controles y ahora nos encontramos bajo el efecto ratchet, (trinquete) que el desmontaje de los controles inminente y requerido, de acuerdo con que la opinión publica vive del espejismo de los controles los cuales según algunos no puede desmontarse porque la devaluación sería incontrolable, ¡pamplinas fritas! Algunos sectores que devengan ingresos en dólares presionan a la opinión pública, tanto al gobierno como a la oposición porque con el esquema de control de cambio que impulsa al dólar paralelo, muchos podrán comprar a un país barato.

Por cierto, el Presidente Macri recién electo en Argentina, terminó las restricciones cambiarias anunciando una reacción de inversionistas que con el libre mercado han comenzado a acercarse a Argentina con lo cual se compensará el impacto de la devaluación que trajo la eliminación de los controles y restricciones cambiarias.

@AlexGuerreroE