Venezuela ocupó el puesto 160 en la Clasificación Mundial de Libertad de Prensa 2025, difundida este viernes por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) y bajó cuatro puestos con respecto a 2024, cuando ocupó el puesto 156.
El país ocupa el antepenúltimo lugar en América Latina, solo por encima de Cuba (165) y Nicaragua (172).
En la ficha de Venezuela, RSF describe que después de que Nicolás Maduro accediese al poder, las medidas gubernamentales en contra de la pluralidad de los medios se acentuaron. Mencionan la desaparecieron las ediciones en papel de un centenar de periódicos en todo el país, el cierre de más de 200 emisoras de radio y el bloqueo a los contenidos informativos en Internet, que afectan “gravemente” a los medios digitales no oficialistas.
En cuanto al contexto político de 2024, recuerdan que el 28 de julio de 2024 se celebraron elecciones presidenciales y que, “sin publicar resultados detallados ni actas electorales, Nicolás Maduro se arrogó el poder para un tercer mandato“, lo que derivó en manifestaciones que fueron severamente reprimidas y tras lo cual al menos ocho periodistas venezolanos fueron encarcelados.
Ningún país de Latinoamérica figura entre los primeros 30 puestos del ranking. El mejor posicionado es Costa Rica en la casilla 36, seguido de República Dominicana (43), Panamá (53), Uruguay (59), Brasil (63), Chile (69), Paraguay (84), Agentina (87), Bolivia (93), Ecuador (94), Colombia (115), México (124), Perú (130), El Salvador (135), Guatemala (138), Honduras (142).
“Hemos identificado un debilitamiento económico y democratico como principal amenaza en America para el periodismo”, reza el informe de RSF.
“El periodismo en América enfrenta retos estructurales y económicos persistentes, como la concentración de los medios, la debilidad de los servicios públicos de información, la precariedad laboral y la migración de los ingresos publicitarios hacia las plataformas tecnológicas globales. Los hábitos del público evolucionan, las redacciones menguan y la independencia editorial se debilita”, prosigue el comunicado.
La investigación consideró que México es el país más peligroso para ejercer el periodismo, donde según la Unesco, mataron a cinco comunicadores sociales en 2024.
“En Argentina, el presidente Javier Milei estigmatiza a los periodistas y desmantela los medios de comunicación públicos. En Perú y El Salvador, la libertad de prensa se ve debilitada por la propaganda y los ataques contra los medios críticos. Nicaragua, donde el régimen Ortega-Murillo ha erradicado la prensa independiente, se convierte en el país con peor puntuación de la región. Por el contrario, Brasil prosigue su remontada tras la era Bolsonaro”.
Según la clasificación de este año el indicador que mide las presiones económicas que sufren los medios y las condiciones financieras del periodismo es el que más lastra la puntuación global de los países.
“Sin independencia financiera, no hay prensa libre. Cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan. Cuando los periodistas se empobrecen, ya no tienen medios para resistir a los adversarios de la prensa, los pregoneros de la desinformación y la propaganda”, advierte RSF.
RSF expuso que en 160 de los 180 países analizados, los medios de comunicación no logran alcanzar la estabilidad financiera.
El informe puntualiza que Estados Unidos retrocedió dos puestos con respecto al año pasado y ahora se encuentra en la casilla 57.
“La congelación de los fondos de cooperación que maneja la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sumido a cientos de medios en una inestabilidad económica crítica, obligando a algunos de ellos a cerrar”.
Seis de cada diez países (112 en total) registraron retrocesos en la clasificación y por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son “difíciles” o “muy graves” en la mitad de las naciones y satisfactorias; “buenas” o “bastante buenas”, en uno de cada cuatro.
Prensa versus redes
Si bien las redes sociales se han convertido en una ventana informativa en los países donde hay censura, estas también son un arma de doble filo para los medios independientes.
“Las plataformas, mayoritariamente no reguladas, acaparan una parte cada vez mayor de los ingresos publicitarios que normalmente deberían sustentar al periodismo”.
Según RSF, la inversión total en publicidad en las redes sociales ascendió a 247.300 millones de dólares en 2024, lo que supone un aumento del 14 % respecto a 2023.
“No contentas con debilitar el modelo económico de los medios, las plataformas también contribuyen a la proliferación de contenidos manipulados o engañosos, intensificando los fenómenos de desinformación”.
El informe igualmente habla de avance de la autocensura.
“En más de la mitad de los países del mundo (92) evaluados por la clasificación, la mayoría de los encuestados señala la existencia de limitaciones frecuentes o sistemáticas de la independencia editorial de las redacciones por parte de los propietarios de los medios”.
Asimismo, mencionaron la elaboración de leyes para para reprimir al periodismo independiente.
“En 42 países, que representan a más de la mitad de la población mundial (56,7 %), la situación se considera muy grave, la libertad de prensa es inexistente y el ejercicio del periodismo es especialmente peligroso”.
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.