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“Ya no quiero ir a EEUU, quisiera devolverme”: Miles de venezolanos varados en Panamá

Los migrantes arriban a ese pequeño pueblo sucios, mojados, temblando (de miedo y de fiebre), enfermos y desesperados, tras haber caminando durante varios días por el Darién desde Colombia

 

 

A Bajo Chiquito, una localidad indígena en Panamá, llegan exhaustos los migrantes venezolanos tras atravesar el Tapón del Darién.

Según cifras del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), llegan una media 1.500 migrantes a diario, pero hay días que superan los 2.000. En lo que va de año 187.644 transeúntes han atravesado la jungla, por cualquiera de sus dos rutas.

La mayoría (más del 70 %) son venezolanos, pero también hay procedentes de Haití, Bangladesh, India, Somalia, Colombia y hasta de Filipinas, según datos facilitados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“Ya no (quiero ir a EE.UU.). Ya no es secreto que está todo cerrado. Ya de mi parte quisiera devolverme”, comenta a EFE el venezolano Carlos Figueroa, de 28 años, desde un albergue panameño en una zona de la selva del Darién junto a miles de migrantes y tras enterarse que EE.UU. cerró sus fronteras terrestres a todos los nacionales de Venezuela que lleguen por tierra.

Los migrantes arriban a ese pequeño pueblo sucios, mojados, temblando (de miedo y de fiebre), enfermos y desesperados, tras haber caminando entre dos días -los más rápidos- y seis días el Darién desde Colombia.

Figueroa se despide del “sueño americano” porque en el albergue “para nadie es ya un secreto que la frontera está cerrada” y “todo el mundo ha visto las redes sociales”.

“Estamos intentando hablar con migración. Yo por mi parte dije que tengo mi dinero. Que nos brinden la facilidad de un vuelo para volver a Venezuela o yo tengo papeles en Perú. Lo que quiero es salir de aquí, mi familia está desesperada y preocupada”, relata Figueroa.

Defensor del Pueblo de Panamá: Es casi imposible cerrar el Darién

Eduardo Leblanc, defensor del pueblo de Panamá, declaró al medio digital En Frontera que su país no puede cerrar fronteras y el Darién debido a que cumplen lo suscrito en el Acuerdo global Pacto Mundial para la migración segura, ordenada y regular que exhorta a las autoridades de las naciones a aprovechar los beneficios de la migración y proteger a los inmigrantes indocumentados.

«Es casi imposible cerrar el Tapón del Darién porque no tienen una frontera como la de Cúcuta, donde hay un puente o una cadena”, dijo Leblanc

Leblanc sostuvo que más que restringir, se han enfocado en apelar al principio de corresponsabilidad de los países que enfrentan las consecuencias de la salida masiva de venezolanos combinado con la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos, anunciada el miércoles 12 de octubre.

*Con información de Efe 

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Los migrantes arriban a ese pequeño pueblo sucios, mojados, temblando (de miedo y de fiebre), enfermos y desesperados, tras haber caminando durante varios días por el Darién desde Colombia

 

 

A Bajo Chiquito, una localidad indígena en Panamá, llegan exhaustos los migrantes venezolanos tras atravesar el Tapón del Darién.

Según cifras del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront), llegan una media 1.500 migrantes a diario, pero hay días que superan los 2.000. En lo que va de año 187.644 transeúntes han atravesado la jungla, por cualquiera de sus dos rutas.

La mayoría (más del 70 %) son venezolanos, pero también hay procedentes de Haití, Bangladesh, India, Somalia, Colombia y hasta de Filipinas, según datos facilitados por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

“Ya no (quiero ir a EE.UU.). Ya no es secreto que está todo cerrado. Ya de mi parte quisiera devolverme”, comenta a EFE el venezolano Carlos Figueroa, de 28 años, desde un albergue panameño en una zona de la selva del Darién junto a miles de migrantes y tras enterarse que EE.UU. cerró sus fronteras terrestres a todos los nacionales de Venezuela que lleguen por tierra.

Los migrantes arriban a ese pequeño pueblo sucios, mojados, temblando (de miedo y de fiebre), enfermos y desesperados, tras haber caminando entre dos días -los más rápidos- y seis días el Darién desde Colombia.

Figueroa se despide del “sueño americano” porque en el albergue “para nadie es ya un secreto que la frontera está cerrada” y “todo el mundo ha visto las redes sociales”.

“Estamos intentando hablar con migración. Yo por mi parte dije que tengo mi dinero. Que nos brinden la facilidad de un vuelo para volver a Venezuela o yo tengo papeles en Perú. Lo que quiero es salir de aquí, mi familia está desesperada y preocupada”, relata Figueroa.

Defensor del Pueblo de Panamá: Es casi imposible cerrar el Darién

Eduardo Leblanc, defensor del pueblo de Panamá, declaró al medio digital En Frontera que su país no puede cerrar fronteras y el Darién debido a que cumplen lo suscrito en el Acuerdo global Pacto Mundial para la migración segura, ordenada y regular que exhorta a las autoridades de las naciones a aprovechar los beneficios de la migración y proteger a los inmigrantes indocumentados.

«Es casi imposible cerrar el Tapón del Darién porque no tienen una frontera como la de Cúcuta, donde hay un puente o una cadena”, dijo Leblanc

Leblanc sostuvo que más que restringir, se han enfocado en apelar al principio de corresponsabilidad de los países que enfrentan las consecuencias de la salida masiva de venezolanos combinado con la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos, anunciada el miércoles 12 de octubre.

*Con información de Efe 

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