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ONU construirá albergues temporales para migrantes venezolanos en frontera entre Chile y Bolivia

Según datos de la policía chilena, en 2022 ya se han registrado casi 3.000 ingresos irregulares a través de pasos clandestinos y 2021 cerró con la llegada de más de 23.000 personas

Foto: EFE (Migrantes conviven afuera de una de las tiendas de un campamento, el 13 de febrero de 2022, en los alrededores de la fronteriza comuna de Colchane, Chile.

La Organización de Naciones Unidas informó que construirá albergues temporales en las ciudades de Colchane e Iquique (Chile) para los migrantes venezolanos que se trasladan por la frontera del país austral con Bolivia.

A través de una nota de prensa emitida el 15 de febrero, se conoció que la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur) se encargarán de gestionar la construcción de estos albergues.

Decenas de migrantes están varados en dichas zonas al no poder ingresar al país por el estado de excepción fronterizo oficializado el pasado miércoles 16 de febrero en las comunidades de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa.

La ONU afirmó que la nueva normativa obliga a los migrantes a presentarse en un centro fronterizo de Colchane para someterse a una revisión obligatoria de sus antecedentes penales.

El campamento del Gobierno chileno

Un reportaje de la agencia EFE retrata las condiciones de un albergue que supone el primer refugio frente al frío y el largo peregrinar de los migrantes que entran a Chile por Colchane: “un recinto, a casi 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar, con un puñado de tiendas de campaña, incapaz de absorber un flujo que oscila entre 200 y 400 migrantes diarios”. 

El campamento, levantado por el Gobierno chileno, cuenta con un total de 13 carpas de campaña, clavadas al yermo del altiplano, donde los migrantes pasan entre dos y tres días a la espera de un transporte que les permita continuar la ruta. Quienes no logran conseguir cupo deambulan, sedientos, por la ruta internacional CH-15 rumbo a la ciudad de Iquique –a casi cuatro horas de distancia en automóvil–, detalla la nota.

Una espera que se volvió más angustiosa y difícil hace una semana, cuando camioneros bloquearon durante unos días la ruta en protesta por el aumento de la inseguridad en la zona y que abrió una nueva oportunidad a los coyotes, que se aprovechan de la desesperación de los que caminan.

“Nosotras llegamos acá después de caminar desde principios de noviembre, cuando salimos de Venezuela. El frío es devastador, pero al menos podemos descansar y evitar los peligros que vimos en el viaje”, explicó a Efe Lisette Andrade, de 32 años y quien acaba de llegar sola, con dos niñas de 5 y 3 años y un bebé de pocos meses.

Colapso fronterizo

No hay consenso sobre la magnitud del movimiento migratorio irregular que desde hace un año vive Chile: en 2022 ya se han registrado casi 3.000 ingresos irregulares a través de pasos clandestinos y 2021 cerró con la llegada de más de 23.000 personas, según cifras de la policía chilena.

Asimismo, Richard Bórquez, director de Migración de Antofagasta (Chile), afirmó que “no existe una cifra oficial de cuánta gente ha ingresado irregular al país”.

«Hoy no existe una cifra oficial que nos diga cuánta gente ingresó irregular al país. La autodenuncia nos permite tener un dato de cuántas personas son, saber cuántas familias son las que vienen, cómo están compuestas (…) nos permite saber cuál es el requerimiento de territorialidad o sea dónde van a permanecer”, reseñó ANSA Latina.

La travesía de los migrantes también se ha complicado por la nueva ley migratoria y la militarización de la zona decretada hace una semana por el Gobierno, que dificulta el movimiento y multiplica el hacinamiento en el desbordado campamento de Colchane, reseñó Efe.

“Pido disculpas al Gobierno chileno por cosas malas que hayan hecho los venezolanos. Pero no es justo que por lo que hayan hecho 20 paguen 2.000 personas. Quiero llegar a Santiago y trabajar de verdad, no nos pueden meter a todos en el mismo saco”, explicó a Efe Luis Montillo, de 25 años, mientras decenas de migrantes protestaban a las afueras de un recinto aduanero.

Con información de EFE y TalCual

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Según datos de la policía chilena, en 2022 ya se han registrado casi 3.000 ingresos irregulares a través de pasos clandestinos y 2021 cerró con la llegada de más de 23.000 personas

Foto: EFE (Migrantes conviven afuera de una de las tiendas de un campamento, el 13 de febrero de 2022, en los alrededores de la fronteriza comuna de Colchane, Chile.

La Organización de Naciones Unidas informó que construirá albergues temporales en las ciudades de Colchane e Iquique (Chile) para los migrantes venezolanos que se trasladan por la frontera del país austral con Bolivia.

A través de una nota de prensa emitida el 15 de febrero, se conoció que la Organización Internacional para las Migraciones y el Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU (Acnur) se encargarán de gestionar la construcción de estos albergues.

Decenas de migrantes están varados en dichas zonas al no poder ingresar al país por el estado de excepción fronterizo oficializado el pasado miércoles 16 de febrero en las comunidades de Arica, Parinacota, Tamarugal y El Loa.

La ONU afirmó que la nueva normativa obliga a los migrantes a presentarse en un centro fronterizo de Colchane para someterse a una revisión obligatoria de sus antecedentes penales.

El campamento del Gobierno chileno

Un reportaje de la agencia EFE retrata las condiciones de un albergue que supone el primer refugio frente al frío y el largo peregrinar de los migrantes que entran a Chile por Colchane: “un recinto, a casi 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar, con un puñado de tiendas de campaña, incapaz de absorber un flujo que oscila entre 200 y 400 migrantes diarios”. 

El campamento, levantado por el Gobierno chileno, cuenta con un total de 13 carpas de campaña, clavadas al yermo del altiplano, donde los migrantes pasan entre dos y tres días a la espera de un transporte que les permita continuar la ruta. Quienes no logran conseguir cupo deambulan, sedientos, por la ruta internacional CH-15 rumbo a la ciudad de Iquique –a casi cuatro horas de distancia en automóvil–, detalla la nota.

Una espera que se volvió más angustiosa y difícil hace una semana, cuando camioneros bloquearon durante unos días la ruta en protesta por el aumento de la inseguridad en la zona y que abrió una nueva oportunidad a los coyotes, que se aprovechan de la desesperación de los que caminan.

“Nosotras llegamos acá después de caminar desde principios de noviembre, cuando salimos de Venezuela. El frío es devastador, pero al menos podemos descansar y evitar los peligros que vimos en el viaje”, explicó a Efe Lisette Andrade, de 32 años y quien acaba de llegar sola, con dos niñas de 5 y 3 años y un bebé de pocos meses.

Colapso fronterizo

No hay consenso sobre la magnitud del movimiento migratorio irregular que desde hace un año vive Chile: en 2022 ya se han registrado casi 3.000 ingresos irregulares a través de pasos clandestinos y 2021 cerró con la llegada de más de 23.000 personas, según cifras de la policía chilena.

Asimismo, Richard Bórquez, director de Migración de Antofagasta (Chile), afirmó que “no existe una cifra oficial de cuánta gente ha ingresado irregular al país”.

«Hoy no existe una cifra oficial que nos diga cuánta gente ingresó irregular al país. La autodenuncia nos permite tener un dato de cuántas personas son, saber cuántas familias son las que vienen, cómo están compuestas (…) nos permite saber cuál es el requerimiento de territorialidad o sea dónde van a permanecer”, reseñó ANSA Latina.

La travesía de los migrantes también se ha complicado por la nueva ley migratoria y la militarización de la zona decretada hace una semana por el Gobierno, que dificulta el movimiento y multiplica el hacinamiento en el desbordado campamento de Colchane, reseñó Efe.

“Pido disculpas al Gobierno chileno por cosas malas que hayan hecho los venezolanos. Pero no es justo que por lo que hayan hecho 20 paguen 2.000 personas. Quiero llegar a Santiago y trabajar de verdad, no nos pueden meter a todos en el mismo saco”, explicó a Efe Luis Montillo, de 25 años, mientras decenas de migrantes protestaban a las afueras de un recinto aduanero.

Con información de EFE y TalCual

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