La Gastronomía Caraqueña en la década de los 40
Durante esta década Venezuela esta en pleno período de modernización el petróleo y sus divisas se expresan de una manera definitiva. Se construye el silencio y comienza el desarrollo de la ciudad universitaria.
Las nuevas tecnologías en el mundo de la cocina no tiene marcha tras, la industria de los alimentos es cada día mayor, todo esto contribuyo a cambiar el modo de preparar la comida casera. Comer fuera del hogar no era una práctica extendida pero las ofertas de menú en la calle no dejaron de aparecer.
La dieta casera tenía en los granos y tubérculos los aliados importantes; la carne de res y las aves son parte de la cotidianidad, los jugos de frutas naturales acompañaban los almuerzos y las cenas, costumbre que debemos recuperar para el núcleo familiar.
El desayuno, almuerzo y cena eran momentos sagrados de reunión familiar, presididos por el padre y la madre en donde en algunos hogares solo se oía el manipular de los cubiertos. Los menores no podían comer hasta que empezaran los adultos.
Para comer fuera del hogar encontramos el restauran Monte Carlo de Cruz Verde a Velásquez, el Anatole con menú francés, Jaime Vivas con sus famosas arepas en Puente República , la Francia en la esquina de la Monjas que ofrecía aceite de oliva para acompañar algunos alimentos.
Los aires de comida rápida que en décadas posteriores inundarán el mundo se comienza ha vivir en Caracas cuando la cadena Presto vende perro calientes, hamburguesas y merengadas.
Entre los platos Caraqueños, podemos mencionar el pabellón donde confluyen la agradable caraota negra, la blancura del arroz y la rica carne mechada dándose por sus colores y sabores en un rico sincretismo cultural.
El caraqueño es dulcero y desde las entrañas de la colonia hasta hoy el bienmesabe sigue siendo una culminación feliz de un almuerzo dominguero en familia.