Una preocupante noticia se generó la semana pasada y no pueda pasar desapercibida por los venezolanos. Este 23 de mayo un buque venezolano cargado con 35.000 toneladas de diesel llegó a Siria como parte de los acuerdos de cooperación entre ambos países, además fue anunciado con mucho orgullo por algunos voceros como una especie de provocación al gobierno de los EEUU.
Hay que recordar que Siria se encuentra, en este momento, bajo una serie de sanciones económicas y financieras impuestas por la comunidad internacional, para disminuir la represión que lamentablemente ha dejado más de 9.000 víctimas. Una de esas sanciones es la de importar combustible que sirve, básicamente, para movilizar los tanques que el ejercito del Al Assad está usando para masacrar a la población.
Esta violación flagrante de las sanciones económicas, en vista de la represión en Siria y además reforzada por la masacre de Hula este fin de semana, coloca a Venezuela en una peligrosa zona gris de credibilidad y de apoyo a regímenes que violan derechos humanos, colocándose en la mayoría de los casos al margen de la Ley.
Todas las acciones de la política exterior de Venezuela bajo el gobierno de Chávez se excusan en el argumento de la soberanía y la lucha contra el imperialismo, pero ¿hasta que limites puede llegar ese argumento?, ¿Cómo se sustenta la tesis de defensa de la soberanía, cuando este fin de semana masacraron a una población entera quizá utilizando parte del combustible venezolano? Definitivamente este gobierno se encuentra al margen de la Ley.