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5 claves para entender los casos de pacientes reinfectados con COVID-19 en el mundo
Reportes en Hong Kong, Europa y Estados Unidos han detectado la reinfección en algunos pacientes
Aún es prematuro para determinar si una segunda infección sería más grave o leve. Por lo pronto, las medidas preventivas conocidas (distanciamiento físico, uso de mascarillas y lavado de manos) no se pueden descuidar

@mrs_yaky

El primer caso confirmado de reinfección por COVID-19, anunciado el pasado 24 de agosto, abrió el debate en el seno  de la comunidad científica mundial respecto a un tema sobre el que ya había algunas presunciones. 

Investigadores de la Universidad de Hong Kong revelaron que un joven de 33 años, quien tuvo una primera infección por COVID-19 en abril de 2020, presentó una segunda infección en el mes de agosto, 4 meses y medio después de la primera. El caso fue expuesto en un manuscrito aceptado por Clinical Infectious Disease y aún no ha sido revisado por pares. 

La segunda infección fue detectada en un control aeroportuario, en el que el paciente dio positivo en la prueba de hisopado nasal. Posteriormente, se corroboró que el aislado del virus que causó la infección actual en el paciente difiere en 24 nucleótidos al virus identificado en su organismo en abril. Según estos datos, el joven cursó la segunda infección de forma asintomática.

Durante la pandemia habían surgido informes anecdóticos previos de pacientes que se habían recuperado de una infección y «volvían a enfermarse» de COVID-19 meses después. Pero en ninguno de ellos había evidencia genética de que cada ciclo de enfermedad hubiese sido causado por dos aislados distintos del nuevo coronavirus, por lo que no se tenía claro si se trataba de verdaderas reinfecciones, como hasta ahora. 

A la par de este anuncio, se notificaron dos casos de reinfección por COVID-19 en Europa, una en los Países Bajos y otra en Bélgica. La primera fue detectada en los Países Bajos en un anciano con el sistema inmune debilitado. El segundo caso fue el de una mujer que dio positivo a  COVID-19 luego de tres meses del primer contagio.

Este 28 de agosto, se notificó otro caso de reinfección, el primero en Estados Unidos. Un hombre de 25 años que dio positivo al virus en abril y desarrolló una enfermedad leve y quien se habría enfermado de nuevo a finales de mayo. El paciente desarrolló en la segunda ocasión un cuadro de COVID-19 más grave, con un nivel de oxígeno en sangre muy bajo que ameritó su hospitalización.

Investigadores de la Universidad de Nevada, la Escuela de Medicina de Reno y el Laboratorio de Salud Pública del Estado de Nevada afirman haber comprobado, mediante pruebas sofisticadas, que el virus asociado con cada instancia de la infección era genéticamente diferente. Es el primer caso de reinfección por COVID-19 confirmado en ese país, que contabiliza más de 6.000.000 millones de contagios para la fecha. 

¿Evento preocupante o esperable?

¿La reinfección por COVID-19 debería preocupar, o es un comportamiento esperable del virus pandémico? ¿Nuestros organismos estarían mejor preparados para afrontar una segunda infección con otro aislado del virus, o estaríamos ante un mayor riesgo de complicación?

El científico venezolano Felix Tapia explica que los recientes hallazgos deben ser valorados en su justa dimensión.

 «Parece como una información negativa porque una persona se puede infectar una segunda vez. Eso hablaría mal de la inmunidad protectora. Sin embargo, este primer paciente con COVID-19 que se reinfectó lo hizo con dos subtipos de coronavirus, de distintos orígenes geográficos. La primera infección, diagnosticada por PCR positivo al SARS-CoV-2, generó una covid-19 con síntomas moderados, que se curó al tener un PCR negativo. El laboratorio mostró anticuerpos contra el virus. Cuatro meses después, la persona se realiza la PCR y sale positivo, pero asintomático. La conclusión es que los anticuerpos no fueron lo suficientemente efectivos para proteger a la persona por un largo tiempo, pero sí evitaron que la segunda infección fuese más severa», explicó. 

El paciente de Hong-Kong que se reinfectó tuvo síntomas en su primer contagio (confirmado por prueba PCR el 26 de marzo): fiebre, tos, dolor de garganta y de cabeza durante tres días. La segunda vez, la más reciente, nunca mostró ningún indicio de estar enfermo, una señal de que su sistema inmunológico se activó para protegerlo de las complicaciones de la enfermedad, porque permaneció asintomático, pero no lo suficiente para prevenir la reinfección.

El biológo celular e inmunólogo venezolano también aclara, a la luz de otros reportes previos y posiblemente posteriores de casos de reinfección, que se tiene que demostrar que lo observado sea verdaderamente producto de una reinfección con dos aislados distintos del virus y no secuelas de una infección prolongada de un mismo tipo de virus.

Por su parte, la jefa de la unidad de enfermedades emergentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove, aseveró que aunque es posible la reinfección, no está sucediendo en gran medida, al menos hasta ahora. 

«Es algo que sabíamos que podría ser posible basándonos en nuestra experiencia con otros coronavirus humanos«, aseguró Van Kerkhove a periodistas. La experta indicó que sobre este nuevo coronavirus aún la comunidad científica está aprendiendo. 

 «Esperamos que las personas infectadas desarrollen una respuesta de anticuerpos, una respuesta inmune que dure algún tiempo», comentó, al tiempo que recalcó que si bien está latente esa posibilidad de reinfectarse, cada individuo tiene herramientas para evitar padecer la enfermedad y contagiar a otras personas: Lavado de manos, uso de mascarillas y seguir las pautas de distanciamiento físico. 

En declaraciones a la revista ScienceNews, Paul Bieniasz, virólogo de la Universidad Rockefeller en la ciudad de Nueva York y del Instituto Médico Howard Hughes, recalcó que las personas a menudo se vuelven a infectar con los coronavirus que ocasionan el resfriado común (cuatro, en total). El meollo del asunto en este caso, según recalca, es determinar la frecuencia con la que esto ocurre y en qué medida.

¿Una persona reinfectada puede volver a contagiar a otras personas?

Por lo pronto, es algo que se desconoce y se debe estudiar a fondo. Kartik Chandran, virólogo de la Facultad de Medicina Albert Einstein de la ciudad de Nueva York, declaró a  ScienceNews que si algunas personas desarrollan una fuerte respuesta inmune en su segunda infección es posible que no se enfermen gravemente, pero aún pueden eliminar el virus e infectar a otras personas. 

No obstante, recalca que también es posible que la respuesta inmunitaria a una nueva infección reduzca la cantidad de virus infeccioso que una persona es capaz de transmitir a otra.

El profesor de Virología en el Departamento de Microbiología e Inmunología de la Universidad de Columbia, Vincent Racaniello, escribió en su blog Virology sus comentarios sobre el caso revelado en Hong Kong y sobre la probabilidad de que un reinfectado contagie a otras personas.

«Para ser justos, es probable que haya otras reinfecciones y, a medida que pase el tiempo y disminuyan los niveles de anticuerpos, habrá más. ¿Deberíamos preocuparnos? Mientras las reinfecciones con el SARS-CoV-2 no causen enfermedades, no me preocupa. ¿Podría este paciente transmitir virus? Claramente estaba esparciendo virus por segunda vez; si fue suficiente para transmitir no se conoce, ya que los valores de PCR Ct no se dan en el manuscrito. Pero si las reinfecciones permanecen asintomáticas, no importa si estas infecciones se transmiten. Digamos que en los próximos meses, a medida que los anticuerpos contra el SARS-CoV-2 disminuyan en la población, se producirán más y más reinfecciones. Si ninguno o pocos de ellos son sintomáticos, ¿por qué nos preocupamos por ellos? Si el SARS-CoV-2 continúa circulando y causa poca enfermedad, tendría poco impacto», consideró.

Opinó que la reinfección con SARS-CoV-2 en ausencia de síntomas recuerda a los cuatro coronavirus estacionales. «Estos virus circulan ampliamente e infectan a casi todo el mundo. Los niveles de anticuerpos parecen disminuir después de cada infección. Se producen reinfecciones, pero generalmente son leves».

Lo más prudente por los momentos es no descartar ninguna posibilidad y esperar evaluaciones más profundas para determinar una posición científica común y comprobar si los casos de reinfección serán la norma o solamente excepciones. 

Recaída y «excreción prolongada» vs reinfección

La virólogo venezolana Flor Pujol aclara que hay que diferenciar los casos de reinfección de aquellos de «excreción prolongada» que pueden presentarse en pacientes con algún compromiso de su sistema inmune y que se han descrito para otros tipos de virus. 

«En algunas enfermedades agudas y en individuos inmunocomprometidos puede haber excreción prolongada. Como por ejemplo, en el caso del virus de la hepatitis E, en pacientes VIH positivo hay algunos casos de excreción prolongada», comentó.

Destaca que un ejemplo clásico de un virus que persiste es el del VIH, causante de la enfermedad del SIDA. Pero existen  «infecciones agudas autolimitantes» causadas por virus como hepatitis A, E y por los otros tipos de coronavirus que no persisten en el organismo.

«Virus como el herpes quedan latentes, la hepatitis B y C pueden persistir, pero con los coronavirus no hay evidencias de que persistan. Aún estamos aprendiendo», añadió.

Los casos de reinfección en Hong Kong, Europa y Nevada al parecer fueron por aislados distintos del nuevo coronavirus y no casos de excreción prolongada. 

El director adjunto del departamento de Emergencias de la OPS, Sylvain Aldighieri, también pidió diferenciar entre «recaídas» por un virus y reinfección.

«Tenemos que hacer la diferencia entre dos situaciones diferentes. Una recaída de la infección en el mismo paciente es una reactivación del virus, pero es el mismo virus, genéticamente es el mismo virus. Una segunda situación es una reinfección, con un tipo de virus diferente”, detalló el pasado 25 de agosto durante una sesión informativa sobre la evolución de la situación de COVID-19 en las Américas.

Añadió que los casos de reinfección acentúan la importancia de no descuidar la vigilancia genómica del virus pandémico circulante.

«Es un punto clave para informar y acompañar la introducción de la vacuna y de las vacunas en este momento», señaló.

¿La reinfección pone en riesgo la efectividad de las vacunas que se adelantan?

Todo lo contrario, según Tapia. «Si la protección inmune ante el virus es tan corta, la inmunidad colectiva o de rebaño solo se podrá lograr a través de vacunas«, destaca. 

La vocera de enfermedades emergentes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Maria Van Kerkhove, recalcó en reciente rueda de prensa que la posibilidad de una reinfección «no cambia» los avances hacia una vacuna efectiva contra el coronavirus y que tampoco significa que «no funcionará».

El epidemiólogo europeo y experto en enfermedades infecciosas, Isaac Bogoch, declaró a EuroNews que incluso si una vacuna no brinda una protección del 100% contra la infección, podrá salvar la vida de muchas personas vulnerables, siempre que mitigue un poco la severidad de la enfermedad. 

«Cualquier tipo de inmunidad colectiva es mejor que cero”, dijo, en el mismo espíritu de la anterior declaración, Walter A. Orenstein, profesor de medicina, epidemiología, salud global y pediatría en la Universidad de Emory y exdirector del Programa Nacional de Inmunización de EEUU.

Aumentar el número de personas inmunes en la población, aunque sea por un tiempo limitado, seguirá provocando rupturas en la cadena de transmisión del coronavirus y reducirá las posibilidades de que más personas se enfermen, explicó el experto en un artículo escrito por Shin Jie Young, estudiante del posgrado de Neurobiología en Malasia.

Los autores del estudio en el que se confirmó la reinfección por COVID-19 en el paciente de Hong-Kong exponen en sus conclusiones que el SARS-CoV-2 puede continuar circulando entre las poblaciones humanas a pesar de la inmunidad colectiva por infección natural o vacunación. Recomiendan que  estudios adicionales de pacientes con reinfección arrojen luces sobre correlatos protectores importantes para el diseño de vacunas.

La doctora Pujol, jefa del laboratorio de Virología Molecular del Instituto de Investigaciones Científicas de Venezuela (IVIC), comenta que la detección de casos aislados de reinfección no pone en peligro la efectividad de las vacunas.

«Demoramos 8 meses en demostrar reinfección, había algunos indicios, pero nunca tajantes. Es un caso en un millón, por ahora casos aislados, no parece ser la norma. Tenemos que seguir cuidándonos y eso no va a comprometer la vacuna. Cuando mucho, se deberá hacer un refuerzo anual, tenemos que esperar un poco, aún no tenemos las respuestas claras«, destacó.

¿Qué sabemos hasta ahora sobre la inmunidad frente al el SARS-CoV-2 ?

La inmunidad se puede adquirir de forma natural (mediante la recuperación de la enfermedad) o artificialmente (mediante vacunas).

Independientemente de los hallazgos actuales, se sabe que ninguna vacuna es completamente protectora contra una infección en todos los seres humanos. La inmunidad natural contra el virus tampoco puede serlo en la misma medida y de la misma manera en todas las personas, ya que, aunque somos biológicamente iguales, «inmunológicamente hay diferencias», precisa Ram Vishwakarma, ex director del Instituto Indio de Medicina Integrativa de Jammu (IIIM) en este texto disponible para consulta. 

Sobre la respuesta inmune, la doctora Pujol, recordó que cada persona tiene una predisposición congénita, y según nuestro estado nutricional y de salud, vamos a responder inmunitariamente de forma más eficiente o no.

La inmunidad «estándar» después de contraer uno de los coronavirus que causan el resfriado comun es de un año, pero puede durar un poco menos (6 meses) o hasta dos años, explicó a HealthLine la jefa de la división de enfermedades infecciosas pediátricas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford en California, Yvonne Maldonado.

Como la cantidad de glóbulos blancos y anticuerpos varía mucho en las personas que han cursado la enfermedad, la inmunidad también variaría de una persona a otra.  Maldonado explica que las personas más enfermas tienden a desarrollar una mayor respuesta inmune y que dura más tiempo, en contraposición con aquellas que sufren una infección más leve, cuya inmunidad se desvanece más rápido.

A casi 9 meses de reportado el primer caso causado por el SARS-CoV-2 en el mundo, el tema de la inmunidad sigue en estudio. Se ha determinado que algunas personas pueden dar positivo en la prueba del material genético del virus meses después de su recuperación, pero no diseminan partículas de virus capaces de infectar células, explicaba en mayo de 2020 una investigación de los Centros Coreanos para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Otros estudios que miden los anticuerpos sugieren que los niveles de estos disminuyen con el tiempo en el organismo de los infectados. Un trabajo publicado en The New England Journal of Medicine comprobó una «desintegración rápida» de los anticuerpos (en apenas 90 días) en pacientes recuperados de COVID-19 leve.

«Nuestros hallazgos plantean la preocupación de que la inmunidad humoral contra el SARS-CoV-2 puede no ser duradera en personas con enfermedad leve, que componen la mayoría de las personas con Covid-19. Es difícil extrapolar más allá de nuestro período de observación de aproximadamente 90 días, porque es probable que la descomposición se desacelere. Aún así, los resultados piden precaución con respecto a los ‘pasaportes de inmunidad’ basados ​​en anticuerpos, la inmunidad colectiva y quizás la durabilidad de la vacuna, especialmente a la luz de la inmunidad de corta duración contra los coronavirus humanos comunes”, advirtieron en sus conclusiones. 

Un trabajo preliminar hecho público en julio de 2020 concluyó que los anticuerpos que pueden evitar que el virus ingrese a las células permanecen en la sangre durante al menos tres meses. Para el estudio se analizaron los datos de 19.860 personas examinadas en el Sistema de Salud Mount Sinai, en la ciudad de Nueva York. 

«Nuestros datos sugieren que más del 90% de los seroconvertidores producen respuestas de anticuerpos neutralizantes detectables y que estos títulos son estables al menos durante el futuro cercano», se lee en el prepint publicado en el repositorio medRxiv.

Akiko Iwasaki, profesora del Departamento de Inmunobiología y profesora en el Departamento de Biología Molecular, Celular y del Desarrollo de la Universidad de Yale, considero que la aparición de casos de reinfección por coronavirus destaca la necesidad de un examen más detenido sobre el tema.

 «A medida que se notifiquen más y más casos de reinfección, deberíamos tener una mejor idea de qué tan bien protege el sistema inmunológico contra la enfermedad después de una infección», comentó en su cuenta en Twitter este 28 de agosto.

El virólogo Vincent Racaniello expone un comentario en su blog Virology que podría ser un buen cierre para el tema: «A medida que la población humana se acerca al 90% de la infección por SARS-CoV-2, es probable que veamos un patrón de inmunidad menguante y reinfección en ausencia de síntomas. Como dije antes, SARS-CoV-2 se convertirá en el quinto coronavirus del resfriado común», augura.