Defensa de Guaidó, por Sebastián de la Nuez - Runrun
Defensa de Guaidó, por Sebastián de la Nuez
Hay que apoyar a Juan Guaidó sin tanta escatología tuitera. Las redes son el vacío de Lipovetsky, una algarabía estentórea donde priva el radicalismo ramplón. La movilización convocada para este sábado 16 fue un éxito y confirma un liderazgo nacional más allá de la oposición a la oposición

Fue un éxito y en verdad no se debería llamar “oposición” al conglomerado de ciudadanos venezolanos que desea sacudirse la pesadilla madurista. Es el país completo, un país escarnecido, no una parcialidad o sector. Guaidó es líder, por tanto, no de la oposición sino del país. Hasta nuevo aviso, un aviso que no debería producirse —en todo caso— antes del tercer paso marcado, el de las elecciones libres. Si no, la anomia tendrá más cancha.

Una notable movilización en 22 estados: la ilusión ha vuelto y canta el Himno Nacional una vez más en plena calle y ante las infames fuerzas de la represión adiestradas por el castrismo. Sin embargo, las circunstancias internacionales no son un camino de rosas. Tiene razón Laureano Márquez en su artículo cuando dice que el rol de vicepresidente del gobierno español en manos del podemita Pablo Iglesias no augura nada de solidaridad con el pueblo venezolano. Iglesias, y otros de la izquierda caviar española, tienen la cabeza como un ladrillo al que no le entran balas, no saben qué decir respecto al caso Evo Morales y ocultan el hecho fehaciente de que un organismo continental certificó que había hecho trampa en unas elecciones.

Luego sale la bestia de Nicaragua diciendo que las elecciones están muy bien siempre y cuando lo favorezcan pero que, cuando no, los pueblos han de tomar las armas revolucionarias. Claro, es que la bestia encarna al pueblo. Una tautología chavista para quienes ni de lejos creen en el principio de la alternabilidad.

De domingo a domingo

El domingo 5 fue sangriento. Cayó Evo Morales víctima de su propio laberinto. El asesoramiento de los rusos en manipulación de redes sociales no fue, al parecer, un buen auspicio. Los rusos no deben ser muy buenos en la materia o es que los bolivianos en el altiplano y tirando de una llama no están pendientes del celular. En Bolivia murieron el Che, los malandros Butch Cassidy y Sundance Kid. También debe ser un buen lugar para que muera el chavismo con su idea principal, la de perpetuarse en el poder mediante el chantaje al pueblo y la promiscuidad con regímenes que ni conocen ni entienden la democracia. La caída de Morales anuncia o augura la muerte del chavismo, dejando apenas su bagazo, el madurismo, arrastrando su fama de cleptocracia urbi et orbi.

Por las redes españolas, ese domingo y días siguientes, se hizo sentir la izquierda castiza dominada por quienes votan a Podemos y creen en el independentismo de Cataluña, leen con fruición El País —diario que hace denodados esfuerzos por ser equilibrado con lo de Evo pero se le ve el plumero— y no se pierde el programa del Gran Wyoming, un médico que se burló del líder del partido perdedor Ciudadanos, Albert Rivera, incluso cuando dimitió de su cargo y de sus ventajas para retirarse de la política, un gesto que sin duda lo enaltece. El presentador no toca ni con el pétalo de su ironía al gran Pablo Iglesias.

Pues bien: toda esa gente es la que habló de “golpe de Estado” en Bolivia.

En fin, Twitter puede ser un gran campo de cerezas para la izquierda o para los irreductibles de siempre, los locos del tecleo. Pero este domingo amanece con mejor paisaje, al menos en Venezuela. A ver si el chavismo, que ha comenzado a morir en Bolivia, termina de estirar la pata aquí también. La movilización fue un éxito y una bofetada a lo que podríamos denominar Método Nitu, que se parece a Vente que a la vez se parece a los tirapiedras ávidos de viralidad.

Hay uno que dice que la unidad no hay que buscarla “per se”.

¿No? ¿No hay que buscar la unidad, precioso? Entonces, ¿qué debemos buscar, la imbecilidad tuitera como programa de acción? Igual podría decirse que no hay que buscar la democracia “per se”.

Claro que hay matices y contradicciones en todo torrente masivo de opinión pública. Claro que hay debilidades en el liderazgo y circunstancias quizás lamentables. A mí, en lo particular, me parece que en la representación española del Parlamento Europeo se desperdicia una gran oportunidad al tener allí, elegido dentro de las filas del Partido Popular, al papá de Leopoldo López. En esa curul podrían desempeñarse más o menos mil venezolanos con mayores capacidades antes que este caballero pero, en fin, amigo, con eso hay que arar, como diría un chavista ante una tarima mal montada. A fin de cuentas, ese señor busca, o al menos eso supongo, lo mismo que cualquier venezolano decente: la defenestración de una dictadura morbosa, sanguinaria.

@sdelanuez

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