Los hábitos de televisión no rentables de Nicolás Maduro

DÍAS DESPUÉS DE ORGANIZAR una reunión internacional de seguidores ideológicos en Caracas, Nicolás Maduro utilizó un evento público para compartir su opinión sobre algo que acababa de ver en la plataforma en línea de streaming Netflix: una serie de 60 episodios sobre la vida de Simón Bolívar. Es posible que hayas oído hablar de él.
Lo que Maduro no tomó en cuenta es que la mayoría de los venezolanos no tienen el poder adquisitivo para obtener una subscripción de Netflix ya que equivale al doble del salario mínimo en Venezuela. En caso de tener el dinero para comprarlo, se tiene que lidiar con una conexión lenta a Internet.
“Esta gran crisis ha deteriorado la infraestructura del país, como las telecomunicaciones, lo que conlleva una disminución del consumo cultural. Cuando las personas se ven privadas de cultura, eso influye directamente en el desarrollo socioeconómico nacional”, indicó el periodista español César Noragueda.
Noragueda, recientemente entrevistado por Caracas Chronicles para este artículo, escribió sobre cómo la piratería se ha convertido en una herramienta para los venezolanos que buscan una película o una serie para ver.
Maduro parece “humildemente” olvidar que una subscripción mensual de Netflix está muy por encima del poder adquisitivo de la gran mayoría de venezolanos, costando más de dos veces el sueldo mínimo actual, a $7.99 al mes, o aprox. 90,000 bolívares https://t.co/YlShKuRipi
— Patricia Laya (@PattyLaya) July 31, 2019
Por ejemplo, los cinéfilos locales no solo tienen que luchar para no tener poder en el teatro, también hay una oferta reducida, ya que los distribuidores tienen menos incentivos para estrenar películas en Venezuela. De hecho, 20th Century Fox y Lionsgate eliminaron a Venezuela de sus horarios de distribución (aún se desconoce si Fox regresará después de ser comprado por Disney).
“La piratería no es nueva en Venezuela, pero las cosas realmente han empeorado desde entonces, ya que la crisis económica ha pasado factura”, aseguró Noragueda. “Las alternativas legales para tener acceso a los medios se han reducido poco a poco, ya que la economía venezolana se ha contraído y la pérdida del poder adquisitivo ha reducido el número de espectadores a un tercio en solo dos años”.