LA ADMINISTRACIÓN DE ESTADOS UNIDOS condicionó este miércoles que cualquier reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y  Nicolás Maduro se dará hasta que que el Gobierno de Venezuela dé antes “pasos activos hacia el restablecimiento de la democracia”.

“Si el Gobierno venezolano desea hablar y conversar con el Gobierno de los Estados Unidos, necesita mostrar tangiblemente pasos y reformas democráticas”, dijo un alto funcionario estadounidense, que pidió el anonimato.

“Venezuela debería mostrar que verdaderamente lo que buscan es tener una conversación seria, con soluciones, hacia el restablecimiento de la democracia en Venezuela”, agregó la fuente.

El funcionario respondió así a una cuestión sobre si aún es posible un encuentro entre Trump y Maduro, dado que ambos no se reunieron finalmente en Nueva York con motivo de la Asamblea General de la ONU.

El pasado 26 de septiembre, Trump dijo que estaba “abierto” a reunirse con Maduro si ambos coincidían ese día en Nueva York, pero la Casa Blanca descartó esa posibilidad unas horas más tarde.

En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Maduro se mostró dispuesto a hablar con Trump “con la agenda abierta y todos los temas que quiera hablar el Gobierno de EEUU con franqueza, con sinceridad”.

Preguntado al respecto dos días más tarde, Trump evitó repetir su oferta de reunirse con Maduro, y se limitó a decir: “Veremos lo que ocurre”.

La Casa Blanca rechazó durante la Asamblea general de la ONU el pasado mes de septiembre cualquier diálogo directo entre los mandatarios de ambos países, hasta que se “restaure la democracia” en el Estado caribeño.

El funcionario insistió en que los gestos que debería adoptar Maduro no pueden ser “simplemente distracciones” para “gastar el tiempo y mantenerse en el poder”, sino que debería implementar “varias medidas democráticas”.

La fuente opinó que el Gobierno venezolano se ha beneficiado de las conversaciones “que ha liderado el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero”, que, a su juicio, consistían en “hablar por el hecho de hablar y sin verdaderamente proponer y actuar sobre reformas democráticas”.