Tenemos casi un mes especulando y hablando del cáncer del mister. Desde su ubicación hasta de su evolución. La verdad es que lo poco que se sabe es gracias a los runrunes de Bocaranda y al mismo mister. De lo contrario, seguiríamos en las tinieblas.
Por eso es que las siguientes declaraciones me llamaron la atención. Porque que a pesar de que las mismas son producto del análisis de las noticias y de lo poco que ha dicho el mandatario venezolano, tienen un enfoque médico interesante.
Según Luis Villa, jefe del Departamento de Oncología del Hospital Mercy y presidente de la Liga Contra el Cáncer, “Bajo las peores circunstancias, estamos hablando de una sobrevivencia de cuatro a nueve meses y bajo las mejores circunstancias sería de dos a tres años, y una mínima probabilidad de cura”.
Villa se basa en el análisis de los especialistas americanos, que indican que es probable que el mandatario venezolano posea un cáncer que hizo metástasis en el intestino grueso debido a los síntomas y datos brindados por él mismo.
Por otra parte y gracias al Nuevo Herald, Gustavo León, cirujano de la Universidad de Miami, afirmó que los datos revelados por el mandatario le restan credibilidad a las versiones que han circulado en Venezuela de que sufre de un cáncer de próstata que no fue debidamente tratado, ya que es poco probable que este tipo de enfermedad llegue a provocar un absceso pélvico.
Por ahora no sabremos si regresará a Cuba, si se tratará en el Hospital Militar venezolano, o si aceptará la oferta del gobierno brasileño de tratarse en el mismo hospital en que se atiende al mandatario paraguayo, Fernando Lugo.
Pero lo que si sabemos es que estaremos hablando por ahora y por un buen rato del temible y egocéntrico cáncer.
Tomas Horacio Hernandez
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