CEV: No es posible una paz que suponga renunciar a los derechos humanos
La Conferencia Episcopal Venezolana, tras su CII Asamblea Plenaria Ordinaria, señaló que en la actualidad venezolana la labor de los pastores implica saber tender puentes para propiciar el encuentro entre adversarios y promover la reconciliación del pueblo.
Aclaró que cuando los obispos fijan posición sobre temas lo hacen con la exigencia de ética y moral y de justicia, equidad y paz.
“¿Quienes nos acusan de actuar como actores políticos lo que hacen es desvirtuar el derecho que nos compete como ciudadanos y pastores a cumplir nuestro deber: defender y promover la dignidad del ser humano, así como el bien común”, expresa la CEV en un comunicado.
Monseñor Manuel Felipe Díaz recordó que son bien conocidas las circunstancias que afectan a la población: la violencia inseguridad y criminalidad, el desabastecimiento, el alto costo de la vida y los controles excesivos a la actividad productiva.
Lamentó que, ante esa situación, quienes tienen en sus manos las soluciones de los problemas del pueblo, parecen dar preferencia a otros intereses. “Los pobres y en general los que sufren vienen a ser así simplemente una excusa o una pantalla ideológica para lograr otros fines”, señaló.
La CEV solicitó la libertad de los estudiantes y presos politicos, así como medidas para el regreso de los exiliados. Recordó que la Constitución consagra el derecho a la libertad de pensamiento y a la disidencia y a la legítima protesta.
“No será posible encontrar soluciones satisfactorias a los problemas quedarían a la gente si no nos escuchamos, si se reprime sin investigar las causas por las que surgen las protestas. No es posible pretender una paz que suponga la renuncia a los derechos humanos, la aceptación de un estilo de vida impuesto y la utilización de la Constitución y las leyes a través de interpretaciones no compartidas y más bien rechazadas y denunciadas”, expresó el monseñor.
En su comunicado, la CEV también rechaza que se pretenda imponer un.modelo político totalitario y un sistema educativo fuertemente ideologizado, que se criminalicen las protestas y se politice el Poder Judicial.
“Los partidos políticos experimentan divisiones internas por apetencias e intereses particulares. Mientras tanto, se siguen arrastrando situaciones problemáticas graves, como la corrupción en todas las esferas del Estado”, agrega.