El mundo tiene hoy más refugiados que en la Segunda Guerra Mundial
El número: 51,2 millones de personas tuvieron que dejar sus hogares para huir de distintos conflictos alrededor del mundo en 2013, según los datos entregados por Naciones Unidas este viernes.
Esa cifra es superior a los que causó el mayor conflicto bélico de la historia: la Segunda Guerra Mundial.
Además, en el último año se registró un aumento de seis millones de refugiados en comparación con los datos de 2012 y se estima que existen 33 millones de personas desplazadas en el mundo.
Antonio Guterres, el Alto Comisionado de la Oficina de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR, dijo que los conflictos en Siria, África Central y Sudán del Sur son las principales razones para el aumento de las cifras.
“Las conflagraciones internas se están multiplicando, más y más”, dijo Guterres. “Además, los viejos conflictos tampoco parecen morir”.
En el caso de América Latina la situación más delicada se sigue presentando en Colombia donde se registraron 324.000 personas desplazadas por el conflicto interno del país.
“Todo esto significa que no estamos frente a una tendencia al alza, sino ante un salto abrupto del desplazamiento forzado en el mundo”, declaró Guterres
Solo en Siria se estiman que hay 6,5 millones de desplazados. La batalla que se libra en el país árabe ha obligado al desarraigo continuo de muchas familias, que deben trasladarse a menudo para evitar la violencia.
Sin embargo, el país más afectado por la problemática de los refugiados continúa siendo Afganistán con 2,5 millones de personas viviendo en los campos construidos por Naciones Unidas para proteger a las personas que huyen de la guerra.
Y la mayoría de ellos vive en Pakistán, que es el país que aloja más refugiados en el planeta.
Pero más allá de los datos alarmantes, lo que más frustra a ACNUR es que el brazo político de la ONU, el Consejo de Seguridad, no sea capaz de resolver los distintos conflictos que existen en el mundo.
“El planeta se está convirtiendo en un lugar más violento y más gente está siendo forzada a dejar sus hogares”, dijo Guterres y añadió que: “Las organizaciones humanitarias no tienen ni la capacidad ni los recursos para atender la emergencia que estamos viviendo”.
Con motivo de la celebración del día del refugiado este 20 de junio, ACNUR presentó una serie de imágenes tomados por fotógrafos en distintos campos de refugiados alrededor del mundo, como un mensaje de esperanza.
Vea la historia de los refugiados en fotos
Naciones Unidas afirma que la etnia musulmana de los Rohingya, quienes habitan el oeste de Birmania, es una de las minorías más perseguidas en el mundo. El fotográfo Saiful Hug Omi dijo que “estas pocas palabras de John, un refugiado Rohingya, me hicieron dar un paso hacia atrás: ‘Solo tienes que cruzar el río Naaf y estarás en mi tierra, mi hogar. Solo son dos kilómetros, pero para mí son como dos millones, porque es una distancia que nunca podré cruzar. Mi madre está allá y para personas como tú, que tienes pasaportes y pueden ir al lugar donde deseen”.
El fotógrafo Sam Phelps dijo:“me acosté en el suelo de la tienda donde estaba Fane, una mujer de 70 años que se encuentra viviendo como refugiada en el campo L’ Ecole Liberty en la ciudad de Bossangoa en la República Centroafricana. Ella habló y lloró rodeada por su familia y los pocos utensilios personales que logró tomar antes de que los militantes anti cristianos destruyeran sus hogar una semana antes”.
La fotógrafa estadounidense Lynsey Addario dijo: “La música se desplazaba a través de las casas de aquel silencioso campo y en el interior del hogar de Yousra, de 16 años, un puñado de niñas y mujeres levantan sus manos y hacen un movimiento que se extiende por todo el salón. Es el festejo de un matrimonio. Casi un año después de estar cubriendo los campos de refugiados sirios en Turquía, Líbano, Jordania e Irak, era la primera vez que veía una escena de alegría. De celebración. Por un momento sus vidas fueron como si hubieran regresado a casa”.
El fotógrafo Frederic Noy dijo: “hace unas pocas semanas fui a Camerún para captar imágenes de la llegada de un grupo refugiados centroafricanos que huían de la violencia en su país. Esta foto, tomada durante esa misión, simboliza para mí la situación de los refugiados: un niño duerme en una estera. Aunque esta visiblemente afectado por el hambre, duerme con gracia. Esta imagen sugiere la realidad que es tan difícil es reproducir en palabras: la violencia generalizada en la República Centroafricana, el exilio, la voluntad de vivir a pesar de tener un cuerpo vulnerable”.
Sebastian Rich, un fotógrafo británico afirmó: “En un campo de Maban, en Sudán del Sur, una pequeña de unos siete años me siguió durante toda mi estadía en la zona, mientras tomaba fotos sobre lo que ocurría allí. Cada tanto sentía su mano tomando las mías con una gentileza infantil y me señalaba las mariposas que revoloteaban en medio de las carpas y encima de mi cuerpo. Mi intérprete, Mohammed, me dijo que ella decía que ‘el campo está tan cubierto de polvo que desea tomar las mariposas de tus brazos y ponerlas en sus bolsillos para mantener sus alas limpias y suaves’”.
Andrew McConnell, quien fotografió a Saada, una refugiada siria de 102 años de edad dijo: “Saada es una mujer resistente. Ella perdió siete de sus 10 hijos cuando eran muy jóvenes, su esposo hace 13 años y ahora, su nación. Aun cuando comenzaron los bombardeos en su ciudad, ella continuó con su vida normal. ‘Yo estaba sentada afuera de mi casa, recogiendo algunas aceitunas, cuando comenzaron a pasar los aviones. Mi familia comenzó a gritarme que me escondiera, pero yo les dije “¿Por qué? Ese avión no quiere nada de mí. Y yo no les voy a lanzar aceitunas”
Helena Caux, representante de la oficina de las Naciones Unidas para los refugiados, ACNUR en Burkina Faso, dijo: “Estaba a punto de rendirme de tomar más imágenes de este ambiente tan difícil, cuando vi a esta niña parada frente a mi, mientras en el fondo se levantaba una tormenta de arena. Después supe que su nombre era Assafa, que tenía seis años. Assafa había sido traída desde un campo ubicado en la ciudad de Damba hacia otro más cercano, en Mentao. Ella sigue asistiendo al colegio. ‘Yo quiero ser maestra y regresar a mi casa en Mali’, dijo”.