Una inédita huelga de taxis simultánea en ciudades europeas como Londres, Madrid, París, Barcelona, Milán y Berlín, entre otras, tiene un alto acatamiento en protesta al servicio que conecta a través de Internet a los usuarios con conductores de autos particulares.
Unos 12.000 taxis negros (black cabs) de Londres realizaron una protesta contra el servicio que brinda Uber, que funciona a partir de innovadoras aplicaciones por teléfonos móviles y cobra una tarifa fija. La medida de fuerza se centró en una protesta en la céntrica Trafalgar Square, que provocó complicaciones en el tráfico de Londres.
En París, cientos de taxistas bloquearon los aeropuertos de Orly y Roissy para dirigirse luego hacia el centro de la ciudad bajo el lema “no a la competencia desleal”. En Madrid, el acatamiento eta del cien por cien, al igual que en otras ciudades españolas como Barcelona.
El servicio de transporte Uber, que es considerado un servicio sin regulación y muy económico y tiene su sede en San Francisco, California, proporciona a sus clientes una red de transporte a través de su software de aplicación móvil, conectando pasajeros con conductores de vehículos registrados que ofrecen un servicio de transporte. La empresa organiza tareas en 100 ciudades de 37 países de todo el mundo y en Londres cuenta con 3.000 conductores registrados.
Los taxistas profesionales se quejan de que es una actividad remunerada que se lleva a cabo en la sombra y por la que no se paga impuestos, y dicen que no ofrece ninguna garantía a los clientes.
Por su parte, la comisaria europea de Agenda Digital, Neelie Kroes, afirmó ayer que “Uber no es el enemigo de los taxistas” y reiteró que es contraria a prohibir los servicios de transporte en vehículos compartidos por particulares.