La Universidad de Columbia reconoció al periódico británico por “encender un debate sobre la relación entre el Gobierno y el público sobre asuntos de seguridad y privacidad” con sus informaciones.
En el caso del Post, el jurado aseguró que sus “informaciones acreditadas y reveladoras ayudaron al público a entender cómo las revelaciones se enmarcan en el marco más amplio de la seguridad nacional”.
The Guardian fue el primer periódico en divulgar el alcance del espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) con base en miles de documentos facilitados por Snowden, que mostraban cómo EE.UU. había controlado las comunicaciones de millones de ciudadanos, de multitud de empresas y de las autoridades de otros países.
The Washington Post, por su parte, ha sido uno de los grandes medios que más atención ha prestado al escándalo, que despertó un gran debate mundial sobre la seguridad de las comunicaciones electrónicas y que ha llevado a la Administración estadounidense a prometer cambios.
El diario también se llevó otro galardón por una información de Eli Saslow sobre las ayudas alimentarias para las familias más desfavorecidas en EE.UU.
En la categoría de noticias de última hora, el jurado premió al diario The Boston Globe por su cobertura de los atentados del maratón de Boston, destacando su seguimiento “exhaustivo” y con “empatía” de la tragedia que tuvo lugar hace un año.
El premio a la mejor información internacional fue para Jason Szep y Andrew R.C. Marshall, de la agencia Reuters, por su cobertura de la persecución de los rohingyas, una minoría musulmana de Birmania, mientras que en el apartado nacional se lo llevó David Philipps, del diario The Gazette de Colorado (EE.UU.), por una historia sobre veteranos de guerra.
The New York Times fue otro de los triunfadores de los galardones, en este caso en la categoría de fotoperiodismo, donde se llevó los dos premios disponibles a través de los fotógrafos Tyler Hicks y Josh Haner.
Mientras, el premio al periodismo de investigación se le concedió al Center for Public Integrity por sus informaciones sobre cómo algunos abogados y médicos pusieron en marcha un sistema para negar ayudas a mineros enfermos.
Los galardones, creados en 1917 por deseo del editor de diarios Joseph Pulitzer (1847-1911), son especialmente valorados en las distintas categorías periodísticas, pero también reconocen trabajos de literatura y música.
La mejor obra de ficción fue para la estadounidense Donna Tartt, por “The Goldfinch”, mientras que el mejor drama fue para Annie Baker, por “The Flick”.
Los premiados en la categoría de servicio público reciben cada año una medalla de oro por su trabajo, mientras que el resto de premiados son reconocidos con un premio en metálico de 10.000 dólares.
Ganadores en la mira
Los dos reporteros cruciales en la revelación de la vigilancia masiva del gobierno de Estados Unidos regresaron al país por primera vez desde que estalló el escándalo.
Glenn Greenwald y Laura Poitras, de The Guardian, llegaron el viernes a Nueva York para recibir un premio de periodismo.
Las revelaciones sobre los programas de espionaje fueron publicadas por primera vez en The Guardian y The Washington Post en junio de 2013.
Greenwald dijo en el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy que no estaban “cien por ciento seguros” de que podían ingresar a Estados Unidos sin ser arrestados por su reporte sobre la vigilancia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés).
Señaló que abogados estuvieron buscando que el Departamento de Justicia les asegurara que eso no ocurriría, “y ellos intencionalmente no les dieron ninguna información sobre si estamos en la mira de un jurado investigador o si existía una acta de acusación que estuviera bajo secreto”.
Agregó que un arresto hubiera sido “increíblemente estúpido y autodestructivo” y sería visto por el mundo como “increíblemente autoritario”. “Eso hubiera minado para siempre su competencia para criticar a otros gobiernos por encarcelar periodistas y para tener una batalla constitucional sobre la Primera Enmienda que gobiernos sucesivos han querido evitar”.
Al preguntársele cómo se sentía de estar de regreso en Estados Unidos, Greenwald respondió: “Bien. Emocionado. Estoy contento de estar aquí”.
Greenwald y Poitras compartirán el Premio George Polk sobre reportes de seguridad nacional con Ewen MacAskill, de The Guardian, y Barton Gellman, quien ha encabezado la investigación periodística en The Washington Post sobre los documentos de la NSA.
El legislador republicano Peter King, quien encabeza el subcomité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes sobre contraterrorismo e inteligencia, dijo que “ningún estadounidense debería otorgar a Glenn Greenwald un premio por nada”. Calificó al periodista como “una desgracia para el periodismo y para el país”.
Edward Snowden, el excontratista de la NSA que filtró a periodistas material sobre la extensa vigilancia, está acusado en Estados Unidos de tres cargos, incluido espionaje, y podría ser sentenciado a 30 años de prisión si es declarado culpable. Actualmente vive en Rusia, nación que le otorgó asilo por un año.