Un nuevo golpe a la democracia se dio ayer, cuando miembros de la asamblea nacional constituyente decidieron a través de un decreto inconsulto con el pueblo, usurpar las funciones de los diputados electos por voluntad popular en diciembre de 2015. En teoría los constituyentistas pueden ahora elaborar leyes, derogarlas, aprobar presupuestos y firmar contratos.