El Independiente de Zimbabue publicó en su portal web un artículo donde dibuja las semejanzas del país con Venezuela con motivo de la asistencia del presidente Mugabe a la 17° Cumbre del Movimiento de los Países No Alineados presidido en la Isla de Margarita por Nicolás Maduro en medio de la crisis económica que viven los venezolanos. Runrun.es ha traducido la nota escrita por Kudzai Kuwaza para el medio el el 16 de septiembre.
La profunda crisis económica en el país latinoamericano es caracterizada por protestas de ciudadanos pidiendo al presidente Nicolás Maduro su renuncia. El gobierno culpa una guerra económica por parte de sus enemigos e “imperialistas” como una de las razones por las cuales el estado rico en petróleo está en una desesperada situación económica.
Una severa recesión ahora en su tercer año, con una inflación de tres dígitos y una escasez generalizada de productos básicos son indicadores de que la pieza central de la Revolución Bolivariana está en medio de una crisis económica. Los precios de alimentos se han disparado alarmantemente, con un cartón de huevos costando hasta 200 dólares.
Incluso el papel higiénico se ha convertido en un bien escaso, mientras Trinidad y Tobago ofrece burlonamente un trueque de papel por petróleo. La oposición exige la renuncia del líder del país como resultado del colapso económico, el cual dicen que emana de los 17 años de fallidas políticas socialistas y corrupción atrincherada, se ha vuelto más estridente, resultando a veces en sangrientos encuentros entre manifestantes y la policía.
La economía venezolana se encogió un 5,7% el año pasado y se proyecta una contracción de otro 8% en el 2016. Mientras tanto, la inflación se está saliendo de control. De acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), la cifra oficial de inflación en Venezuela estará cerca de 720% este año y de 2200% el próximo año.
Los problemas enfrentados por Maduro son sorprendentemente similares a aquellos que confronta Mugabe. La escasez de alimentos y los controles de precios que actualmente sacuden a Venezuela también le dan a Mugabe un profundo sentido de déjà vu al asistir a la Cumbre.
También sirve como advertencia y recordatorio para Mugabe que Zimbabue podría fácilmente encontrarse de nuevo en la misma posición que estuvo luego de la implosión de 2008, dado el alarmante declive económico en el país surafricano.
La crisis económica demostrada por los anaqueles vacíos en los supermercados venezolanos, la proliferación de un mercado negro de productos básicos, los altos niveles de inflación tanto como el esfuerzo del gobierno para controlar los precios deben haber resultado inquietantemente familiares para Mugabe, quien presidió una crisis similar en 2008 que condujo a su derrota a manos del líder opositor Morgan Tsvangirai en la primera ronda de la disputada elección presidencial ese mismo año.
En la cúspide de la hiperinflación de Zimbabue, bienes de lujo como carne de soya y papel higiénico se encontraban en abundancia en los anaqueles de las tiendas, mientras que los bienes básicos no se veían por ningún lado. Esto llevó a la decisión del gobierno de imponer control de precios en varios productos a través de la Comisión Nacional de Ingresos y Precios.
Como en Venezuela, todos los productos básicos como el aceite para cocinar, el azúcar y la harina de maíz eran vendidas en el mercado negro. En las raras ocasiones en que los productos se hallaban en las tiendas, largas colas –a veces de kilómetros de extensión– se formaban a las afueras de los negocios, provocando situaciones caóticas que usualmente requerían intervención policial.
Niveles de inflación récord para el momento decimaron el dólar zimbabuense con expertos financieros estimando que tomaría entre 20-25 años para que el país tuviera su propia moneda.
La inflación galopante presenciada en Venezuela y la hiperinflación registrada en Zimbabue no son exclusivas para ambos países. Hungría ha sido testigo de la más alta inflación nunca antes vista de 41.9 cuatrillón por ciento (41.900.000.000.000.000%).
Esto muestra que la inflación no tiene límites y puede desencadenarse donde haya una mala gestión.
Como resultado de la mala gestión económica, tanto Venezuela, como Zimbabue, han sido sacudidas por protestas.
Para asegurar que la Cumbre no fuese perturbada por manifestantes, Venezuela hospedó a los Jefes de Estado y Gobierno en una isla. El pueblo de Venezuela, sin embargo, vió la Cumbre como un ejemplo más de la insensibilidad del gobierno hacia su situación.
Mientras los ciudadanos comunes sufren, los oficiales del gobierno venezolano han continuado bebiendo vino y comiendo, al igual que sus contrapartes zimbabuenses.
“Estamos molestos y frustrados mientras vemos el dinero del país malgastado para fingir una falsa normalidad. Nuestros niños no beben leche y la gente come una o dos veces al día –mientras los políticos piden el mejor champán y vino en sus banquetes,” Nathalie Gómez, una venezolana de 36 años, trabajadora en un hotel en Margarita, según fue citada por Reuters.
Los sentimientos de Gómez hacen eco con esos de los zimbabuenses, donde la turbulencia económica ha sido empeorada por los altos niveles de desempleo y sequía, produciendo pobreza y hambre. Esto no ha detenido a Mugabe en tener sus fiestas de cumpleaños, incluyendo la de este año que costó casi un millón de dólares en Masvingo, una provincia fuertemente golpeada por la sequía.
La policía del Estado ha aplastado brutalmente las concentraciones anti-Maduro como evidencian los enfrentamientos entre los cuerpos de seguridad y los manifestantes a lo largo de este año. Similar rudeza aplicada por policías contra manifestantes ha sido vista en Zimbabue al haber acabado con varias protestas que incluyen la demostración del 26 de agosto por la oposición, la cual resultó en el arresto de 69 manifestantes. Entre estos detenidos estaba un hombre de 68 años, lo que produjo la ira de la magistrada Tendai Mahwe cuando el viejo apareció en la corte. Esto plantea la pregunta de cómo los dos países, en dos continentes diferentes, han llegado a esta etapa.
Una oleada de expropiaciones desde 2005 dejó muchas compañías en manos del Estado, manejado por los corruptos e incompetentes compinches del difunto líder venezolano Hugo Chávez, bajo la ideología popularmente conocida como Chavismo, continuada ahora por Maduro.
Similarmente, Mugabe ha forjado la ruina económica con el caótico programa de reforma agraria que ha transformado al país de ser el granero de la región a ser un importador neto de alimentos. La situación se ha agravado por la tóxica política de indigenización firmada como ley por Mugabe en 2008, que ha derrumbado la esperanza de una inversión extranjera significativa. Que Mugabe esté aún aclarando la ley en 2016, ocho años después de que se haya convertido en ley, demuestra la naturaleza problemática de la legislación.
El economista John Robertson dijo que los problemas experimentados tanto en Venezuela como en Zimbabue son típicos de los miembros del Movimiento de Países No Alineados.
También dijo que Mugabe engullirá los fondos de los contribuyentes al ir a la Cumbre con una delegación que requiere subsidios y “dinero para compras” en un momento en que la crisis económica del país se está profundizando.
Martyn Davies, director de mercados emergente y África en Deloitte & Touche, acertadamente captura las semejanzas entre Zimbabue y Venezuela, diciendo “Zimbabue es la Venezuela de África, sin el petróleo”.
*Escrito por Kudzai Kuwaza para Zimbabwe Independent y traducido por Runrun.es