El venezolano del futuro podría vivir menos años que sus padres
El venezolano del futuro podría vivir menos años que sus padres

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La esperanza de vida del venezolano puede estar disminuyendo. La mala alimentación, producto de la escasez y altos precios de los alimentos, predispone a toda una generación a padecer más enfermedades cardiacas, diabetes, obesidad y algunos tipos de cáncer, advierte Pablo Hernández, nutricionista-dietista e investigador del Observatorio Venezolano de la Salud (OVS).

Según el estudio anual elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la salud global, la esperanza de vida en Venezuela es de 74,1 años, cifras que podría disminuir en los próximos años.

El investigador plantea que aunque en estos momentos no se puedan establecer estimaciones estadísticas que indiquen la cantidad de año que vivirá el venezolano del futuro, pero sí existen algunos indicadores que revelan que las generaciones futuras vivirán menos que las actuales.

En concreto, «se espera que esta generación que se está formando muera a más pronta edad que sus padres», asevera Hernández, quien explica que quienes están pasando por esta situación de escasez se enfermarán mucho más en el futuro y traerán consigo mayor riesgo de muerte a temprana edad.

Hernández enfatiza que los primeros mil días de vida son fundamentales para el desarrollo de cualquier ser humano. «Y si durante esos tres años de vida, que incluyen el embarazo, la personas no tiene una alimentación balanceada o presenta déficit de vitaminas y de minerales, ésta no se podrá desenvolver adecuadamente, pues vienen con ciertas limitaciones».

A modo de ejemplo, el especialista advierte que los niños con déficit de hierro no podrán desarrollar todas sus capacidades cognitivas y físicas, ya que serán propensos a desarrollar anemia, enfermedad que les impedirán rendir correctamente en su vida diaria.

Enfermedades crónicas 
Hernández, quien también es profesor de Nutrición Humana en la Universidad Central de Venezuela (UCV), advierte que tener una dieta como la actual, rica en carbohidratos, que en el cuerpo se transforman en azúcares, es sumamente riesgoso, pues las células malignas -en el caso del cáncer, por ejemplo- se nutren y se multiplican como consecuencia de ellos.

Recuerda el nutricionista que la asociación existente entre las dietas ricas en grasas con el desarrollo de cáncer de páncreas, intestino, colon o de vías digestivas en general, así como el tabaco, incide en el cáncer de pulmón, el alcohol en el cáncer de hígado y el alto consumo de derivados industriales de la carne en el cáncer de esófago, vías digestivas, mama y próstata.

Las dietas basadas mayoritariamente en carbohidratos como mango, yuca y plátano no ayudan al control del azúcar en sangre, puesto que al no ser metabolizadas tienden a incrementar el riesgo de sobrepeso, obesidad y diabetes», precisa el investigador del OVS.
Otro riesgo son las dietas altas en sodio (sal), además presentes en guisos y sopas de sobre, que inciden directamente en el aumento de la presión arterial y cuadros hipertensos.

Falta de medicina  
Hernández  advierte que la falta de medicamentos e insumos dificulta aún más la atención médica, lo que ocasionará un incremento tanto de enfermedades emergentes -zika- y reemergentes -dengue-. «Mientras más te enfermas, menos esperanza de vida vas tener».

Las fallas de los fármacos pueden incidir en el aumento de la mortalidad. Por ello ve necesario que el Gobierno venezolano acepte la ayuda humanitaria, «porque definitivamente en este momento no tenemos la planta industrial para responder a las exigencias y necesitamos del aporte externo para cubrir la demanda que tenemos hoy».

Inseguridad
El factor social de la delincuencia también tiene una incidencia, pues en los anuarios de mortalidad se evidencia que, así como crecen las muertes por hipertensión, diabetes e infartos  aumenta la tasa por homicidios y que afecta especialmente a los adultos jóvenes de esta población. «Todo esto hace que para la generaciones futuras vaya a ser muy difícil llegar a la misma edad en la que murieron sus padres», concluye el profesor e investigador.