Crisis económica hace que Venezuela sea más vulnerable ante desastres naturales
Más vulnerables que nunca: ¿Está Venezuela preparada para un desastre natural?

lluvias 20 de abril

La deficiencia en el suministro de medicamentos esenciales, alimentos no perecederos, agua potable embotellada, material para primeros auxilios y repuestos para equipos de rescate, limita la capacidad de respuesta de organismos públicos y privados para hacer frente a los estragos causados por fenómenos naturales de gran magnitud, como terremotos, pero también para atender eventos de mayor incidencia en el país, como deslizamientos e inundaciones, afirma Ángel Rangel, ex director nacional de Defensa Civil de Venezuela y miembro del Estado mayor del Cuerpo de Bomberos de Caracas.

Rangel, quien en 2014 coordinó el equipo que realizó la investigación de Encovi “Vulnerabilidad Ciudadana ante las Amenazas Naturales”, señala que los indicadores hallados hace dos años daban cuenta de un alto nivel de vulnerabilidad, la cual se ha incrementado con las actuales condiciones económicas y sociales que enfrenta el país.

El estudio de Encovi reveló que 80% de la población venezolana se encuentra en zonas de alta amenaza sísmica; también que 63% de las viviendas son autoconstruidas, las cuales no tienen garantía del uso de Normas Técnicas de Diseño y Calidad Constructiva.

EstudioEncovi 2014Vulnerabilidad ciudadanaantelasamenazasnaturales

“Datos que hemos actualizado nos permiten afirmar que la capacidad de respuesta ante desastres naturales se ha agravado en estos dos años, por ejemplo, en 2014 80% de la población no tenía acceso a créditos para la recuperación de la vivienda; 89% no contaba con pólizas de seguro para bienes inmuebles; 73% no tenía capacidad de ahorro; dos años después esos indicadores superan 90%, lo que hace más cuesta arriba la recuperación tras una emergencia de gran magnitud”, explica Rangel.

“Más que la envergadura del desastre natural, lo que importa es cuán vulnerable sea la sociedad; con las condiciones actuales del país, no tiene que ocurrir un evento de gran magnitud, incluso unas lluvias fuertes pueden generar una crisis. Aquí no hace falta que ocurra un sismo para que se vaya la luz o se suspensa el servicio de agua, eso pasa todos los días; en Venezuela estamos como que si hubiese ocurrido un desastre hace un mes. Ya estamos en una situación post desastre”, asevera Rangel.

Sin conciencia de la vulnerabilidad

Uno de los datos más reveladores de la investigación de 2014 es que a pesar de vivir en una zona con alto riesgo sísmico, 88% de la población no percibe la amenaza del riesgo de terremotos y 72% ignora el riesgo de inundaciones; además, 94% no tiene información sobre prevención y actuación ante situaciones de riesgo y desastres naturales; y 93% desconoce la existencia de un plan local de evacuación ante emergencias.

Estudio Encovi Vulnerabilidad ciudadana ante las amenazas naturales

“Lamentablemente no tenemos cultura del desastre, cuando sobreviene la emergencia es que nos damos cuenta de lo poco preparados que estamos para afrontarla”, apunta José Ramón González, director de comité ejecutivo de Distrito Capital de la Cruz Roja de Venezuela, encargado del área de Socorro.

“Las primeras 12 y 24 horas luego de ocurrida una emergencia son vitales. En todas las sedes de la Cruz Roja se ofrecen cursos de primeros auxilios y preparación para desastres; siempre pensamos que si sucede una emergencia los bomberos llegarán inmediatamente, pero eso no es así, en una situación de emergencia uno se apoya inicialmente en los vecinos, de allí que lo más importante es que la gente esté capacitada; esa preparación podría darse en las escuelas y en los trabajos”, dice González, quien agrega que la Cruz Roja capacita en primeros auxilios a unas 2000 personas al año.

La organización, que cuenta con alrededor de 4000 voluntarios en Venezuela, no está ajena a la merma de recursos producto de la crisis económica. “Es importante saber que la Cruz Roja es un auxiliar de los organismos públicos, no somos un órgano de primera respuesta. A la hora de una emergencia vemos cuál es la respuesta que se da localmente; si la capacidad de acción como país es limitada, llamamos a la Federación Internacional para que realice una evaluación y active un equipo que en menos de 24 horas estaría aquí. La situación país ha afectado la capacidad de todos los organismos de respuesta, estatales, regionales e independientes. Nosotros también tenemos una capacidad de acción limitada en estos momentos”, afirma González.

Otro agravante: la falta de coordinación

La capacidad de respuesta de los organismos públicos se ha visto limitada no solo por la merma de los recursos económicos, sino por la incapacidad del Gobierno central para trabajar con gobernaciones y alcaldías que no le sean afines ideológicamente, apunta Rangel.

“En este momento nuestras instituciones públicas tienen el mismo grave déficit que tiene la sociedad venezolana en materia de repuestos para sus equipos, suministros y equipamiento, con un problema adicional, la ausencia de coordinación entre los organismos públicos estatales y los regionales por el tema político. Cuando ocurre un desastre en cualquier parte del país se afectan por igual a todos los ciudadanos, sin distinción ideológica, este es un tema que no se puede manejar con una óptica política. Yo sé que hay una gran mística en los funcionarios públicos: bomberos, protección civil y organizaciones voluntarias, pero una cosa es la disposición ética y la buena voluntad y otra son los recursos que necesitan para hacerlo bien», afirma Rangel.