Ecuador elimina la reelección presidencial indefinida
Ecuador elimina la reelección presidencial indefinida

LeninMoreno

 

Los ecuatorianos acudieron este domingo a las urnas para decidir en referéndum sobre uno de los aspectos cruciales de la arquitectura institucional del país. Los primeros datos del escrutinio, que pasadas las ocho de la tarde rondaban el 20%, dan la victoria -por amplia mayoría, con una media cercana al 69%- a las tesis del presidente, Lenín Moreno, frente a su antecesor, Rafael Correa. La clave de la consulta popular, con siete preguntas independientes entre sí, es la eliminación de la reelección indefinida introducida en diciembre de 2015. El promotor de la convocatoria es el actual mandatario, antiguo aliado de Correa convertido ahora en adversario político. Las urnas cerraron a las cinco de la tarde y el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que la participación alcanzó el 74,8%, casi un 8% menos que en la segunda vuelta de las presidenciales de 2017.

“Las decisiones que tomamos el día de hoy van a ser trascendentales para el futuro del país”. Con estas palabras, Moreno comentó tras votar el significado del referéndum, muy contestado por Correa, quien volvió de Bruselas, donde reside, para hacer campaña por el no. El mandatario, elegido hace un año, siempre estuvo en contra de la reelección indefinida de los cargos públicos. Cuando fue aprobada por la Asamblea Nacional a través de una enmienda a la Constitución de 2008, ya no era vicepresidente –responsabilidad que ocupó entre 2007 y 2013- y se desempeñaba como enviado especial de la ONU sobre Discapacidad y Accesibilidad.

LAS SIETE PREGUNTAS DE LA CONSULTA POPULAR

1. Modificación de la Constitución para sancionar «a toda persona condenada por actos de corrupción con su inhabilitación para participar en la vida política del país»,

2. Eliminación de la reelección indefinida «para que todas las autoridades de elección popular puedan ser reelectas por una sola vez para el mismo cargo».

3. Reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, «así como dar por terminado el periodo constitucional de sus actuales miembros».

4. No prescripción de «los delitos sexuales en contra de niñas, niños y adolescentes».

5. Prohibición de la minería metálica «en todas sus etapas, en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos».

6. Derogación de la «ley de plusvalía».

7. «Incrementar la zona intangible en al menos 50.000 hectáreas y reducir el área de explotación petrolera autorizada por la Asamblea Nacional en el Parque Nacional Yasuní de 1.030 hectáreas a 300 hectáreas».

 

El expresidente y su entorno le acusan de haberle dado la espalda y de querer eliminarlo políticamente, aunque la reelección indefinida es el resorte que permitiría a Correa volver a presentarse a las elecciones. Por primera vez, el impulsor del llamado socialismo del siglo XXI, que fue muy popular mientras gobernó y en las últimas semanas ha podido comprobar directamente cómo su liderazgo forma parte del pasado, asume que puede perder. “Independientemente de los resultados de hoy, ya vencemos. La traición y la campaña más desigual de la historia contemporánea ha sacado lo mejor de nosotros”, manifestó a través de Twitter. Además, justo este lunes, tendrá que declarar ante la Fiscalía por presuntas irregularidades en la venta de petróleo a China y Tailandia.

¿Se apartará Ecuador del camino emprendido por Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia y Daniel Ortega en Nicaragua? Según las principales encuestadoras y los datos provisionales, sí. Los 13 millones de ciudadanos llamados a las urnas apoyarán todas las cuestiones planteadas por el referéndum, que incluye también el endurecimiento de la lucha contra la corrupción y la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana, introducido en la Constitución de 2008 para regular la transparencia y control social de la vida pública.

El escenario más probable, el del triunfo de Moreno, permitiría al Gobierno, según el análisis de la firma Quantum, impulsar “una agenda de políticas públicas de consenso nacional” y adoptar medidas económicas para reducir paulatinamente el déficit fiscal y mejorar la competitividad. La hipótesis de una victoria del no se daría, en cambio, por un estrecho margen y sería parcial –es decir, Correa perdería en cualquier caso alguna pregunta-. Esta circunstancia debilitaría al Ejecutivo y entorpecería la actividad parlamentaria, puesto que Alianza País, formación de la que el expresidente se desvinculó oficialmente, cuenta todavía con un sector de fieles correístas. En definitiva, los ecuatorianos se enfrentarían a una etapa de inestabilidad y a un posible regreso del expresidente a la primera línea de la política.

Este, en realidad, nunca se fue. Amenazó antes de las últimas elecciones presidenciales con volver al país para preservar su legado, si ganaba la oposición. Ganó Moreno, su candidato, aunque el talante del nuevo mandatario no le gustó, así como algunas de sus decisiones. Correa decidió entonces librar su última batalla por el poder. Una contienda de la que, al margen de su retórica sobre la salvación de la patria, depende su supervivencia política.