Obama insta a combatir el extremismo violento desde las comunidades
Obama insta a combatir el extremismo violento desde las comunidades

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Más de dos siglos de historia sirvieron al presidente Barack Obama para ilustrar el reto que tiene por delante Estados Unidos -y la comunidad internacional- de combatir la amenaza terrorista durante su intervención en la cumbre de la Casa Blanca contra el extremismo violento que se celebra esta semana en Washington DC. Una cita en la que participan representantes de 60 países y que mañana se centrará en los pasos a dar por los gobiernos.

Al finalizar la segunda jornada, después de numerosas intervenciones de miembros de la sociedad civil, fuerzas del orden, líderes religiosos, activistas, empresarios y políticos, Obama tomó la palabra para recordar la fortaleza del país. Tras la Guerra Civil, la Gran Depresión, el fascismo, el atentado del 11-S o el de Boston en 2012, subrayó,»nos levantamos, reconstruimos, recobramos y emergemos más fuertes».

Los retos, por tanto, no son nuevos. Pero si la «complejidad y la naturaleza del enemigo, que no es un ejército tradicional», apuntó el presidente al referirse al terrorismo de grupos como Al Qaeda o ISIS -que se erige como estado islamista-. Una amenaza para Estados Unidos y para todo el mundo que no se puede combatir sólo en el terreno militar. El extremismo violento significa no sólo acabar con los terroristas sino con «los ideólogos , la infraestructura del extremismo, los propagandistas, los reclutadores, los fondos…»que alimentan esta violencia, añadió Obama.

 

Desacreditar la ideología del odio

Dado que no hay un perfil claro de quien puede ser objeto de radicalización de grupos como Al Qaeda o el Estado Islámico, Obama instó al auditorio a centrarse en «evitar que estos grupos radicalicen, recluten o inspiren a otros» para cometer actos violentos. Y nada mejor que hacerlo desde las comunidades en tres frentes.

El primer combate es contra la ideología de estos grupos que lanzan el mensaje de que Estados Unidos y Occidente están en guerra contra Islam. «No debemos aceptar la premisa porque es una mentira. Ellos no son líderes religiosos, son simplemente terroristas. No estamos en guerra con el Islam sino contra aquellos que lo pervierten», dijo el presidente entre aplausos, antes de destacar que ninguna religión es responsable de actos terroristas, sino las personas.

Los otros dos ámbitos desde los que combatir el extremismo violento tiene que ver con las quejas económicas y políticas que «explotan» los grupos terroristas para reclutar a jóvenes. La pobreza, dijo Obama, no conduce a la radicalización. Ahora bien, «el riesgo se incrementa»; también cuando no reciben educación.

En este sentido abogó por «ofrecer algo mejor» para estas generaciones. El tercer factor desde el que luchar contra los extremismos tiene que ver con la democracia. La falta de ella, apuntó, es la semilla del radicalismo, señaló.

Las comunidades tienen en su mano la posibilidad de combatir con herramientas modernas e innovación, que obligatoriamente pasan por las nuevas tecnologías y las redes sociales. Pero también por»gobiernos confiables», aunque este capítulo será objeto de debate este miércoles.