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Papa Francisco, el pontífice que apoyó causas sociales y dividió opiniones

Francisco rompió los estándares pomposos de la Iglesia católica a través de detalles como el rechazo a usar la limusina papal y compartir el autobús que llevaba a otros cardenales de regreso a sus aposentos. Su muerte estuvo a un tris de coincidir con el Domingo de Resurrección de la Semana Santa

Sus últimas palabras públicas las pronunció en la Plaza de San Pedro este domingo 20 de abril.

“Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua”, se limitó a decir Francisco en una silla de ruedas.

Previo a la bendición urbi et orbi en el balcón de la Ciudad del Vaticano y recorrer las calles romanas a bordo del papamóvil, Francisco sostuvo su última reunión privada con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance.

A las 7:35 de la mañana (hora de Italia) de este lunes 21, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los laicos, la familia y la vida anunció la muerte del papa de 88 años.

Jorge María Bergoglio, nacido en la capital argentina de Buenos Aires en 1936 y surgió del seno de una familia cuyos padres huyeron de una Italia fascista. Fue líder de los jesuitas argentinos en 1973 y en 1990 fungió como arzobispo de Buenos Aires. En 2001, el papa Juan Pablo II lo nombró cardenal.

En marzo de 2013 fue nombrado sucesor de San Pedro en la iglesia católica, luego de la renuncia de Benedicto XVI.

“Me gustaría tener una iglesia pobre y para los pobres”, dijo Francisco en una de sus primeras comparecencias públicas como papa.

Francisco rompió los estándares pomposos de la Iglesia católica a través de detalles como el rechazo a usar la limusina papal y compartir el autobús que llevaba a otros cardenales de regreso a sus aposentos.

Igualmente, no quiso vivir en el Palacio Apostólico, sino que se mudó a una modesta residencia en Santa Marta, donde vivía en un apartamento de apenas 40 metros cuadrados.

Su primer viaje como papa lo hizo a la isla italiana de Lampedusa, donde cada año llegan centenares de migrantes africanos. 

“Para nosotros la muerte del papa representa algo doloroso, como católicos tenemos que orar por su eterno descanso, no tenemos que hacer juicios post mortem, cada uno debe mirar el tronco que tiene en el ojo y no la paja del otro. Un grupo queríamos que se pronunciara a nivel político, pero él fue un líder espiritual y de Estado y nos ve a todos como sus hijos. Ahora tenemos que evaluar cuál fue el legado de Francisco”, dijo a Runrunes Fray Luis Salazar, superior del convento de La Merced, en Caracas. 

Intercedió en encuentro improductivo

Después de las protestas antigubernamentales de 2014, que según Runrunes dejó un saldo de 44 muertos y la negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE) de llevar a cabo un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, en diciembre de 2016, con el auspicio del papa Francisco y a través del representante del Vaticano, Pietro Parolin -uno de los fuertes candidatos a convertirse en nuevo papa- el gobierno chavista y la oposición venezolana iniciaron un proceso de diálogo cuya conclusión fue infructuosa.

Posterior a las estériles reuniones, Francisco envió una misiva donde exhortaba al régimen madurista a implementar de forma inmediata “urgentes medidas” para paliar la crisis generada por el desabastecimiento de comida y medicinas en el país. 

La carta firmada por Parolin abogó en la necesidad de trazar un camino electoral y liberar a los presos políticos para establecer una ruta democrática.  

“Hubo intervención de la Santa Sede bajo pedido de cuatro presidentes que trabajan como facilitadores. Y la cosa no resultó, quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Tiene que ser con condiciones muy claras. Todos sabemos acerca de la difícil situación de Venezuela, un país que quiero mucho”, declaró el papa en abril 2017.

En el marco de una rueda de prensa ofrecida en el avión del Vaticano, el papa aseguró que uno de los problemas que impedía llegar a un acuerdo eran las divisiones dentro de la oposición. 

“Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la oposición está dividida y los conflictos se agudizan cada vez más. Pero hay algo en movimiento, muy en el aire todavía, todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias”, expuso el sumo pontífice.

Ese mismo año y aprovechando una gira por Asia, Maduro se reunió por segunda  vez en Roma con Francisco, quien insistió en la necesidad de sentarse en una mesa para conversar con sus adversarios políticos.

“Espero que se consolide el diálogo y se centre en la recuperación económica, que esta se coloque como punto central y se abandone el camino del golpismo”, dijo Maduro, quien ya había sido recibido por Francisco en 2013 recién llegado al poder.

“El papa ha continuado ofreciendo su contribución a favor de la institucionalidad del país y ayudando a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes. El sumo pontífice ha invitado a promover un clima de renovada cohesión social que permita mirar con esperanza el futuro de la nación”, agregó un comunicado del Vaticano luego de la reunión. 

En febrero de 2019, en el marco de una agudización de la crisis política en Venezuela por la instalación de un gobierno interino, Francisco dirigió una carta a Maduro en la que se refirió a él como “excelentísimo señor” y no como presidente. En la misiva -que fue una respuesta  a una nueva petición del mandatario venezolano al Vaticano para que aceptara mediar con la oposició- el papa recordó al gobernante venezolano que intentos anteriores para tratar de encontrar una salida a la crisis venezolana “desafortunadamente, todos fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos”. El fallecido sumo pontífice también le pedía a Maduro evitar un derramamiento de sangre en Venezuela.

Después de las elecciones del pasado 28 de julio de 2024, en rueda de prensa, el papa habló sobre la situación de Venezuela sin mencionar directamente al régimen madurista, pero con una sentencia muy clara:

No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno”, esbozó. 

A principios de 2025, envió un mensaje a las más de 2000 personas que fueron encarceladas en las protestas poselectorales del 28J, donde el CNE dio como ganador a Maduro sin mostrar datos desagregados.

“La grave crisis política podrá ser superada solo con la adhesión sincera a los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, a través del respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos de cada persona, incluidos los de quienes han sido arrestados a causa de los sucesos de los últimos meses”, expresó entonces.

El papa de la inclusión

Desde permitir que los católicos divorciados tomen la comunión hasta abogar por la aceptación de gais en la Iglesia católica, el papa no tuvo una contención en su política de aceptación y tolerancia.

“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia, no se puede echar de la familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por esa causa. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, opinó.

“Toda persona es hijo de Dios, Dios no rechaza a nadie, Dios es Padre. Yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia, mi deber es recibir siempre. La iglesia no puede cerrarle las puertas a nadie”, comentó en otra oportunidad.

Francisco fue la antítesis de su antecesor, Benedicto XVI. Se mostró abierto a las uniones civiles de personas del mismo sexo, el establecimiento de una familia homoparental y la bendición de estas y el resto de la comunidad LGBTQI. 

“Si una persona es gay, busca al Señor y tiene voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, esbozó al respecto.

Francisco también se opuso al aborto, pero luchó para que los sacerdotes absolvieran a las mujeres de que se arrepintieran de haberse practicado uno.

Algunos le acusaron de haber hecho muy poco por investigar las denuncias de abuso sexual y pederastia por parte de clérigos, pero otros le agradecieron sus esfuerzos por esclarecer casos puntuales y de, al menos, hablar sobre el tema en las altas esferas de la iglesia. 

En 2020, el papa publicó la exhortación apostólica post sinodal Querida Amazonia, donde traza nuevos caminos de evangelización, cuidado del ambiente y de los pobres.

“Los pueblos originarios sufren el sometimiento tanto de los poderes locales como de los externos. Las operaciones económicas que alimentan la devastación, los asesinatos, la corrupción, merecen el nombre de injusticia y crimen”, se desprende del documento.

Igualmente, apoyó a los migrantes venezolanos y dio palabras de aliento a quienes atraviesan inmensas distancias a pie en busca de una mejor calidad de vida: “No se olviden nunca de su dignidad humana. No tengan miedo de mirar a los demás a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. 

Le dejó dos santos a Venezuela

Antes de su desaparición física, el papa autorizó la canonización de los dos primeros santos venezolanos en cuestión de apenas dos meses.

El 25 de febrero anunció la santidad del doctor José Gregorio Hernández y el pasado 31 de marzo le tocó el turno a la madre Carmen Rendiles. 

“Era un médico lleno de ciencia y de fe que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica”, dijo el papa sobre Hernández.

“Sin duda alguna, creo que el mayor regalo que nos dio a los venezolanos el papa Francisco fue la canonización de José Gregorio Hernández después de tanto tiempo, porque él quería esa canonización”, añadió Fray Luis Salazar. 

Con información de Vatican News, BBC y CNN

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

Aunque algunos consideran que su posición frente a la crisis venezolana fue ambigua, otros piensan que siempre estuvo dispuesto a tender la mano para lograr entendimiento. En sus últimas declaraciones dijo “las dictaduras no sirven y siempre terminan mal”
El papa falleció este lunes después de comparecer públicamente el domingo
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redacción runrunes
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Francisco rompió los estándares pomposos de la Iglesia católica a través de detalles como el rechazo a usar la limusina papal y compartir el autobús que llevaba a otros cardenales de regreso a sus aposentos. Su muerte estuvo a un tris de coincidir con el Domingo de Resurrección de la Semana Santa

Sus últimas palabras públicas las pronunció en la Plaza de San Pedro este domingo 20 de abril.

“Queridos hermanos y hermanas, feliz Pascua”, se limitó a decir Francisco en una silla de ruedas.

Previo a la bendición urbi et orbi en el balcón de la Ciudad del Vaticano y recorrer las calles romanas a bordo del papamóvil, Francisco sostuvo su última reunión privada con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance.

A las 7:35 de la mañana (hora de Italia) de este lunes 21, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los laicos, la familia y la vida anunció la muerte del papa de 88 años.

Jorge María Bergoglio, nacido en la capital argentina de Buenos Aires en 1936 y surgió del seno de una familia cuyos padres huyeron de una Italia fascista. Fue líder de los jesuitas argentinos en 1973 y en 1990 fungió como arzobispo de Buenos Aires. En 2001, el papa Juan Pablo II lo nombró cardenal.

En marzo de 2013 fue nombrado sucesor de San Pedro en la iglesia católica, luego de la renuncia de Benedicto XVI.

“Me gustaría tener una iglesia pobre y para los pobres”, dijo Francisco en una de sus primeras comparecencias públicas como papa.

Francisco rompió los estándares pomposos de la Iglesia católica a través de detalles como el rechazo a usar la limusina papal y compartir el autobús que llevaba a otros cardenales de regreso a sus aposentos.

Igualmente, no quiso vivir en el Palacio Apostólico, sino que se mudó a una modesta residencia en Santa Marta, donde vivía en un apartamento de apenas 40 metros cuadrados.

Su primer viaje como papa lo hizo a la isla italiana de Lampedusa, donde cada año llegan centenares de migrantes africanos. 

“Para nosotros la muerte del papa representa algo doloroso, como católicos tenemos que orar por su eterno descanso, no tenemos que hacer juicios post mortem, cada uno debe mirar el tronco que tiene en el ojo y no la paja del otro. Un grupo queríamos que se pronunciara a nivel político, pero él fue un líder espiritual y de Estado y nos ve a todos como sus hijos. Ahora tenemos que evaluar cuál fue el legado de Francisco”, dijo a Runrunes Fray Luis Salazar, superior del convento de La Merced, en Caracas. 

Intercedió en encuentro improductivo

Después de las protestas antigubernamentales de 2014, que según Runrunes dejó un saldo de 44 muertos y la negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE) de llevar a cabo un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, en diciembre de 2016, con el auspicio del papa Francisco y a través del representante del Vaticano, Pietro Parolin -uno de los fuertes candidatos a convertirse en nuevo papa- el gobierno chavista y la oposición venezolana iniciaron un proceso de diálogo cuya conclusión fue infructuosa.

Posterior a las estériles reuniones, Francisco envió una misiva donde exhortaba al régimen madurista a implementar de forma inmediata “urgentes medidas” para paliar la crisis generada por el desabastecimiento de comida y medicinas en el país. 

La carta firmada por Parolin abogó en la necesidad de trazar un camino electoral y liberar a los presos políticos para establecer una ruta democrática.  

“Hubo intervención de la Santa Sede bajo pedido de cuatro presidentes que trabajan como facilitadores. Y la cosa no resultó, quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas o se diluían. Tiene que ser con condiciones muy claras. Todos sabemos acerca de la difícil situación de Venezuela, un país que quiero mucho”, declaró el papa en abril 2017.

En el marco de una rueda de prensa ofrecida en el avión del Vaticano, el papa aseguró que uno de los problemas que impedía llegar a un acuerdo eran las divisiones dentro de la oposición. 

“Parte de la oposición no quiere esto. Es curioso, la oposición está dividida y los conflictos se agudizan cada vez más. Pero hay algo en movimiento, muy en el aire todavía, todo lo que se pueda hacer por Venezuela, hay que hacerlo, pero con las garantías necesarias”, expuso el sumo pontífice.

Ese mismo año y aprovechando una gira por Asia, Maduro se reunió por segunda  vez en Roma con Francisco, quien insistió en la necesidad de sentarse en una mesa para conversar con sus adversarios políticos.

“Espero que se consolide el diálogo y se centre en la recuperación económica, que esta se coloque como punto central y se abandone el camino del golpismo”, dijo Maduro, quien ya había sido recibido por Francisco en 2013 recién llegado al poder.

“El papa ha continuado ofreciendo su contribución a favor de la institucionalidad del país y ayudando a resolver las cuestiones pendientes y a crear mayor confianza entre las partes. El sumo pontífice ha invitado a promover un clima de renovada cohesión social que permita mirar con esperanza el futuro de la nación”, agregó un comunicado del Vaticano luego de la reunión. 

En febrero de 2019, en el marco de una agudización de la crisis política en Venezuela por la instalación de un gobierno interino, Francisco dirigió una carta a Maduro en la que se refirió a él como “excelentísimo señor” y no como presidente. En la misiva -que fue una respuesta  a una nueva petición del mandatario venezolano al Vaticano para que aceptara mediar con la oposició- el papa recordó al gobernante venezolano que intentos anteriores para tratar de encontrar una salida a la crisis venezolana “desafortunadamente, todos fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos”. El fallecido sumo pontífice también le pedía a Maduro evitar un derramamiento de sangre en Venezuela.

Después de las elecciones del pasado 28 de julio de 2024, en rueda de prensa, el papa habló sobre la situación de Venezuela sin mencionar directamente al régimen madurista, pero con una sentencia muy clara:

No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno”, esbozó. 

A principios de 2025, envió un mensaje a las más de 2000 personas que fueron encarceladas en las protestas poselectorales del 28J, donde el CNE dio como ganador a Maduro sin mostrar datos desagregados.

“La grave crisis política podrá ser superada solo con la adhesión sincera a los valores de la verdad, de la justicia y de la libertad, a través del respeto a la vida, a la dignidad y a los derechos de cada persona, incluidos los de quienes han sido arrestados a causa de los sucesos de los últimos meses”, expresó entonces.

El papa de la inclusión

Desde permitir que los católicos divorciados tomen la comunión hasta abogar por la aceptación de gais en la Iglesia católica, el papa no tuvo una contención en su política de aceptación y tolerancia.

“Las personas homosexuales tienen derecho a estar en la familia, son hijos de Dios, tienen derecho a una familia, no se puede echar de la familia a nadie, ni hacerle la vida imposible por esa causa. Lo que tenemos que hacer es una ley de convivencia civil, tienen derecho a estar cubiertos legalmente”, opinó.

“Toda persona es hijo de Dios, Dios no rechaza a nadie, Dios es Padre. Yo no tengo derecho a echar a nadie de la Iglesia, mi deber es recibir siempre. La iglesia no puede cerrarle las puertas a nadie”, comentó en otra oportunidad.

Francisco fue la antítesis de su antecesor, Benedicto XVI. Se mostró abierto a las uniones civiles de personas del mismo sexo, el establecimiento de una familia homoparental y la bendición de estas y el resto de la comunidad LGBTQI. 

“Si una persona es gay, busca al Señor y tiene voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, esbozó al respecto.

Francisco también se opuso al aborto, pero luchó para que los sacerdotes absolvieran a las mujeres de que se arrepintieran de haberse practicado uno.

Algunos le acusaron de haber hecho muy poco por investigar las denuncias de abuso sexual y pederastia por parte de clérigos, pero otros le agradecieron sus esfuerzos por esclarecer casos puntuales y de, al menos, hablar sobre el tema en las altas esferas de la iglesia. 

En 2020, el papa publicó la exhortación apostólica post sinodal Querida Amazonia, donde traza nuevos caminos de evangelización, cuidado del ambiente y de los pobres.

“Los pueblos originarios sufren el sometimiento tanto de los poderes locales como de los externos. Las operaciones económicas que alimentan la devastación, los asesinatos, la corrupción, merecen el nombre de injusticia y crimen”, se desprende del documento.

Igualmente, apoyó a los migrantes venezolanos y dio palabras de aliento a quienes atraviesan inmensas distancias a pie en busca de una mejor calidad de vida: “No se olviden nunca de su dignidad humana. No tengan miedo de mirar a los demás a los ojos porque no son un descarte, sino que también forman parte de la familia humana y de la familia de los hijos de Dios”. 

Le dejó dos santos a Venezuela

Antes de su desaparición física, el papa autorizó la canonización de los dos primeros santos venezolanos en cuestión de apenas dos meses.

El 25 de febrero anunció la santidad del doctor José Gregorio Hernández y el pasado 31 de marzo le tocó el turno a la madre Carmen Rendiles. 

“Era un médico lleno de ciencia y de fe que supo reconocer en los enfermos el rostro de Cristo y, como buen samaritano, los socorrió con caridad evangélica”, dijo el papa sobre Hernández.

“Sin duda alguna, creo que el mayor regalo que nos dio a los venezolanos el papa Francisco fue la canonización de José Gregorio Hernández después de tanto tiempo, porque él quería esa canonización”, añadió Fray Luis Salazar. 

Con información de Vatican News, BBC y CNN

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

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