En Latinoamérica, los militares siempre salen en la foto - Runrun
Recientemente en Bolivia, pero también en Chile, Ecuador, Perú y por supuesto Venezuela, los uniformados son determinantes a la hora de reafirmar o sustituir un gobierno 

 

En Perú, el presidente Martín Vizcarra encabeza una mesa con el alto mando militar; en Chile, el mandatario Sebastián Piñera lee un comunicado flanqueado por militares; en Ecuador, Lenin Moreno se dirige a la nación rodeado por uniformados de verde oliva y en Bolivia, la cúpula militar exhorta al presidente Evo Morales a renunciar, acción que tomó casi de inmediato para posteriormente exiliarse en México.

En Latinoamérica, la influencia de los militares en los gobiernos es notoria y cuando hay procesos de transición son ellos con los que los líderes civiles deben tomarse la foto.

Después de 13 años en el poder, Evo Morales renunció el pasado 10 de noviembre a la presidencia de Bolivia luego de una exhortación del alto mando militar. Acusado de cometer fraude electoral en las elecciones del pasado 20 de octubre, Morales optó por un dar paso al costado y refugiarse en México, donde aspira seguir luchando para volver a la máxima silla de su país.

La negativa militar  a confrontar las manifestaciones con la fuerza y la solicitud de renuncia por el comandante de las Fuerzas Armadas fueron muy importantes en Bolivia. A ello hay que sumar las protestas pacíficas y la presión internacional con la difusión de informes sobre el fraude electoral y el llamado a nuevas elecciones”, dijo la internacionalista, Elsa Cardozo.

Ante la salida de Morales, los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela calificaron el movimiento como un golpe de Estado. “En Bolivia se ha perpetrado el más vil golpe de Estado, coordinado por las fuerzas imperiales. A Evo lo sacaron por ser indio y defender a los pobres”, dijo Nicolás Maduro en una alocución el pasado 12 de noviembre. Maduro nombró a cada uno de los militares que conforman el alto mando militar boliviano y pidió a su comandante Williams Kaliman que restituya a Morales en el poder a fin de evitar una guerra civil. 

 

“El golpe de Estado lo había dado Evo Morales, cuando desconociendo la Constitución. Desconociendo el referendo, decidió postularse un periodo más”, dijo el experto en materia internacional, Luis Daniel Álvarez.

Para la internacionalista Milagros Betancourt, el deber de las Fuerzas Armadas es defender la Constitución y no actuar guiados por intereses particulares.

“En todas partes del mundo, las Fuerzas Armadas son las que tienen el control de las armas. Su papel es y debe ser institucional. Tienen que salvaguardar al Estado y a la población”, dijo Betancourt. “Eso es lo que han hecho en Bolivia, Ecuador, Perú y Chile en los acontecimientos recientes en esos países. Son institucionales y garantes de la Constitución”, agregó.

 No todo es verde oliva

Para el internacionalista Luis Daniel Álvarez no todo pasa por el plano militar. Es preciso también un acompañamiento de la sociedad civil para lograr procesos de transición.

“Evo Morales se robó las elecciones de una forma grotesca y descarada y después lo que hubo fue una presión ciudadana de la mano de la comunidad internacional para que se desconociera ese proceso”, señaló Álvarez.

Álvarez sostiene que hubo un quiebre militar producto de la presión ciudadana. “Lo que se termina evidenciando allí es que para que haya ese detonante, para que se rompan las lealtades tiene que haber una fuerza ciudadana suficientemente fuerte, que sea capaz de motivar”, dijo el internacionalista.

“En Bolivia, los militares ni siquiera actuaron, solo le dijeron a Evo que se fuera porque eso le garantizaba la tranquilidad al país”, añadió Álvarez.

 

A juicio de la internacionalista Elsa Cardozo, el gobierno de Evo Morales perdió la legitimidad y el sector militar actuó en procura de recuperar el Estado de derecho. “Y perdió legitimidad no solo en la oposición tradicional, sino en sectores que le habían sido cercanos, como el líder indígena Marco Antonio Pumari, la Central Obrera Boliviana, La Confederación Única de Trabajadores Sindicales y Campesinos y el grupo aymara Ponchos Rojos”, dijo Cardozo.

Para Cardozo ese terreno fértil de la sujeción al estado de derecho, la separación de poderes y la autoridad civil es respetado solo por algunos militares de la región. “Terreno sobre el cual los regímenes más radicales de Bolivia y Ecuador, y especialmente Venezuela y Nicaragua, desarrollaron sus medidas de instrumentalización política del sector militar”, dijo la internacionalista.

Aquí en Venezuela el tema es distinto. Los militares perdieron precisamente su carácter institucional y se convirtieron prácticamente en una fuerza política armada”, aseveró la internacionalista y abogada, Milagros Betancourt. 

El caso venezolano

Con Evo en México dispuesto a regresar a su país y la senadora Jeanine Áñez nombrada presidente provisional de Bolivia mientras se convoquen unas elecciones, el gobierno de Nicolás Maduro apostará por la victimización del líder indígena, aliado incondicional del chavismo.

Apenas este 13 de noviembre, Áñez reemplazo al alto mando militar que destituyó a Morales y nombró a Sergio Carlos Orellana Centellas como nuevo comandante de las Fuerzas Armadas en sustitución de Williams Kaliman. Las fuerzas militares y policiales han reprimido y detenido a manifestantes afectos a Morales en La Paz, El Alto y otras ciudades bolivianas.

“Es pronto para saber cómo se estabilizará la situación boliviana, en medio de la cual el régimen venezolano aboga por el retorno de Morales. Se pretende alentar una supuesta polarización regional entre liberales golpistas y progresistas, pero el balance geopolítico regional es otro y más complejo, de exigencias sociopolíticas a la democracia. Y muy distinto para el régimen venezolano, que no ha sido invitado a las reuniones del Grupo de Puebla, ni considerado como destino para el asilo de Morales y sus colaboradores más cercanos”, sostuvo Elsa Cardozo.