Darío Ramírez, autor en Runrun

Darío Ramirez

Darío Ramirez Feb 18, 2016 | Actualizado hace 8 años
Libertad ya por Darío Ramírez

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Hace dos años Leopoldo, María Corina y Antonio Ledezma le hicieron un llamado al país bastante concreto: Había que buscar una salida pacífica, constitucional y democrática ante el despeñadero hacia el que nos llevaba en apenas un año de “gobierno” Nicolás Maduro. Hace dos años no pensábamos que pudiéramos estar peor, pero el cartel que nos desgobierna demostró lo contrarío, hoy vivimos la peor crisis humanitaria, social y económica de nuestra historia.

Ese llamado sigue más vigente que nunca, a pesar de las consecuencias que decirlo tuvo no solo en sus líderes (Leopoldo condenado en prisión, Ledezma a punto de ser condenado en arresto domiciliario y María Corina violentada de todos sus derechos políticos) sino que tuvo peores consecuencias en la base: decenas de jóvenes encontraron la muerte como respuesta a su opinión contraria al régimen, cientos se encuentran presos y son torturados, miles tienen un régimen de presentación y limitaciones en sus derechos ciudadanos y otros tantos han tenido que reconstruirse y continuar su lucha democrática desde otras fronteras.

Así se desenmascaró el régimen, hace dos años. Algunos se preguntan ¿cuál fue el beneficio de decir que no estábamos de acuerdo, de protestar? Reaccionar, entender que no está bien que no podamos manifestar nuestra opinión, que no está bien que hagamos cola por comida sin reclamar, que no está bien que te maten por un celular y nadie haga nada, que no está bien que tu salario no alcance para nada, que no está bien que no existan oportunidades de calidad de vida para nadie, que no está bien que los personeros del régimen sean perseguidos en el mundo por narcotráfico. Entender… que nada está bien.

Pero además sirvió para despertar y hacer algo al respecto, el 6 de Diciembre la reacción se volvió acción concreta y hoy tenemos una Asamblea Nacional que es la verdadera expresión del pueblo, tenemos los ojos del mundo vigilantes y hoy más que nunca es momento de dar el siguiente paso: ¡LIBERTAD YA!

Algunos quizás se pregunten: Entre una debacle económica y siendo el país más peligroso del mundo ¿porqué es necesaria la ley de amnistía y liberar a todos los presos políticos? Pues porque mientras el régimen siga teniendo en su mano el mazo de la opresión y el miedo, van a seguir aferrados al poder, mientras puedan seguir lanzando amenazas como “Lorenzo Mendoza, vas preso” en cadena nacional, pero además que un Guardia amenace a una señora que se queja de la cola en el supermercado con un “Señora cálmese o me la llevo”, no vamos a poder avanzar.

No hay igualdad de condiciones, la ley de amnistía implica un cambio en el Poder Judicial para poder aplicarse y ese cambio es vital para poder activar una salida constitucional. No podemos ir a un referéndum con presos políticos, porque eso significaría que continuamos con el mismo árbitro, ese que puede, con una sentencia inventada, suspender resultados y no dejar que diputados electos se sienten en su curul. Esos que con una sentencia buscan desafiar las decisiones de un poder electo.

Hoy ese deseo de Leopoldo está más vigente que nunca en las calles, ese llamado a la libertad: Libertad para conseguir lo que necesitamos, Libertad para caminar tranquilos en las calles, Libertad de elección, Libertad de expresión, Libertad de pensamiento, Libertad para quienes hoy no la tienen. Necesitamos Libertad pero ¡LIBERTAD YA!

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

Exiliado Político

 

No solo en elecciones por Darío Ramírez

liderazgo

 

Este artículo iba a tratar sobre amnistía, algo urgente en este momento para el país, como lo es también la situación económica, la inseguridad, la emergencia sanitaria, y –lamentablemente- muchas otras cosas que tienen al país hundido en una miseria y un caos jamás presenciados en nuestra historia contemporánea. Pero en lugar de eso, voy a dedicar este espacio en modo de tributo a algo importante, un tema que si tal vez le diéramos más atención, nuestra realidad fuese otra: el líder vecinal.

Todos, probablemente, conocemos a ese vecino que desde siempre ha sido quien ayudó a formar la asociación del sector, y que desde allí velaba por que se hicieran proyectos en la zona. Que cuando inventaron los concejos comunales, dio batalla para que no entrase nadie que no fuera de la comunidad a tratar de aprovecharse. Ese mismo que recogió firmas para llevar a hidrocapital porque el agua sigue sin llegar, o el que se reunió con el director de la Policía para exigir más y mejores atenciones a la comunidad.

Todos le tienen aprecio y admiración, pero a la vez todos lo culpan de lo que pasa. Le preguntan siempre “¿Coye, tú no te cansas?”. Y no solo se lo pregunta el compañero de dominó, se lo pregunta la esposa y la familia, que terminan siendo parte de esa misma dinámica cuando en la panadería les preguntan “Mira ¿tú sabes si por fin van a levantar ese árbol que ya tiene como 4 meses en medio de la acera?”. El tan mentado dirigente vecinal, termina siendo como un alcalde sin más poder que el de su voluntad, que aunque sea infinita, a veces se queda corta.

Ese dirigente vecinal es la primera persona a la que recurre el candidato a concejal, a alcalde, a diputado, a gobernador o a Miraflores.  Los que organizan giras de candidatos hacen su lista de quién es en cada calle para que no se olvide “pasarle la mano” porque “ese es el que mueve votos”. Ese líder fundamental vive en un sándwich entre el ciudadano y el poder, siempre nombrado, siempre culpado, siempre “importante”… en elecciones. Pero pocas veces tomado en cuenta en decisiones trascendentales y, peor aún, raramente recompensado por su esfuerzo incansable.

“La política es ingrata” con esa frase van todos los días a combinar su trabajo con la diligencia a la Alcaldía para agilizar la fumigación pendiente. Día tras día, campaña tras campaña se les vuelve a ver con todo el ánimo, convenciendo y movilizando gente, a pesar de que todos le digan “te van a dejar olvidado otra vez después que ganen”, a pesar del “todos son iguales, ya vas a ver”. Pero el ciudadano confía en él, más que en el candidato, porque es a él a quien ve todos los días al pie del cañón por su comunidad.

Ellos son quienes hacen a los líderes y no viceversa, es su palabra la que transforma una promesa en certeza. Ellos logran que una intención sea voto, y que una denuncia sea atendida. Para el dirigente social, ese de la base, que lo dejen olvidado con el tiempo duele, pero no lo detiene, porque no es por eso que se moviliza, es su convicción de que lo que hace no es solo importante, sino que es trascendente y necesario, porque al pueblo no se le gana en elecciones, se le gana día a día, codo a codo, lucha a lucha, con honestidad y trabajo.

Este espacio va dedicado a todos los dirigentes sociales y vecinales que he conocido en este trayecto por la vida política, a todos ellos que me han enseñado tanto, que me han guiado, a todos los que le dan su vida a su comunidad. En modo de agradecimiento y de ánimo, por en estos tiempos tan oscuros que vive nuestra amada nación, ustedes siguen siendo luz en el camino que da la seguridad de que estaremos mejor, sigan adelante, que valdrá la pena y serán siempre reivindicados por su propia gente, por aquella que sabe lo que valen y ellos serán demandantes ante el poder del valor de su trabajo.

También va dedicado a Tony Rodríguez, dirigente por años de La Carlota que hace unos días nos abandonó repentinamente, partió con Dios. Amigo, la política no puede ser ingrata cuando nos da amistades y liderazgos como el tuyo.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

Exiliado Político

¿Es esto una emergencia? por Darío Ramírez

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Últimamente somos un país en emergencia, ha sido la terrible tendencia en la boca de cada actor de la vida política, tanto de un “bando” como del otro. Unos con el mayor descaro decretan la emergencia económica y otros con responsabilidad condenan la emergencia en salud, todo esto en menos de 5 días. Pues bien, se entiende por emergencia una situación sobrevenida que necesita de atención inmediata.

Ahora cabe preguntarse: “¿Esta fue una situación sobrevenida?” porque aquello de que necesita una atención inmediata no lo duda nadie. ¿Es, acaso, una situación sobrevenida 17 años de malgasto de los bienes públicos, de expropiaciones y destrucción del aparato productor, de limitaciones absurdas y amenazas constantes a los pocos que quedan produciendo? ¿O es que no han estado por años expertos en el área alertando todo lo que se está haciendo mal, y al final no es que haga falta un experto para saber que un control cambiario totalmente corrompido ha desfalcado el tesoro nacional entre muchas otras que terminaron endeudado a los hijos de mis hijos? Eso lo sabe, a estas alturas, cualquiera.

Aquí no hay una emergencia, aquí hay una hecatombe anunciada, promocionada y pronosticada desde hace rato. Aquí nada fue sobrevenido. Ahora, ¿estamos dándole la atención inmediata necesaria? No creo, porque lo que necesita esta emergencia que hace que un joven se muera en una sala de hospital por falta de insumos no es una pelea mediática, por favor pongámonos los pantalones y asumamos con seriedad esta emergencia.

El cambio empezó eso no es algo que este en discusión, los venezolanos se organizaron, se movilizaron y votaron. Lo hicieron cansados de esta actitud prepotente de no asumir responsabilidades, sino de echarle la culpa al otro siempre; esa actitud de malandraje y despilfarro. Lo hicieron cansados de hacer colas por horas, una realidad que ya todos conocemos bien y que no está cambiando. Y el cansancio sigue allí, la frustración, mientras seguimos en emergencia ¿Qué hacemos ahora? ¿Vemos la asamblea? ¿Les llevamos una propuesta de ley? ¿Protestamos otra vez?

Pues lo difícil es que esas preguntas ahora no solo se las hacen los vecinos, el empresario y la buhonera. Se la hace el Diputado sentado allí con una mayoría absoluta, mientras ve que no existe ningún ánimo por parte del gobierno central de siquiera ceder sus intereses y procurar que haya medicinas para el tratamiento del cáncer.

Apreciado lector: la victoria de la Asamblea no consiste solo en haber ganado con votos, sino en la batalla de resistencia al confiar en los Diputados, pero también exigirles, sigamos trasmitiendo las frustraciones y preocupaciones, exíjale que vuelva a donde buscó los votos y le hable, pero sobretodo que lo escuche porque lo más enriquecedor de ser representante de una comunidad es justo poder construir con ella las soluciones.

El país suplica soluciones, no debates, el país implora consenso, no conflicto. Emergencia tiene otro interesante significado que es la acción de emerger, esa es la verdadera emergencia de Venezuela, la que se desató el 6 de diciembre, la que se instaló el 5 de enero y la que sigue en las calles exigiendo un cambio de rumbo y si no un cambio de gobierno. Escuchemos esa exigencia, todos, dejemos los berrinches y las ganas de gritarle sus verdades en la cara y los revanchismos y ocupémonos de que   haya comida en los anaqueles y no falte ninguna medicina para un tratamiento. Emerjamos.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda.

Exiliado Político.

 

Desnudo frente a tus hijos por Darío Ramírez

AntonietayLilian

 

Escuchar de la voz de Lilian y Antonieta, las vejaciones sufridas frente a sus hijos y nietos, respectivamente, no puede hacer más que generarnos un profundo sentimiento de decepción, de asco, de tristeza y lamentablemente -porque sería absurdo negarlo- de odio y resentimiento. Saber que un hombre (si es que se le puede decir así…) como Viloria se regocijó en hacer lo que hizo, nos hace ver lejana la posibilidad de reconciliación. Y esa es justamente la meta que persiguen con sus miserables acciones, que nos odiemos, que nos desesperancemos.

Humillar ha sido la columna vertebral de este régimen que busca pisotear cada vez más al ciudadano. Humillaron a Lilian y a Antonieta como lo hacen con las miles de mujeres en cada penal del país. Las desnudaron como nos desnuda la inseguridad, física y moralmente, como se llevaron 28mil vidas el año pasado, desnudando la calle que pasó a ser un terreno baldío sin otra ley que la de aquel que con una metralleta en la mano y vacío en la cabeza se vuelve dueño de todo, como se siente Viloria en ese cuartico, su miserable espacio de “poder”.

Frente a sus hijos, quienes aún pueden soñar, buscando quitarles justo eso: su inocencia, sus esperanzas. Así como cientos de miles de madres sostienen a sus hijos en una cola que parece interminable por horas para conseguir un trozo de jabón para limpiarnos esa sensación de que nada se puede lograr, o un pollo para alimentar la Fe en que vamos a cambiar. Esos niños que hoy crecen en colas de supermercados, en colas de carros esperando conseguir una batería, en colas de humillación. Crecen sintiendo que así se debe vivir: esperando que alguien más solucione.

Pareciera increíble que luego de una derrota popular que dijo alto y claro ¡BASTA YA! una cúpula ínfima de narcocomunistas, aún se esfuerce en humillarnos, en hacernos creer que no importa la voluntad popular. Decían que no íbamos a poder, que no habrían elecciones, y se consiguió la fecha. Dijeron que no íbamos a llegar a ese día, y llegamos. Dijeron que no íbamos a ganar, y ganamos. Dijeron que incendiarían las calles si perdían y no pasó. Dijeron que la Asamblea no se instalaría y no solo se instaló, sino que el pueblo ahora sabe lo que es autonomía de un poder, y se ve protagonista de ella.

Buscaron humillarnos una y otra vez, y con la cara contra el piso, con la bota sobre la cabeza, no nos dejamos. Nos desnudaron la moral y volvimos a vestirnos con esperanza, la que pensaron nos habían quitado, con fuerza levantamos el rostro, los miramos a los ojos y vimos justo allí que no son nadie, que no lo logran. Que el Bravo Pueblo de Venezuela es mucho más que esta miserable circunstancia que nos quieren imponer como condición. No nos quitan la fe, ni la fuerza, ni las ganas de seguir. Así como Lilian y Antonieta, con lágrimas en los ojos denunciaron la vejación que sufrieron por parte de este régimen con cara de Viloria, así mismo las mujeres venezolanas, día tras día, toman su jabón o su pollo luego de horas; así la madre entierra a su hijo asesinado por la indiferencia, levanta el rostro ve a los ojos y le dice a esa pequeña cúpula: “¡No podrás eliminarnos, no podrás humillarnos, no importa cuanto me desnudes, siempre me vestirá de nuevo la gloria de este bravo pueblo, con LIBERTAD!”.

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

Exiliado político

18F: Valdrá la pena por Darío Eduardo Ramírez

#18F2014

 

Hoy me tomaré el atrevimiento de escribir más que un artículo de opinión, una crónica de lo que viví hace exactamente un año: El 18 de febrero de 2014. Recuerdo que estaba “enconchado”, pues el día anterior me habían tratado de detener en la sede de Voluntad Popular y tuve la dicha de presenciar un milagro, el haber sido salvado por la misma gente alrededor del Centro Plaza, en Altamira, que me quitó de las manos de los esbirros del régimen. Pues estaba enconchado y todo el equipo con quien he trabajado los últimos años en el municipio Sucre, me decía que no debía salir ese día, que no era seguro, que habría muchos militares y que seguramente buscarían venganza por lo sucedido el día anterior. Mi testarudez y mi certeza de que sería un día histórico, pudo más que los consejos de mis compañeros, me puse mi franela blanca y nos fuimos todos hasta Chacaíto.

Al llegar al lugar lo confirmé: vivíamos un momento histórico. Más de un millón de personas estábamos en los alrededores de Chacaíto, la gente se desbordaba por las calles. Recuerdo preguntar desde dónde hablaría Leopoldo, ese mar de gente necesitaba oírlo, buscaban una línea, algo que les diera la certeza de que este sacrificio valía la pena. Todos necesitábamos oírlo. El régimen lo sabía y por eso secuestró todo el material (tarimas y sonido) que habían instalado a las 5:00 am, solo quedaba un camión, el de Maraco, desde ahí tendría que hablar.

Teníamos una logística que consistía en hacer una cadena humana por la que pasaría Leopoldo junto con su familia, nada de eso sucedió, la gente no lo permitió, todos querían salvarlo, muchos querían frenarlo, sentían que si él se entregaba entonces la lucha perdía sentido. Llegó el momento, allí con José Martí de fondo, dijo esas palabras que aún retumban en la cabeza del ilegítimo: “Si mi encarcelamiento infame vale para el despertar de un pueblo (…) valdrá la pena”. Así le dio sentido, así desenmascaró a un régimen que se transformaba en dictadura, así demostró cuánto se debe arriesgar por la libertad de un país. No existen dudas de su inocencia y hasta hoy muchos se preguntan si fue lo correcto, pero se ha transformado en el símbolo que desenmascara a la dictadura, él, junto a todos los presos políticos, a los estudiantes, ellos son la realidad que les estorba a los narcotraficantes que hoy destrozan el país.

Después vinieron los momentos más duros, presencié cómo la gente arrancó la puerta de la tanqueta en la que lo iban a trasladar, cómo se abalanzaban sobre los cauchos buscando frenar esas camionetas, no querían que se lo llevaran, no querían perder esa esperanza. Luego de horas (durante las cuales me vi cara a cara con quienes el día anterior trataron de capturarme) y muchas vueltas en círculo, terminamos en la base aérea de La Carlota. A mí, por designios de Dios, me tocó estar allí hasta el último momento, recuerdo abrir la puerta y ver a Leopoldo que me dijo “vienen momentos más difíciles hermano, fuerza y fe”. Me llevaron a una esquina de ese hangar, recuerdo que mientras caminaba, veía a lo lejos miles de franelas blancas, mares de paz y esperanza mientras una voz militar, un general, mandaba a todos los soldados a voltearse, nadie podía ver lo que iba a suceder, como si de antemano les diera vergüenza lo que tenían que hacer.

Minutos después llegaron 3 camionetas Four Runner blancas, una tras otra, se estacionaron y de una de ellas se bajó Diosdado Cabello, al mejor estilo de un capo. Cuando se vieron frente a frente, Leopoldo le dijo “Hoy tú me llevas preso a mí, pero luego yo veré cómo una justicia verdadera se hace cargo de ti y de todos los que han destrozado este país”. Con el cinismo que lo caracteriza, Diosdado solo se rió y continuó con lo que debía hacer, se retiraron hasta unos helicópteros y esa fue la última vez que pude ver a Leopoldo.

Luego vinieron meses de muchas más protestas, de muertes, de encarcelamientos, de reproches, de diálogos, de persecución y de amedrentamiento. Hoy hay otros que, al igual que Leopoldo, siguen tras las rejas de manera injusta, y cada día se le suman más, cualquiera que esté haciendo algo para mejorar o ayudar a Venezuela debe ser “aniquilado” por el régimen.

Pero un año después de haber vivido cada uno de esos momentos, estoy más que convencido de que ha valido la pena. Hoy, mientras la vida de millones ha cambiado, estoy seguro de que lo que hicimos es lo que debíamos hacer, de que sí estamos del lado correcto de la historia, de que a pesar del dolor que ha representado para tantos el haber luchado, el ser perseguido por estos malandros que a toda luz han destrozado nuestro patrimonio, es un honor. El no ser considerados personas que se sientan con asesinos y corruptos y que asumamos la cárcel o el exilio, es símbolo de grandeza, de esa grandeza que logra despertar a un pueblo, de esa grandeza que día a día lucha desde su trinchera por construir La Mejor Venezuela.

Aunque haya quienes crean que el pueblo no despertó, que se quedó adormecido haciendo colas por un paquete de azúcar o por un litro de detergente, que no le importa nada más, yo sé bien que en cada calle, en cada escalera, en cada ventana, existe una persona que no tiene miedo, que no dejará que le arrebaten el país, que no permitirá que se les vaya de las manos, porque la nacionalidad uno no la regala, porque donde uno nació es siempre el hogar, ningún otro. Hoy hay miles de millones que han despertado y que solo necesitan una voz que los organice, que les indique la ruta constitucional para acabar con este desastre para lograr ese sueño, esa Mejor Venezuela.

No me arrepiento, ni por un segundo, de todo lo que he hecho y lo volvería hacer, no cambiaría mi discurso jamás, pues mis palabras son el reflejo de mi convicción por un país distinto para todos, no dejaría mi vocación de lucha por nada. Gracias a Leopoldo, a Daniel, a Rosmit, a Vecchio, a Rivero, al gato, a Resplandor, a Carrero y a todos los que hoy le han demostrado a Venezuela que hay quien la ama y quien la llora y la pelea, que no hay tumba que nos pueda silenciar. ¡Que hoy más que nunca el cambio es urgente, es real y sucederá! ¡Fuerza y fe! ¡Constancia y convicción!

 

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda.

Coordinador Juvenil Nacional (E) de Voluntad Popular

El costo de invertir en Venezuela por Darío Ramírez

Inversión

 

Cada vez es más lejana la idea de que esta mafia que instaló un régimen dictatorial en nuestro hermoso país, en algún momento decida hacer algo por mejorar la situación. Siguen colocando como prioridad robar a toda costa y en el camino ir generando mecanismos que los ayuden a ocultar todas las trácalas y guisos que los han enriquecido durante 15 años.

No les basta con robar y destrozar sino que, como el niño envidioso de la clase, quiere acabar con los que lo hacen bien. No hacen lo que lógicamente deberían hacer, que sería rodearse de gente capaz o por lo menos dejarlos trabajar en paralelo para que mientras ellos destrozan, exista un grupo que construya. No, por años han expropiado al que con esfuerzo construyó, al que creyó en el país y puso sus ahorros, el fruto de su trabajo y su esperanza en Venezuela. ¿Cuántas historias existen de familias que lo perdieron todo por un decreto presidencial que decía que ellos eran los culpables de las desgracias ocasionadas por la inaptitud chavista?

Desde hace años creer en el país cuesta más y más. Cuesta mucho creer en lo hermoso o en el sembradío de oportunidades que representa Venezuela, porque no me cabe duda de que si un país vale la pena es este. Estos malandros envenenan la tierra, roban, queman, violan, hacen todo lo inhumano para que nadie pueda soñar, como si estuvieran frustrados porque incluso con todo el dinero robado no consiguen ese “algo” que quien se aventura a invertir, logra cuando triunfa. Es una envidia malsana, unas ganas de querer ser algo que no son, y por eso matan la vida, matan la esperanza, matan la inversión.

¿Cómo se le dice a un joven de 20 años que está estudiando administración, que su idea de una tienda de deportes en el interior puede ser un éxito, si mañana hay una crisis deportiva y sus riesgos no son solo perder su inversión sino que pueden condenarlo a 10 años de prisión? Hoy el directivo de uno de los proyectos más trascendentes del país está tras las rejas ¿Por qué? ¿Porque desafió al régimen? ¿Porque acaparó? ¡No! Está preso porque creyó en Venezuela, porque invirtió no para hacer un capital propio, sino beneficiando al que en la punta del barrio tiene que pagar el doble por alimentos que lo que paga el que vive en el corazón de la ciudad. Pero eso, para los incompetentes que secuestraron el país, es un delito.

Porque ellos no saben asumir un error, porque el régimen hace todo bien pero los ciudadanos hacen todo mal. ¡Qué malos son esos empresarios que a pesar de que se les recortan las ganancias, se les recortan los dólares para importar, se les traba cualquier posibilidad de producción nacional y se les amenaza, aún así se las ingenian para poder seguir buscando como surgir! ¡Qué desalmados son de verdad esos empresarios malucos que no ven el esfuerzo enorme del ilegítimo por destrozar el país!

Hoy, soñar en Venezuela tiene un precio alto, creer en que esta tierra vale la pena te puede costar tu libertad, ni siquiera defenderla o luchar por su democracia, solo trabajar en ella puede significar tu perdición. Ese es el plan de incentivos del régimen dictatorial, el que crea en Venezuela, puede terminar cinco sótanos bajo tierra, sin ver la luz, en una tumba que no solo sepulta tu cuerpo, sino también tus sueños.

Quieren destrozarnos hasta los huesos, odian a Venezuela y sus habitantes, no puede existir nadie hoy que crea que estos ladrones están trabajando por el país. Como venezolanos debemos despertar porque seguiremos recibiendo bofetadas hasta que decidamos quitar la cara con valentía y digamos ¡NO MÁS!

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda

Responsable Juvenil Nacional (E) Voluntad Popular

 

 

Pastrana, Piñera y Calderón versus la indiferencia Latinoamericana por Darío Ramírez

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“Los gobiernos de Latinoamérica deben dejar la indiferencia

hacia las violaciones del régimen de Maduro”

Andrés Pastrana

Ex presidente de Colombia

 

Uno podría pensar que los más de seis años que pasó Maduro en la cancillería de la República le habrían dejado al menos un vestigio de cómo se debe tratar a un ex presidente dentro de nuestro territorio. Pero, evidentemente, no es así. El pasado fin de semana vimos cómo se hizo pública una situación que viven decenas de presos políticos en Venezuela, porque la realidad de Leopoldo es vitrina de lo que sucede con estudiantes, alcaldes, funcionarios y ciudadanos cuya valentía les ha costado su libertad.

Andrés Pastrana y Sebastián Piñera no solo son dos ex presidentes, sino además son ex presidentes que compartieron durante sus mandatos palestra con Chávez. Presidentes que ayudaron a sus países a avanzar hacia el progreso, independientemente de que tengamos diferencias de ideología con ellos, lo cual es totalmente válido. Fueron Presidentes electos democráticamente por sus pueblos a través de organismos electorales totalmente imparciales, tuvieron mandatos dentro de sus periodos de tiempo reglamentarios, fueron vigilados de cerca por instituciones judiciales y de contraloría que no estaban intervenidas por ellos, vivieron batallas con sus opositores férreos y no dejaron saldos que lamentar. Presidentes democráticos, finalmente. Y sé que muchos tendrán argumentos para decir que no fueron buenos presidentes, pero esa no es la discusión, vivieron, gobernaron y promovieron la democracia.

Pues el fin de semana pasado no solo no les permitieron ver a Leopoldo López en Ramo Verde, sino que, además, los botaron del lugar y no conforme con eso, grupos violentaron los vehículos en los que se les trasladaba, grupos financiados por el régimen. Cabe preguntarse: ¿Por qué tanta estupidez política junta? ¿Cómo es que Maduro permite que se generen dos voceros internacionales de tanto peso? Porque ahora tiene a dos ex presidentes que vivieron en carne propia la violación de Derechos Humanos en Venezuela, que fueron maltratados por organismos del régimen, además del presidente Calderón, que llegó luego pero que también fue insultado por Maduro públicamente.

Algunos sostienen que todo es un peine que coloca el régimen para provocar un estallido que devenga en una salida violenta, que eso beneficiará al régimen. Si ese es el plan de Maduro para legitimarse, le está saliendo muy mal, pues ya la cancillería de Colombia por órdenes de Santos, emanó un comunicado donde no solo pide respeto, sino además la libertad de Leopoldo López. Esto se le puede estar saliendo de las manos a Maduro y su combo, porque un comunicado de una Cancillería otrora amiga del régimen es una señal que debilita el discurso de “Golpe financiado por la derecha”. Estos no son personajes viscerales que actúan desde el estómago, un ejemplo de esto es que Piñera, durante el velorio de Hugo Chávez, nunca fue informado que debían hacer guardia de honor al ataúd, se enteró al momento que lo mencionaron en pleno acto, sin embargo se puso de pie y se paró al lado de Raúl Castro, Correa, Evo Morales y Cristina Fernández. Lo que llaman diplomacia.

Pues en medio de la peor crisis de la historia de nuestro país, con colas kilométricas para conseguir alimentos, una inseguridad desatada, la popularidad más baja, Maduro suma un enfrentamiento internacional innecesario con Latinoamérica, ¡ah! y ahora un funcionario de alto rango comenzó a cantar en Estados Unidos los entretelones del cartel de los Soles.

Dios provee, pero si como ciudadanos no nos organizamos, toda esta ayuda no servirá de nada, hoy se suman voces a nuestra lucha, que sirven de impulso para levantar tantas voces desesperanzadas y alicaídas, que le den fuerza a las censuradas y continuemos remando contra viento y marea hacia La Mejor Venezuela.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda.

Coordinador Nacional Juvenil (E) Voluntad Popular

¿Llegó el tiempo perfecto de Dios? por Darío Ramírez

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Celebro mucho los llamados a la Unidad. En reiteradas ocasiones lo he suplicado en artículos previos. Estoy totalmente claro que lo necesitamos, pues he vivido en carne propia que solos no llegamos a ningún lado, y reconozco que la falta de UNIDAD en acción ha debilitado enormemente nuestra realidad. Pero de igual manera estoy seguro de que no es responsabilidad solo de los “alborotadores”, sino también de los “pasivos”, que es válido que tengan diferencias pero que en muchas oportunidades, además, actuaban como acusadores y justificaban la represión, persecución e injusticias cometidas en contra de quienes decidimos hacer algo al respecto, antes de que llegáramos a estos niveles de miseria.

Hoy quisiera hacer un llamado a alguien por quienes millones luchamos día y noche para convertirlo en el líder del país. No son malas interpretaciones, sino modestos consejos ante esta nueva postura.

Capriles celebramos que sensatamente hoy te unas a una lucha que empezó hace ya casi un año donde una gran porción de Venezuela despertó, no solo en urbanizaciones, no en guarimbas, sino en barrios y en las calles de manera pacifica. ¡Bienvenido! Sin duda no es momento para ponerse en un plan de qué se hizo o qué no o incrementar las peleas innecesarias. Sin embargo es bueno tener claro las maneras, no se debe actuar como si se fuera un ser magnánimo “ahora que yo lo decidí, sí los quiero a todos aquí” por que el tiempo de Dios es perfecto, pero no es uno solo que decide los tiempos, pues básicamente nadie es Dios. La humildad es clave en cualquier liderazgo, hoy la gente suplica acciones concretas y contundentes, hoy Leopoldo, María Corina y Ledezma son tres líderes que supieron escuchar a millones de venezolanos que desde el 14 de Abril de 2013 están hartos de ser engañados y utilizados, y pagan los costos de esa postura.

Este nuevo pronunciamiento que seguramente será aceptado por los factores que han hecho resistencia (porque conozco a cada uno de ellos y sé que anhelan la UNIDAD de acción) puede ser el final de este régimen que ha destrozado el país. Por el bien de Venezuela, que no sea solo un llamado para una “marcha” hasta El Marqués, donde se tomarán una foto y se dará un discurso, que no sea un amague para que la gente se calme y termine más decepcionada, porque eso es justo lo que lo que necesita el régimen ahora.

Que, en cambio, sea el inicio de manifestaciones que organicen la molestia en una propuesta concreta: El cambio definitivo de Gobierno, la salida del régimen de manera constitucional. A partir de allí, ese mismo movimiento debe llevar al país de la mano hacia un cambio real de todo el sistema. Este es el momento preciso para que haya un acto de contrición, el país ahora no soporta más división, las colas no aguantan mucho más. Al contrario de lo que muchos creen, Venezuela no es una isla y no se dejará hundir más, pero necesita un liderazgo digno de la lucha.

Dios crea los momentos y las oportunidades perfectas, queda de parte nuestra saber aprovecharlos y lograr Su voluntad. El tamaño del problema en Venezuela nos necesita a todos juntos, sin niñerías, sin vernos feo entre quienes deseamos lo mismo, sin ser mejores que el otro. Es el momento de ser juntos lo mejor de nosotros. Es el momento de más UNIDAD para lograr La Mejor Venezuela.

 

@darioramirez

Concejal del Municipio Sucre, Estado Miranda.