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#NáufragosDeGüiria | Trinidad y Venezuela comparten responsabilidades en caso de los 41 migrantes que salieron de Güiria
El Ministerio de Interior y Justicia venezolano, sin siquiera procurar una investigación independiente, desestimó las denuncias de los familiares de las víctimas que aseguraban que habían llegado a Trinidad y Tobago y fueron obligados a regresar en una sola embarcación
Trinidad y Tobago negó a las personas que llegaron a su territorio la oportunidad de explicar su caso, presentar su documentación de soporte y esperar una decisión de las comisiones de refugiados 

@GITIW y @ValeriaPedicini / Foto: César Toledo

 

 

El Estado venezolano y el trinitense comparten la responsabilidad de violaciones de derechos humanos en el caso de las víctimas que partieron de Güiria el pasado 6 de diciembre.

Venezuela incluso desestimó las denuncias de los familiares y parece dar por terminada cualquier investigación relacionada con el caso. El 25 de diciembre, la ministra de Relaciones Interiores, Carmen Meléndez, firmó un comunicado en el que aseguró que “el pasado 6 de diciembre se produjo un naufragio de la embarcación identificada como Mi  Recuerdo, aproximadamente a 11 millas náuticas del punto de zarpe… en la embarcación iba un grupo de personas que se dirigían a la República de Trinidad y Tobago a pasar las fiestas navideñas”. 

Aunque esta versión en este caso no ha sido confirmada, las autoridades de Trinidad y Tobago al parecer hicieron lo que ya han hecho antes: devolver de manera «caliente» a los migrantes venezolanos violando tratados internacionales.

Para Venezuela parece ser suficiente la versión trinitense. La Guardia Costera de ese país aseguró en un comunicado que sus funcionarios no interceptaron ninguna embarcación proveniente de Venezuela. Mientras que el primer ministro Keith Rowley tachó como “mentira” la versión de que los venezolanos fueron expulsados de territorio trinitense. 

Pero desde que se supo la noticia de la desaparición, los familiares de los migrantes aseguraron que las embarcaciones habrían alcanzado las costas trinitenses.  ¿La razón para creerlo? Los primeros cadáveres fueron hallados muy cerca del puerto de Güiria. “Que los primeros cuerpos fueran encontrados a solo 6 millas náuticas de la costa venezolana quiere decir que se estaban devolviendo”, dicen los familiares, convencidos de que sus parientes sí pisaron territorio insular. 

A pesar de las denuncias y las evidencias, se ha negado el derecho de saber efectivamente qué ocurrió con la embarcación o las embarcaciones. 

El gobernador del estado Sucre, Edwin Rojas, incluso manifestó no saber qué pasó con la embarcación que naufragó y admitió no tener la capacidad para controlar zarpes ilegales. Por su parte, la Fiscalía venezolana, a través de su vocero, Tarek William Saab, declaró que investigaría lo ocurrido bajo la presunción del delito de trata de personas y casi de inmediato fueron detenidos Luis Ramón López y Luis Martínez, este último conocido como “Che María”. Sin embargo ambos ya se encuentran en sus casas. Adicionalmente, según denuncias de los habitantes de Güiria, los siete militares detenidos por extorsionar a Luis Martínez están libres y sólo fueron cambiados de zona.

La primera responsabilidad es de Venezuela

 

Imágenes de migrantes alcanzando de manera precaria las costas de otro país se generan todos los días: llegan a las islas Canarias, a las costas de Italia, a las del Reino Unido y llegan a los Estados Unidos cruzando el Río Grande. Lo que no se ve es que alguno de esos países obligue a devolverse por sus propios medios a los migrantes, y que el país de origen de estas personas no provea medios de transporte seguros para su devolución, arriesgándolos a asumir una travesía mortal. 

Casos de naufragios, desapariciones y denuncias de trata de personas se han documentado entre Venezuela y Trinidad y Tobago al menos desde 2017. Nada más en 2019 fueron reportadas como desaparecidas tres embarcaciones entre ambas naciones.  

“El naufragio del sábado 12 no es el único. Ha habido antes varios que conocemos mediáticamente, y otros que probablemente ni nos enteramos, responde a patrones más amplios de desplazamiento forzado de venezolanos”, explica Betilde Muñoz, directora del departamento de inclusión social de la Organización de Estados Americanos (OEA), experta en temas de migración y desplazamiento forzado. 

Para Erika Guevara-Rosas, de Amnistía Internacional, en el caso de Venezuela se trata “de personas que no solo escapan del hambre y del desabasto de medicinas y alimentos en esta crisis humanitaria compleja, sino que también escapan muchas veces de la persecución individualizada dada las políticas de represión violenta que han sido muy bien documentadas que ocurren en Venezuela”. Es por ello que se hace imprescindible que los gobiernos respeten el principio de no expulsión forzada y proteger a personas que como estas, escapan de sus países por persecución o masivas violaciones de derechos humanos. 

El caso es que los venezolanos, sin importar los riesgos, siguen huyendo. Solo en noviembre de 2020, las autoridades de Trinidad y Tobago deportaron a más de 200 venezolanos, de acuerdo con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Según el más reciente informe, en uno de los casos se informó que un grupo de 29 personas, incluidos 16 niños, fueron escoltados fuera de las aguas trinitenses, aunque algunos regresaron a la isla después.

Hasta el 30 de noviembre, Acnur registró 20.143 refugiados en Trinidad y Tobago, lo que representa 200 menos que en el mes de octubre. De ese total, el 85,8% son venezolanos. 

No pueden ser devueltos

 

La Convención de 1951 genera obligaciones en los países que reciben refugiados; una de ellas, es no devolverlos al país del que salen. “Hay una obligación de darle el derecho a pedir ese reconocimiento y de no devolverlo cuando está procesando ese reconocimiento. Así sea que esté retrasado el proceso judicial para definir si se le otorga o no el estado de refugiado, no los puede devolver”, señaló Muñoz.  

La politóloga manifiesta que los estados deben darle oportunidad a las personas que llegan a su territorio de explicar su caso, presentar su documentación de soporte y esperar una decisión de las comisiones de refugiados en cada país. “Esa persona tiene el derecho a que no la devuelvan hasta que no se concluya el proceso. Lo que deben respetar con la Convención del 51 de los refugiados es el derecho de los venezolanos a solicitar asilo y el derecho a la no devolución. Ese es el principal tratado y las dos cosas claves que tienen que ser centrales en la respuesta de Trinidad y Tobago ante la llegada de venezolanos”.  

Riesgo evidente

 

La internacionalista experta en derechos humanos y relaciones multilaterales, María Alejandra Aristeguieta, explicó que de acuerdo con el principio de no devolución, si los migrantes corren peligro en su país no pueden ser devueltos. Si el país receptor argumenta que no tiene los recursos para atender a los migrantes, hay al menos dos vías para actuar.  

“Las autoridades de Trinidad y Tobago tenían dos opciones: la primera, hablar con el consulado venezolano y que ellos se encargaran de buscar a los migrantes y de repatriarlos de manera segura. La segunda es hablar con una tercera nación y alegar que ellos no tienen la capacidad para atenderlos y, si se llega a un acuerdo, trasladarlos hasta el nuevo destino”, explicó Aristeguieta. 

 ¿Por qué las autoridades consulares de Venezuela no se encargaron de repatriar a los migrantes? “La comunicación entre Trinidad y Tobago y el consulado venezolano es fluida, esa información la tengo confirmada directamente de las oficinas de Naciones Unidas. Una hipótesis es que los quieren usar de ejemplo porque el nivel de crueldad de esta gente está tatuado en su ADN. Quieren hacer de esta tragedia un caso ejemplarizante”, argumentó la internacionalista.  

“La violación de los derechos humanos de esos migrantes fue de común acuerdo porque alternativas hay para resolver ese tema de otro modo, que no las quieran explorar o no las quiera llevar a cabo es clarísimo. No es que no tengan mecanismos en sus manos: Trinidad y Tobago podría estar hablando con Acnur y otras agencias para la atención de esos migrantes, o podría estar tomando alguna medida para repatriarlos responsablemente”, dijo Aristeguieta. 

¿Por qué no asumen la segunda opción y buscan un tercer país que los reciba? “Probablemente porque no se quieren convertir en un destino de tránsito”, argumentó la internacionalista.  

Venezuela y Trinidad y Tobago han mantenido una estrecha relación en las dos décadas de chavismo. Lo que inició por interés comerciales no solo se quedó ahí: desde el gobierno trinitense se han rechazado los intentos de intervención militar de Estados Unidos a Venezuela. 

Se ha hablado de “lazos de hermandad”, de cooperación y de desarrollo para beneficio común de ambas naciones. Se han firmado acuerdos de cooperación energética. 

Hace apenas tres meses, a mediados de agosto de 2020, Nicolás Maduro se reunía con el primer ministro trinitense Keith Rowley para mantener la coordinación entre ambos gobiernos “al más alto nivel” y “profundizar la histórica relación bilateral y a fortalecer los mecanismos de integración de América Latina y el Caribe”.

Autoridades de Venezuela y Trinidad y Tobago se reúnen con frecuencia, tienen buena relación, firman acuerdos. Existen elementos para pensar que entre ambos gobiernos hay comunicación.  ¿Por qué no un acuerdo para la repatriación segura y digna de venezolanos? 

Trinidad y Tobago podría conversar con Venezuela para hacerlo. “Si es un grupo de migrantes irregulares a ser retornados, tendrían que coordinar los países. Si es asilo, ninguna coordinación. El Estado que recibe debe proteger a quien solicita asilo de su país de origen”, explica Betilde Muñóz. 

Para el Comisionado de la Organización de Estados Americanos (OEA) para los migrantes y refugiados venezolanos, David Smolansky, Trinidad y Tobago está actuando al margen de al menos dos compromisos internacionales: la Convención Americana de Derechos Humanos y la Convención de Ginebra del Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967. “En ambas, los estados suscriben que tienen el compromiso de proteger a una población en condición de vulnerabilidad, de ir a otra nación y ahí obtener la protección y el refugio. Y en esas dos convenciones actúa también el principio de no devolución”. 

Convención que Trinidad y Tobago firmó y ratificó, pero no cumple al regresar a los venezolanos “en caliente”, como se ha documentado en algunas ocasiones, sin tener en cuenta sus derechos a la movilización. “Los venezolanos corren mucho peligro por la forma cómo los están deportando. Sin salvavidas, y en este momento que estamos con COVID-19 tampoco con mascarillas; en embarcaciones pequeñas de madera donde van con exceso de capacidad, con limitación de combustible en una zona donde son recurrentes las condiciones climatológicas adversas y fuertes precipitaciones. Obviamente la vida de estas personas está en riesgo”, aseguró Smolansky. 

Necesitados de protección

 

Para la directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas, lo ocurrido con el naufragio de Güiria “nuevamente es una muestra de la falta de protección que se les está dando a estas personas [venezolanos] que terminan en una situación de altísimo riesgo, sujetas  muchas veces a redes de trata y grupos de crímenes organizados, precisamente por la falta de protección y porque se ha criminalizado la entrada irregular de personas venezolanas necesitadas de protección internacional”. 

La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, se refirió al caso y dijo: “Pedimos a los gobiernos que detengan las devoluciones en el mar en violación del principio de no devolución y la prohibición de las expulsiones colectivas y suspendan todos los retornos forzosos en medio de la pandemia de COVID-19 para salvaguardar la salud de los migrantes y las comunidades. Alentamos a los gobiernos a que, en cambio, proporcionen vías seguras y legales para que los migrantes regularicen su estatus y eviten el riesgo de deportación”.  

La Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) exhortó en 2018 a los países de la región a garantizar que los venezolanos tuvieran acceso a los territorios y a los procedimientos de determinación de la condición de refugiado. “Si bien no todos los venezolanos son refugiados, cada vez resulta más claro que un número significativo necesita protección internacional (…). En vista de la situación en Venezuela, es crucial que las personas no sean deportadas o forzadas a retornar”.  

La experta en relaciones multilaterales explicó que la capacidad de instrumentación y exigibilidad de cumplimiento por parte de los Estados a los acuerdos de protección a los migrantes, es bastante laxa porque no hay una herramienta que los obligue. “Si hay un tratado internacional bilateral y una de las dos partes incumple, la otra parte puede recurrir; pero en el caso del derecho internacional humanitario son medidas de exhortación, no hay capacidad para obligar al Estado miembro a cumplir con lo que él mismo firmó y ratificó”.

Aristeguieta, quien se desempeñó como embajadora del gobierno interino de Juan Guaidó ante Suiza, argumentó que los países democráticos se cuidan mucho de cumplir con los tratados y acuerdos en materia de derechos humanos porque tienen una sociedad civil y una institucionalidad muy sólida, temen a la opinión pública y todo eso sirve de mecanismo de presión y balance. “En el tercer mundo eso no es así, todo es más laxo porque la institucionalidad es muy débil. Ese es el contexto real en el que vivimos y sobre esa realidad hay que trabajar”.  

Un ejemplo de cómo en democracias más sólidas hay más vigilancia y control en el trato hacia los migrantes irregulares, es Italia. En agosto de 2019, el ex ministro de Interior Matteo Salvini impidió que la embarcación «Open Arms» con 116 migrantes a bordo, atracara en isla italiana de Lampedusa. Los migrantes pasaron 10 días en el mar mientras sus condiciones de salud se deterioraban. Salvini argumentó en su momento que aplicaba una política de «puertos cerrados» para negar el acceso de los migrantes. En enero de 2021, el ex ministro y líder del partido italiano de extrema derecha La Liga, enfrenta un juicio por secuestro y abuso de poder

 

¿Nueva categoría para venezolanos? 

 

Aristeguieta explicó que si bien no hay obligación para ningún país de calificar de refugiados a los migrantes que lleguen a sus tierras, sí hay un conjunto básico de acciones que esa nación está obligada a seguir. 

 “No tenemos cómo reclamarle que no los trate como refugiados, pero sí tenemos derecho a exigirles que cumplan con el principio básico de no devolución, con el debido proceso tanto jurídico como administrativo para la evaluación de cada caso de manera individual; y con la tramitación de la devolución de esas personas a su país de origen de manera segura”, dijo Aristeguieta.  

Cuando se habla de venezolanos que han dejado la nación, se utilizan los conceptos de migrantes y refugiados. Los primeros lo hacen de forma voluntaria, por razones laborales o reunificación familiares. El derecho a migrar está reflejado en la Convención Internacional de la Organización de las Naciones Unidas sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares de 1990, que toca todas las dimensiones de protección a migrantes. 

Por otra parte, la Convención de Ginebra del Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967 definen qué es un refugiado, sus derechos fundamentales a ser protegidos y la determinación que no deben ser devueltos al país donde temen ser perseguidos.  

En el caso de Latinoamérica, se firmó una declaración que expande la definición de refugiados para incluir personas que sufren y huyen de la violencia, que escapan porque el orden público de su país es inestable o porque existen violaciones de derechos humanos, aunque no los reciban directamente. Eso es lo que ha utilizado México y Brasil para darles la condición de refugiados a miles de venezolanos. Así lo explicó Betilde Muñoz, directora del departamento de inclusión social de la Organización de Estados Americanos (OEA), experta en temas de migración y desplazamiento forzado.  

Pero la situación de los venezolanos es difícil de definir. “Lo que está ocurriendo en la mayoría de los países de la región, sobre todo donde hay más venezolanos, no necesariamente están usando esa definición de Cartagena para reconocer a los venezolanos, pero tampoco caen entre los migrantes voluntarios. Tenemos una gran cantidad, millones de venezolanos diría yo, que no son reconocidos en ninguna de las dos categorías en este momento y eso está generando una necesidad de protección”, afirma. 

Aunque se hable de migración forzada, ese concepto no está en ningún marco jurídico internacional, lo que no genera obligaciones a los Estados que reciben a venezolanos cuyo desplazamiento es forzado. “Hay que seguir empujando la conversación para que se haga el reconocimiento de refugiados según la Convención de Cartagena, pero también está la conversación de si el fenómeno venezolano nos va a obligar a pensar en nuevas categorías de protección internacional”, alega Muñoz. 

Sin tenerlos en cuenta

 

Pero sin importar el estatus migratorio, todos los países que reciben migrantes, refugiados o no, tienen la obligación de garantizar los derechos humanos de las personas. “Los Estados están obligados a darles protección. La protección pasa por darles su documentación, por reconocer sus derechos, por regularizarlos”, plantea Smolansky, lo que facilitaría a los venezolanos acceder a la salud, educación e insertarse a los mercados laborales en Trinidad y Tobago.  

Pero Trinidad y Tobago no ha dado esa oportunidad. Smolansky aseguró que en el registro que hiciera el gobierno trinitense en 2019, se identificaron 16 mil venezolanos. “Pero realmente en Trinidad y Tobago lo que manejamos es que hay aproximadamente 40 mil migrantes y refugiados venezolanos. Si un registro duró solo dos semanas, no da tiempo para que la gente haya podido obtener su documentación en tan solo 15 días o no se enteraron. Y en año y medio ha sido mucha la gente que ha llegado a Trinidad y Tobago y no les han dado oportunidad de registrarse”.  

¿Por qué Trinidad y Tobago no les da el reconocimiento de refugiado a los venezolanos? Aunque Beatriz Muñoz no tiene una respuesta certera, atribuye la razón a una complejidad de factores.  

Para ella, que hace apenas un año Trinidad y Tobago tenga una oficina de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) en la isla, da a entender cómo ven el tema de los refugiados. “Para ellos no existía una agenda de protección de refugiados, aunque han ratificado la convención. No ha sido parte de su dinámica porque no han recibido históricamente refugiados, quizá eso no es parte de la conversación con la ciudadanía o los políticos”. 

Sin importar la cantidad de venezolanos llegando a su territorio ni las condiciones en las que lo hacen ni de qué huyen, el gobierno de Trinidad y Tobago mantiene su posición de rechazar cualquier ingreso ilegal: la única forma de entrar a la isla es por una solicitud de visa. 

“En el país hay cerca de 16.000 venezolanos registrados y protegidos y no recibimos ayuda de ninguna agencia para cuidar de estos inmigrantes, muchos de los cuales son recién llegados que ingresaron a nuestro país ilegalmente. El año pasado, por empatía, los registramos a todos y les permitimos vivir honestamente dentro de nuestras fronteras”, dijo el primer ministro.

La ley migratoria de Trinidad y Tobago pone en manifiesto su actitud con la llegada de migrantes, algunos artículos que pueden ser considerados discriminatorios y que se prestan para interpretaciones según el ojo con el que se mire. Prohíben la entrada a personas con enfermedades o “físicamente defectuosos”; a personas que se puedan convertir en una carga económica para el Estado; a personas que no puedan costearse su permanencia en la isla; a “idiotas, imbéciles, débiles mentales, personas que sufren demencia o psicópatas”; ni se le permite la entrada o permanencia a cualquier «persona indeseada».

Sin importar esto, cuando un Estado firma y ratifica un tratado internacional, como lo es la Convención de 1951, tiene como obligación reacomodar y alinear sus marcos legislativos a los estándares de la convención internacional. “Puede ser que haya una discrepancia entre lo que dice el tratado de refugiados y lo que dice la ley de Trinidad y Tobago. Pero la obligación es que progresivamente se hagan los ajustes legislativos para que conversen lo que tiene la ley y lo que tiene el tratado internacional”, aseguró la funcionaria de la OEA. 

¿Qué dice Trinidad y Tobago?

 

Amnistía Internacional, el Centro Caribeño de Derechos Humanos y más de otras 20 organizaciones han escrito dos cartas abiertas al primer ministro Keith Rowley, pidiendo que su gobierno reconozca la gravedad de las violaciones de derechos humanos de las que huye la población venezolana. 

Hasta la fecha, las misivas no han sido contestadas. 

Para Erika Guevara-Rosas, el gobierno de Trinidad y Tobago está anteponiendo intereses políticos en menoscabo de los derechos humanos de las personas necesitadas de protección internacional. 

Para el abogado David Smolansky, tiene que haber un giro de 180 grados por parte del gobierno de Trinidad y Tobago en el reconocimiento de los venezolanos, además de aprender de otros países vecinos como Colombia o Brasil en los que se mantiene una política de fronteras abiertas, donde no piden visa para entrar y donde se les da el estatus de refugiado.  

“Si se les trata diferente y se les brindara apoyo y oportunidades, más bien pudiese verse beneficiada esa isla en cuanto a su economía. El destierro representa muchas oportunidades para países de América Latina y el Caribe de recibir una población que quiere trabajar, que quiere emprender, que quiere estudiar y todo aportar a la economía. Trinidad y Tobago le está dando una patada a eso, está privilegiando su relación política con Maduro”, dijo Smalasky. 

Preso político pemón Salvador Franco murió de tuberculosis y desnutrición
La autopsia indicó que un edema cerebral y un shock séptico fueron las causas que condujeron a la muerte de Franco bajo custodia del Estado, indicó la ONG Foro Penal

 

La autopsia practicada el martes 5 de enero en la morgue de Los Teques, estado Miranda, reveló que el preso político pemón Salvador Franco murió como consecuencia de un edema cerebral y un shock séptico, ambos derivados de un cuadro de tuberculosis y desnutrición. 

La información la dio a conocer la ONG Foro Penal, organización a cargo de la defensa de Franco. 

Franco murió el domingo 3 de enero en el Internado Judicial Rodeo II, en Guatire, donde estaba recluido desde mayo de 2020 junto con otros 12 indígenas de la etnia pemón, quienes habían sido detenidos en diciembre de 2019 acusados de conspiración.

De acuerdo con Gonzalo Himiob, director del Foro Penal, ambas enfermedades las sufría desde hacía varios meses, además de un cuadro gastrointestinal. «Su condición de salud empeoró y se complicó por la falta de atención médica», dijo el abogado.

El Tribunal Cuarto en funciones de control del Área Metropolitana de Caracas había ordenado en noviembre de 2020 que Franco fuese trasladado a un centro de salud para que recibiera una evaluación médica.

Sin embargo, la orden firmada por el juez Macsimino Márquez no fue cumplida por el director de la cárcel de El Rodeo.

De acuerdo con las declaraciones de Olnar Ortiz, coordinador de pueblos indígenas del Foro Penal, la razón del funcionario para no permitir el traslado de Franco es que debía ser autorizado por la ministra para el Servicio Penitenciario, permiso que nunca se emitió.

Para este miércoles 6 de enero se espera el traslado del cuerpo de Salvador Franco a la comunidad indígena Kumarakapay, al sureste del estado Bolívar, para su despedida junto con sus familiares y allegados de la etnia pemón.

La oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó el miércoles 6 de enero su preocupación por la muerte del indígena pemón, quien estaba preso junto a otras 12 personas de la misma etnia.

La oficina que preside Michelle Bachelet solicitó a las autoridades venezolanas que se realice una investigación «inmediata e independiente». Además de solicitar que se tomen las medidas necesarias para que se protejan los derechos de los privados de libertad, incluyendo el acceso a atención médica.

#MonitorDeVíctimas | Su cuñado lo mató a machetazos el primer día de este año
El 1° de enero cuatro personas murieron de manera violenta en Barquisimeto. En uno de los casos, y según información oficial, un mismo hombre asesinó a un pariente con arma blanca y en la huida atropelló a una enfermera, que también murió | Foto de Liz Gascón: A la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto ingresaron cuatro cuerpos las primeras 24 horas de 2021

Liz Gascón / @LizGascon

 

Cuatro muertes violentas se registraron durante el primer día de este año en Barquisimeto, estado Lara. Una de las víctimas falleció a manos de su propio cuñado, aseguraron las autoridades. 

La muerte se registró en medio de una riña ocurrida en la parroquia Siquisique, en el municipio Urdaneta, Barquisimeto.

Samir José Vargas Méndez, de 33 años de edad, fue asesinado por Douglas Quero Ulacio, de 27 años de edad, quien lo atacó con un machete. Así se asegura en una minuta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). 

La tragedia no terminó allí. Según la versión policial, Quero atacó a Vargas con la referida arma blanca durante una discusión, se dio a la fuga en un camión y en la huida atropelló a una mujer que fue identificada como Thailith Rosimar Rodríguez Cabrera. Murió el mismo día del accidente.

La víctima del arrollamiento tenía 31 años de edad y falleció en el hospital de Siquisique a causa de los traumatismos. Era enfermera y madre de dos niños.

Un primo de Rodríguez, que prefirió reservar su identidad, comentó que Quero supuestamente perdió el control del vehículo cuando pasaba por el centro de Siquisique. De acuerdo con esta información, el hombre habría atropellado a la enfermera cuando el vehículo se subió a la acera por la que iba la mujer. 

El señalado victimario abandonó el camión a pocas cuadras y volvió a escapar. Hasta ahora Quero continúa evadido de las autoridades.

Un menor de edad

 

Entre las víctimas mortales del pasado 1° de enero en la capital larense figura un adolescente de 17 años de edad.

Una bala pérdida acabó con la vida del menor de edad Marcel Arquímedes Marchán, en hechos ocurridos en el sector Llano Alto de Tamaca, al norte de Barquisimeto. 

Después del cañonazo, Marchán salió a pocas cuadras de su residencia a darle el feliz año a unos amigos, pero en el camino lo alcanzó un proyectil en el abdomen. Quedó tendido en plena calle.

“No sabemos de dónde vino el tiro, si de un carro que estaba pasando o de una moto que estaba ahí”, relató un familiar del muchacho, que prefirió mantenerse en el anonimato.

Una fuente policial confirmó que un presunto funcionario de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) es investigado por este homicidio.

Marchán arreglaba teléfonos en el centro de Barquisimeto y tenía planes de emigrar. Un primo radicado en Perú estaba reuniendo dinero para llevárselo. El viaje del adolescente se postergó por la pandemia del COVID-19, lamentó un pariente del ahora occiso.

Un comerciante, otras de las víctimas

 

Josnel Rafael Pineda Castillo, un comerciante de 37 años de edad, fue otra de las personas asesinadas durante la celebración del Año Nuevo en la capital larense.

El crimen ocurrió en el barrio Los Pocitos. El cuerpo fue localizado en vía pública, tenía una herida de arma blanca en el pecho. 

Según el Cicpc, la muerte de Pineda Castillo se registró la madrugada del pasado 1° de enero.

Allegados de la víctima desconocen las circunstancias en las que ocurrió el hecho. El hombre dejó tres hijos.

Migrantes venezolanos escondidos en un camión fueron detenidos por patrulla fronteriza de EE. UU.
La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos descubrió a 150 inmigrantes que estaban escondidos en un camión en la ciudad fronteriza de Laredo, en Texas (EE.UU.). Los inmigrantes, algunos de los cuales son originarios de México y Venezuela, fueron encontrados el pasado 30 de diciembre cuando el camión en el que viajaban llegó a un puesto de control

 

La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos descubrió a 150 inmigrantes que estaban escondidos en un camión en la ciudad fronteriza de Laredo, en Texas (EE.UU.), según documentos judiciales revelados este domingo por el diario «El Nuevo Herald».

Los inmigrantes, algunos de los cuales son originarios de México y Venezuela, fueron encontrados el pasado 30 de diciembre cuando el camión en el que viajaban llegó a un puesto de control situado en una carretera en Texas y agentes fronterizos lo pararon.

Cuestionado por un uniformado, el conductor del vehículo pesado, identificado como Joseph Winslow, aseguró que desconocía la carga que transportaba, por lo que el agente le remitió a una revisión especial.

El escáner reveló ciertas irregularidades, por lo que los agentes fronterizos procedieron a inspeccionar su interior.

Fue entonces que se detectó la presencia de los inmigrantes, algunos de los cuales declararon que habían pagado sumas de dinero, en cantidades no reveladas, para alcanzar los Estados Unidos, y fueron todos detenidos, al igual que el conductor.

Winslow indicó que en Laredo le entregaron un teléfono celular y dinero en efectivo y que su destino final era San Antonio, también en Texas, según el documento judicial.

En los últimos meses ha aumentado notablemente el número de inmigrantes indocumentados detenidos en la frontera de Estados Unidos tras cruzar ilegalmente la línea divisoria con México.

En noviembre, último mes con datos oficiales, se detuvieron a 67.101 inmigrantes, cuando en septiembre fueron 54.771 y en mayo la cifra ascendió a 30.836.

Solo 9 de los 16 niños venezolanos detenidos en Trinidad pasaron fin de año con familiares

Medios locales informaron que solo nueve de los 16 niños venezolanos detenidos en Trinidad y Tobago pudieron estar una hora el 31 de diciembre, antes del cambio de año, junto a familiares que se encuentran legalmente en esa isla.

Los siete niños restantes, incluido un bebé de cuatro meses, no pudieron despedir el 2020 con sus familiares: permanecieron bajo custodia junto con varios adultos de su país. Los menores han estado detenidos en el helipuerto Chaguaramas, en el suroeste de la isla, desde hace más de un mes. 

La abogada Nafeesa Mohammed, líder local en favor de los derechos humanos, había pedido a las autoridades trinitenses que permitieran que los niños venezolanos que quedaban detenidos fueran liberados.

«Necesitan protección, no persecución. El asunto ya está ante los tribunales, pero hasta que no se decida por qué no liberarlos. El Estado tiene los poderes y la autoridad para hacerlo», señaló Mohammed. 

Los 16 niños y 11 adultos habían entrado ilegalmente en Trinidad y Tobago el pasado 17 de noviembre. Días después fueron escoltados fuera de las aguas de la isla por la Guardia Costera. El grupo regresó a Trinidad tras pasar dos días en el mar y fueron retenidos en la comisaría de Erin y posteriormente trasladados al helipuerto Chaguaramas. 

«Llevan detenidos más de un mes. Si bien muchos de nosotros pasamos la Navidad con familias y seres queridos, ellos estaban al cuidado del Estado», dijo la abogada.

Con información de TalCual 

10 historias de DDHH vulnerados que recordamos durante 2020

Los derechos humanos en Venezuela no están garantizados. Las violaciones a los derechos fundamentales de los venezolanos se repiten día tras día. Ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, detenciones arbitrarias, torturas, abusos sexuales, tratos crueles, inhumanos y degradantes son cometidos por la acción del Estado venezolano. 

La situación ha sido denunciada por la Organización de Estados Americanos (OEA), la Alta Comisionada para los derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas, Human Rights Watch y Amnistía Internacional. 

En el informe de más de 400 páginas presentado este año ante la ONU por la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos se le atribuyó responsabilidad directa de crímenes contra la humanidad a Nicolás Maduro y sus ministros de Defensa y Justicia. 

En Runrun.es nos hemos dado a la tarea de contar estas historias para que nunca sean olvidadas. Aquí un top 10 de las más leídas durante el 2020:

DDHH olvidados | “No sé cuándo voy a volver a ver a mi hijo”

Deixic Castro no sabe nada de su hijo desde el 26 de junio de 2020. Ese viernes recién había llegado a su casa en San Juan de los Morros, estado Guárico, cuando se enteró que en horas de la mañana lo habían trasladado a la Comunidad Penitenciaria Fénix Lara, a más de 270 kilómetros. No tiene los recursos económicos para pagar los altos costos del transporte y viajar hasta el estado Lara. Y, en caso de lograrlo, el esfuerzo sería en vano porque las visitas en las cárceles venezolanas están suspendidas desde la llegada del coronavirus para prevenir la propagación. 

Deixic no sabe si está bien, si lo alimentan o si en ese nuevo sitio de reclusión por fin recibe atención médica. Su preocupación no es exageración: a Hember Flores lo hirieron con perdigones en la cara en un presunto motín ocurrido el 16 de septiembre de 2019 en las instalaciones del Eje de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en Guárico, sitio en el que estaba desde el 28 de febrero de 2018 cumpliendo su condena de 11 años y 8 meses por homicidio.

DDHH olvidados | “Mi hermano me dice que está muerto en vida”

Peter Romero lo encontraron desmayado en el Centro Penitenciario David Viloria, conocido como Uribana, del estado Lara. Había pasado semanas sintiéndose mal. Primero duró 22 días con cuadros diarréicos que lo deshidrataron, pero nadie lo atendió ni fue llevado a un centro asistencial. Después vinieron la fiebre y la tos hasta que el viernes 8 de mayo de 2020 perdió el conocimiento. DDHH olvidados 

Aunque ni siquiera en estas condiciones sus custodios se encargaron de llevarlo a un centro de salud, su hermana Génesis Romero se dirigió hasta los tribunales en busca de una boleta de traslado. El doctor que lo evaluó fue claro: el joven de 25 años tenía tuberculosis y necesitaba con carácter de urgencia un traslado al Hospital Luis Gómez López, donde atendían a pacientes con esta enfermedad ya erradicada en el país. Peter necesitaba hidratación y tratamiento, pero eso no fue lo más alarmante. “El estado de desnutrición que él tiene es más fuerte que la tuberculosis que carga”.

DDHH olvidados | Geraldine Chacón: “No soy completamente libre”

Eran aproximadamente las dos de la mañana del 1 de febrero de 2018 cuando tocaron con fuerza la puerta de la casa de Geraldine Chacón. La joven pensó que se trataba de un secuestro cuando vio afuera de su hogar a unos cuantos hombres vestidos de negro de pies a cabeza, pasamontañas y armas largas. Pero todo quedó claro al ver el logo que llevaban los encapuchados en la ropa: el del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).

La recluyeron en la única celda de mujeres de El Helicoide. En esos 40 metros cuadrados había 26 detenidas, menos de dos metros cuadrados por reclusa. La mayoría estaban acusadas de delitos comunes. “Había de todo. Solo una estaba cumpliendo condena. Las demás eran procesadas. Fue una realidad desgarradora para mí, mujeres que tenían más de cuatro años sin ir al tribunal luego de su primera presentación”.

DDHH olvidados | El enero en que todo cambió 

Gregory Hinds fue víctima de una detención arbitraria. Pese a tener orden de excarcelación, no fue acatada. Dos meses luego de su detención, el tribunal le otorga una medida cautelar sustitutiva de privación de libertad ordenando su liberación inmediata. No obstante, aun cuando tienen boleta de excarcelación, la libertad no llega. El Sebin se niega a recibir la correspondencia del tribunal alegando que no tienen sistema. 

Con 60 kg de peso, 20 menos de los que tenía cuando ingresó, Gregory recibe, el 1 de junio de 2018, una especie de indulto de parte de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC). Trata de negarse a firmar una declaración en la que agradecía el perdón. Le amenazan: “Si no te gusta puedes regresar a El Helicoide”. No le queda de otra que formar parte del show mediático en la Casa Amarilla, edificio sede de la Cancillería venezolana.

DDHH olvidados | Morir de hambre esperando la libertad

A Carlos Jiménez le cuesta describir lo que sintió cuando reconoció a su hermano en la morgue del hospital. Se sorprendió, se indignó, se asustó. Tenía mucho tiempo sin verlo. No puede evitar estremecerse cuando le viene a la mente la imagen de un cuerpo con la piel pegada a los huesos, un cuerpo distinto al que tenía en su memoria. morir

“Estaba totalmente desnutrido y acabado, era prácticamente un esqueleto. Los pómulos estaban hundidos, no tenía estómago y se le marcaban los huesos de la cadera y las costillas. Realmente nos sorprendimos con eso”. 

Los custodios del Centro Penitenciario 26 de Julio de San Juan de los Morros hacían el conteo diario de los presos cuando se dieron cuenta que faltaba uno de ellos. Inspeccionaron las celdas y hallaron sin vida a Carlos Eduardo Jiménez. Eran las 5:00 am del martes 9 de junio. 

DDHH olvidados | “Me sacaron en paño y descalza de mi casa para matar a mi hijo”

El miércoles 17 de junio de 2020, entre las 05:40 a 6:00 de la mañana, Ana Edilia estaba preparando el desayuno, unos bollitos con queso acompañados con café.  A los pocos minutos comenzó a escuchar un ruido extraño en la puerta hasta que ingresaron los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). 

fue sacada de su vivienda en paño y descalza por los efectivos. Los uniformados buscaban a su hijo Wilber Antonio Romero Ruíz, de 25 años. El joven fue asesinado en la sala de su casa, situada en la calle Apure de El Valle, municipio Libertador de Caracas. No se trata de un caso aislado sino de una de las muchas ejecuciones extrajudiciales que ocurren en Venezuela. 

DDHH olvidados | La vida le cambió a la familia Hurtado

Alessandra Hurtado no conoce a su papá. Sabe quién es por las fotografías que hay en casa o por las publicaciones que diariamente hace su mamá en redes sociales, pero en su memoria no tiene ningún recuerdo del poco tiempo que pasaron juntos. Era solo una bebé cuando ese 24 de octubre de 2017 una cuadrilla de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) se lo llevó detenido. 

Hirto Hurtado era trabajador de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en la filial de occidente en el cargo de obrero aforador, medidor de tanques. Estaba trabajando en el patio de tanques ULE en Tía Juana, estado Zulia, cuando los efectivos llegaron y apresaron a toda la cuadrilla que se encontraba de guardia. 

Luzmer Pichardo, su esposa, se enteró de lo que ocurría por una llamada telefónica que le permitieron realizar a Hirto antes de que les fueran decomisados los celulares y otros objetos personales. Le pidió que le llevara cuatro mudas de ropa porque le habían notificado que sería trasladado a Caracas por unos cuantos días. Al menos, eso creían. 

DDHH olvidados | La muerte de Neomar Lander tiene una versión inaceptable

La muerte de Neomar Lander desde el principio estuvo llena de controversia y confusión. El joven de 17 años estaba protestando en la avenida Libertador, del municipio Chacao, cuando la explosión de un artefacto hizo que cayera al suelo. ¿Qué objeto causó su deceso? 

Hay dos versiones: manifestantes, vecinos y testigos que estaban en el lugar han contado que falleció cuando una bomba lacrimógena lanzada por efectivos de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) le impactó en el pecho. Por otra parte, representantes del chavismo han asegurado que se debió a la explosión de un mortero. Estas versiones oficiales comenzaron a circular horas después de la muerte del muchacho, sin esperar resultados de autopsias ni otras pruebas. 

DDHH olvidados | “Mamá, me estoy ahogando. No puedo respirar”

Nick Samuel Oropeza Borjas fue a su primera marcha el 23 de enero de 2019, el mismo día que Juan Guaidó se juramentó como presidente encargado de Venezuela. Su madre no lo había dejado ir antes a una concentración política porque era menor de edad, pero el 8 de enero había cumplido 19 años así que lo dejó asistir acompañado de familiares.

El 23 de enero, noche en que murió Nick Samuel, fue el día con más víctimas durante protestas en los últimos 20 años. Aunque no tardaron mucho tiempo en trasladarlo en una camioneta a la emergencia del hospital Miguel Pérez Carreño, a pesar de las calles bloqueadas que encontraron en el camino, Nick Samuel llegó sin signos vitales.

Los doctores le dijeron a Ingrid que la bala, que tuvo entrada y salida, le perforó el pulmón y el riñón. “Eso es lo que llaman tiro de gracia, un tiro a matar. El que le disparó sabía lo que hacía”, cuenta Borjas. De acuerdo con el acta de defunción, el joven falleció por un “shock hipovolémico por herida de arma de fuego de proyectil único torácico-abdominal”. 

DDHH olvidados | Rubén González no piensa dejar la lucha sindical

Era de madrugada cuando Rubén González viajaba en carretera después de asistir al juicio de su compañero Rodny Álvarez y haber participado en una protesta laboral en Caracas. Pero no pudo llegar a su casa: el 29 de noviembre de 2018 lo detuvieron en una alcabala en Anaco, estado Anzoátegui. 

“Me esposaron, me amarraron a un tubo y pasé toda la noche ahí, prácticamente a la intemperie y me llovió encima. Yo no aguantaba y pedí que me pasaran a los calabozos con toda la gente”. 

Fue trasladado al Departamento de Procesados Militares (Deprocemil), anexo de La Pica. “Ahí me metieron en una celda pequeñita que le dicen ‘El tigrito’”. Ahí Rubén González estuvo más de 21 meses. 

Bachelet pide a China liberar a la periodista condenada a prisión por informar sobre la COVID-19
Según Amnistía Internacional, el trabajo de Zhang Zhan se centró en informar de detenciones de otros reporteros independientes y acoso a familiares de víctimas del coronavirus

 

La Oficina de la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, pidió que se libere a la periodista ciudadana china Zhang Zhan, condenada hoy a cuatro años de prisión por la información que ofreció sobre el brote de coronavirus en Wuhan hace un año.

«Hemos hablado sobre su caso con las autoridades a lo largo de 2020 y lo consideramos un ejemplo de restricciones excesivas a la libertad de expresión en relación con la covid-19», comunicó la oficina de Bachelet en la red social twitter.

El tribunal que condenó a Zhang Zhan afirmó que esta había «provocado altercados y buscado problemas» con sus noticias.

Su abogado dijo que ella se negó a aceptar los cargos por considerar que no había razón para censurar sus informaciones, publicadas a través de plataformas chinas como WeChat y otras prohibidas en el país como Twitter o YouTube.

Según la ONG defensora de los derechos humanos Amnistía Internacional, el trabajo de Zhang Zhan se centró en informar de detenciones de otros reporteros independientes y acoso a familiares de víctimas del coronavirus durante el considerado como primer brote a nivel mundial de la pandemia.

*Con información de EFE
Denuncian operación maquillaje por cambio de nombre regional de las FAES

En un comunicado difundido en las filas de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), cuerpo de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), se informaba que los grupos regionales llevarían el nombre de Dirección de Inteligencia y Estrategia (DIE).

El activista por los derechos humanos Marino Alvarado calificó este cambio como una “operación maquillaje de las Faes para evadir recomendación de Michelle Bachelet y la misión de Determinación de Hechos de la ONU de disolver las Faes”.

Detalló que en la Gran Caracas mantendrían el mismo nombre, pero que también operaría la DIE, y que incluso  algunas sedes ya habrían cambiado sus logos. 

El director de la DIE sería el comisario Rony González, quien ocupaba el cargo en la Dirección de Investigaciones Estratégicas del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin). Leonel García sería el subdirector y Hugo Méndez y José Márquez serán auxiliares.

“Puros cambios superficiales, siguen los mismos directivos con sus prontuarios de presuntos crímenes de lesa humanidad y sus integrantes, muchos de ellos, con las manos manchadas de sangre por las ejecuciones”, expresó Alvarado en su Twitter.

Con información de El Pitazo