Ordenan bajar el uso del color rojo a los chavistas, de cara a las elecciones - Runrun

Creería que con este título «el mono de la Academia Militar» llamaría mas la atención del amigo lector. Sn embargo con el ante título de arriba creo que adelanto lo que trataré de compartir con Ustedes.

El exceso del color rojo pareciera que a veces es tan nocivo para la  salud como el cigarrillo.
Al menos así lo han pensado  en el gobierno, mas específicamente en el area de la propaganda política, y por ello han ordenado minimizar las apariciones de los altos funcionarios vestidos de rojo rojito.

El rechazo a la prepotencia del funcionariado  chavista pareciera motivar esta «orden» disimulada que ha comenzado por el propio comandante presidente quien en su reaparición publica tras unos días de reposo apareció enfundado en el mono deportivo de la Academia Militar donde el rojo estuvo ausente.
Lo mismo se nota en medio de la Asamblea Nacional donde en la ultima sesión solo contamos nueve diputados del PSUV embutidos de rojo como de costumbre. El resto de los asambleístas gobierneros estuvieron mimetizados en otros colores junto a la bancada opositora.
En eventos sucesivos hemos notado que ministros, gobernadores y funcionarios de igual ralea han dejado de lado el cuasi uniforme que -cual escolares de primaria- visten a diario para aparecer como el canciller Nicolás Maduro en guayabera blanca o como el ministro de relaciones interiores en una prenda de vestir igual pero de azul color.
Las encuestas ultimas de Hinterlaces indican un agotamiento del discurso presidencial, aunque con un fervor religioso todavía presente en sus seguidores, y un creciente rechazo al funcionariado del «proceso» obligatoriamente disfrazado del color oficial.
Por todo ello la «sugerencia» desde Miraflores es tratar de minimizar el colorido carmesí previendo el próximo proceso electoral, que podría adelantarse para mediados del año 2012.
Les recomiendo observar a la dirigencia «roja o arcoiris» estos días para que se den cuenta de lo que aquí contamos. Una vez mas la palabra culillo parece circunvalar las angustiadas cabezas de los burócratas colorados.
Por algo será.