Francis Fukuyama: A los venezolanos les espera mucha miseria en los años que vienen
Francis Fukuyama: A los venezolanos les espera mucha miseria en los años que vienen

FrancisFukuyama

 

Francis Fukuyama, el politólogo estadounidense de origen japonés que se hizo famoso a escala mundial por su tesis sobre ‘el fin de la historia’, acaba de publicar una obra en la que analiza los grandes desafíos del orden político contemporáneo.

Su nuevo libro lleva por título ‘Political Order and Political Decay’ (‘Orden político y decadencia política’). EL TIEMPO conversó con Fukuyama sobre sus principales claves y sobre su mirada con respecto a Colombia y nuestra región.

Cuéntenos un poco sobre este nuevo libro y este título arriesgado que escogió.

Creo que estamos viendo evidencia de un desorden crítico en todas partes, particularmente en el Medio Oriente, donde cuatro Estados han fracasado completamente. La comunidad internacional se ha dado cuenta de que la estabilidad básica de los Estados es algo muy importante que no hemos estudiado adecuadamente. ¿De dónde viene y cómo se mantiene? Y está también la pregunta sobre la modernización del Estado. ¿Cómo se pasa de un sistema político altamente corrupto y sistémicamente clientelista a uno en donde el Estado es impersonal y puede ofrecer servicios de forma eficaz? Esto debe estar realmente en la agenda de los países, es un tema importante.

 

¿Es un estado de decadencia lo que estamos viviendo en todo el mundo, incluso en los Estados desarrollados?

Hay diferentes manifestaciones de decadencia y en algunos lugares las cosas están mejor. En América Latina ha habido un refortalecimiento de los Estados en los últimos 30 años, así como un deterioro en algunos países. En EE. UU. hay decadencia a través de la apropiación de las políticas de Washington por grupos de interés muy bien organizados (lobby). Eso no va a llevar a un colapso del Gobierno estadounidense pero sí se cruza en el camino de la calidad de los servicios y la legitimidad percibida. En otras partes, como el Medio Oriente, hay otros problemas más severos como el colapso total de la legitimidad y de la autoridad, y no veo realmente una salida. En América Latina creo que el problema es que ustedes tienen unos Estados relativamente débiles. No débiles en un sentido represivo, pero sí en su habilidad de ofrecer cosas como servicio de buses, infraestructura, educación decente, vivienda económica y todas estas cosas de las que los Estados se deben hacer responsables. Eso afecta su legitimidad y lleva a la inconformidad de los ciudadanos. Asimismo, la seguridad es un trabajo fundamental del Estado: mantener la gente a salvo. Y obviamente hay una epidemia de violencia en la región. Ese es el tipo de cosas que deberían ser parte central de la agenda.

 

 

Usted conoce bien la región y mencionó que hay casos de éxito y de fracaso, ¿podría ser más específico?

Creo que en términos de administración macroeconómica, casi todos los países de América Latina han mejorado mucho. Cuando usted compara la crisis global financiera del 2008 a la crisis de deuda de los 80, y analiza la habilidad de los bancos centrales y los ministerios de Finanzas para responder a estos golpes, se encuentra con un testimonio de un mejoramiento en la administración de las economías. Concretamente, Colombia no ha solucionado sus problemas de violencia pero los ha mitigado de una manera importante. El país se trasladó a otro tipo de contrato social, donde el Gobierno finalmente toma la responsabilidad de proveer seguridad y orden básico, no dejándolo en manos de grupos paramilitares. Estos son éxitos. Pero por el otro lado, hay países que van en direcciones contrarias. Es el caso de Argentina, por ejemplo, donde ha habido una corrupción sistemática en la Agencia Nacional de Estadística, el Ministerio de Finanzas, la compañía de petróleo… Entonces, tenemos países que han retrocedido y avanzado en el mismo periodo de tiempo.

 

¿Cuál es su percepción sobre Venezuela?

Ha estado tan mal administrada, no sé cómo no se va desmoronar en un momento dado. El problema es que los dictadores tienen otras maneras de mantenerse en el poder, entonces, y muy desafortunadamente, a los ciudadanos venezolanos les espera mucha miseria en los años que vienen. Creo que la oposición en Venezuela tiene que ir más allá de oponerse al chavismo y hacerse a un programa a largo plazo en el que incluyan algunas de las causas subrayadas por el populismo.

 

 

*Puede leer la entrevista completa de El Tiempo CO AQUÍ