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Orgánica

El Centro de Artes Integradas inaugura la exposición Orgánica

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La Asociación Venezolana de Conciertos (AVC), a través del Centro de Artes Integradas (CAI), comprometida con el desarrollo de las artes y la educación en Venezuela, inaugura el próximo domingo 15 de noviembre en la Sala William Werner, Orgánica, muestra que reúne la obra de cinco creadores venezolanos: Isabel Cisneros, Mercedes Elena González, Cristóbal Ochoa, Ani Villanueva y Mercedes Volante.

Bajo la curaduría de Susana Benko, investigadora de arte, crítico, curadora y miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte-Capítulo Venezuela, esta exposición presenta la relación entre formas, materiales y referencia conceptual hacia lo natural, lo biológico o lo viviente que realizan estos artistas.

La naturaleza en el arte ha sido tema inagotable desde hace siglos, inspirando a artistas y poetas. Ha sido motivo de contemplación y de imitación. Se la ha pintado en panorámicas o en detalles. Ha sido escenario en pinturas de batallas, en escenas bucólicas de la vida campestre o bien apreciada en su flora y fauna. Ha sido celebrada como decorado en interiores a través de floreros, bodegones y naturalezas muertas… son muchas las formas de representación que se ha hecho de ella. Pasan los siglos, cambian los estilos, las motivaciones, las búsquedas, los medios expresivos y todavía sigue presente como tema en la contemporaneidad.

Y es desde la perspectiva de lo contemporáneo que esta exposición propone apreciar cómo cinco artistas venezolanos trabajan sus obras en función de lo natural. Por ello se llama Orgánica. A través de este término, usado como nombre y no sólo como una calificación, su curadora buscó visualizar la relación entre formas, materiales y referencia conceptual hacia lo natural, lo biológico o lo viviente que realizan Cisneros, González, Ochoa, Villanueva y Volante en estas obras.

“Todos, sin excepción investigan y experimentan con los materiales. De alguna forma se han alejado de los medios convencionales de representación y han buscado salidas disímiles para expresar ‘lo orgánico’. Las obras en sí mismas encarnan esta condición: son orgánicas, sea por el modo de trabajar los materiales o como imagen. Se distinguen por la sensorialidad y sensualidad de sus formas. Suelen ser informes, rotondas, bulbosas, flexibles, muy heterogéneas”, comenta Susana Benko.

Las esculturas de Isabel Cisneros son moldeables. Se distinguen por su flexibilidad e irregularidad formal debido al tipo de material empleado y por la manera como lo acumula, teje, enrolla o ensambla. El resultado, piezas objetuales de apariencia biológica que aluden a animales, flores, figuras sensorialmente orgánicas, a lo viviente, lo mutable o lo cambiante. Trabaja la cerámica, la porcelana y el textil acumulando y “cosiendo” materiales diversos industriales. La naturaleza le provee las formas y ella utiliza los recursos que la modernidad le provee.

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Cristóbal Ochoa, trabaja la arcilla para moldear formas alusivas al mundo orgánico bajo el mar. Trastoca el medio cerámico usando sprays, ahuecando la pieza con palillos y otros materiales, buscando formas inusuales y poco convencionales para este medio. Sus piezas tridimensionales se distinguen por su color y formas punzantes como las de los erizos de mar, mientras que en sus pinturas y dibujos, el claroscuro demarca las formas globulosas y las oquedades de los corales marinos, presentando interesantes efectos ópticos.

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Los Liliputinos, dibujos de Mercedes Elena González, fueron realizados a partir de la serie Bichus que la artista mostró en 2006, obras pluridimensionales hechas con recortes de radiografías que aludían a la biología o a la neurología. Aquellos Bichus eran pequeños cuerpos orgánicos parecidos a finos filamentos, anudados o entrelazados vistos ahora gráficamente a través de estos Liliputinos. En estos vemos a los Bichus y sus sombras proyectadas sobre la pared o soporte a causa de la luz que recaía sobre estos cuerpos. Son dibujos que registran gráficamente un mundo biológico inclasificable que, silente, invade la superficie del papel.

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La obra de Ani Villanueva está íntimamente enlazada con la naturaleza. Durante muchos años ha observado su movimiento y transformación en las vegetaciones, en animales, aves e insectos. Intuitivamente ha pintado la morfología celular de los cuerpos con colores fuertes y contrastantes. Sus imágenes en pinturas y ensamblajes son sumamente orgánicas, asombrando por su capacidad de relacionar materiales industriales como mangueras, varillas, enchufes, abrazaderas e incluso discos compactos, para representar poéticamente sutilezas como hálitos corporales y soplos, animales e insectos. Todo un mundo natural que deriva de atar, ensamblar y adicionar.

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La relación de Mercedes Volante con la naturaleza es esencialmente espacial. Su lenguaje es sintético, basado en puntos o bien en formas irregulares que resultan de la acumulación de piezas de rompecabezas. Su visión opera como la del urbanista, el diseñador de paisajes o la del cartógrafo. Sus vistas son aéreas y pudieran leerse como esquemas o codificaciones visuales que sugieren el lugar de los ríos, nubes, mangles, cortes de raíces de tallos, todos vistos desde arriba. Utiliza dos recursos: la acumulación con la que sugiere vegetaciones y la perforación con la que crea texturas y diversas topografías.

En esta exposición se busca expresar armonía y consonancia con el ritmo y la condición mutante de la naturaleza a la que, por cierto, pertenecemos y somos parte.

 

ORGÁNICA.

Lugar: Sala William Werner del Centro de Artes Integradas (CAI). Entrada izquierda Universidad Metropolitana. Terrazas del Ávila. Inauguración: Domingo, 15 de noviembre de 2015. Clausura: 30 Enero 2016. Horario: de lunes a viernes de 9:00 am a 11:00am y de 2:00 pm. a 5:00 p.m.

Cedice: La Ley Orgánica de Precios Justos no resuelve problema de escasez

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Vía Cedice 

Frente a la publicación en Gaceta Oficial del Decreto No. 600, el 23 de Enero, referente a la Ley Orgánica de Precios Justos, cabe la siguiente pregunta: ¿Qué es el precio justo? Vale recordar que en economía, el valor de una cosa no depende de su naturaleza objetiva sino de la estimación subjetiva de los hombres. Cualquier aumento de precios de los productos, al comerciante le puede parecer justo y al consumidor injusto, o viceversa, toda disminución de los precios le parecerá injusta al productor y justo al consumidor.

 

Por tanto dicha subjetividad aporta una cantidad de información a los ciudadanos (los seres humanos cambian constantemente sus metas y preferencias) por lo que es imposible que esta información pueda ser determinada por una Ley y un ente como la SUNDDE. Un precio impuesto ¿resultará justo? ¿Para quién? Los precios de los productos bajarán con la abundancia de empresas, comercios y competencia, no con controles, así lo expresó la economista Alicia Sepúlveda del observatorio económico legislativo de CEDICE.

Indicó que Juan de Mariana, jesuita, teólogo e historiador español en 1600 consideraba ” tirano a todo gobernante que devaluara la moneda, imponiendo a los ciudadanos sin su consentimiento el odioso impuesto inflacionario o la creación de privilegios y monopolios fiscales”, lo mismo que viene a significar esta ley.

La Ley Orgánica de Precios Justos otorga amplias facultades a la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socio- Económicos (SUNDDE), entre ellas el comiso de bienes y la ocupación o cierre temporal de establecimientos, con lo cual ésta se constituirá en una superestructura, que sustituirá la libre toma de decisiones por parte de los agentes económicos en lo que a fijación y formación de precios se refiere, pues tiene entre sus funciones determinar el precio justo de los bienes y servicios, o efectuar su modificación en caso necesario, de oficio o a solicitud del interesado. Dichas atribuciones podría facilitar la proliferación de presiones, intento de captura del regulador (prevendas o favores) y actuaciones discrecionales por parte de los funcionarios.

Esa Ley fusiona dos anteriores (Ley de Costos y Precios justos y Ley del Indepabis), en cuya aplicación y vigencia la economía venezolana se ha visto intervenida de manera directa por los entes gubernamentales, registrándose un incremento en el índice de escasez desde 11,2% en julio de 2011 a 22,2 % en diciembre de 2013, situación que no pareciera revertirse con la promulgación de esta nueva normativa. Cabe destacar que reitera la extendida práctica de la expropiación como sanción, promoviendo una norma inconstitucional, que lamentablemente ha venido extendiendo su aplicación en todas las actividades de los ciudadanos, además declara de utilidad pública e interés social todos los bienes y servicios requeridos para desarrollar actividades de producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de bienes y servicios.

Los delitos tipificados son: La especulación (Art. 51), la importación de bienes nocivos para la salud (Art. 52), la alteración fraudulenta (Art. 53), el acaparamiento (Art. 54), el Boicot (Art. 55), la Desestabilización Económica (Art. 56), el Condicionamiento (Art. 58), el Contrabando de Extracción (Art. 59), Usura y fijación de cánones de arrendamiento no autorizados (Art. 60), Usura en operaciones de financiamiento (Art. 61), Alteración en Bienes y Servicios (Art. 62), la Alteración Fraudulenta de Precios (Art. 63), la Corrupción entre Particulares (Art. 64). La Reventa de Productos de Primera Necesidad (Art.57) está castigada por multa de 10.000 a 12.000 UT. Además, el delito de Desestabilización Económica también tiene como sanción la confiscación de los bienes.

La Ley Orgánica de Precios Justos insiste en el ideal de solucionar problemas económicos a través de un sistema general de control de precios, sin atender a la causa verdadera de esos problemas, los cuales fundamentalmente están asociados a indisciplina fiscal, deterioro de los derechos de propiedad y perdida de institucionalidad del mismo Estado, haciendo caso omiso a que sólo el libre mercado puede fijar un precio para los bienes y servicios, que para ser considerado justo debe reflejar las motivaciones, intereses, incentivos y la percepción individual de los participantes en ese mercado.

Históricamente se ha demostrado que cuando los Gobiernos deciden asumir el control total de la vida económica de la sociedad, es porque su intención no es precisamente resolver problemas como la inflación, escasez, la pobreza y la exclusión social, sino porque consideran necesario perfeccionar ese control, a fin de asegurar su indefinida permanencia en el Poder, reproduciendo una sociedad de seres pobres, llenos de temor e incertidumbre, imposibilitados de ejercer su libertad y sus capacidades para progresar bajo la protección del Estado de Derecho.

En un país agobiado por la inseguridad, la inflación, la escasez y el cerco a las libertades individuales, la aprobación de esta ley que restringe aún más la posibilidad de generar riquezas y empleo productivo, pareciera que pasó desapercibida frente a una modificación al régimen cambiario que igual mantiene a los ciudadanos cada día más dependientes de un Estado cada vez más poderoso.