Foto: El Pitazo
Expertos en seguridad ciudadana consideran que los últimos asesinatos con desmembramiento registrados en la Gran Caracas demuestran que los grupos delictivos, más allá de tener la intención de transmitir un mensaje, actúan con seguridad debido a la impunidad que hay en el país. El criminólogo y ex funcionario del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial, comisario Javier Gorriño, advierte que los descuartizamientos son de vieja data en Venezuela, pero explica que los casos más recientes revelan que las organizaciones criminales han «mexicanizado» estos crímenes
LOS CADÁVERES DE DOS HOMBRES que tenían entre 25 y 28 años de edad, fueron dejados colgados, y sin sus antebrazos, en la pasarela Cúa-Charallave. En el sector Las Casitas de Guatire hallaron los cuerpos desmembrados de dos adolescentes de 17 años de edad; los homicidas metieron las cabezas de las víctimas dentro de cada abdomen y encima de los cadáveres dejaron una carpeta con un mensaje. Y la cabeza de una mujer fue abandonada cerca de la estación policial de San Mateo, en el estado Aragua, también con un mensaje. Es el resumen de cinco homicidios registrados en la Gran Caracas en un mes que, más allá de mostrar la saña con la que actuaron los victimarios, revela un nuevo modus operandi de las bandas delictivas en Venezuela.
El criminólogo y ex funcionario del Cuerpo Técnico de la Policía Judicial, comisario Javier Gorriño, aclara que el descuartizamiento en Venezuela no es nuevo, pero advierte que las bandas delictivas venezolanas han copiado el modus operandi de los narcos mexicanos: «La historia policial nos dice que tiene vieja data. Pero los últimos homicidios con desmembramientos, como el de la mujer que fue decapitada en el estado Aragua, persiguen otros fines. Esto lo utilizan mucho los narcotraficantes en la parte norte de México, donde operan los carteles que dejan cabezas y hasta cuerpos de sus víctimas con letreros diciendo el delito que cometieron en contra de la organización, bien sea una denuncia, una deuda económica o un conflicto de drogas. Generalmente estos mensajes buscan intimidar a sus adversarios para que no repitan estos hechos con relación a la banda y eso es lo que ya estamos viendo en Venezuela. Es una demostración clara del poder del hampa, combinada con la alta impunidad que existe en el país».
El comisario Luis Godoy, ex jefe de la División de Homicidios de la PTJ, agrega dos elementos adicionales a los últimos casos de descuartizados con mensajes: impunidad y crisis social.
“Mi lectura como criminalista y ciudadano es que estos homicidios ocurren por falta de gobierno, pues la tecnología está dada para detectar quiénes cometieron estos crímenes y en dónde. El gobierno no ha atacado la impunidad, que es la principal causa por la que los homicidios siguen en aumento. El otro factor es la crisis social que tenemos en el país. Para un joven de un sector popular es más fácil imitar a un delincuente que esperar que sus padres vean cómo lo pueden mantener, pese a la alta inflación”, precisó Godoy.
Los dos fines de los descuartizamientos
El comisario Javier Gorriño aclaró que los victimarios que descuartizan a sus víctimas siempre buscan un fin: ocultar los cadáveres para que los crímenes queden impunes, o exhibirlos para lograr que el mensaje que desean transmitir llegue a sus adversarios: «Recuerdo que a principios de los años 80 hubo un famoso descuartizamiento en Guarenas, en la urbanización Menca de Leoni, de una niña menor de edad que fue dejada en bolsas en la basura. Posteriormente, fue identificada y el autor de este hecho fue puesto en manos de la justicia. Luego, en los años 90 hubo una descuartizada en Parque Central. Por lo general los victimarios que descuartizan a sus víctimas lo que buscan es ocultar los cadáveres para que los crímenes queden impunes. Sin embargo, los casos más recientes que se han registrado en el país, que son los que estamos analizando, demuestran que los victimarios quieren transmitir un mensaje con estos asesinatos».
