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Comités Locales de Abastecimiento y Producción

EFE Mar 21, 2017 | Actualizado hace 7 años
Gobierno donará a Perú 100 mil cajas Clap

AyudaHumanitaria

 

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, ordenó hoy enviar a Perú 100.000 cajas con los alimentos que escasean en el país caribeño y que vende el Estado de forma restringida a través de los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) como parte de ayuda humanitaria.

“El presidente acaba de instruir el envío de 100.000 CLAP para Perú contentivo de alimentos”, informó la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, al canal estatal VTV que agregó que esta ayuda debería partir al país andino en “las próximas horas”.

Indicó, además, que el equipo de Protección Civil del Ministerio de Interior venezolano también ha organizado “equipos de salvamento, alimentos no perecederos” para ser enviados a las zonas más afectadas por las lluvias en Perú.

“El presidente Maduro ha sido muy claro y ha sido también cónsono con la practica de la diplomacia bolivariana que se enmarca en relaciones de amistad, que se enmarca en relaciones de cooperación y de solidaridad internacional con los pueblos”, agregó la ministra de Exteriores.

La funcionaria agregó “Venezuela que es una campeona en materia de construcción de viviendas” a través del programa social “Gran Misión Vivienda Venezuela” y que tiene “mucho que aportar” a los peruanos en vista de que las lluvias han dejado miles de damnificados en ese país.

Perú comenzó a recibir la ayuda humanitaria enviada por países vecinos como Ecuador, Colombia y Chile para enfrentar las consecuencias de las lluvias e inundaciones, que han dejado, hasta el momento, 75 fallecidos y 100.000 damnificados.

Cabe recordar que los CLAP fueron creados hace un año por el Gobierno de Maduro en el marco de una severa crisis de escasez de alimentos de la cesta básica.

Una caja de CLAP puede contener arroz, harina de maíz, harina de trigo, azúcar, pasta, atún enlatado y aceite, entre otros alimentos que pueden variar en cantidad y presentación.

MP acusó a jefa de los CLAP en Maracay por vender juguetes que debían ser gratis

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El Ministerio Público acusó a la jefa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) en el sector La Candelaria de Maracay, Dalia Zamora Alvarado (42), y a su hermana Gabriela Carolina Alvarado (29), por estar presuntamente vinculadas con la venta de juguetes que debían ser distribuidos de manera gratuita con motivo de la época decembrina.

Tal situación fue denunciada por varios vecinos ante las autoridades, por lo que resultaron aprehendidas el 28 de diciembre de 2016.

En este contexto, los fiscales 21º y auxiliar de esa jurisdicción, Rolando García y Lidfreys Sánchez, respectivamente, acusaron a Dalia Alvarado por ser perpetradora en el delito de peculado doloso propio, y a Gabriela Alvarado por el mismo tipo penal pero en grado de cómplice necesario. Adicionalmente, ambas fueron acusadas por agavillamiento.

El Tribunal 4º de Control de Aragua fue la instancia que recibió el escrito presentado por los representantes de la institución, en el cual se solicitó la admisión del acto conclusivo y el enjuiciamiento de las hermanas, quienes permanecen privadas de  libertad en la estación policial regional de Santa Cruz que opera en la mencionada localidad aragüeña.

Tras varias denuncias por las irregularidades en la entrega de juguetes encabezada por Dalia Alvarado, quien además es vocera del consejo comunal del citado sector y funcionaria adscrita al Consejo Comunal Zona Campesina La Candelaria, se iniciaron diversas diligencias que evidenciaron la venta de estos artículos a través de las redes sociales.

En virtud de la situación, la policía estadal se trasladaron hasta el lugar de residencia de Gabriela Alvarado, quien habría ofertado los juguetes a través de sitios web. Seguidamente, acudieron a la vivienda de la jefa de los CLAP, en La Candelaria, donde corroboraron la existencia de dichos artículos ofrecidos en Internet.

Dinero incautado irá al fondo de los Clap

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El dinero de origen ilícito incautado por los cuerpos de seguridad del estado en los operativos en torno a la salida del billete de Bs. 100 irá al fondo de financiamiento de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap).

La información la dio a conocer este martes el ministro para la Comunicación y la Información, Ernesto Villegas, en transmisión del canal del estado.

» (La medida) se da como una manera de resarcir a nuestro pueblo por los daños ocasionados por la perversa conspiración contra el bolívar», dijo.
Este domingo, el presidente de la República, Nicolás Maduro, denunció que desde hace dos años se ha dado un fenómeno desde Cúcuta y Maicao, en donde se organiza un ataque contra el modelo cambiario venezolano.
“Hay almacenes enteros de billetes de Bs. 100 en Cúcuta (…) Se calculan más 300 mil millones de bolívares que están en poder de las mafias dirigidas desde Colombia, desde Brasil también, parte del golpe económico”, agregó.
En ese sentido, Villegas indicó que, tras el anuncio de la salida de circulación de los billetes de Bs. 100, los cuerpos de seguridad del Estado habían logrado incautar cuantiosas cantidades de los mismos.
Julio Borges: el Gobierno prefiere la corrupción de las importaciones a la producción nacional

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El jefe de fracción de la bancada unitaria en la Asamblea Nacional Julio Borges rechazó que el Gobierno nacional continúe con su política de importaciones y no destine recursos a fortalecer el campo y la producción local. Asimismo denunció que las bolsas que reparten los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) las están armando en Panamá con productos importados.
“Tenemos un Gobierno que prefiere importar harina pan hecha en Colombia y Estados Unidos para vendérsela a los venezolanos a 2500 bs el kilo, mientras a los productores la y agroindustria nacional los obliga a vender la misma unidad en sólo 190 bs, es decir 14 veces menos que lo importado. Esto evidencia que Nicolás Maduro prefiere la corrupción y el beneficio de unos pocos enchufados importadores y funcionarios, que el bienestar de trabajadores, industriales y consumidores del país”.
En este sentido el coordinador nacional de Primero Justicia sostuvo que “al contrario de lo que hace el gobierno de Maduro” lo que necesita el país es la defensa de la producción nacional y el esfuerzo venezolano. “Yo veo que en Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina los gobiernos apoyan a sus empresarios nacionales y los Presidentes viajan con ellos por el mundo;  pero por el contrario aquí Maduro está rodeado de empresarios chinos, rusos, iraníes y de importadores enchufados; por eso exhibimos la mayor inflación y escasez del mundo”.

*Con información de nota de prensa

 

Chavistas controlan venta de alimentos regulados en tiempos de escasez

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La severa escasez de productos básicos en Venezuela ha llevado a que la foto diaria del país sea una inmensa fila frente a muchos abastos y supermercados, un problema que el Gobierno intenta solucionar con un sistema de venta de alimentos, conformado solo por militantes chavistas, conocido como CLAP.

Los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que creó el jefe de Estado, Nicolás Maduro, en marzo pasado tienen la misión de distribuir y vender directamente alimentos de la cesta básica a bajo costo, sobre todo, en las zonas populares, aunque muchos sectores aseguran que nunca han visto las «bolsas CLAP».

La idea, dijo Maduro entonces, es combatir a los empresarios de los mercados y automercados que «acaparan productos», así como a los denominados «bachaqueros» o revendedores de los artículos de primera necesidad, y enfrentar así a algunos de los autores de la «guerra económica» que asegura dirige la oposición contra su Gobierno.

El coordinador nacional del programa CLAP, Freddy Bernal, que fue designado por Maduro para llevar adelante esta tarea, aseguró el domingo que 5.600.000 personas han sido beneficiadas por los comités que, señaló, han llegado a 1.347.000 familias.

Y aunque Efe pudo presenciar la venta de las bolsas en el barrio Vista Hermosa del Junquito en el oeste de Caracas, en las zonas populares del este aseguran que no han visto el beneficio.

Liliana Rivero, del consejo comunal de Vista Hermosa en el municipio caraqueño de Libertador, dijo a Efe que el sistema de distribución de las bolsas aún presenta deficiencias pues en algunos sectores siguen faltando a la promesa de que la venta se haga cada 21 días.

Dijo que para tener el control de un CLAP los miembros deben ser «del Partido (Socialista Unido de Venezuela, PSUV) porque esto es política».

«Que todos se organicen y que todos seamos de verdad chavistas de corazón y lo hagamos con bastante sinceridad», agregó, al tiempo que aseguró que la bolsa se vende a todos los que fueron censados previamente aunque no sean afectos al Gobierno.

Sin embargo, dejó claro que la venta y repartición sí son actividades exclusivas de chavistas.

«En el CLAP estamos trabajando las personas que somos chavistas, del partido y del proceso, que estamos luchando siempre, pero nosotros no discriminamos al vecino porque sea escuálido (forma despectiva de llamar al opositor) o no, a nadie, porque todos somos seres humanos y todos vivimos en la misma comunidad», dijo.

La declaración de Rivero coincide con la del vicepresidente ejecutivo Aristóbulo Istúriz que señaló que los CLAP son «un instrumento fundamental de defensa de la revolución bolivariana».

La vecina de Colinas de Vista Hermosa Miladys Franco, madre de dos niños, compró una bolsa con harina de maíz, harina de trigo, arroz, aceite y leche, que en esta oportunidad costó 2.500 bolívares que al cambio más alto en el marco del control estatal de divisas equivale a cerca de 3,8 dólares.

Dijo que la bolsa de esa jornada era «mucho más surtida y más barata» que la anterior que le costó casi el doble y señala que este cambio se debe a que ahora hay «una nueva administración» en el CLAP que distribuye en esa zona pues los encargados anteriores «se quedaban con el dinero».

Mientras, en la favela más grande de Latinoamérica ubicada en el este de Caracas la realidad es distinta. Todos los habitantes de la zona consultados por Efe aseguraron «jamás» haber visto una «bolsa CLAP» y afirman, además, haber sido despojados del mercado estatal que vendía productos más económicos.

Zaida Guzmán vive en esa favela llamada Petare desde hace más de 58 años, específicamente en el barrio La Unión y desde allí aseguró a Efe que a esa zona «no llega el CLAP».

«Nosotros hemos ido al consejo comunal de la zona a preguntar y nos dicen que eso es netamente político, los CLAP pertenecen al PSUV», comentó y señaló que a los habitantes de La Unión, unas 75.000 personas, «también les quitaron el Mercal», el abasto estatal de precios bajos.

«¿Cómo hacemos? como dice la gente, la dieta de Maduro, la mayoría hace una sola comida al día, si consigue», dijo en referencia a la forma popular que muchos usan para hablar de la pérdida de peso por no conseguir los alimentos o no poder comprarlos por costosos a los «bachaqueros».

Es el caso de Katiuska González, que aseguró a Efe que ha bajado más de 20 kilos en tres meses: «No nos ha llegado absolutamente nada de los CLAP, nosotros de verdad estamos a la merced de nadie».

El concejal opositor de Petare José Palacios aseveró que «es mentira» que en la zona funcione el sistema de distribución de alimentos creado por Maduro y señaló que, a su juicio, en vez de CLAP debería llamarse CLAN.

«Es el clan de los especuladores que están en el alto gobierno (…) es mentira que llega el clan a la casa, que llegó la bolsa, eso es totalmente falso», dijo.

Maduro, sin embargo, sigue apostando por los comités y a mediados de este mes se preguntó: «¿Qué sería de la revolución, de nuestra patria y de la estabilidad económica y social si no tuviéramos los CLAP?».

 

Apartheid alimentario, por Carlos Nieto Palma

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La crisis alimentaria cada día se agrava más, ya no basta con madrugar para hacer una cola para comprar comida, porque no encuentra nada y las pocas que hay tienen precios inalcanzables para un gran grupo de la población venezolana, los historiadores afirman que se trata de la crisis más grande que se ha vivido en Venezuela en la era republicana, nunca los venezolanos habíamos tenido que pasar penurias para conseguir algo para comer.

Según el último informe del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social correspondiente al mes de mayo en Venezuela se registraron 172 protestas en rechazo a la escasez y desabastecimiento de alimentos que representan 320% más con respecto a igual mes de 2015. Las protestas por alimentos van en aumento. En los primeros cinco meses de 2016 se han documentado 680 en total, realizadas principalmente por vecinos. Igualmente este informe nos hace ver que en mayo se documentaron 52 saqueos y 36 intentos de saqueo. Continúan los actos violentos en contra de locales comerciales, abastos, supermercados y transportes. Por tercer mes consecutivo los saqueos superan a los intentos de saqueo. En lo que va de año se han documentado 254 saqueos o intentos de saqueo en todo el país.

Como respuesta a esta crisis el régimen creó los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) que constituyen la nueva forma de organización popular encargada, junto al Ministerio de Alimentación, de la distribución casa por casa de los productos regulados de primera necesidad. Cada comité de abastecimiento está compuesto por cuatro instancias articuladas: Unión Nacional de Mujeres (UnaMujer), Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch), Frente Francisco de Miranda (FFM) y los distintos consejos comunales de cada entidad.

Es claro que con esta composición de grupos claramente identificados con el régimen, las CLAP están dando inicio a un apartheid alimentario donde más de la mitad de la población estará excluida de recibir los productos de la cesta básica aunado a que según algunos medios de comunicación social han reseñado, la decisión de que productos como: arroz, harina de maíz, pasta, aceite, azúcar, café, mantequilla, entre otros, solo sean distribuidos por las CLAP y no por supermercados, abastos, etc., como estamos todos acostumbrados.

Podemos definir apartheid como cualquier tipo de diferenciación social dentro del contexto de una nación, mediante la cual un sector de la población tiene plenos derechos y otro sector se relega a un estatus de marginalidad. Mientras la mayoría de los ciudadanos del país tienen restringidas sus libertades y derechos, una minoría privilegiada puede acceder sin límites a las opciones comúnmente generales en cualquier Estado de Derecho.

No sabemos qué es lo que el régimen se trae entre manos, se me viene a la mente que su inspiración esta en una famosa frase del dictador soviético Josef Stalin “Si controlas la comida del pueblo, tu controlas el pueblo. Y van estar agradecidos a lo poco que le damos”. Podríamos estar en la antesala de un “Holodomor” diseñado por Stalin en 1932 donde murieron más de 3 millones de ucranianos víctima de una hambruna por no haber querido someterse a sus pretensiones de control de sus cosechas.

En días pasados la organización de derechos humanos PROVEA fijo su posición al respecto y estableció: “Con los CLAP, la gestión de Nicolás Maduro erosiona las garantías para el derecho humano a la alimentación en Venezuela. Sumado a la incapacidad del gobierno para brindar garantías mínimas para los derechos sociales como salud y acceso a servicios públicos, la promoción de este tipo de figuras fomenta la segregación social y obstaculiza la producción, distribución y obtención de alimentos en niveles adecuados y suficientes por parte de la población. El Estado venezolano, y particularmente Nicolás Maduro es directamente responsable si continua promoviendo la discriminación alimentaria mediante los CLAP y permitiendo que agrupaciones paraestatales, en conjunto con la FANB, sigan ejecutando actividades violatorias de los DESC de la población venezolana”.

Importante también lo dicho por la profesora Magaly Huggins, estudiosa del fenómeno social y criminológico del país “Esta propuesta del gobierno nacional es una manera que se puede interpretar como ‘si controlas la comida entonces controlas al pueblo. Excluir a un sector social con algo tal delicado como es la adquisición de alimentos puede llegar a tener hasta características ‘genocidas” la «discriminación» por parte de los CLAP puede considerarse como un crimen de lesa humanidad, ya que se estarían violando los derechos fundamentales y constitucionales de los venezolanos”.

La situación es muy grave, son impactantes las imágenes que vemos a diario de personas haciendo grandes colas para adquirir alimentos o más dramático aun buscando alimentos entre la basura, las CLAP no van a funcionar, murieron antes de nacer, solo va a servir para excluir a un alto número de la población que no podrá comprar alimentos y tenga que recurrir a los bachaqueros para satisfacer sus necesidades.

Esta entrega de bolsas de comida con los artículos que el régimen decide que se va a comer es un nuevo fracaso como ya lo fue Mercal, Pdval y Abastos Bicentenario que solo ha servido para aumentar la corrupción, somos millones de venezolanos a los que esta nueva modalidad de la tarjeta de racionamiento cubana no nos ha llegado y estoy seguro que tampoco nos llegara.

Es sumamente grave la situación que vivimos en Venezuela, estamos en la víspera de un gran estallido social y lo que podría ser más grave una guerra civil, el régimen se niega a escuchar opiniones de expertos, se ha cerrado en un  bunker donde solo escuchan sus opiniones, y va a ser el responsable directo de todo lo que ocurra en nuestra patria, aquí no existe guerra económica, ni intervención de nadie, solo hay ineficiencia gubernamental y una clara discriminación a todos los que pensamos diferentes.

@cnietopalma

cnietopalma@gmail.com

El Nacional

D. Blanco Jun 09, 2016 | Actualizado hace 8 años
EsCLAPvitud, por José Domingo Blanco

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¡EsCLAPvos! En eso terminarán las personas que se sometan –por culpa del hambre y escasez engendradas desde el mismo régimen- a ese plan perverso, controlador y macabro bautizado como CLAP. No me gusta la esencia de esos Comité Locales de Abastecimiento y Producción, en el que veo como predecesores al Plan Bolívar 2000, Mercal y Pdval, inventos del chavismo que generaron guisos, enriquecimiento ilícito y corrupción, mucha corrupción. Y es que eso es lo que promueven los “traficantes” de comida. Porque al final, los CLAP y sus integrantes se transformarán en “capos” muy poderosos –sí, como los del Cartel de los Soles- que decidirán quiénes comen y quiénes no. Lo dijo Freddy Bernal: “los CLAP son una estrategia política”. Y nadie lo pone en duda; pero, es una estrategia siniestra que juega con la hambruna que hoy padece la población venezolana.

Me he dado a la tarea de criticar, por todos los medios a mi disposición, esta nueva forma de esCLAPvitud. La gente tiene hambre. Pero, insisto: provocada por el régimen. Recibo a diario muchos testimonios que me llenan de rabia y tristeza. Sin embargo, el jueves, me llegó a la emisora una carta que quiero compartir con ustedes porque, a mi juicio, manifiesta abiertamente el repudio que, desde las mismas entrañas del monstruo gubernamental, sienten los funcionarios públicos. Aclaro, por razones obvias, la persona que la escribió, me pide no revelar su identidad. Ustedes, después de leerla, entenderán por qué:

“Soy funcionario del Ministerio de Banca y Finanzas … Veo y vivo a diario el atropello de los que nos gobiernan.

Particularmente, estoy cansado de que me envíen mensajes a las 10 u 11 de la noche para decirme que debo ir al siguiente día a una marcha … Y, créemelo Mingo, es casi todos los días. Y el horario es de 8 a 4.

Por cierto, ahora hacen evaluaciones trimestrales al personal, y te evalúan si vas o no a las marchas.

En las reuniones con la Directora General, dice siempre: ′Yo los invito a las marchas. Si no quieren ir, bueno. Pero; recuerden que lo voy a tomar en cuenta para las evaluaciones′.

En las evaluaciones hay items de vestimenta: ¿y será que el sueldo mínimo que gano me alcanzará para comprarme una camisa? Ellos presupuestan los bonos; pero, no los pagan. Vieras cómo en diciembre corren de un lado a otro, y trabajan hasta la madrugada, viendo cómo hacen para tapar a nivel contable y en el sistema (…) los robos del presupuesto.

¿Sabes qué es una burla? La Directora se va a almorzar al despacho del Ministro (donde, por cierto, no hay escasez de nada: vieras la despensa) y llega a la oficina diciendo cuál fue su menú; cuando a muchos de los que trabajamos allí nos toca comer medio plátano con un poquito de queso, o yuca con queso.

Estoy indignado. Donde trabajo (…)  lo que hacen es ocultar los expedientes de los desfalcos y robos de los altos funcionarios. Amenazan a los auditores; mientras pasan las gestiones de los funcionarios corruptos por amistad y compadrazgo. Nunca le han puesto una sanción o multa, nada a nadie. Dejan que pasen los años y ya.

Me gusta mi trabajo. Laboro desde los 16 años y jamás había pasado por tantas humillaciones. Eso del ahorro energético es una pantalla. El ministerio mantiene cerradas las puertas y la planta baja apagada y el resto del edificio encendido. No estoy de acuerdo con esas medidas de ahorro energético cuando el país, con esta crisis, debería trabajar hasta los domingos. Y, de paso, no reconocen que se robaron el dinero, en vez de arreglar el sistema eléctrico.

Hay mucho trabajo, eso lo sé; pero, cuando estamos trabajando, nos sacan a marchar. Sin embargo, cuando nos piden un trabajo, no toman en cuenta las horas que nos sacan a caminar para poder tomar las fotos del ′Gran apoyo al Gobierno Nacional′.

Mingo: los primeros interesados en que todo esto termine somos los funcionarios públicos, porque estamos cansados de ser los que rellenan los huecos, los que hacen el bulto, que nos miren mal en la calle porque caminamos ′y que a favor del gobierno′.

Quiero trabajar; pero, en paz. Sin la política. Quiero trabajar con corazón por mi país y por una verdadera patria libre y democrática. Y para que mis hijos, y los hijos de muchos, puedan tener oportunidades. Para que mis familiares que tuvieron que dejar Venezuela, vuelvan. Y mis hijos no tengan que irse lejos para vivir mejor.

Mingo, estoy en oración permanente por el país. Nos han estado inyectando ira y violencia por 20 años o más. Este país necesita de Dios…y de amor: un bombardeo de mensajes de valores; pero, principalmente, de un cambio de gobierno para que podamos ver luz.

Gracias Mingo y disculpa tanto lamento; pero, es necesario que sepas un poquito porque a veces, cuando dices que somos servidores públicos y hablas fuerte, pega. Porque no somos todos malos, ni somos los corruptos. Da pena ajena por esa gente que dirige, que lo hace muy mal y utiliza los recursos de todos para su propio beneficio, y no para beneficio de los venezolanos y para construir un futuro mejor. Gracias.

Que dios te cuide”.

@mingo_1

mingo.blanco@gmail.com

Freddy Bernal afirmó que cadenas privadas continuarán distribuyendo alimentos

FBernal

 

Freddy Bernal, jefe del control y comando de los Comités  Locales de Abastecimiento y Producción (Clap), aseguró este miércoles que este mecanismo  no va a “conculcar”, ir en contra de, todos los productos que van a la red privada, explicó en una entrevista a VTV.

“Hemos comenzado un plan piloto tendiente a que la repartición sea equitativa de los productos de la red pública y la red privada, hemos comenzado el plan piloto en Caracas con algunas cadenas de comercialización como Día a Día y Makro, hemos conversado con los dueños de estas cadenas y le hemos dicho que 50% de los productos que les llegan se destine a la red privada y 50% para los Claps”, manifestó.

Bernal desmintió que el Estado no vaya a otorgarle alimentos a las cadenas privadas de comercialización: “Es absolutamente falso, lo que pretende el Estado es regularizar la distribución de alimentos a toda la población y que en ningún momento el Estado Venezolano o los Clap van a conculcar los alimentos a las redes privadas de distribución”.

Además, señaló que los Clap son una estrategia que cumple tres funciones: “La primera tarea es enfrentar el contraataque de esa guerra económica y evitar que nos tumben. Hay que decirlo. Dicen que los Clap son instrumento del partido. No. Son un instrumento político, para hacer política en el alto sentido de la palabra”.

Admitió que pueden estarse presentando algunas dificultades. “A lo mejor haya alguna falla en un Clap en tal municipio, o en tal parte no se ha hecho el censo. Nosotros hemos priorizado parroquias, no pretendemos que todo el país esté en Clap, porque existen las cadenas de comercialización de la clase media, nuestro mayor esfuerzo es hacia los sectores populares, sin discriminar a nadie, y las grandes cadenas siguen funcionando, entregando los alimentos de la red privada”.

El dirigente del Psuv recalcó que “los Clap tienen 13 semanas y se fundamentan en cuatro columnas: Los consejos comunales que es base de la organización popular; Unamujer, porque la mujer está al frente de todas las batallas en la revolución bolivariana, el Frente Francisco de Miranda, que es un grupo de jóvenes bien formados, y la Ubch del partido, ésas cuatro columnas hacen un censo en un territorio determinado y censan casa por casa a todos los ciudadanos para determinar cuánto alimento hay que llevar a esa población”.

En cuanto a la cantidad de alimentos contenida en cada bolsa, mencionó que se está trabajando en un plan para la creación de un centro de control que permitirá informar la cantidad de alimentos que llegue a cada estado. Igualmente anunció que el jueves realizarán una gira nacional para ajustar la distribución de alimentos a través de este mecanismo.

Recordó que hay al menos 15.000 CLAP en el país en los que participan las comunas y funcionarios de seguridad: “No podemos permitir que les vendamos una materia subsidiada, luego se acapare y no se entregue a la población”.

*Con información de Panorama, El Nacional y Últimas Noticias