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Agua contaminada por bacterias Shigella en Anzoátegui mata a 12 niños y enferman a 4.000 personas

EL GOBERNADOR DEL ESTADO ANZOÁTEGUI, Antonio Barreto Sira, confirmó este sábado la presencia de la bacteria Shigella en el agua que se distribuye por parte de las tuberías de la entidad, luego de revisar los resultados de los exámenes médicos hechos a varios pacientes.

«Hemos estado en contingencia con nuestros equipos médicos y monitoreando las incidencias con motivo del brote de cuadro diarreico acompañado de vómitos, dolor abdominal y fiebre. Los registros superan las 4.000 personas afectadas en la zona norte del estado», informó.

Según El Pitazo, en menos de una semana murieron 12 niños, de entre 4 meses y dos años de edad, producto de esa contaminación. Los fallecimientos se registraron en hospitales de Barcelona, la capital, y Guaraguao.

La máxima autoridad del estado llamó a las instancias involucradas para que tomen acciones y eviten que continúe la propagación. Hidrocaribe, la hidrológica de la región, es manejada por el Ejecutivo nacional.

«Hidrocaribe debe asumir con seriedad tan grave hecho, son las vidas de miles de anzoatiguenses que están en riesgo por presunta contaminación del agua», sentenció.

Sira explicó que los estudios no solo se hicieron en las heces fecales de los afectados, sino también en el agua que consumían. El resultado, afirmó, fue que la bacteria Shigella se halló en los resultados de ambos exámenes.

«Estas infecciones a veces remiten por si solas, pero otras veces los antibióticos permiten reducir la duración de la enfermedad. El Norovirus puede afectar a personas de cualquier edad. Se transmite por consumo de alimentos contaminados, aguas fecales o contacto entre personas», destacó Barreto Sira vía Twitter.

El gobernador recalcó que la hipótesis que la transmisión de la bacteria se ha hecho a través «de un vehículo común como el agua». En este sentido, recomendó a la población hervir el agua y agregar cinco gotas de cloro inoloro antes de consumirla, así como lavarse las manos con frecuencia.

Los cosméticos viejos y vencidos albergan cantidades peligrosas de bacterias

maquillaje

 

El estuche de maquillaje es algo de suma importancia para todas las mujeres, en él se pueden encontrar artículos y productos que además de resaltar la belleza de las féminas pueden causar severos daños. Según Mary Duh, asociada médica en Dermatología del Sistema de Salud de Mayo Clinic, los cosméticos viejos y vencidos albergan cantidades peligrosas de bacterias. Eso no solo afecta directamente a la persona que se maquilla, sino a todos los que entran en contacto con el mismo. “El maquillaje puede infectarse con bacterias después de solo el primer uso.

A medida que transcurre el tiempo, la acumulación bacteriana puede provocar daños en la piel, en los ojos, en los párpados y en la salud general de la persona”, explica la señora Duh. “Cuando el maquillaje se vuelve viejo, empieza a descomponerse y eso puede provocar problemas que van desde inflamación a sarpullidos, ampollas, infecciones de los ojos y conjuntivitis”, añade.

En casos raros, los productos cosméticos para los ojos han ocasionado ceguera temporal o permanente en las mujeres, dice la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos.
La señora Duh ofrece las siguientes reglas para el uso de cosméticos:

 

  • Observe su maquillaje viejo en busca de cambios químicos, tales como: olor rancio, cambios en el color, cambios en la textura o consistencia, o que el maquillaje se endurezca o tenga grumos.
  • Proteja la piel del sol. Las bases de maquillaje, en su mayoría, ofrecen algún nivel de protección solar; sin embargo, el maquillaje vencido no protege contra el sol con la misma eficacia, lo que puede provocar quemaduras de piel doloras y peligrosas.
  • Nunca comparta los cosméticos. La contaminación cruzada ocurre cuando dos o más personas usan los mismos medios aplicadores y maquillaje. El principal peligro de compartir el maquillaje es transmitir una infección o un virus.
  • Lave sus manos y los medios de aplicación de los cosméticos antes de usarlos en los ojos. La presencia de bacterias en las manos y los cepillos aumenta la probabilidad de una infección en los ojos o de una reacción alérgica.
  • No guarde los cosméticos a temperaturas superiores a 29,4 grados Celsius (85 grados Fahrenheit). Por ejemplo, los cosméticos dejados en un vehículo al calor de la intemperie durante períodos prolongados tienen más riesgo de exposición a conservantes por el debilitamiento del maquillaje.
  • Al aplicar o retirar productos cosméticos de los ojos, tenga cuidado de no raspar el globo ocular ni otras zonas sensitivas del ojo. Los raspones pueden provocar infecciones y complicaciones con la vista.
  • Ponga la fecha en el maquillaje apenas lo compre. Escriba en la envoltura la fecha y el año con marcador permanente. Si no tiene seguridad de cuándo desechar el maquillaje, una buena regla general es cada seis meses.

 

*Con información de Mayo Clinic

¿Parto natural o cesárea? La manera en la que naces afecta tu flora intestinal

nacidos

 

La forma en la que nacemos o cómo nos alimentamos durante los primeros años de vida va a determinar nuestro microbioma, es decir, las bacterias que van a convivir con nosotros. Lo acaba de comprobar una investigación que se publica en «Cell Host & Microbe’s» tras un análisis de las muestras de heces de 98 bebés suecos durante su primer año de vida. Por ejemplo, los niños nacidos por cesárea tenían bacterias intestinales menos parecidas a las de sus madres que aquellos nacidos por vía vaginal.

El trabajo también ha visto que las decisiones en la alimentación, pecho o biberón, son claves en el microbioma intestinal infantil. «Nuestros resultados muestran que el cese de la lactancia materna, en lugar de la introducción de alimentos sólidos, es el factor principal en el desarrollo de una microbiota similar a la de un adulto», señala Fredrik Bäckhed de la Universidad de Gotemburgo (Suecia). «Sin embargo, el efecto de su alteración precoz sobre la salud y la enfermedad en la adolescencia y la edad adulta está por demostrar».

Se sabe que las bacterias intestinales son una fuente de nutrientes y vitaminas para un niño durante su crecimiento. Nuestros ‘inquilinos intestinales’ son capaces de interactuar con los procesos celulares normales. Por ello, los investigadores trabajan en comprender el papel de los microbios intestinales en el metabolismo, la inmunidad e incluso en el comportamiento.

 

Colonizadores intestinales

Este nuevo estudio, dirigido por Bäckhed y Jovanna Dahlgren en laUniversidad de Gotemburgo y Wang Jun, del Instituto de Genómica de Beijing-Shenzhen (China), apoya observaciones anteriores que aseguran que los colonizadores bacterianos más iniciales se derivan de la madre. Los investigadores han visto ahora que aunque los bebés nacidos mediante cesárea reciben menos microbios de su madre, todavía son capaces transmitirlos a través de la piel y la boca.

Además han comprobado que una vez que la bacteria se afianza en el intestino de un bebé, sus poblaciones cambian dependiendo de lo que éste come. Por este motivo los investigadores creen que el cese de la lactancia materna es un momento clave en el desarrollo del microbioma ya queciertos tipos de bacterias prosperan en los nutrientes que la leche materna proporciona. Una vez que ya no están disponibles, emergen otras bacterias, que son más comunes en los adultos.

«Los resultados subrayan el papel de la lactancia materna en la formación y la sucesión de las comunidades microbianas del intestino durante el primer año de vida», escriben. «La microbiota intestinal de los niños que ya no eran amamantados se enriqueció en especies pertenecientes a clostridios, frecuentes en los adultos. Por el contrario, bacterias como Bifidobacterium y Lactobacillus todavía dominaban la microbiota intestinal de los lactantes alimentados con leche materna».

OMS: El mundo se dirige a “una era postantibióticos”

Antibióticos

 

Infecciones que en las últimas décadas se volvieron curables gracias a los antibióticos podrían empezar a matar nuevamente por el aumento de las bacterias resistentes a estos fármacos, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Una evaluación internacional —para la que 133 países han aportado datos— revela que este problema ya se ha convertido en una de las mayores amenazas para la salud global y que ignorarlo sería “catastrófico”.

La OMS confirma así que, sin medidas que lo eviten, el mundo se dirige a “una era postantibióticos”, en la que “enfermedades comunes y heridas menores tratables por décadas pueden empezar nuevamente a cobrar vidas”, dijo en una rueda de prensa el experto del ente, Charles Penn.

Las patologías comunes a las que se refería van desde la neumonía hasta el sida, pasando por la tuberculosis.

Cada año, por ejemplo, se registran cientos de miles de nuevos casos de tuberculosis multiresistentes que es imposible de tratar. Asimismo, existe el peligro de que se pierdan los beneficios de los avances médicos conseguidos mediante la quimioterapia o las cirugías mayores, agregó Penn.

Causas

El uso durante largo tiempo de los antibióticos y otros antimicrobianos genera naturalmente un proceso de resistencia, pero éste se acelera cuando se utilizan de forma excesiva, inapropiada o cuando son de mala calidad.

Uno de los principales problemas hallados es que la venta de antibióticos y otras medicinas antimicrobianas sin prescripción médica es habitual en muchos países, a lo que se suma la disponibilidad de medicamentos por Internet.

Esto último provoca que las personas puedan tener acceso a medicinas que no podrían comprar en una farmacia sin receta médica, incluso en países donde existe una buena regulación al respecto.

“La venta de antibióticos sin prescripción es muy común en todo el mundo, lo que hace que el potencial de mala utilización sea muy alto”, explicó el especialista de la OMS.

Según la evaluación de la Organización -que declina apuntar a países específicos-, más de la mitad de los Estados de América aportaron datos indicando que la venta de medicinas antimicrobianas se hace sin receta médica.

“La gente tiene más conciencia que antes (de los riesgos del mal uso de los antibióticos), pero en general todavía es baja. Hay personas que siguen pensando que los antibióticos funcionan para infecciones virales, lo que hace que los usen cuando no es necesario”, señaló Penn.

A esta situación contribuye que muchos países carezcan de directivas de tratamiento, lo que aumenta no sólo la automedicación, sino el mal uso o elección del antibiótico por parte de los médicos.

Más problemas

Otro factor que incrementa la incidencia de la resistencia es el que el tratamiento no sea completado.
El tercer problema encontrado son las medicinas de poca calidad y que no contienen la cantidad apropiada del ingrediente activo, lo que resulta en una dosificación menor a la que se cree.

Esta situación se agrava en el caso de los fármacos falsificados.

El informe presentado recientemente servirá de base de discusión al plan global de acción para combatir la resistencia a los antimicrobianos que los países miembros de la OMS abordarán en su asamblea anual de mayo en Ginebra.

Sólo uno de cuatro naciones que aportaron información para el estudio cuentan con un plan de acción nacional al respecto.

Sobre el uso de antibióticos en la industria alimentaria y su impacto en las personas, Penn confirmó que esta relación existe.

“Hay ciertas evidencias de que el uso excesivo (de antibióticos en animales para el consumo) puede llevar a la presencia de bacterias resistentes en animales y esto puede impactar en la aparición de resistencia a esos antibióticos en la población humana”, comentó.

Agregó, sin embargo, que todavía hace falta más información sobre esta cuestión.

¿Antitranspirantes podrían ser los causantes del mal olor axilar?

antitranspirante-axilas

Modifican los microorganismos que ahí habitan y hacen que las bacterias que provocan el mal olor se vuelvan dominantes

«Doctor Axila». Así se hace llamar Chris Callewaert, master en biociencia y asistente en la Universidad Ghent de Bélgica, quien se ha especializado en investigaciones sobre la microbiología de esa zona del cuerpo todo con el objetivo de encontrar soluciones para evitar un problema que afecta a personas en todo el mundo: el mal olor axilar. Y aunque para muchos la respuesta parece ser clara -usar desodorantes y antitranspirantes-, los estudios que ha realizado este científico han demostrado que en realidad no es tan así.

Según explica «Doctor Axila» en su página web, las axilas pueden compararse con una selva tropical donde habitan una enorme cantidad de bacterias. De ellas las dominantes son los estafilococos y las corinebacterias, y se sabe que estas últimas son las causantes del mal olor en esa zona.

«Las axilas femeninas son generalmente dominadas por los estafilococos, mientras que los hombres tienden a tener más corinebacterias. Esto probablemente se debe al hecho de que los hombres tienen una piel más gruesa y secretan sustancias más grasosas, que son el plato favorito para las corinebacterias», explica Callewaert.

Teniendo claro este panorama, el «Doctor Axila» y otros tres investigadores decidieron realizar un estudio para determinar los efectos que los desodorantes y antitranspirantes tienen en la comunidad bacteriana axilar. Para ello les pidieron a ocho personas, todos usuarios diarios de esos productos, que dejaran de aplicárselos durante un mes. En tanto, a otro voluntario, quien no utilizaba ni desodorante ni antitranspirante, le solicitaron que lo hiciera por el mismo período de tiempo.

«Cuando el desodorante o antitranspirante era usado de una manera constante, el microbioma era bastante estable en el tiempo. Pero cuando repentinamente el uso se detiene o reanuda, vemos grandes cambios en el microbioma axilar», señala el investigador.

Callewaert agrega que sobre todo los antitranspirantes modificaron significativamente el ambiente axilar: la diversidad de microorganismos que ahí habitan aumentó, pero especialmente las actinobacterias que son las que contienen las especies de corinebacterias causantes del mal olor.

Según el «Doctor Axila», los compuestos de aluminio presentes en estos productos cosméticos, cuya función es bloquear el sudor, pueden ser los culpables de estos cambios. ¿La razón? Matan las bacterias menos olorosas (los estafilococos) y permiten que las “malas” (las corinebacterias) dominen.

El estudio realizado por Callewaert y su equipo sirvió para concluir que aunque los desodorantes y antitranspirantes son ampliamente utilizados, sólo son una solución temporal. «Las medidas que utilizamos hoy en día no se hacen cargo de la fuente original del problema: las bacterias causantes del mal olor (…) Los desodorantes sólo enmascaran los aromas desagradables», señaló al sitio Real Clear Science.

Otros perjuicios para la salud

Modificar el ambiente axilar no es el único efecto que los antitranspirantes tienen para la salud. También se dice que su uso inhibe la capacidad que tiene el organismo de eliminar ciertas toxinas a través del sudor.

Un ejemplo de esto son metales como el arsénico, cadmio, plomo y mercurio, que ingresan al cuerpo a través del medio ambiente o de la alimentación, afectando el sistema nervioso, el corazón, el cerebro y los riñones. Sin embargo, pueden eliminarse a través de la transpiración, lo que no se lograría con el uso de antitranspirantes ya que estos productos crean una capa de gel que cubre las glándulas sudoríparas.

Asimismo, en 2012 científicos de la Universidad de Michigan descubrieron que estas mismas glándulas no sólo son responsables de secretar sudor y, en consecuencia, enfriar el cuerpo, sino que también ayudan a curar las heridas. ¿Cómo? Almacenan una gran cantidad de células madre adultas que son vitales para el proceso de cicatrización de raspaduras, quemaduras y úlceras.

«Descubrimos que los humanos curan su piel en una manera única, diferente de otros mamíferos (…) El potencial regenerativo de las glándulas sudoríparas ha sido uno de los secretos mejor guardados de nuestro cuerpo», sostuvo Laure Rittié, autora principal del estudio.

De esta manera, intentar detener la transpiración también dificultaría el trabajo que realizan las glándulas sudoríparas a favor de la cicatrización de las heridas, lo que perjudicaría de manera especial a las personas diabéticas, quienes por su condición presentan mayores dificultades para manejarlas.