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Runrunes de Bocaranda: MEDIO – ¿MADURO SIN GASOLINA?

 ¿MADURO SIN GASOLINA?

Precisamente para paliar la escasez han recurrido otra vez -como en anteriores emergencias- al empresario amigo del régimen Wilmer Ruperti (que estuvo enfrentado y apartado por Rafael Ramírez en los últimos años de Chávez) a través de su empresa Maroil Trading Inc.

Con una factura de 12 millones de euros por la compra de 250.000 barriles de gasolina de 95 octanos, como lo reseñó AP, están por llegar dos tanqueros la próxima semana. La compra fue conseguida a través de Rusia y los cargamentos ya en camino fueron despachados, uno proviene de Emiratos Árabes Unidos y otro de Chipre.

Con el propósito -que tienen ya decidido- de mantener la cuarentena por dos semanas más, esto daría un respiro al tema de aprovisionamiento de gasolina en varias zonas del país. Tan solo ayer el ministro Castro Soteldo explicaba en una reunión con agricultores que pedían combustible para repartir sus cosechas, que el gobierno tenía listos dos barcos con gasolina en Aruba pero que  “los gringos “c.d.s.m” les habían prohibido el zarpe.

Por cierto que el mismo ministro le advirtió a la concurrencia que “si en una alcabala de militares les quieren cobrar peaje o vacuna busquen al comandante a cargo y se lo denuncian”.

 LOS TRASPIÉS DE TRUMP

El periodista Avi Selk en The Washington Post escribió el pasado 4 de abril en su columna diaria sobre la COVID-19.

Cito: “Este boletín generalmente se abre con el número de muertos en los EE. UU., pero hoy pasemos un momento en el número de días: los primeros días de la propagación del coronavirus en el que las oportunidades cruciales para responder fueron desaprovechadas por fallas sistémicas del gobierno federal, como se describe en varias historias nuevas.

Pasaron setenta días desde la primera vez que la Casa Blanca fue notificada formalmente del brote en China -el 3 de enero- hasta que el presidente Trump comenzó a tratar el virus «como una fuerza letal que había flanqueado las defensas de Estados Unidos y estaba a punto de matar a decenas de miles de ciudadanos».

Según el informe del Washington Post -basado en 47 entrevistas con funcionarios de la administración, expertos en salud pública, oficiales de inteligencia y otros- se perdieron veintiún días en febrero, ya que la administración se basó en una prueba de coronavirus que se sabía que era defectuosa e impidió que los laboratorios privados desplegaran mejores, cegando a médicos y científicos a medida que el virus se propagó por todo el país.

Hace dieciocho meses, mucho antes del brote, «la administración Trump recibió planes detallados para una nueva máquina diseñada para producir millones de máscaras respiratorias protectoras a alta velocidad durante una pandemia», informamos también nosotros en otra historia. Nunca se construyó, y el gobierno de EE. UU. ahora está tan desesperado por las máscaras que ha pedido a 3M que deje de enviarlas a Canadá y otros países, lo que provocó que el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, advirtiera que Estados Unidos se «lastimaría tanto como Canadá» porque los bienes y servicios esenciales fluyen en ambos sentidos.

Dentro de once días, el país necesitará 32.000 ventiladores, mucho más de lo que se encuentra en las reservas del gobierno, según un cálculo del Instituto de Evaluación y Medición de la Salud de la Universidad de Washington.

Debido a que los funcionarios estadounidenses minimizaron el virus durante tanto tiempo, Ford y General Motors recientemente revisaron sus fábricas para fabricar las máquinas, y la mayor parte de su producción no estará en línea hasta mayo.

Estos problemas acumulativos significan que «Estados Unidos probablemente caerá como el país que supuestamente estaba mejor preparado para combatir una pandemia, pero terminó siendo superado catastróficamente por el nuevo coronavirus, sufriendo bajas más pesadas que cualquier otra nación», escribimos en nuestra historia sobre los 70 días perdidos dice Selk.

Otros números

Estados Unidos ha sufrido más de 10.000 muertes y más de 350.000 infecciones confirmadas por el virus. La tasa de desempleo subió a 4.4 por ciento en marzo, su mayor aumento en un mes desde 1975. Millones de estadounidenses han sido despedidos o suspendidos, más de 60.000 tiendas han cerrado y los analistas dicen que muchas de ellas nunca volverán a abrir.

Una semana después de que Trump firmara un proyecto de ley de estímulo de $ 2.2 billones, los demócratas clave ya están hablando de otro. Y nuevos signos de disfunción aparecen: “después de un debate tras bambalinas entre funcionarios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades y funcionarios de la Casa Blanca, Trump anunció con entusiasmo la recomendación de la agencia de que los estadounidenses comiencen a cubrirse la cara en público. Incluso mientras compartía la guía, Trump dijo que el no la seguiría.

 EL REINO UNIDO ENCARGÓ A CHINA MILLONES DE TEST DE ANTICUERPOS QUE NO HAN FUNCIONADO

El Gobierno inglés admite que necesitará al menos un mes más para corregirlo. El Gobierno de Boris Johnson ha puesto en manos de John Newton, un prestigioso científico al frente del Servicio Nacional de Salud (NHS, por sus siglas en inglés), la estrategia para realizar test masivos a la población que permitan al Reino Unido abandonar gradualmente el confinamiento domiciliario.

La primera tarea del profesor ha sido echar un jarro de agua fría a las expectativas creadas: los casi 3,5 millones de kits adquiridos por el Ejecutivo han demostrado no tener la fiabilidad suficiente. “Los test desarrollados en China fueron validados con pacientes que habían sufrido síntomas graves del coronavirus y que habían sido infectados con una gran carga viral, por lo que generaron muchos anticuerpos (…) Nosotros necesitamos realizar estas pruebas a un elenco de población muy amplio, que incluya a personas con síntomas leves. Y con ese propósito, necesitamos test que funcionen mejor que los adquiridos”, ha dicho Newton al diario The Times.

La revelación de este fracaso surge en un momento en el que el Gobierno de Johnson hace frente a críticas cada vez más duras por su falta de previsión y por la lentitud con que está llevando a cabo las pruebas entre el personal sanitario que trabaja en primera línea de batalla.

El ministro de Sanidad, Matt Hancock, se ha comprometido a realizar 100.000 test diarios a partir de finales de abril, después de que el propio Johnson se comprometiera a que la cifra fuera de un cuarto de millón.

Newton se ha puesto al frente de un ingente esfuerzo nacional para poder dar con la prueba de anticuerpos precisa, y ha anunciado la creación de tres megalaboratorios que se concentrarán en ese esfuerzo y la cooperación del Gobierno con nueve grandes laboratorios, pero ya ha advertido de que el resultado deseado puede tardar “meses” en llegar.

El Gobierno británico anunció hace apenas dos semanas que estaría pronto en disposición de enviar millones de kits a los hogares del Reino Unido, o bien ponerlos a disposición de los ciudadanos en las farmacias. “Esa idea se basaba en la presunción de que podríamos simplemente comprar los test ya existentes, pero en este momento consideramos que no sería lo correcto”, ha reconocido Newton. “Tiene mucho más sentido seguir ensayando hasta que podamos mejorar las pruebas”.

Confían ahora en poder cancelar muchas de las órdenes de compra ya emitidas y, “en la medida de lo posible, poder recuperar los costos”. Y señalan que ya otros países han tenido que devolver test que habían resultado fallidos (también de China).

“España se ha visto obligada a devolver kits que no habían funcionado. Y Alemania, que está desarrollando sus propias pruebas, cree que necesitará al menos tres meses más para que sean validados y estén al alcance de toda la población”, ha dicho el profesor John Bell, el inmunólogo de la Universidad de Oxford al frente de uno de los equipos que está colaborando con el Gobierno de Johnson.

Algunos de los kits ensayados han mostrado falsos positivos, al haberse realizado en personas que habían sido infectados previamente por otro tipo de virus que genera la creación de anticuerpos similares a los que produce el organismo en respuesta a la COVID-19.

Al menos un 8 % del personal sanitario del NHS permanece en aislamiento domiciliario sin saber si han sido o no infectados por el virus. El Gobierno dio instrucciones de que se sometieran a aislamiento todos aquellos ciudadanos que compartieran hogar con algún afectado por la enfermedad.

La prioridad de Downing Street en las últimas horas se centra en acelerar las pruebas a aquellas personas que son actualmente necesarias en la primera línea de batalla para combatir la COVID-19.