TelegramWhatsAppFacebookX

Al adolescente Gabriel Rodríguez lo detuvieron solo porque “tenía pinta de guarimbero”

El 9 de enero de 2025, Gabriel Rodríguez, de 16 años, salió de su trabajo vacacional en una panadería artesanal en Cabudare, estado Lara. Con fiebre alta, llegó al ambulatorio más cercano en el centro de la ciudad. En ese lugar, efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana lo detuvieron sin ninguna explicación.

El adolescente fue detenido en el mismo sector que Jesús Useche, un joven de 19 años con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), quien fue excarcelado el pasado 11 de abril con medidas cautelares. Funcionarios de la GNB aseguraron -sin ningún argumento que lo respalde- que ambos jóvenes se conocían y que presuntamente organizaban actos violentos, pero la familia de Gabriel Rodríguez negó esos señalamientos porque en realidad ellos se conocieron en la patrulla de la GNB.

La familia de Gabriel Rodríguez supo que los efectivos de la GNB lo calificaron como un “guarimbero” solo porque estaba vestido con una bermuda y un suéter. “Él simplemente estaba llegando al ambulatorio porque estaba enfermo, dicen que tenía pinta de guarimbero por estar vestido con ropa deportiva. Ser deportista o querer vestirse como lo que él lleva en su alma, que es la de un atleta, eso no te hace un guarimbero”, declaró a Runrun.es un familiar que prefirió resguardar su identidad.

Según cifras del Foro Penal Venezolano actualizadas al 14 de abril, en Venezuela cinco adolescentes detenidos en el contexto de represión poselectoral y manifestaciones antigubernamentales, entre 14 y 17 años, siguen privados de libertad. Gabriel Rodríguez es uno de esos adolescentes.

En diciembre de 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la “privación arbitraria de la libertad” de adolescentes que fueron detenidos en el contexto de las protestas poselectorales. Hasta ese momento habían sido detenidas 177 personas menores de 18 años tras las elecciones presidenciales y seis se mantenían privadas de libertad para esa fecha.

Mediante un comunicado, la CIDH instó al Estado a liberarlos de forma inmediata y “poner fin definitivo a la persecución política en el país”. También denunció que para aquel momento reportaban condiciones de detención “incompatibles con su dignidad y necesidades especiales de atención”. Entre estas destacaron la falta de separación por categorías, según sexo y edad; y ausencia de contacto personal y directo con madres, padres, responsables, y representantes legales.

Deportista y estudiante con excelente rendimiento académico

Desde los seis años, Gabriel Rodríguez ha destacado en distintas disciplinas deportivas: natación, fútbol y especialmente béisbol, donde ha recibido reconocimientos como “champion pitcher” en torneos de los Criollitos. En el ámbito académico, siempre ha estado en el cuadro de honor. Al momento de ser detenido cursaba quinto año de bachillerato y su promedio rondaba los 18 puntos.

Gabriel Rodríguez jugando béisbol | Foto suministrada por sus familiares

Ha sido tan destacado en los deportes y en el colegio que en la comunidad en la que reside se recogieron firmas para dar constancia de que es un joven sano. Incluso, señaló su familiar, en el consejo comunal se tramitó una constancia de buena conducta, una constancia por sus prácticas de béisbol y una de trabajo.

“Estar ahí -en la cárcel- lo tiene mal, porque él soñaba con su graduación en su cuadro de honor como lo hizo en sexto, como lo hizo en preescolar. Y, ciertamente, él está haciendo estudios especiales, algo así, pero no es lo mismo (…) Él se esforzó todos los años en siempre figurar en su cuadro de honor y es injusto que por capricho de otras personas él no vaya a estar en su graduación. Hay momentos en los que esto lo ha desesperado y le ha dado tristeza”, añadió su pariente.

El joven, desde pequeño, ha sido muy colaborador con su familia, por eso estaba trabajando en una panadería artesanal durante sus vacaciones. Este establecimiento está comenzando, por lo cual no disponían de uniformes. Esa es la razón por la cual portaba una vestimenta con la que se sintiera cómodo el día en que fue detenido.

Su familiar describe a Gabriel como un “joven tímido” quien ha tenido que aprender a hablar en el lugar donde está recluido. Incluso, a pesar de la situación, el adolescente enseña a otros jóvenes a leer y escribir y, puesto que su familia es cristiana, “también les habla de la palabra”.

Sin acceso a una defensa privada y audiencias suspendidas

En primera instancia, el adolescente fue trasladado al Destacamento 123 de la GNB, ubicado en el sector La Montañita del municipio Palavecino. La primera audiencia de presentación se hizo de forma telemática y le imputaron los presuntos delitos de terrorismo, incitación al odio y cierre de vías públicas. Actualmente, está recluido en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, conocido como “El Manzano”.

En dos oportunidades se solicitaron tratamientos médicos para poder combatir la infección pulmonar que tenía el adolescente cuando fue detenido. Su familia tiene conocimiento de que se recuperó de la misma, aunque condenan que siga detenido sin ninguna justificación.

En una de las visitas que pudo hacerle uno de sus familiares -además de su padre, quien lo puede ver una vez por semana- el adolescente manifestó que cuando lo estaban culpando de los delitos mencionados, él le dijo al juez: “¿Pero cómo me van a culpar de algo que ni siquiera había hecho? ¿Cómo van a decir que yo estaba haciendo eso con el otro joven si yo no lo conocía?”.

Otro de sus familiares va los lunes y miércoles a llevarle la comida. “Hay momentos en los que le aceptan las comidas completas, hay momentos en los que no, porque incluso hasta el agua hay que llevársela”, relató su pariente.

Uno de los familiares del adolescente se trasladó hasta Caracas para entregar los recaudos recogidos en su comunidad a la defensora pública, ya que no le permitieron tener acceso a una defensa privada. Sus familiares también acudieron a la Fiscalía General de la República el 6 de marzo.

“Él no aceptó la culpa porque es que él no hizo nada, entonces lo pasaron a juicio”, denunció su familiar. En dos momentos han sido suspendidas las audiencias debido a los días no laborables que ha decretado el gobierno de Nicolás Maduro. La primera era el 2 de abril y se postergó hasta el 14, pero esta última coincidió con la Semana Santa, días que también se decretaron como festivos para la administración pública. Estas suspensiones han entorpecido el proceso judicial bajo al que está sometido el adolescente.

La familia de Gabriel tuvo conocimiento de que este miércoles, 23 de abril, se realizó una audiencia que no les fue notificada previamente. Pero mantienen la esperanza de que salga de allí, pues afirman que es inocente y todas las acusaciones en su contra son falsas.

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país

Gabriel Rodríguez, de 16 años, ha destacado en distintas disciplinas deportivas, especialmente en el béisbol, deporte en el que ha recibido varios reconocimientos. En el ámbito académico, siempre ha estado en el cuadro de honor. Al momento de ser detenido cursaba quinto año de bachillerato y su promedio rondaba los 18 puntos
TelegramWhatsAppFacebookX

El 9 de enero de 2025, Gabriel Rodríguez, de 16 años, salió de su trabajo vacacional en una panadería artesanal en Cabudare, estado Lara. Con fiebre alta, llegó al ambulatorio más cercano en el centro de la ciudad. En ese lugar, efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana lo detuvieron sin ninguna explicación.

El adolescente fue detenido en el mismo sector que Jesús Useche, un joven de 19 años con trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH), quien fue excarcelado el pasado 11 de abril con medidas cautelares. Funcionarios de la GNB aseguraron -sin ningún argumento que lo respalde- que ambos jóvenes se conocían y que presuntamente organizaban actos violentos, pero la familia de Gabriel Rodríguez negó esos señalamientos porque en realidad ellos se conocieron en la patrulla de la GNB.

La familia de Gabriel Rodríguez supo que los efectivos de la GNB lo calificaron como un “guarimbero” solo porque estaba vestido con una bermuda y un suéter. “Él simplemente estaba llegando al ambulatorio porque estaba enfermo, dicen que tenía pinta de guarimbero por estar vestido con ropa deportiva. Ser deportista o querer vestirse como lo que él lleva en su alma, que es la de un atleta, eso no te hace un guarimbero”, declaró a Runrun.es un familiar que prefirió resguardar su identidad.

Según cifras del Foro Penal Venezolano actualizadas al 14 de abril, en Venezuela cinco adolescentes detenidos en el contexto de represión poselectoral y manifestaciones antigubernamentales, entre 14 y 17 años, siguen privados de libertad. Gabriel Rodríguez es uno de esos adolescentes.

En diciembre de 2024, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la “privación arbitraria de la libertad” de adolescentes que fueron detenidos en el contexto de las protestas poselectorales. Hasta ese momento habían sido detenidas 177 personas menores de 18 años tras las elecciones presidenciales y seis se mantenían privadas de libertad para esa fecha.

Mediante un comunicado, la CIDH instó al Estado a liberarlos de forma inmediata y “poner fin definitivo a la persecución política en el país”. También denunció que para aquel momento reportaban condiciones de detención “incompatibles con su dignidad y necesidades especiales de atención”. Entre estas destacaron la falta de separación por categorías, según sexo y edad; y ausencia de contacto personal y directo con madres, padres, responsables, y representantes legales.

Deportista y estudiante con excelente rendimiento académico

Desde los seis años, Gabriel Rodríguez ha destacado en distintas disciplinas deportivas: natación, fútbol y especialmente béisbol, donde ha recibido reconocimientos como “champion pitcher” en torneos de los Criollitos. En el ámbito académico, siempre ha estado en el cuadro de honor. Al momento de ser detenido cursaba quinto año de bachillerato y su promedio rondaba los 18 puntos.

Gabriel Rodríguez jugando béisbol | Foto suministrada por sus familiares

Ha sido tan destacado en los deportes y en el colegio que en la comunidad en la que reside se recogieron firmas para dar constancia de que es un joven sano. Incluso, señaló su familiar, en el consejo comunal se tramitó una constancia de buena conducta, una constancia por sus prácticas de béisbol y una de trabajo.

“Estar ahí -en la cárcel- lo tiene mal, porque él soñaba con su graduación en su cuadro de honor como lo hizo en sexto, como lo hizo en preescolar. Y, ciertamente, él está haciendo estudios especiales, algo así, pero no es lo mismo (…) Él se esforzó todos los años en siempre figurar en su cuadro de honor y es injusto que por capricho de otras personas él no vaya a estar en su graduación. Hay momentos en los que esto lo ha desesperado y le ha dado tristeza”, añadió su pariente.

El joven, desde pequeño, ha sido muy colaborador con su familia, por eso estaba trabajando en una panadería artesanal durante sus vacaciones. Este establecimiento está comenzando, por lo cual no disponían de uniformes. Esa es la razón por la cual portaba una vestimenta con la que se sintiera cómodo el día en que fue detenido.

Su familiar describe a Gabriel como un “joven tímido” quien ha tenido que aprender a hablar en el lugar donde está recluido. Incluso, a pesar de la situación, el adolescente enseña a otros jóvenes a leer y escribir y, puesto que su familia es cristiana, “también les habla de la palabra”.

Sin acceso a una defensa privada y audiencias suspendidas

En primera instancia, el adolescente fue trasladado al Destacamento 123 de la GNB, ubicado en el sector La Montañita del municipio Palavecino. La primera audiencia de presentación se hizo de forma telemática y le imputaron los presuntos delitos de terrorismo, incitación al odio y cierre de vías públicas. Actualmente, está recluido en el Centro Socioeducativo Pablo Herrera Campins, conocido como “El Manzano”.

En dos oportunidades se solicitaron tratamientos médicos para poder combatir la infección pulmonar que tenía el adolescente cuando fue detenido. Su familia tiene conocimiento de que se recuperó de la misma, aunque condenan que siga detenido sin ninguna justificación.

En una de las visitas que pudo hacerle uno de sus familiares -además de su padre, quien lo puede ver una vez por semana- el adolescente manifestó que cuando lo estaban culpando de los delitos mencionados, él le dijo al juez: “¿Pero cómo me van a culpar de algo que ni siquiera había hecho? ¿Cómo van a decir que yo estaba haciendo eso con el otro joven si yo no lo conocía?”.

Otro de sus familiares va los lunes y miércoles a llevarle la comida. “Hay momentos en los que le aceptan las comidas completas, hay momentos en los que no, porque incluso hasta el agua hay que llevársela”, relató su pariente.

Uno de los familiares del adolescente se trasladó hasta Caracas para entregar los recaudos recogidos en su comunidad a la defensora pública, ya que no le permitieron tener acceso a una defensa privada. Sus familiares también acudieron a la Fiscalía General de la República el 6 de marzo.

“Él no aceptó la culpa porque es que él no hizo nada, entonces lo pasaron a juicio”, denunció su familiar. En dos momentos han sido suspendidas las audiencias debido a los días no laborables que ha decretado el gobierno de Nicolás Maduro. La primera era el 2 de abril y se postergó hasta el 14, pero esta última coincidió con la Semana Santa, días que también se decretaron como festivos para la administración pública. Estas suspensiones han entorpecido el proceso judicial bajo al que está sometido el adolescente.

La familia de Gabriel tuvo conocimiento de que este miércoles, 23 de abril, se realizó una audiencia que no les fue notificada previamente. Pero mantienen la esperanza de que salga de allí, pues afirman que es inocente y todas las acusaciones en su contra son falsas.

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país

Todavia hay más
Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.