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El Día de la Mujer no es para memes en Instagram

El 8 de marzo es un día para recordar las luchas históricas de las mujeres y las desigualdades persistentes, no una celebración. Las venezolanas siguen en pie de lucha contra la violencia, la desigualdad y la persecución

MUJERES VENEZOLANAS
Yakary Prado
Hace 7 días

El 8 de marzo no es una fecha de celebración, sino para recordar las batallas que han librado las mujeres a lo largo de la historia y las deudas que aún existen en materia de igualdad de género. No se trata de felicitaciones o flores, sino de enaltecer una lucha cotidiana por los derechos, la equidad, libertad y seguridad. Es un recordatorio de que, en todas partes del mundo y también en Venezuela, hay mujeres enfrentando desafíos por el simple hecho de serlo.

El Día Internacional de la Mujer empezó a conmemorarse en 1975 y dos años más tarde fue proclamado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) . El lema del Día Internacional de la Mujer de 2025 es “para todas las mujeres y niñas: derechos, igualdad y empoderamiento”. Tanto en Venezuela como en el mundo, la ocasión es propicia para exigir justicia por las mujeres víctimas de violencia y por quienes se enfrentan día tras día situaciones de opresión y desigualdad. 

En las siguientes claves resumimos cuáles son las batallas que enfrentan las venezolanas, un recordatorio de lo que falta en el país para poder construir una igualdad de derechos, poder y oportunidades y un futuro feminista. 

Desigualdad laboral, materia siempre pendiente

La Encuesta de Uso del Tiempo 2023, elaborada por el Banco Interamericano de Desarrollo, encontró desigualdades de género “profundas y persistentes” en Venezuela con una participación laboral significativamente menor de las mujeres (23 puntos porcentuales menos) en comparación a los hombres. Esta significativa brecha de género es mayor en el grupo etario de 26 a 65 años. 

El estudio también encontró que las mujeres en Venezuela trabajan en promedio 13 horas diarias, lo que representa 11% más que el tiempo que dedican los hombres. 

En el país, el trabajo no remunerado está profundamente feminizado según los resultados de esta investigación: 88,7% de las venezolanas mayores de 10 años lo practica tanto dentro como fuera del hogar, mientras que solo 60,7% de los hombres lo hacen. De acuerdo con los datos recopilados en esta encuesta, se estima que el trabajo no remunerado representó entre el 12,9% y el 15% del PIB venezolano en el año 2023, de las cuales tres cuartas partes fue producido por mujeres. 

Violencia basada en género, una constante

La violencia basada en género es noticia diaria en Venezuela. De acuerdo con la organización no gubernamental Utopix, en 2024 se registraron al menos 185 femicidios, lo que significa, en promedio, uno cada 47 horas. La ONG siempre puntualiza que, debido al subregistro existente, las cifras pueden ser aún mayores.

Utopix también ha venido alertando sobre un incremento en los posibles femicidios en grado de frustración, que ocurren uno cada 41 horas. A estos datos se suman los 11 femicidios de venezolanas en el exterior, específicamente en Colombia, Chile, Perú, Ecuador y Estados Unidos.

Aunado a ello, y de acuerdo con la tercera edición del a tercera edición de la Red de Mujeres Constructoras de Paz,  titulado “El alto precio de la desigualdad”, 71 % de las mujeres encuestadas reportó haber experimentado violencia psicológica y el 42 % violencia física. Las más afectadas se encuentran en los estratos más bajos.

Llama la atención que un tercio de las entrevistadas no es capaz de identificar las conductas abusivas y tiene dificultades para reconocer situaciones de violencia de género, incluso en casos de violencia física y sexual, falta de reconocimiento “que contribuye a la perpetuación de la violencia”. 

Persecución y represión política, otra amenaza

Las elecciones presidenciales de 2024 no sólo intensificaron las violaciones de derechos humanos en general en el país, sino que expusieron de manera aguda la vulnerabilidad de las mujeres frente a un sistema que las desatiende y discrimina. 

Organizaciones feministas elaboraron el informe “Violencia en Femenino, el Libro Violeta de la Represión en Venezuela”, en el que analizaron los hechos de violencia, represión, cierre del espacio cívico y persecución perpetrados contra mujeres venezolanas en el contexto pre y postelectoral.

La investigación encontró que mujeres lideresas, activistas, periodistas y defensoras de derechos humanos enfrentaron “agresiones sexistas, amenazas, acoso y campañas de difamación que perpetúan estereotipos de género antes, durante y después de las elecciones”.

En el caso de las madres, esposas,  hermanas o hijas que quedaron a cargo de la búsqueda de justicia por un familiar detenido, y también del cuidado de otros familiares, se denunció que fueron “criminalizadas, perseguidas y victimizadas” por el Estado. 

A lo largo de más de siete meses, han sido sometidas a desnudez forzada, requisas invasivas y extorsiones y además han sufrido un impacto económico “devastador”, pues deben procurar recursos para viajar a otros estados, mantenerse y mantener tanto a sus familiares dentro de las prisiones como fuera de ellas. 

A la fecha de la publicación de esta nota, y según cifras del Foro Penal, en el país hay 121 presas políticas, algunas con condiciones de salud que ameritan atención, como han denunciado distintas ONG, entre ellas están Emirlendris Benítez y  la defensora Rocío San Miguel. 

Los desafíos en la salud sexual y reproductiva

El 40% de las mujeres menstruantes encuestadas por la Red de Mujeres Constructoras de Paz en 17 estados del país  reportó no utilizar métodos anticonceptivos, cifra alarmante que muestra el riesgo latente a embarazos no intencionados. Los altos costos y la falta de acceso a consultas ginecobstétricas son algunas razones que obstaculizan su uso. 

Otro dato revelador en materia de salud sexual y reproductiva es que una de cada tres mujeres (34%) se ha ausentado a su área laboral o académica por razones relacionadas con la menstruación. El dolor es la principal causa, seguido por la falta de productos de gestión menstrual y de agua limpia. Mujeres de grupos feministas han alzado la voz por el tema de la gestión menstrual en las privadas de libertad. Algunas familiares han denunciado alteraciones en el ciclo menstrual de presas políticas y falta de condiciones -como acceso al agua- para gestionar sus menstruaciones.

Por otra parte, y a pesar del reclamo de las feministas y de que el acceso al aborto legal y sin riesgos es un derecho humano que establece la Organización de las Naciones Unidas, en el país sigue siendo ilegal la interrupción voluntaria del embarazo. Solo se permite en los casos en los que esté comprometida la vida de la madre, pero no existe un manual o procedimiento claro que explique este estatuto. Lo que sí está claro es que si una mujer toma la decisión de abortar, la ley está lista para castigar. El artículo 432 del Código Penal establece: “La mujer que intencionalmente abortare, valiéndose para ello de medios empleados por ella misma, o por un tercero, con su consentimiento, será castigada con prisión de seis meses a dos años”. 

Sin embargo, que esté penalizado no significa que las mujeres no recurran a él, Amnistía Internacional estimó que, en el año 2019, se realizaban alrededor de 15 abortos por día en el país, más de 2000 en un año.

Violencia obstétrica, práctica invisibilizada 

En Venezuela, en muchas ocasiones, el proceso de parto viene acompañado de  agresiones, maltratos, humillaciones y rutinas innecesarias por parte del personal de salud.  El informe de la Red de Mujeres Constructoras de Paz, titulado “Mujeres que resisten: El alto precio de la desigualdad”, encontró que 53 % de las mujeres consultadas en 17 estados del país manifestaron haber sufrido violencia obstétrica durante el parto. Añadieron que esta cifra puede aumentar hasta el  60 % en mujeres de estratos bajos.

Un reportaje publicado por Runrun.es en noviembre de 2024 encontró eco en decenas de mujeres que compartieron sus testimonios.

En el trabajo se relató la historia de Sandra, mujer sometida a violencia obstétrica en Ciudad Bolívar, quien requería que le hicieran cesárea por presentar hipertensión arterial, pero en ninguno de los dos hospitales públicos que visitó le hicieron la cirugía ni le prestaron la debida atención, lo que le generó una hemiparesia, condición médica que se caracteriza por la debilidad o falta de control muscular en la mitad del cuerpo, que a la larga ocasionó que su hijo naciera con párpados caídos. 

En la red social Instagram, hubo al menos 954 comentarios de respuesta al post sobre el tema de mujeres que expusieron que fueron víctimas de indiferencia, insultos, vejaciones, maltratos físicos, verbales y emocionales; además de complicaciones de salud producto de la negligencia médica. 

Ataques de género en las redes

La violencia contras las mujeres, que lamentablemente se ejerce a sus anchas en el espacio físico, también se reproduce en lo digital. El informe “Violencia en Femenino, el Libro Violeta de la Represión en Venezuela”(2024)  concluyó que 50% de las mujeres líderes en la política reportó haber sido blanco de ataques sexistas en redes sociales, medios de comunicación y otras plataformas

Los ataques incluyeron insultos sobre su apariencia y cuestionamientos sobre su capacidad. 73% reportó haber recibido amenazas directas a su integridad física, 73% optó por reducir su visibilidad pública, 55% indicó que su salud mental se ha deteriorado significativamente y un 37% ha considerado abandonar su labor política. 

Un estudio realizado por la consultora Anova sobre violencia basada en género en la política venezolana identificó que las activistas políticas recibieron 41% más tweets violentos que sus homólogos masculinos.  Además, destaca que la violencia por sexualización, instrumentalización y la violencia directa es dirigida casi exclusivamente a mujeres.

Mujeres de la comunidad Lgtbiq+ también son blanco

Durante el 2024, el Observatorio Venezolano de Violencias LGBTIQ+ (OVV LGBTIQ+) registró 68 casos de discriminación y violencia en contra de las mujeres de la comunidad. La organización indicó que 17 de los casos fueron por su orientación sexual y 16 por su identidad o expresión de género. 

En total, contabilizaron 83 agresiones en contra de las mujeres cis, las más comunes fueron agresiones o humillaciones verbales, golpes o lesiones, acoso sexual, casos de intimidaciones o amenazas, acoso o negativa para el acceso o permanencia en un espacio público. 

La lucha constante por la equidad

La conmemoración del Día Internacional de la Mujer encuentra sus orígenes “en las manifestaciones de  mujeres que reclamaban, a comienzos del siglo XX, el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos”, afirma la ONU. 

En marzo de 1911, el incendio en la fábrica Triangle Shirtwaist en Nueva York, que cobró la vida de más de 123 mujeres, sirvió como base para el avance de los derechos laborales de la mujer. Ese día el cielo se tiñó de morado, color de las blusas que se fabricaban en el lugar y que es utilizado en las manifestaciones actuales por los derechos de las mujeres, destaca Amnistía Internacional. 

Han pasado 114 años de aquel suceso y aunque todavía falta mucho por lograr una verdadera equidad de género, los avances son notables. En Venezuela, los testimonios de mujeres líderes en su campo de trabajo recogidos por Runrun.es a través de Voces de Equidad dan cuenta de las luchas que han dado las mujeres dentro de las organizaciones en favor del empoderamiento femenino y el trabajo equitativo.

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país

Una base de datos de mujeres y personas no binarias con la que buscamos reolver el problema: la falta de diversidad de género en la vocería y fuentes autorizadas en los contenidos periodísticos.

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