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¿Qué le espera a la economía venezolana en 2021?
Las proyecciones de firmas y entidades financieras descartan la posibilidad de un rebote importante y la inflación seguirá a un ritmo de dos dígitos al mes. La renta petrolera se esfumó y comenzó un cambio estructural

 

@vsalmeron

 

En 2013 llegó a su punto más alto la marea de prosperidad que se sostuvo sobre los volátiles precios del petróleo y desde entonces un viento de desastre derrumbó la economía venezolana. El PIB hoy es la quinta parte de lo que fue, la hiperinflación pulverizó el valor del dinero, la pobreza creció velozmente y la mayoría de los analistas no prevé un rebote importante en el corto plazo. Las proyecciones para 2021 esperan un estancamiento en las profundidades, con mínimas variaciones hacia arriba o hacia abajo.

Según el último informe de Focus Economics, Banc Trust pronostica que la economía venezolana, que en 2020 se contrajo en torno a 30%, descenderá 0,5% en 2021. Lo acompañan en las proyecciones negativas Fitch Solutions y Ducker Frontier que esperan una caída de 1%; mientras que Ecoanalítica, Julius Baer y Goldman Sachs anticipan declives de 1,9%, 2,5% y 5% respectivamente.

Entre los que esperan un ligero repunte destacan la firma AGPV y la calificadora de riesgo Moody’s Analytics, que proyectan un crecimiento de 1,9%, mientras que Oxford Economics estima un alza de 2,9%.

Efraín Velásquez, presidente del Consejo Nacional de Economía y director de AGPV, explica que “por la pandemia del Covid el segundo trimestre fue muy negativo, pero durante el tercer y cuarto trimestre la economía se mantuvo, no siguió cayendo”.

Agrega que “en 2021 el nivel de actividad económica lo va a determinar el consumo privado y, las remesas, junto a las transferencias del gobierno, van a sostenerlo”.

Las remesas se han convertido en un elemento esencial para el consumo de los hogares. Este año descendieron a un nivel cercano a mil millones de dólares y en 2021, gracias a que disminuirá el impacto de la pandemia en la economía global, deberían elevarse hasta un mínimo de 1.500 millones de dólares.

“Otro factor a considerar es que ha aumentado la dolarización de los salarios, las empresas están pagando bonos y complementos en dólares, esto también ayuda a que se detenga el declive de la capacidad de compra”, dice Efraín Velásquez.

El oxígeno en el consumo privado principalmente beneficiará a las empresas de sectores esenciales como alimentos y cuidado personal.

Dólar cohete

El descalabro de la producción petrolera, la principal fuente de divisas del país y la caída de la recaudación de impuestos, tras siete años consecutivos en recesión, no han dejado otra opción al gobierno que financiarse creando dinero. La consecuencia, es una inflación galopante que deteriora la calidad de vida.

“La inflación va a mantenerse a un ritmo entre 25% y 30% al mes en 2021, con lo que podríamos esperar 2.000% en el año. Va a ser así porque el gobierno no tiene otra forma de financiarse que aumentando la base monetaria”, dice Efraín Velásquez

Añade que “en cualquier país donde el Banco Central no tiene metas monetarias, sino que las cambia de acuerdo a las exigencias del gobierno, no hay metas inflacionarias o cambiarias de ningún tipo”.

La creación de dinero se traduce en bolívares que el gobierno utiliza para pagar salarios, bonos y deudas con empresas. Una vez ingresan a la economía, una parte se dirige a la compra de divisas e impulsan la cotización del dólar.

El consenso de los panelistas de Focus Economics es que el próximo año la cotización del dólar en el mercado oficial, actualmente en 1.075.000 bolívares, aumentará hasta 12.300.000 bolívares por dólar.

 

Soberano moribundo

En agosto 2018 tras dos años de una inflación desorbitada las cajas registradoras y los equipos informáticos no podían procesar el monto de las transacciones y el sistema de pagos marchaba hacia el colapso. Para evitarlo, el gobierno puso en circulación al bolívar soberano, restándole cinco ceros a la moneda anterior, el bolívar fuerte.

Pero como la inflación ha continuado a tasas exorbitantes el problema reapareció. Nuevamente los sistemas de las entidades financieras tienen inconvenientes para procesar transferencias con una larga lista de ceros a la derecha, el billete de mayor valor no alcanza para comprar un pan y escasea el efectivo para cancelar el transporte público.

Fuentes del Banco Central explican que el gobierno contempla la posibilidad de una nueva resta de ceros durante el primer semestre del próximo año o la emisión de billetes de mayor denominación, aunque las sanciones de Estados Unidos complican esta alternativa.

Alivio petrolero

Tras años de mínima inversión, fallas de gerencia y corrupción rampante, la producción de petróleo, la principal fuente de divisas del país, comenzó a caer en 2017 y en 2019 las sanciones de Estados Unidos aceleraron el descenso. La consecuencia es que el país produce, de acuerdo con las cifras entregadas por el gobierno a la OPEP, 400 mil barriles diarios, un nivel similar al de 1935.

Estados Unidos, al igual que una larga lista de países considera ilegítimas las elecciones de 2018 en las que Nicolás Maduro se reeligió como presidente. En 2019 Donald Trump bloqueó el comercio de petróleo entre Venezuela y Estados Unidos. Además, sancionó a compañías extranjeras que transportan petróleo desde Venezuela a otros mercados y recientemente tomó medidas para restringir los intercambios de crudo por diesel.

Pero Pdvsa, la empresa petrolera del Estado, ha encontrado alternativas para mitigar las sanciones y se espera que el próximo año la producción no siga en descenso e incluso pueda crecer.  Antero Alvarado, director de Gas Energy, explica que “empresas pequeñas con sede en Rusia vienen a Venezuela a buscar petróleo y lo revenden en India, Singapur, Malasia y China”.

Añade que “las sanciones no tienen impacto para estas empresas rusas, son compañías que se adaptan a un ambiente hostil. Si Pdvsa cuenta con estos intermediarios para la venta de petróleo entonces podría disminuir sus inventarios y elevar la producción”.

Fuentes de Pdvsa explican que la capacidad de producción permite incrementar la cantidad de barriles que se extrae diariamente hasta 600 mil barriles diarios, pero la caída de la demanda por la pandemia y las sanciones de Estados Unidos disminuyeron las exportaciones al punto que se coparon los tanques de almacenamiento. Entonces, no quedó otra alternativa que recortar la producción hasta 400 mil barriles diarios.

Ecoanalítica proyecta que de concretarse el alza de las exportaciones el gobierno podría recibir por este concepto alrededor de 7 mil millones de dólares en 2021, una cifra que se traduciría en un aumento de 23% respecto a 2020.

Efraín Velásquez señala que “en el tema petrolero es probable que la Asamblea Nacional apruebe nuevos esquemas de negocios, hay que ver qué ocurre con empresas de China y Rusia”.

Otro factor a tomar en cuenta es que con la Ley Antibloqueo la administración de Nicolás Maduro tendrá amplias libertades para acordar distintos esquemas para la explotación de los campos petroleros.

Lobby en Washington

El gobierno ha intentado acercarse al entorno del nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a fin de lograr una flexibilización de las sanciones. Por ahora, analistas no esperan cambios drásticos en este sentido.

La internacionalista Elsa Cardozo explicó en un foro organizado por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello, que “por lo dicho en la campaña electoral y por voceros vinculados al gabinete de Joe Biden no parece haber un movimiento de eliminación de levantamiento irrestricto de sanciones; mi impresión es que la expectativa que puede haber es la revisión de aquellas sanciones que tienen efectos sociopolíticos indeseados”.

Entre los puntos en los que se busca una negociación urgente está la sanción que restringe el intercambio de petróleo por diésel. El diésel es un combustible esencial para el transporte de carga, el transporte público y las plantas eléctricas que operan en los estados andinos.

Sin la importación de diésel, que Pdvsa paga con petróleo, el país tendrá un déficit y podría enfrentar una crisis a finales del primer trimestre del próximo año.

Petroestado en coma

Durante ochenta años la economía venezolana se sustentó en un esquema donde el Estado repartía petrodólares a través de una moneda enormemente sobrevaluada, excesiva cantidad de trabajadores en el sector público, compras a las empresas del sector privado, mínima carga tributaria y subsidios que, entre otras cosas, incluían la gasolina y la electricidad a precios ínfimos.

Pero la renta se esfumó. De producir 150 barriles por habitante a mediados del siglo pasado hoy solo se generan cinco barriles por habitante, el Estado se empobreció y se financia creando dinero, los servicios públicos colapsan, no hay divisas para estabilizar el mercado cambiario y la economía perdió su base de sustentación.

Efraín Velásquez explica que “cuando analizas la estructura productiva de Venezuela te das cuenta que la metalmecánica depende de las tuberías que hace para el sector petrolero, la mitad de la construcción también son obras para el sector petrolero y muchos servicios también están atados al sector petrolero, entonces petróleo y los sectores relacionados representan 40% del PIB”.

“Esto quiere decir que no produces petróleo en magnitudes relevantes la economía no va a crecer, esta economía con esa estructura, que no va a revertirse en el corto plazo, no puede crecer y no va a crecer de manera importante”, añade Efraín Velásquez.

Pero en el proceso aparecen oportunidades. “Hay empresas que están aumentando sus volúmenes de producción. En una economía que se está reduciendo ese aumento de volumen es porque hay otras empresas que cierran o pierden participación de mercado. Esto quiere decir que las empresas que estén activas, despiertas y tengan capital para financiar sus materias primas tienen una oportunidad”, dice Efraín Velásquez.

Al analizar el mediano y largo plazo sostiene que el debilitamiento del petroestado “es una oportunidad para que el sector privado tome el liderazgo en el proceso económico, eso implica voluntad, esfuerzo y capital. Hay grupos que han comenzado a meter dinero, pero al mismo tiempo tienes otros saliendo. Pero de cinco a diez años adelante no hay otra alternativa que abrirle los espacios al sector privado”.